JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
Sitio oficial del escritor argentino
JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
Obra completa, VIII
(POEMAS 366 - 718)
POEMAS
Obra completa, VIII
La boca hinchada de besos
callados que se amontonan.
366.Era la inmovilidad total, la nada
el silencio inmemorial, todo infinito
de repente un temblor, un párpado, un ala
la soledad que estallaba en un latido
Tal vez dios no ha empezado todavía
Yo sé sólo de espigas y raíces.
sé de mis cuadernos y de tu poesía
de lo que te digo y lo que tú me dices.
Pero a veces pienso que llevamos
en el alma un instinto de sismo
que acarreamos la raíz de los relámpagos
el ovario primordial de los destinos.
Y se me ocurre que dios es la burbuja
el equívoco de la inmensidad desolada
que de repente se levanta y desoculta
como el amor que hasta el encuentro nos buscaba.
La eternidad la entiendo por delante
por detrás es un desierto que atropella
pienso en el extravío que nos precedía
como una jauría de rostros y de puertas
Y me parece haber tenido acceso
por tu boca a la ruta profética
a mi primer pie y a mi primera huella
Y con todos mis insomnios en suspenso
me parece que en ti dios se cumpliera.
367.
de soñar con rigor diario las mismas cosas
que dejaba en el sueño como despertando
perdí la realidad.
368.
No sé qué silencio usar
para hacer el monumento del sonido
tal vez el fragor de las cascadas
en las vísceras del hielo contenido
tal vez el del zumbido
derramado
de un caracol triturado, hecho añicos
o el silencio que queda en los abismos
después que cae un pájaro herido.
Puedo usar el silencio de los astros,
que se apagan en la carne de los siglos
—no quiero el silencio que sucede
a las balas de ningún suicidio—puedo usar el sonido de tu boca
cuando en un beso infinito nos hundimos
o el silencio del silencio cuando saltan
por el aire los desollados ruidos
de la ciudad que se debate en mi ventana.
Hay otros sonidos de martirio
que dejan silencios mucho más dolorosos
esas trompetas con que nos derretimos
volando como evaporados pozos.
Ya elegiré bien con cuidado los ladrillos
de mi torre para construir la anatomía
de la música donde tú y yo vivimos.
Ahora me preocupa el pedestal
la base donde quedará erigido
la palabra que diré para ofrecértelo
Porque de tantos silencios elegidos
si digo el término equivocado
podría derrumbarse mi obelisco.
¡Creo que he encontrado el material más adecuado!
es el silencio de la palabra olvido.
Ahora puedo cantar ¡canta conmigo!
el monumento cantará callado.
369.
no sé con
qué palabra ofrecértelo
para que no
se me derrumbe
370.
música: fuego helado
hielo de música: color.
371.
Quiero un idioma que no tenga silencios
para callar a fuerza de mirarte
372.
A la sombra del pájaro fundamental
el átomo infinito
irradia su lámpara de sombra música
373.
cuando te digo que te quiero
el alma se me acumula en
la garganta
374.
Encender en tu vientre una lámpara
de música para iluminar el ciego
labriego de tu telar savia adentro.
375.
camuflado
mi corazón chisporrotea
trueno, esculpido, virola
y entrabas arrollando como la primavera
376.
Pero un espejo no me responde
y no hay testimonio indudable.
377.
El tiempo pasa a confiscarme los ojos
a dejar mi alma
como un pájaro de savia
desarteriado.
Volveré por estos despojos
a reclamar las líneas de mi palma
con todos los astros de mi rabia
a ser lo que fui profetizado.
No quiero otra historia que la mía
no quiero otros pies que mi camino
con porfía
recogeré cada hito de mi huella.
Después de mi destino
Podré volver completado, a ser estrella.
378.
Cat, gata, catarata, caterva de monjes en celo, catástrofe de felicidad, catastro de mis encrucijadas, cateto donde se deslizan mis astros capitanes. Cátodo de mis raíces emigrantes. categoría total de los dioses. catedral, sí catedral de mis palomas exhaustas de diluvio y búsqueda, catedral del vino, catedral del orgasmo, catedral del verano catedral de catedrales Amor Amor, Amor cat gata gatita: MIAU!!!
379.
Puse dos espejos paralelos y sin finitud
andaba el infinito por afuera.
380.
He estado en el almacén viendo unas nueces
esos pequeños cráneos arrugados
caparazones hemisféricos, tortugas o peces
pequeños planetas disecados.
Me asustan sus cerebros encerrados
como una mariposa fetal que nunca crece
Hasta ahora nunca los había contemplado
me las comía la mayoría de las veces.De algunos peces tienen la inmovilidad taciturna
son peces del aire. Piedras emigradas
trepadas por raíces hasta fundar su urna
Donde guardan un secreto ya olvidado.
ostra vegetal, sin corazón de luna nacarada
el árbol las atrapó con oleaje rezagado.
381.
Interrumpir el infinito interceptado
al medio de dos espejos con mi cabeza
que busca lo inalcanzable.
382.
FE DE ERRATASEn la página 193 se ha deslizado un chiste original del autor. Desgraciadamente el error fue descubierto cuando ya esta edición estaba en prensa, por lo que tomamos la responsabilidad de la publicación de la obra aun a riesgo de ser considerados como traidores a esta humanidad en donde "nada se crea, todo se transforma".
N. N.
383.
¿Quién apaga la tiniebla
quién me lava estos rincones
quién me enseña algún idioma
que no tenga la palabra silencio
Quién viene a darme de alta la soledad
A decirme que me vaya a una guitarra
Quién viene a mostrarme una paloma
a decirme que he nacido
A enseñarme a pronunciar tu nombre
con mis manos
Quién viene a decirme que no soy
un delito
Quién me indulta de todos los perdones
quién me dice que estoy vivo
Quién me dice que mis pies hacen caminos
Quién me dice que me llamo
número siempre
quién me paloma
quién me cambia por un beso
la palabra Dios?
384.
Por el acantilado de tu hombro
se despeñará mi cabeza como un
cóndor vacío.
A la orilla de la luna acatada en
las aspas de las olas
latirá como el agua final
definitiva
de la música que se derretirá en las venas
385.
Téjeme un vuelo con tu aliento
píntame un olvido en mis recuerdos
dibújame un ancla con tus dedos
que se me vaya metiendo muy adentro
dame a beber tu sonrisa sin inviernos
lávame con tu lengua todos estos senderos
después podrías secarme con tu pelo
y cantarme esa canción que traes de tan lejos.
Átame muérdeme no me dejes suelto
clávame suéñame no me dejes tiempo
incrústame en tus ojos no me dejes lejos
Apaga por favor esos espejos...
Diles que algunos caminos ya me fueron
Cierra ya la puerta, démonos un beso.
386.
era un salón con una pared de espejos, Cuando yo dejé de mirarme
(tenía cara de tristeza, recuerdo) vi que había
otros, que se miraban y veían casi sin disimulo
Entonces yo también me reí.
387.
A veces no entiendo los huevos
esos soles animales sumergidos
en una placenta de tiza
No entiendo sus ovalados silencios
se parecen tanto al silencio
todo lo que son lo son por dentro.
De verdad no los entiendo
No sé por qué no salen volando
por qué no se van de un suspiro
al firmamento
Ahora que pienso,
tal vez están volando por adentro
Tal vez lo que me pasa
es que quisiera ser huevo
brillar en la penumbra,
acumular mis cielos
E irme volando hacia dentro
hacia ser cada vez, mucho más,
infinitamente pequeño.
388.
Remota. total. enorme
como el silencio en un campanario
como el último grito sobre la tierra
389.
la ventana de no haber tenido
estos ojos
la ventana de no tener estos ojos
de tener ojos distintos
una ventana que mire hacia otros
tiempos
De repente siento que me he vaciado
que soy un vertedero de una
destituida ciudad del aire
siento que soy una sentina de despojos
donde se pudren las carcasas
de algunos monstruos descartados.
Todo género de creaturas
se demora a exagerar mi podredumbre.
Esta soledad me ha desmesurado tanto...
Espero cualquier milagro
una ventana que mire hacia otros
sitios
podría pasar a hacer un nido
en mi nariz.
Estoy harto de mis sienes
que no inspiran ni la más
elemental arquitectura
ni una gaviota ha querido
refugiarse en mis orejas
Los escarabajos creen que soy
el mueble donde se guarda
el demoníaco insecticida.
Y se van por supuesto.
Tal vez fuera mejor ser ese mueble
así tendría el veneno por adentro.
Estoy harto de esta coraza
de kilómetros hacia cualquier parte
Voy siempre empapado de meses
huelo a moho
de eterna postergación.
390.
Sacar de mí todos los cobardes
No quiero construirme un seudónimo de palomas.
391.
Ya nos desciframos la sombra
aprendimos el silencio del ermitaño
y ahora los buzos
vivimos en los hormigueros del agua
Pero aún tu acecho grutal
392.
Nunca querré parecerme a una papa
no tener dedos
ni tener lengua
No sé siquiera de qué lado de sus
ninguna parte mira
si tiene boca,
sólo un nido de ombligos
no, no quiero transformarme en papa
Siempre he odiado los tenedores
y no soportaría tener que odiarlos más
y sobre todo
no soportaría que me comiera
cualquiera que no fueras tú
y a pesar de que querría viajar
por tus entrañas;
tal vez, si tú me tuvieras
en tu plato, no tendrías apetito
o te llamarían por teléfono
o podrías incluso no comerme todo
o peor aún no darte cuenta
que era yo
393.
prefiero luchar y
equivocarme que
vivir rutinariamente
394.
Pero ya no abriré tu sangre
como la estrella que te temblaba la mirada
Ni sonaré en tu gruta
como la lámpara
que nos comíamos la tarde
395.
Es suficiente saber que no se vuelve para dudar
el dolor de lo que se deja
¿Cómo medirnos la ausencia? el hueco que espera
por delante?
¿cómo secarnos todas las palabras
que nos viven el silencio?
cómo emprendernos la tristeza
con qué naves que no sabernos remar
tantearnos la lejanía como si partir
fuera un camino que seguimos?
Vivir es quedar, tantas veces hasta
historia. Por eso el dolor de cambiarnos
el rastro de asumir otros ojos y otras
manos en otros rostros y otra carne.
396.
Cuando haga sombra mi sombra
como un silencio pleno de palabras
cuando ya sea silencio en todas partes
silencio sin principio
de lo incomenzado
como la sombra de nadie
historia vacía
que no acorta el tiempo
cuando me vientas
397.
Abro todas las ventanas que conozco
pero no llega el viento desconocido.
398.
cuando tenga la mansedum-
bre de los fácilmente bravíos
te llegaré desde la gente
manso como el silencio
y solo como las palabras
irreal como las cosas que
sólo son en los ojos
y si me preguntas
para qué he venido
me sacaré los zapatos
para mostrarte mi
vida y si no me preguntas
nada agregaré al tuyo
mi silencio redondo
para que bebamos los dos de
la misma soledad.
399.
El silencio es un sitio de luz
y nos echamos palabras como sombras.
400.
...Y cuando el día, me habito
despierto mi vestigio indescifrable
sitiado en mi propia convicción
de un ritmo detenido
de un orden infinito de uno solo
de un punto inexistible
de un número que más o no de nada
levanto la mirada desde algún loco o ciego que llevo
ojos adentro
y apenas digo que apenas vi
el otro lado asomado a la cerradura
en un sueño que no puedo abrir.
401.
Ésta es tu tierra
el silencio es un país de espejos infinitos
por el abismo del eco tu rostro se repite
Por eso digo que ésta es tu tierra
un puerto donde también quedan los
barcos que han partido.
Tanto espera la soledad de los símbolos
vivida en tiempo de testigos.
campanas gritos derretidos
río de largos hombres anudados
al exilio
ésa es la tierra huertos convocados
al íntimo labriego
estuve madurando el exilio
la eterna soledad de mis manos
sin principioFueron cegados todos los andenes
anclada la sangre de las venas
como la savia de un árbol helado
402.
Abriré mis vertientes soltaré todos
los perros de mi sangre
inculcaré la luna en las olas de
mis campanarios
el relámpago de sombras será un ciego
al sol en el velamen del duro silencio
luego arrancaré a cantar
como la entraña de la nada un
día se suicidó con el primer pájaro
entonces ya será la luz la punta de
la historia intemporal para tejer
403.
Anclo en tus pies
Todo encallo pero me bajo de la
nave y camino
los pies de mi boca te persiguen
la piel camino de las vetas
Tu conciencia me espera en cada beso
Todo nos esperamos tanto nosotros
que para qué nombrarnos
simplemente vivirte que las palabras
suceden a las cosas.
coágulos de luz y silencio nos rodean
las manos que nos hablamos
404.
Las palabras no son tan graves en
la medida de las cosas.—
405.
También, porque todo contigo,
quiero ser obsceno.Obsceno como un colmillo
o la sangre en el pan
y masticar la dulzura
del asco libre y puramen-
te como una campana.
406.
Como una luna
la garganta meridional de tu silencio
es un cerrojo de palabrasPorque ahora,
que con las palabras sólo nos esconde-
mos.
407.
La piel de tu aliento
viene a acurrucarse en
mis oídos como una
pelusa en un rincón
en mi cuello se
agita la espuma del arroyo
como el eco del escalofrío
instanta la redundancia
del aplauso de sus alas,
y la lluvia suspensa la
fritura de su arena.
y se otoña
el derrumbe
de la tierra acu-
mulada en
mi sensación
y sube el vapor del polvo que las
piedras del alma resucitan
para contener la luna de tu beso
como una nube
408.
De indescifrables lenguajes
llueven tal vez letras
por el impenetrable espacio del
instante
en el sitio puntual del infinito
Hacer tierra con estrellas vivas
y no poder la célula original
(el número queda incompleto)
llueve el agua marginal
otro idioma de ventanas ve llover
Respira otra carne inmaterial que nos levanta
409.
De un púlpito infinito
llueven estrellas
letras de últimos lenguajes
el número total recuperado
en el punto infinito
de lo eterno.
410.
Florecerá el íntimo sol
garganta adentro del ojo elemental
toda la tierra congregada
en la raíz inimposible
irrevocable
primera
definitivadescifrado el cerrojo original principal
completado el número
411.
Desde mi nada sitial
como el fantasma de un fantas-
ma
mi mano te intenta
como si fuera de agua
412.
De tus tres fracasos pensé que tenías
mala suerte o que eras tres veces
culpable o que hay más de tres hombres
malos.
413.
Campanas a silencio se expanden
como la soledad súbita en los puertos.
estrellas vacías rompen
como golondrinas frías a media
travesía
frutas muertas bajo tierra en
los inviernos.
414.
Todos nos asistimos con nuestras
puertas
Ciudad.
Nadie o alguien o todos
en la duda de cada acecho
en la sombra del espanto.
Tal vez si el viento alucina
una mano que llama
alguno atraviese la plaza de
su miedo
y sobre el silencio de la ciudad
vacía llame.
Después, tal vez,
la gente.
415.
Para adornarte con diamantes
que respiren
con piedras de viva transparencia
como a la reina de todas las edades
emperatriz galáctica
yo elijo temblorosas gotas
de agua o de saliva
y a veces de lágrimas
un poco opalescentes.
Busco por los ríos
infartados de la noche
por los lagos insondables del silencio
por las olas del tiempo sin llaves
y esparzo por tu cuerpo
de continente y de peligro
esas frutas sin nombre
esas maduras estrellas animales.
Así te quiero a veces
mojada y temblorosa
como un mar malherido
que tirita y se deshoja
Algo antártico en el fondo de tus huesos
un poco de cal de luz dormida, adormecida
de miedo a las ventanas solas
Un poco de rincón en tus pupilas
mojada y entregada
entre el aire y la sábana
que te sostienen
como una voraz corola.
Por quererte,
te quiero de mil formas
pero a veces quiero hacer
caminos
y como tendiendo entre las estrellas
al azar algunos hilos
con astronómico delirio
trazo rumbos de besos por la tibieza
de tu cuerpo infinito
y dejo los pasos de mi lengua
con pisadas de esmeraldas
de diamantes latiendo
de ópalos y perlas
y así condecorada
con el agua primaria de mi boca
con el sudor que emerge
de mi carne espolar que te tripula
con algunas lágrimas
que son parte del rito que nos vive
parte de esta vertiginosa locura
te dejo hecha de cielo
princesa boreal collar de aurora
mojada con el agua
enamorada de la hondura.
416.
Este beso tiene algo de nosotros que no conocemos:
un beso.
417.
mi silencio incluye tu distancia
Ya no eres nunca sin tiempo
eres antes
418.
...y pero tu tierra azul
me fue cerrando perros
mi noche se quedó sin alas.—
cayó la música
como una bandera vacía.
Entonces se dijo
que las palabras significaban
y mi perro cerrado se levantó como
un perro
419.
Hoy me subo a mis palabras
sueno en la caña
lanza de mi grito
y me duele la sangre que te escribo
420.
...Y se abrió la soledad
el lento horror de lenguajes diferentes
El silencio inimposible
de gritar tal vez por dentrodimensiones
distintas
421.
Estoy esperando la mañana para contarte que soñé
con tu hijo.
422.
cierro los ojos y estrellan luces fugazmente.
no ha habido el tiempo
no puedo decirlas.
423.
Como las primeras hojas del otoño
jugando a haber sido mariposas
los pétalos de la poesía planean
Y caen a mi corazón.
Allí reposan, y se hunden
por los densos hormigueros
y recorren mil vetas laboriosas
relámpagos de hondura que las llevan
hasta una desembocadura de rosas
Yo andaba como un túnel escapándose
tenía la mirada fragorosa
Se han volado de mí aquellos acechos
se han volado con tantas otras cosas
Ya sé tu nombre y un culto de labriego
me empuja por las cosas más hermosas.
424.
QUE EL FUEGO SE QUEME¡Incendio! Está la calle atestada de peligro.
Hombres disfrazados de hormiga hormiguean
como burbujas incalculablemente.
Arrastran venas raudas, largas flautas donde se apura el agua como un urgente animal.
Nadie mira a nadie. Nadie recuerda nada.
El fuego embiste como un toro derretido.
Olas, lenguas, banderas, túnicas y bramido.
Las hormigas le clavan su aguijón chisporroteante. Las heridas del fuego son húmedas y vaporosas.
Yo estoy en esta esquina y no me pregunto por los señores asustados, por los amantes que se derriten en los calcinados colchones, por los cuadernos como éste que se van por la ceniza, por el carbón de los miedos y los besos con rumbo de humareda.
Ni siquiera pienso que podríamos haber estado allí, jugando a siempre, tú y yo, en un mañana cualquiera.
No.
No hay incendios para nosotros. No habrá mangueras escupiendo; gritos de socorro, reventadas ventanas. Habremos tal vez una inundación de mariposas, un caos de flautas incandescentes, un diluvio de palomas luminosas.
No me importa que se quemen estas casas. No hay tiempo más allá de nuestros ojos. No hay muerte ni dolor ni urgencia.
Toda la tierra nos asiste como un planeta que concentra su circulación, su pulsación de palomas subterráneas en la primera raíz de su naturaleza. Están dejando que el fuego se queme.
Ya le han sacado los ojos. Le han clavado una inminencia de agua. Ese mar vertical ya se desploma.
Cerca de mí hay dos señores en pijama que no se parecen en nada a nosotros.
No saben que han sido condenados a cuaderno perpetuo.
Me voy antes que me salpiquen con rincones.
425.
EL TELÉFONOTiene algo de buda o
perro echado, de tintero
de cabeza de toro
o zapato abandonado
misterioso caracol
si está callado
contiene en silencio todos los senderos
A veces se despierta con voz de grillo austero
y entre venas atmosféricas y magia tamizado
me trae el sonido más amado
la canción vegetal que yo más quiero.En esta soledad él es mi compañero
cueva del silencio y corazón alado
a veces por el aire me lleva hasta tu lado
como un instantáneo y ferviente mensajero.
Él, que toca tu voz con quieto aliento
que contiene en palomar tu melodía
en su boca la anuda con la mía
y nos lanza hechos aire por el vientoYo amo a este teléfono profundo
a su prolijo intestino casi vena
a su cráneo carbónico que drena
que me lleva por las glándulas del mundoEs el único antídoto del tiempo
único cerrojo del silencio
426.
Creo que podría ser profesor
de geografía
Conozco cada río del aire quieto
cada costa cada labio
cada abismo del silencio
Mis alumnos no usarían
anteojos.
Tal vez calandrias
en las manos líquidas
tal vez mirada de mordaza
Todos lloraríamos juntos
al empezar la clase.
Hoy por ejemplo
enseñaría los desiertos atroces
con esqueletos blancos
de luminosos caminantes
Allí han establecido
sus cadáveres titilantes
algunos poetas que nacieron ciegos.
Dejaríamos para nunca
los oasis
Alguien habría inventado
la palabra teléfono
Si no fuera por esta hora
en que todo el mundo duerme.
Creo de verdad que podría
ser un mal profesor
tengo todo que decir
podría asustar a mis alumnos
Dibujar en un pizarrón de lágrimas
cordilleras de besos
cordilleras con diamantes
que se quedan atrapados
en la boca
ay los volcanes
ay la nieve y la llamarada
y la lava en soledad.
Conozco este planeta de callar
con manos de viento
con garganta tormentosa
con huracanes de cuadernos.
Les aconsejo que no se inscriban
en mi curso
Podrían hacerse adeptos
a la poesía
y en alguna última página
a un primer suicidio.
427.
UN LARGO SUICIDIO MINUCIOSONunca te he contado que cuando yo no había elegido todavía mis pájaros, vivía en una casa con rostro verde. Allí fui feliz. Vivía en el amor sin conocer su nombre, y en mis sueños aún no había puertos.
Pero un día entró un pájaro ciego, con mirada de azufre. Creo que yo tenía la sonrisa como la tuya, como un castillo de marfil. El pájaro voló esparciendo miedo, salpicando sombras. Luego nunca pude olvidar la palabra pecado. Alguien arrancó las rejas de la casa, profanaron las flores, usurparon raíces a la primavera, echaron escombros al río que ciñe aún el terreno y la cintura del verano no tuvo nunca más guitarras.
No he vuelto a ver la colmena estelar, la noche de Casuarinas con mil luciérnagas ancladas.
Esas hojas que arrancamos juntos para palpar el olor del eucalipto, la savia en voz alta de la hiedra, me recuerdan el olor de mi memoria virgen sin ronquera aún, como los pies de un niño. Y desde que empecé a dejar de rezar, a perder de vista el miedo y mucho más la esperanza, desde que mi vida se volvió un largo suicidio minucioso, no había vuelto a anticiparme al nombre del amor. A sorprenderme enamorado. A encontrármelo dentro sin haberlo hecho pasar.
Qué me pasa con vos Marilói?
428.
El amor me condecoró la boca
con esta urgencia de versosno quiero suicidarme de silencio
puedo besarte eso sí,
permanecer callado
como una flauta perfecta entre tus labios
la canción nos crece por adentro
y la escribimos con galope de relámpagos.
429.
ven, bébete mis manos en celo.
bébete de un sorbo mi deseo
como un monstruo acechante y oculto.
430.
LAS FOSFORESCENTES TROMPETASLa música desordena manantiales
en mi pecho
desata relinchos
sopla los molinos de mi sangre
y hace saltar tu rostro
como candente
mineral eyaculadoamo su rastro de gases derramándose
su lacio paso de pez o de gaviota
amo sus manos de tules y de oxígeno
su cuerpo gaseoso y llamaradaamo las trompetas de metálico
vuelo
cóndores de oro transparente
flechas huecas de cristal fosforescente
431.
Dónde han dejado el resto
de estos cadáveres
el expoliado cuerpo del alquitrán
esta sangre tenebrosa de planeta?
Miro en estas calles
el pedregullo engarzado
un poco como un desmentido cielo
constelado de las pequeñas
y las múltiples muertes de los hombres
tapas de botella
cristales de choques irrecuperables
cigarrillos retorcidos
indescifrables gotas de café
orina o sangre.
Esta selva para gatos
y vientos invernales
estos jardines para que paseen Dioses
de hielo
estos cementerios para que nadie llore
me recuerdan que nunca he pedido
auxilio
No quiero que los restos
las plumas los párpados
los rotos dedos de mi grito mutilado
se queden enredados
a este cadáver general desatrapado.
Mejor me voy
hay una plaza a la vuelta de la esquina.
432.
LOS INCOMPRENSIBLES GRITOS DE SOLO A SOLOAh! Jaron, qué inexplorable miedo de no saber cómo ni con qué ser amigo. De repente encontrar otro principio, una puerta donde ser nuevos de nuevo, con el miedo inicial a la mitad del camino.
De ir hacia nosotros nos quedaron gestos en las palabras, palabras que medían el mismo sentimiento, como casas que aprendimos a vivir juntos. Un día, de regreso (pero no de regreso del nunca), podríamos encontrarnos los dos en una puerta, los dos regresados al mismo tiempo a la casa de una palabra que nos soledad mucho tiempo. Y no preguntaríamos por las espaldas ni por los caminos ni los rostros recogidos en el exilio. Sólo retomaríamos un día que quedamos esperándonos, reconociéndolo todo como las golondrinas que vuelven al mismo campanario. No te entiendo, pero aunque pudiera, ¿qué conseguiría? Si en verdad, no se está más cerca por saber la medida de la lejanía. Sí, tal vez sirviera de algo, tal vez sería como tener el rumbo de volver, como saber por dónde el regreso. Pero a veces, se vuelve sin camino. De los más abismados espantos nos despertamos de mañana.
Y qué importa si cartas oscuras o laberintos de palabras o palabras claras pero vacías. Qué importa lo confuso del haberse ido, los incomprensibles gritos de solo a solo, si la claridad importa sólo en volver.
Amigo, no siempre estamos, pero nadie diría de nuestra casa que ni siquiera vive o un huérfano o un asesino que entran de noche por alguna ventana para calentarse el frío.
433.
Quiero apostar con todos los poetas
con todos los juglares y todos los
mentirosos de la tierra con todas
las bocas suburbanas de la historia
con todos los tinteros trasnochados
con todos los suicidas y los gatos
con los conejos las moscas y los peces
con todo lo que ha estado enamorado
quiero jugar contra ellos mano a mano
boca a boca, solo contra todos
a quien ha dicho más veces la palabra
el nombre divino del amor.
Y luego quiero llevarte el trofeo hasta
tus manos, para ti, la hembra
más amada de la tierra.
434.
Empieza en los dedos de tus pies
deltas de pan y de firmeza
el continente donde desembarcan
mis besos como exploradores y
suben por las dunas perfectas
de tus piernas de subterráneos océanos
Empieza en cualquier poro
en cualquier centímetro de piel enamorada
en el agua vegetal de tu cabeza
en tus párpados donde no hay nada escondido.
Empieza en tus manos a veces
en tu aliento donde vive la sospecha
en el olor melodioso que dejas cuando pasas
en tu nombre si no estás, cuando te nombran
empieza, empieza y sigue
empieza en mí, porque te traía conmigo
como un hambre de milagro antes de hallarte
antes de que hubieras sido siempre
como una cueva sagrada.
Empieza y es la primera gaviota de la tierra
el primer amanecer sobre la nieve
y mi corazón reconoce su demorado nombre
desde su hondo trayecto de extravíos
como un ciego de manos luminosas
Empieza constantemente, siempre
como empezaba antes de llegarnos
igual que una exhaustiva geología
que preparaba la fertilidad para la rosa
Empieza en cualquier cosa, a la mañana
en el cuaderno que me llama blancamente
en tu imagen que es el primer recuerdo
como un faro en la niebla
Empieza siempre interminablemente
como toda el agua de la tierra
de innumerables raíces en la atmósfera
de infinitas arterias hasta el mar.
Empieza y me lleva hasta las vetas
de tu cuerpo templario de altares y escondrijo
allí enumero la redondez de las naranjas
mido el olor total de los jardines
y escondo todas las espuelas de la luna
en la marea envainada entre tus piernas.
Es el amor ya lo sabías
que lleva las infinitesimales cosas
de mi vida a tu nombre y tu recuerdo
como a un continente de eterna subsistencia.
435.
Cuando tú y yo hacemos el amor
nos asisten todas las flores de la tierra
los ingrávidos besos de los cardos
el cardíaco semen del manzano
las rosas que elegí para tu nombre
y los alelíes que no sé cómo se besan
Pero cuando somos el amor
cuando lo éramos y cuando lo seremos
Dios se acuesta con la eternidad
para engendrar la primavera
que trae una ofrenda de canciones
para ti que fuiste un sueño en demasía
de Dios cuando duraba solo.
436.
Cuando a veces
me miras como el pan
me dueles ese
hambre de tiempo demorado
que nos esperamos mañana.
437.
Un poco de vino para imaginarte
un libro de poesías para oírte
un jardín perfecto para sospecharte
Y luego vienes tú y comprendo
que no hay ninguna imagen que me alcance
que eres mejor que los mejores sueños.
438.
100 pinceles para tu cara
todas las flores para tu olor
todas las mariposas que flotan la mañana
para poder tu mirada
todos los vientos para tu voz de camalotes
flotando en la luna
y sólo yo para tu distancia,
retrato absoluto de la soledad.
439.
Si yo tuviera cara de fusil
andaría por la calle escupiendo
matando disimuladamente
El ojo de aquel gordo en esa esquina
me tiene preocupado
se lo voy a pinchar con mi nariz
como si fuera una líquida aceituna
y se lo sirvo en el copetín al ingeniero
que viene a comer esta noche.
Pero sigamos fusilando cara a cara
Me olvidé de decir que el gordo es un magnate
que trabaja con el ingeniero ocultamente
para construir fusiles que se parecen a mi cara.
Por ahí hay un tenebroso capitán
que todavía juega a los soldados
—Los de plomo los tiene siempre limpios—
Pum! por no lavarle los pies a tu chofer.
Ahí viene ese geométrico policía
a pedirme la licencia
de portación de caras.
Que levante un alegato a este relato.
Que le proteste a la biología.
Yo no tengo la culpa de no haber visto
Nada más que películas donde hay revólveres
Las otras me hacían dormir
Y sigue el pesado con su retahíla
¡Que ya le he dicho que no tengo!
¡Nunca he ido al tiro Federal!
Mi puntería es muy mala
no tengo acciones en fábricas de pólvora
¿Cómo? Que me va a llevar a la seccional!
Mejor sería no tener cara de fusil
voy a cambiar de tema.
440.
EL PÁJARO MAGNÍFICO DEL BESOJaron, escribirte una carta es fácil. Tu nombre es un caballo (tu imagen es un caballo ensillado con un nombre) para ponerme en la garganta desvencijada y arrastrarla como a un carro viejo haciendo ruido a herrumbre de silencio.
EL PÁJARO MAGNÍFICO
Querido Jaron. Pienso a veces por qué cambiando el nombre esta carta a cualquiera podría entenderse como para una mujer, o de una mujer. No es regla, pero cuando entra en juego el mecanismo de todos los "heteros" (el único que conozco es el sexual), se es capaz, somos, mucho más capaces de nosotros mismos. Entonces la sinceridad.
Ése es el lugar. Si ser es ser verdad, o soy sincero y lo muestro pocas veces, o soy mentiroso. (No es lo mismo.)
Con vos siento que de todo me saco los obligatorios zapatos, como animándome a parecer como soy y poder conformarme después con ser como parezco.
Entonces es allí donde yo y nadie más (dando por francos a todos) le veo cierta actitud extraña a la carta.
Se me enderezan los túneles. Se ve del otro lado.
PÁJARO FUNDAMENTAL
Creo que porque se nos da y lo necesitamos, siempre hay alguien que nos sirva de espejo. Cambiar de espejo es no tener la certeza de medirnos siempre con los mismos números, y es peligroso. Al final de cuentas somos de testigos, y no tener uno constante es perder contacto con nosotros mismos.
Pocas veces te dije que te quiero, lisa y llanamente; en realidad es como se quiere. Sin metáforas ni escondrijos para esconder la cara (la que sea), que nos cuesta enfrentar y dar.
MANIFESTADO
Hoy, yo andaba con mi carro de lujo, y me enteré que hace tiempo habían inventado algo así como el automóvil y el avión y el cohete que, qué ridículos, vuelan y se mueven solos. Los vi. Los vi y ahora los creo. Por eso mi carro está lleno de herrumbre.
Tal vez por eso una carta con tu caballo, una carta con motor como ésta, sea la primera en que te pueda decir que te quiero, con las únicas palabras que corresponden.
...Y pueda desde muy adentro firmar rolfi, con minúscula, como una flor seca a Cristo el veinticuatro con jardines.
EN EL ESPEJISMO DE QUE TENGO OÍDOS
Hoy he vuelto a olvidar algo. Una carta de Ainara está en un libro de Vinicius de Moraes. Me hace acordar a un huevo frío que en algún lado... También me olvidé de eso.
Cuando se ha olvidado tanto que ya no queda tiempo, se grita.
Esto es un grito: ¡¡¡NO TE VAYAS!!!
Siempre parte algo que no se alcanza. Se grita para pedir: ¡¡¡Espérenme!!! Tal vez el por favor no suena muy claro (tal vez porque se corre).
No tenés barco, Jaron. Pero puede partir el tiempo. La espera entonces ya no me sería vigilia. Entonces faltaría yo también en la medida de un llamado. Pero el llamado parte también, y el muelle es un sitio de soledad. Entonces sí, ya no se tiene otro grito que el del último silencio.
Jaron amigo. Jaron mano. Jaron silencio. Jaron bueno. Jaron Jaron.
Todo está de una manera. Y el silencio que música vacía. Y la sombra que dolor occipital de rastro. Y la nuca que soledad de los que quedan. Y los otros que se mueren, penetrados del odio que no les pertenece. Y todo que algo.
Y vos que Jaron. Vos que todo lo que vos. Como la única manera de que seas. Como la sola forma de que faltar sea ser irreemplazable.
Jaron, que se nos van los días. ¡Y qué lástima! ¡Y qué importa! Si estamos siempre juntos.
Querido Jaron, cualquier día en cualquier parte (todos los días, donde sea).
ÉSTA ES UNA NAVE AL SILENCIO
Si fuera tan macho no tendría
vergüenza de besarte en la boca.
Me avergüenza la vergüenza. Chau, hasta no sé cuándo.
441.
VASIJA DE CORAZÓNA veces, de tu vientre caen jaurías
de renunciados aerolitos
por venas de derrota
y desocupación
Es el otoño, tu éxodo de sangre
es cuando la seda vuelve a la tierra
y el gusano se hace mariposa
es la hora en que tu vientre terrestre
mastica la hojarasca humedecida,
con rumbo de nube
con instinto eterno de clorofila.
Amo tu menstruación, la lava
de tu vientre volcánico
los encendidos despojos de enterradas
atmósferas, tu galáctica savia
desmoronada, nieve herida
desatada cúpula.
Amo esa camisa de fuego
que tus íntimas ramas se desvisten
amo tu ejército de hijos
cayendo postergados
con algo de vencida hiedra
con campanada de ceniza
con escombros de paloma.
Amo ese innumerable cadáver
que te desorbita y duele
ese turbio deshielo de pan cenagoso
ese río de alas rotas
ese derrocado follaje de veranos sumergidos
esa dimitida cabellera mineral
ese dolor de destitución
que te tirita y te proclama
huerto de todas las rosas
mujer ante cualquier invasión
morada de la primavera.Frase prohibida = (mis besos te buscan como ávidos vampiros)
442.
Estas ventanas, amor
con el múltiple beso de la lluvia
mordiéndolas con desesperada impotencia
amor, esta mañana
se enhebra por mis venas
como el olor de los árboles
nos habitaba a veces
cuando caminábamos por tu vereda.
Quisiera contarte
cada cosa que toco
cada desolación que mis ojos van creciendo
pero no tengo versos suficientes
ni suficientes palomas en mis versos
y esta lluvia que late
con diseminado corazón el techo...
Es entonces ésta la soledad?
esa que se demora en los espejos
esa que hincha el silencio
en los desmantelados muros
de los destituidos templos?
Estoy solo y no
pero estoy solo
llevo tantos destierros en la boca
y mi verso te busca amor
entre las cosas amor que me aniquilan
y a veces te toca, amor, te toca
te besa te ama te moja
y a veces me muere
como una paloma, aquella
en medio del océano infartada.
y esta luz y este aire
que me manipulan
Es la hora
amor de estas ventanas atroces
de esta mañana sin palomas
sólo barcos
con sirenas lejanas
y esas otras
amor, esas otras que nos nombran.
Cómo es tu mañana?
aquella de doradas piernas
un poco demorada
entre las demoradas sábanas del alba.
Cómo van los pasos de tus ojos
por esos pasillos venales
y las fotografías
en los muros que yo no miraba
pero que ahora reconocería?
Cómo son los silencios que me nombran?
y las palabras que me olvidan
cuáles son las manos
que acarician el plumaje del aire
que ya no me reconoce
La muerte es la única distancia
sin partida.
Y por nombrar cosas idiotas
la guitarra del aire
sin dedos
o tal vez mi corazón
que tañe
y este cuaderno amor
que me sostiene
como tu nombre
como un escudo
pedestal terrestre de mi boca
y la ventana donde
rebota
la lluvia que también está sola.
443.
Eres silencio, sin embargo te hablo a veces
como ahora.
444.
A Dolors Alberola
ANTOLOGÍA DE JARON
Amigo, un día nosotros
hacia el silencio que se alarga a cada carta
volveremos como al silencio sin principio
hasta la primera palabra.
Hoy olvido por los dos las flores
la tierra es un barco desnudo
el pan nos viene sin campanas
amor amigo amor
vaso que agua en sed. Nos basta
amigo, amigo amor
ésa es tu locura de la estirpe humana
ése es el pecado si el acero el número
pero qué importa! ¡Canta!
bébete las venas
borracho de mi sangre vana
que yo existo de verdad si tú me pasas
y tú que tú como si fueras
antes y después de los espejos
existes aunque yo no sea.
445.
DEVOCIÓN A MÓNICAEn alguna parte estás, pero tu vez no es
mía
por eso, o porque otras manos atarean la
marea de tu sangre.
446.
PEQUEÑA MÍAPequeña mía, camoatí de melodías no inventadas, cueva de flautas pastoras del oro
Quiero hablarte a veces
sin decirte nada. Pasear
de tu nombre por la atmósfera, volar de tu mano por la música, acampar en una mariposa y clavarme una manzana para tener un corazón.
Tal vez en las alas del tiempo, tal vez con las prestadas sandalias del destino, tal vez porque sí, porque dios, porque caminos; yo no sé por qué pero nos encontramos.
Ahora me parece que saliste de una profecía, que a través de muertes y mañana vine buscándote y que ya mi brújula puede echarse a dormir como un fiel perro de caza. Tu voz es la medida exacta de mi oído, tu cuerpo es el barco de todas mis tormentas, tus ojos tienen enterrados talismanes, tu pelo es el país natal de mis caricias.
Tú me indultas lo más arduo de ser hombre = ya no me pregunto por los irrespondibles dioses. De repente comprendo que vivir era una búsqueda y puedo dormir calentado por el fuego donde se queman mis gastadas herramientas de caminante.
Me he preguntado muchas veces por qué tejo estas redes, qué quiero pescar con mi poesía. Era tu alma, un pez originario. Pero las redes cayeron de tus ojos y estaban tejidas con hebras de vuelo de golondrina. Y no eran redes de atrapar, eran como manos de secar el sudor de las bestias atrapadas, toallas de sueño para los que nacen enterrados.
Me contaste que te amamantaste de lámparas, que pacía en los espejos de tu cuello sus raíces de luz la madrugada.
Me contaste que a veces te vertías por las ramas amargas de la noche y volvías hecha de rotura y extravío.
Me dijiste que tenías cementerios en la boca y algunas cruces en la piel y en las palabras.
Me contaste de dioses de diamante que bajaban con los ojos por el aire y me enseñaste a jugar a ser un dios de ésos.
Y cuando te tocaba yo tañía el universo.
Me contaste tantas cosas, por ejemplo que la boca no era herida ni dolía, que ése era el sagrario de las profecías, que todo lo que hacía era de besos.
Me enseñaste a jugar a los naufragios. Yo tenía alguna sal en mi madera. Pero tú eras mares diferentes y me devorabas y me devolvías.
447.
Mujer fundamental, veta de gacelas
mina donde surge la mañana
guitarra genital del alba
telar profundo de la primavera
Mujer, hondo cuerpo de flauta
donde vivía la música primera
tus ojos son frutas de lejanas tierras
tu alma tiene soledades de otra raza
En ti vinieron a abrevarse las estrellas
A ti bajaron en manada las galaxias
y en tu vientre pusieron una lámpara
y pintaron tu sonrisa con espera.
Se te hincharon de pétalos las venas
tu corazón se transformó en campana
y todo tu cuerpo era una casa
tu mágico cuerpo de alfarera.
De ti salió como la luna llena
era un pan de arco iris una espiga
era el número total de las vendimias
era el cuerpo de todas las cosechas
Tú le diste a beber cada paloma
tú sembraste la música en sus dedos
Y ahora tiene el corazón de vuelo
y mirada de mansas mariposas
Sostenida de latidos atmosféricos
pasó por mi lado como una flor de atmósferaurgente salto de mi memoria
en ella descansaba un viaje eterno
Por eso mujer, madre del agua
quiero dejarte mi flor hecha de frío
un poco de equipaje de caminos
como el alba lamiendo tu ventana
para que a la hora total horas afuera
tengas aún mi corazón de página
como un humilde altar que te consagra
desde lejos mi madre verdaderaporque pasé a buscar la vida por tu casa.
448.
SOLO COMO EL PRIMER MUERTO...¿O acaso cree ser la única que tiene derecho a su voz, a sus manos?
Estoy solo. ¿No lo entiende?
¡Solo! ¡Solo!... Solo.
Y estoy más solo que lo que puede entenderme.
Más solo que solo.
Porque alguna vez no estuve solo.
Porque no puedo estar solo del todo. Porque tengo voz, y manos. Y no crea que eso es asqueroso... Es... ¡Qué sé yo!... Es triste.
Vea, m... me da ganas de llorar. ¡Y he llorado!
Yo sé que hay muchos solos.
Y que nos damos las manos de los ojos en las estrellas.
Pero después... ¿Qué estrellas?...
Uno se hace un levante y pierde confianza con el cielo.
Y sale mucho más triste al frío, con el aire hurgándole el alma, y con más ganas de llorar.
Porque no tiene con qué.
Ya a esta altura del partido debo tener el alma herrumbrada.
Tengo callos en los ojos.
Y el corazón abollado de tanto aletear sin razón.
¿Sabe?... Vivir sin fe es sólo aptitud para morir.
Siento que el alma se me evapora, que sube como si fuera de humo hasta el corazón del cielo.
Y después me llovizna por la espalda decepcionada.
¿No cree que el alma está en el vientre? ¿Después de todo?...
Una mano le pide a la otra... Mire, ya las tengo secas.
Y tengo ganas de gritar.
De meter las muelas de arriba en las de abajo. Y al revés al mismo tiempo.
Y tengo miedo de morirme...
O de despertarme y ver que soñé algo tristísimo y que estoy más solo que el primer muerto.
Estoy atrozmente solo. Dejado. Quedado... Como el último vivo.
Un ciego de nacimiento, si es que llora, no sabe por qué.
Yo sí. Yo sé que no veré más.
Yo iré olvidando poco a poco, que es el peor de los recuerdos: saber que se ha olvidado.
Es la manera más vengativa de las cicatrices.
449.
TODA LA NOCHE BESADOSLa primera vez la había visto sin pensar en la casualidad de que las cosas fueran como eran y no de manera diferente, que tal vez también me haría pensar en la casualidad.
Pero ella no era ella, porque por qué no una que leía con los dedos olvidados en una obsesión entre el pelo, o la que se había bajado por adelante o la que a veces en un bache me rozaba sin dar tiempo a la noción que apenas ensayaba una sensación sin luego.
Porque uno es uno entre muchos, y me sorprende la posibilidad de hoy, ida y vuelta hasta aquel día, como un temor de que no hubiera sido.
Nunca se separa cada uno de todos.
Advertido es uno y los otros, por eso ella, que no tenía por qué serlo, era ella. Por qué hoy, porque hoy tal vez es ella desde antes, pero recién hoy, porque ya puede haber recuerdo, ya tenemos antes hoy, ese extraño futuro recogido donde aprendo que las segundas veces son una casualidad mayor, o la primera casualidad, porque por qué no en realidad la primera vez.
Porque los colectivos llevan gente y la gente debe ser gente, y todos los que son, en alguna parte, pueden tomar ese colectivo, y habrían podido ser y fueron, o no fueron, y todo debe ser dónde y también cuándo, y con quién. Por eso es razonable que sea, que haya sido, y que las veces se recojan también en la segunda, cuando la primera se vuelve primera y algo pierde el anónimo olvido cotidiano, preparado para todo lo que no queda o, tal vez, por tan poco, ni siquiera pasa, y me vuelve testigo, me es un poco la tarde, mi certeza de ella.
De repente algo tiene razones, cobra dudas y preguntas, se cae en la cuenta de los quizá que pierden el infinito en una vez, para haber sido, definitivamente, inexorable.
Por eso todo lo que es tiene los como en el ahora estrenado.
Y el colectivo incesante reuniendo el nunca con el siempre. El cada día con el primer día (siempre hay un primer día) y ese hastío vertical acosado del diario naufragio de siempre anonimato, cuando no asusta ni sorprende que todas las veces que son primeras también pueden ser últimas. Y no pregunto por los que ni siquiera revisé (amontonadamente todo o siempre), no pregunto quién, no sabré luego que vi o pude haberla visto ese día. O quién morirá mañana o no tendrá otras veces, o no recuerdo hoy si antes.
Y el fragor del lunes nos alcanzaba a todos, pero a los dos, porque ya los dos, ya ella.
Y el pelo se le subía hasta la cabeza como un tigre azul.
Y mi certeza en un segundo y mi anonimato interrumpido y siempre por atrás y por delante. Esa mirada de ser también los otros. De ser el púlpito que somos hacia más allá de nosotros. Esa mirada de colectivo, de lunes, de nunca y de tal vez.
Hoy la conozco. Viajé hasta su imagen por las veces. Hoy no comprendo cómo pudo un día no parecerse a nadie. Hoy que recuerdo que tantas veces se parece a ella. (Que cada mirada primera hasta lograr la segunda que necesita ya un recuerdo o un olvido preparado), que cada mirada vacilada en el reflejo de los vidrios, que su mirada entrecortada entre tráficos de lunes y ciudad, entre cabezas y brazos hacia el pasamanos. Hoy que recuerdo que de las historias se guardó una sola cosa de los días y tengo su cara fácil que no puede ser incierta, su cara que no había sido.
Hoy recuerdo que nos fuimos por las veces sin preguntar mañana y amontonando ayer parados sobre un punto.
Había recordado ese ronco 60 sobre Las Heras, todas las cosas que venían empujadas de ayer y que recién tenían hoy. Había recordado que siempre es porque sí o porque algo; un libro en la mano y una carpeta acostumbrada (cuántas cosas que son costumbres pueden ser nuevas y sorprendentes con sólo cambiar una persona).
Había recordado que nos habíamos ido hasta el día sin contarnos, que los días empiezan hace mucho encontrándose el proceso, la algebraica antecesión, la sucesión causal de lo que sólo se dice historia (siempre el quizá hacia adelante).
Y no bastan los mañanas recorridos ni las cosas justas o las premisas que no han sido todo lo que ha sido.
Hoy recuerdo el miedo primitivo (el día que me persiguió hasta el día). Aprender los primeros olvidos.
Estuvimos toda la noche besados contra el insomnio inminente. Toda la carne abandonada al rastro del sueño. Después volvimos como los murciélagos.
Recobramos los ojos, la mentira y el miedo y nos tanteamos el silencio hasta encontrar el día de los días.
Aquella casa vieja donde íbamos a lavarnos el domingo.
Tu vez herrumbrada después de tanta travesía.
450.
LAS FLORES DE ELLAHe recordado a veces cosas que han perdido el orden y los números. He recordado siempre. Hasta que el recuerdo es más largo que el tiempo de las cosas.
Porque viajados, rutinarios, encontramos el nosotros, dejamos de ser cada uno.
Y yo me expliqué tus libros, y supe qué cosas son a veces, porque tuve, me acerqué a tu siempre.
Tú me sirves de costado. Marchas conmigo y yo te cuento estas cosas eligiendo las palabras como las frutas.
Había siempre un espejo donde aprendernos. Sentados hacia nosotros, estuvimos comiéndonos los gatos que giraban en nuestros arrabales.
La tarde era hermosa, tan hermosa que podían ser hermosos los cementerios.
La gente del domingo que hace lunes sobre los ómnibus, me servía sin costumbre para la costumbre.
Hoy le llevaba flores. Una vez las flores, recuerdo... Ella no había dicho nada.
Cuando di la vuelta, el panteón que siempre me servía de orientación, dejó de seguirme.
451.
No hay
una sola quebradura en mis ojos
una sola ruptura del aire
no hay un solo momento en mi día
que interrumpa la catedral pujante
de mi memoria levantada
No hay un tajo en el silencio
por donde no se escapen ráfagas de canto
buscándote tu cabeza lejana, continente de mujer y de niña
No hay una palabra donde no capulle tu
nombre
una habitación donde yo entro
que no se ilumine de tiniebla viva
de silencio palpitante
de distancia encinta.
El amor viene (vienes) conmigo
como un arco iris para mi cabeza
como un halo de luciérnagas para mi
sonrisa.
Ya te he dicho todo (ya toda mi boca)
pero mi voz no quiere reposo
quiere trompetas calladas
y silencios que gritan
el sonido de las islas solas
el sonido del incendio en una isla
todo para construirle casas a tus ojos
chozas de saliva
trincheras a tu boca nocturna
donde encontrarse en sueños con la mía.
El amor va conmigo
es mi bastón, mi linterna incansable
y mi guarida.
452.
Una mañana de lluvia tenía los ojos con
hache linyera en el zaguán del tiempo
redondo de frío y de hambre
extendió los ojos como manos
despidiendo un barco alucinado
lo encontraron muerto de locura
pero él ya viaja en el barco.
453.
DEL CIRUJAAsí es mi amigo
hay que andar muchas veces una calle
para ser amigo de la vereda
Recién lo digo
después de haber dejado sombra tiempo
taco y seda
sobre el mosaico que no siempre
tuvo umbral para mi abrigo
454.
En la gran ciudad cada persona que se puede
encontrar y no se encuentra es una despedida
Cuántas despedidas pasan por mi lado.
455.
A BORDO DE LA LUNAel albedrío de mis noches
no te alcanza.
456.
el silencio llega como un lúgubre emisario
todos lo dicen a la hora
del albedrío sin cadenas
Todas las ventanas dan a rostros vacíos
con los ojos verdaderos
contra rostros remotos.
457.
LENTAMENTE HERIDOMientras la cabellera mojada de la canción
resbala por la piel de mis bronquios
como un látigo enamorado
Miro los barcos debajo de esta altura
como cisnes o adormecidos camalotes
El cuerpo turbulento de américa
golpea mi ventana, ruge su desnudez
de hileras y casas
la ancha vagina de su puerto.
Allí fue, allí pasó mi escondida historia
mi desenvainado destino mi rastro que me buscaba
los pies por esas calles que eran las que a veces
mi memoria vacía no conseguía inventar.
El llanto es un sonido nupcial que hay en mis ojos como una casa hinchada de silencio. No puedo llorar, muerdo mis sueños como viejas uñas. No nos tocarán campanas. No nos correspondía otro milagro que el dolor luminoso de sentirse vivo a cada muerte que nacimos con las raíces ensangrentadas Voy esparciendo cadáveres, cementerios de sonrisas mi rastro es el inventario denodado de un profético veneno. He llegado hasta ti con pies de muerte con paso de fogata con mirada de turbio martillazo he llegado como un capitán de suicidios postergados a tasar la exacta medida de mis dientes a saber el número total de mis delitos. Ése es mi homenaje para ti. He llegado de sangre con corazón sangriento ileso de mí pero lentamente herido, llegué con pie de llamarada. Pero de repente habías sido, y estabas ante mi tiempo como una isla hospitalaria como el profetizado altar. Y en ti era una cara toda mi mochila de rostros, toda mi sedienta exhausta cantimplora de nadies. Todos mis olvidos te recordaban. Te parecías a las cosas más simples, al pan y al agua a las sábanas y a los amaneceres con llamadas y a las calandrias indescifrables entre misteriosas ramas a algunas cosas sucias como uñas entregadas y a todas las cosas limpias. En ti no había otro delito que la vida otro pecado que no haber sido todavía eterna. Te vi y es verdad que me encontraba. Una manada de ventanas me golpeó la espalda, de mis ojos volaban como hojas secas todas las fotografías y todas las cartas. Yo ya venía de ninguna parte. Cómo poder recomenzar este camino hay demasiadas flores no puedo detenerme ni mirar atrás, todos los pasos a mi espalda siguen conmigo
458.
Estoy vivo a patadas a mordiscos a párpado
a gritos a espina desaforada
y raíz al galope.
Catarata de pétalos
desbocada marea
alas y tajos en un solo vuelo
Y de repente como el torrente brioso
me anudo al lago de tu imagen
y soy paz.
Es el amor,
Estoy enamorado.
459.
(Perdóname,
yo sé que tengo derecho de gritarte
sé que soy superior a ti porque soy hombre
y si te retobás te cago a palos
pero ponete mis besos como una bufanda
y pisame la lengua
y si querés meteme las tetas
en los ojos que yo te voy a seguir diciendo que
te quiero.)
460.
¿Qué pasa Clementina?
¿Quién tocaba el timbre?
¿El padre Azcárate?
¿Tendrá miedo que publique
mi libro?
¡Los tengo!
¡tengo al clero en un puño!
¡Compañero Alfonsín!
¿me oye?
¡...que tengo el clero en un puño
Presidente!
(si supiera que dentro de poco...
yo...
yo mismito...)...
¿Cómo?
¿Que ya había sacado otro decreto?
¡Cagamos!
461.
El lápiz es el testimonio de mis ideas.
A diario recojo el mundo, y escribo lo que
se me ocurre. Pero, ¿qué se me ocurre?
El lápiz es el testimonio de mis ideas?
462.
Las sombras son testigos
de las cosas
463.
La gente que no es cariñosa es lo menos intelectual que hay. La gente que no se prodiga cariño lo hace por poco intelectual, por corta de alma y de inteligencia.
464.
Quiero decir el cielo y tu nombre se derrama como un manto que no puedo riendar.
Quiero decir el río desenrolla su charla de agua y digo,
tu imagen pasa
como el viento de un río,
Quiero gritar mis ojos para que traigas las anclas y no se ahoguen
Quiero susurrar la mirada de mis manos y tus contornos no me
escuchan,
Quiero decir y te llamo,
la ola del ocaso segrega un altar.
Ésa es tu imagen y yo vivo de tarde
Mis manos se derriten esta noche como un agua
sin vasija
Mis manos no tienen la mordaza de las tuyas
y gritan.
Quiero gritar mis manos y no puedo detener
mi bote tan pequeño que se va tras ellas.
465.
Voy a tratar de ser amigo mío
voy a tratar de preguntarme cosas
me voy a regalar un montón de termómetros
un kilo de balanzas
un litro de espejos
todos los barómetros que sean necesarios
un alambique si hace falta
y voy a romper ese reloj insobornable.
Y me quedaré conmigo a pasar la noche
el día la semana
el año el siglo,
la eternidad completa
sumergiendo instrumentos
analizando piedras
tomándole la fiebre a mi sonrisa
leyendo abecedarios de silencio
hasta responderme
hasta saber quién soy.
466.
Voy estas fosforescencias
por la orilla de la vida
a veces un poco horario
tantas veces nunca
tanto siempre nada.
Me parezco a las luciérnagas
pero cuando no me enciendo
es que no existo
no tengo otra estadía que la luz
otra palabra que el beso
Sáquenme de encima estos nombres
como muebles antiguos
esos baúles incógnitos
y los pequeños cajoncitos
de hacer cosas útiles
como entrar en las peluquerías.
Yo no me corto nada
tengo demasiado poco
me dejo crecer la sombra
admito cada habitante
Sonrío al que me sonríe
después me apago
soy noche
existo tiniebla
pozo desparramado.
Y en invierno no hay
luciérnagas.
467.
Entonces me preguntó que cuánto faltaba y yo le dije que dos años y me dijo que bueno, que gracias porque era feo quedarse con esa ansiedad indefinida de no saber cuándo. Entonces no volvimos a hablar, y yo no vine a escribir esto para verlo después.
Hoy es después y atravesé un largo olvido y ahora estoy ante mi precaución de hace... ¿cuánto tiempo hace? ¿Cuánto faltaba? ¿Para esto? ¿Para esto faltaba?
¿Cuánto faltaba para qué?
468.
Ahora son las guitarras lloviendo
escalofríos
cuerdas tiritando
aire aterido de canciones-silencio
párpados temblando
un poco de grillos derramándose
espumosa madera
y tú surges de todo
como un vapor de fotografías ausente
y poemas no escritos. Y tú
y yo escribo
Tú y estas guitarras.
Follaje de aire
hojas que chocan y titilan
estrellas de tiniebla,
la soledad es terrible
voy a escribir esa frase
la soledad es terrible
Y estas guitarras apuñalándome
con pétalos.
469.
tu boca es la desembocadura del
alba
manantial del universo
cerrojo de palomas emigradas
y además la canoa de mis besos
y la quilla de tu lengua
470.
as never
as possible
471.
Entre la nieve ordenada de estas páginas
guardaba como el secreto hondo de las flores
nuestras fotografías (polen)
Y mientras soltaba barcos de papel cargados
con mensajes anhelantes hacia mi memoria
tu imagen se caía
llovía escondidamente sobre las frías baldosas.
Alguien las recogió y me las entregó reconocién-
dome
Estaban frías
Pero somos los mismos sobre el papel que nunca
pierde la memoria. Qué miedo tengo de la tuya
y de la mía.
Porque si caemos los sueños sobre las baldosas del tiempo
nadie recogerá nuestras almas. sin imágenes
vacías.
472.
Como un hechizo, surge entre vahos de silencio y delirio
el milagro peninsular de tu cabeza, como un faro
para las naves de la espera
473.
Quisiera ir a vivir en una flauta
para que cuando tú fueras a soplar
entrar sigilosamente en tu boca y
trasladarme dentro tuyo para
siempre como un parásito enamorado.
474.
IPALUn puto no tiene otra salida que fanatizarse con su desviación hasta el suicidio, o el suicidio mismo.
A todos los de Ipal les pasa lo mismo. María se les ha subido a la cabeza.
(Ipal es María, por eso es un camelo.)
Como a los putos obviando,
que a bastantes ya les pasó
lo de putos porque lo son.
475.
Creo en nosotros
en nuestras risas
Creo en mí
—si no creyera en mí no podría creer en nadie
creo en mí porque mucha
gente no me conoce
porque hay soldados en el Vietnam
(porque las madres dan hijas
para que yo me las coja)
porque al silencio lo beso en la boca
cuando me siento solo
porque hay gente
porque hay gente que nos venimos
por el tiempo buscándonos los ojos
porque hay alguien en alguna parte
que se va a casar
conmigo
¡Ah!
porque soy capaz de matar
se los juro
¿pueden creerme?
Y si pueden creerme, yo también
creo en mí por eso
y por lo de más allá
¡¡¡(rajá a la mierda pelotudo
no ves lo que me hacés poner?
y ahora ya está publicado.
Creo en mí porque hay gente que no
conozco y que voy a conocer algún
día
creo en mí menos cuando leo lo
que escribo
Creo en mí porque el padre Azcárate
me dijo:
¡No! esta vez no se equivocó el padre.
Creo en mí porque creo en mi mamá
pero mi mamá es los otros
Y dije que para creer en los otros debía
creer en mí
y si creo en los otros ya está
Y creo en Dios padre todopoderoso
porque hicimos las paces.
y me juró que no me va a
hacer picar por las hormigas
cuando
me quede dormido tomando sol.
Y creo
y creo que me estoy yendo
a la mierda.
476.
A veces yo bajo hasta donde el mar que es cielo techa un pequeño
mar de agua doble, donde las estrellas de los peces se reflejan
sobre una patena oscura y dorada dura y blanda, algodón y espada, pero
siempre tierra, donde tú guardas el secreto que te murmuré una noche,
una noche en que imprimí mi sombra como un árbol en la tierra
mi palabra se desplomó en ti como un pájaro en el agua hasta entonces
imblanda de un aljibe
allí goteó mi voz como el agua que se desenreda de las fisuras
y cayó espesa y única la palabra, la letra, el punto
que tú encofraste amor punto letra palabra grito.
a veces miro por tus rendijas dentro del templo y veo en el altar de
tu alma, sobre el ara de mi imagen un pájaro que abriga la
sombra de mi reflejo en ti que la vela paciente de tu amor
derrama.
Yo no tengo imagen de tu imagen tú la guardas por mí
junto a la mía; por eso encierras las más simples mariposas
de los ecos de mi voz que sigue conjugando: eras, eres fuiste y
eres y serás eternamente
477.
Con la patena de mi viento
voy a recoger de tus copas
tus gárgaras de pájaros
Un sorbo de misterios que bebe en un instante
la lengua de la llama.
Voy a buscar la fruta de tus ojos
a morder tu silencio
a amordazar de beso el beso
Vuelvo chorreando la sangre de las horas
los pájaros no llevan las migas
Un sorbo de la noche atraganta mis manos
el corazón gutural hace viento en la sangre
tus imágenes gotean sobre la arena
y sobresaltan el desierto de mi ceguera
pasas o paso y vuelves o vuelvo
pero nos acabamos intermitentemente
algunos pájaros recogen un minuto de las horas
la puerta no podrá detener nuestra
muerte sucesiva en cada instante de la hora
del instante,
mi cariño te persigue pero no alcanza
a quererte, tu muerte es más veloz que
mi amor.
las alas de la sangre se contraen
la noche aletea
las olas del silencio rompen
las olas del silencio, la espuma
los ojos de la espuma
la arena, mis ganas de morir
mi muerte sin importancia.
Tu imagen leve musica desde el vértice
del silencio, sin parpadeos
las peñas caídas de la sangre
se derriten,
He sobrevivido y desmoronando carne
del agua tomo tu mano y te extraigo
friolenta y trémula
Con la muerte en tus ojos y la vida
tras la muerte ya transparente
en tus ojos
Con la patena de mi viento recojo el silencio
de los pájaros ya dormidos en tus ramas
478.
En el cielo telarañan los relámpagos.
Hay un árbol lejos que es también un relámpago
que hiedra su humedad por el vientre
azul como un brazo de antiquísima
muerte que fibra su ruego oscuro
de várice.
479.
mis palabras se
enredan en el viento
y mi sangre se da la mano
con el río
y el agua anudada con el agua
habla de nosotros
y mis ojos se enlazan al silencio
y mis manos muerden las horas
de mis horas
de solo.
480.
Voy ganando pasos al camino
el tiempo se contrae y mi
existencia se dilata
el sol del tiempo baja
al costado de mi existencia
y la sombra de mi vida
se derrama,
Sobre el mar de mis horas
yacen mil ahoras
la ola del último aplasta
contra un cielo
yo vivo mi ajustado
presente de horizonte
y el cielo va bajando al mar
hasta que me quepa
el agua que se ignorará
total.
481.
Mis ojos se agregan la
perfección que es tuya
y llegas con el énfasis
del mar cuando mis
aguas de río se confunden
arrugadas tiñiéndose del
sabor de tu sal
y llegas,
y se despluma de las rocas
el puñado de arena de las
gaviotas que salpican mi escalofrío.
482.
En la lengua de mis dedos se disuelve el sabor de tus itinerarios.
Dejan los pájaros de tu piel el himno de sus alas como la
melodía de una estela que vierte la cabellera de sus olas
en el viento de mis manos
483.
Mis olas acumulan en tus golfos los peces muertos de mi amor vivo
y las rocas de las playas y la playa están
quebradas de musgo y sal quedada
y los peces de mi amor llegan marcados
en las olas intermitentes y puedes confundirme
con el cielo y puedo verte en la arena de mi
alma donde los peces de mi amor crecen para el
día de amarte,
y en un momento la luna, la luna del amor,
y las playas arrasadas en el momento de la luna
del amor, y los musgos destrozados y la arena
de mi alma transpira por los labios de mis olas
y no recobraré la arena de mi alma y no
recuperarás la arena de tus playas
y la mano rota de un barco desesperada con
las astillas de sus dedos mordiendo la costa
allá lejos en ese momento de la luna del amor
en ese momento apretado del amor que bosteza.
Cuando la luna cae como un grito en el agua
y rompe las olas de mi amor, y mi amor queda quebrado
en la espuma, en la espuma de las esquirlas de
mi amor.
Has llegado tú, tú de mi amor, tras la luna de
mi amor como un ciclón, y eres el país extraño
donde puedo levantarme tras el viento
Y eres la imagen pura de dios que se pierde
en un instante.
Cuando vuelvo a caer en los escombros de las olas
en la playa hecha trizas. Y los peces ya muertos de mi amor
Y el musgo.
484.
Hoy te vi de mí amputada, separada
te miré como se mira lo perdido
por un filo dividido
y supe que el sabor que gustaste en esa herida
era el mismo que dolía al dolor mío
y aunque tu dolor me ha dolido
saber que te dolía calmó el mío
acurrucadas las manos,
cansadas de ser puños
son cofres que abrigan
la perla del último toquealma: empaña la voz
una vaporosa ronquera
485.
SE ME HA|ROTO|EL|ANILLO!!!
486.
Nunca has llegado aunque son ya
ayer, muchos mañana.
Pocas veces edifico mis sueños con los tuyos.
otras intento averiguarme en tus
gestos y palabras.
Siempre mis sueños han sido ellos
487.
Albaba su crepúsculo la mañana que esperaba.
Ya el momento era instante y era el antes nombrado.
Tú ya deberías estar esperando.
488.
Tú no sabes cómo sólo tengo la luz
489.
Lloré que todo lo veía con hache.
490.
Tu boca late
y despunto sangre
que quedó enredada con la mía
como nuestras ramas
(podrían estar guardadas
bajo la lápida del lacre).
Tu boca es mía, es de mi boca,
como de mi sangre tu sangre,
los dedos de nuestras bocas se embastonan
en los leños del beso
como dos llamas del fuego
491.
Te pintaré los ojos cuando tú mueras,
te besaré la boca fría y seca
apretaré tus manos duras, de madera
y enjuagaré los dedos en tu pelo de cera
tenderé un silencio sobre tu piel de cala
morderé con mis manos, las tuyas pálidas
y apagaré la noche con alguna lámpara
para ver tus ojos como los pintabas.
Te pintaré los ojos, no lloraré, lo sabes
pero si acaso alguna gota sobre tu muerte cae
¿Qué más dará llorar tristezas que no sabes,
si habrás muerto sola
sin mi verdad que ignoras.
492.
Porque tú eres la otra orilla de mi silencio
Porque mi silencio es una manera de tu voz
porque ya ha sido. Busco el sueño de tu rostro
compañera, ahora que la noche arrecia sin barandas.
Busco tu mano sin vez
La paloma rescatada de tu risa
y tu cara, tal vez,
aunque no sea, y sea más allá de mi distancia
Hoy te quiero amiga,
amiga
Hoy te quiero y muerdo tu mirada sin principio
como el fervor de luna del galeote
que sobrevive más allá de la fatiga.
Te busco y te encuentro
porque eres más yo mismo
y vuelvo de mi pozo sin preguntas
con un poco de tus cosas casi sólo sueño,
y me basta tu sola vez, tu sola vez
la antorcha que arredra mi abandono
como el acoso feroz
de la marea solitaria
Izo tu mano
despavorido de sol
enarbolo tu cara sin recuerdo
y no importa no haber ido a buscarte
mi costado te anticipa
como una profecía acatada antes del día.
Ya leva anclas la vigilia derrotada
Echa amarras la mañana conquistada
y atestigua mi alma,
tal vez en algún sitio
tu verdad que se parece al sueño
aunque no hayas sido recogida
Tu voz inaugurada es un heraldo de olvido
mi silencio se suicida
y pregona tu nombre sin espalda
Es cierto nada titula la palabra
Pero sin haber perdido
recupero de otra nada
tu cara ausente.
Ya no más tu olvido sin recuerdo,
ya no más mi distancia
sino tu lejanía
y en el pan sin oficio que era espera
ya tu rito
tu costado cotidiano presentido,
compañera, amiga,
cómo te quiero amiga
esta noche.
493.
Era un altar de madera que dormía
y dormían en su sueño misas pasadas
y un cáliz con sangre marchitada
y dos velas chamuscadas de llorar su existencia
sobre su muerte lenta, lentamente.
Y una flor arrugada, caída de una ofrenda
y en ella el cadáver de un perfume desteñido
y me acerqué y mentí la devoción hincado
y lo abracé y tomé la flor
y adiviné el perfume
y me crucifiqué en su cruz
y fui yo y también un clavo
y lavé el cáliz y siguió llorando
y me bajé de la cruz
y no guardé los clavos
y salé a savia de la madera donde fui crucificado
y el cáliz siguió sangrando y las velas se apagaron.
Y la persigné con tres besos
y vi lágrimas y sangre
en la tierra de las raíces de una lanza
y dije amén llorando
y no sé qué hubo en ella después de mí.
Y estoy llorando y escribiendo su residuo.
494.
Si tuviera
podríamos cambiar de religión
meternos en un barril lleno de aceite
aprender el lenguaje de las flores
saber cómo se llora en marte.
No sé cómo se fundan
las cosas importantes como ésa.
Y hay tantas otras cosas más
que ignoro
No sé cómo se evita emborracharse
cómo sueñan el amor los sacerdotes
por qué se suicidan
los insectos.
(Ahora me doy cuenta
de que la naturaleza no estaba
preparada para los
inexpugnables faroles)
No tengo religión
pero quisiera cambiar de algo
de verdad podríamos hacerlo
¿Quién inventa las cosas importantes
Quién anda instituyendo los profetas
Quién decidió las alas del gusano?
¿y el instinto de beso en los sonidos?
No es que quiera
cambiarme las desconocidas raíces
Es que contigo podría hacer un viaje
por el polen, arrojarme a un cielo
subalterno por la boca de un sapo
enamorado. Remontarme por el aire
con mis párpados por únicas alas.
Derrotar todos los dogmas de la
arquitectura universal.
Podríamos invitar a un ateo
imaginario a fusilarnos con burbujas
de sonido hasta dejarnos huecos
como una llama.
O hacer un viaje por el rezo. Para
eso sería necesario que nos escondiéramos
en un molino apretando los dientes
para no gritar cuando la piedra nos
enreda con la harina. Nuestras
manos juntas serán el mismo grano
después tal vez nos harían pan
lingote cereal, ladrillo, altar
del hambre y con forma de
luna un poco amapolada
en alguna suburbana iglesia
nos repartirían. Tal vez nos
tocará esa vieja, la que reza
casi con afán. Descenderemos
por su esófago (sabremos
casi algo de los hormigueros)
y veremos el corazón de la fe
el pabilo que sostiene historias
el pedestal de tantas guerras.
Después, un poco como los feligreses
saldremos del recinto sagrado
y nos dirigiremos a los andenes
suburbiales empujados por
la corriente de la derrota.
Allí habrá un túnel mucho
más oscuro.
La salida será lo más difícil.
Creo que prefiero no cambiar de
religión, quedarme con mis palomas
y mis trasnoches de páginas.
495.
Quisiera cada gesto innumerable de las
moscas
cada mínimo amor de este planeta
cada polen de arroz
cada hormiguero
cada lluvia que se enguanta por la tierra
cada rayo de luna en el océano
cada faro derretido bajo el agua
la hondura total de las insondables cuevas
cada beso fugaz de cada boca
cada constelación de saliva que destella
cada arruga dactilar
en las piedras colosales de las cordilleras
cada rayo cayendo cada brasa
cada escama de ceniza cada huella
el número total del desarrollo
la molienda de las olas, cada ala
cada cosa en fin para ponerla
desnuda e infinita como harina
en tu cuerpo y tu alma y en tus piernas
en tu memoria hasta el éxtasis que huye
y se agazapa
a cada gramo cada instante de tu vida
para que sepas el completo abecedario
de planetas de sal y de rugidos
de gemidos de galope y de colmena
con que junto a tu nombre catarata
construyo el del amor como alfarero
sideral en esta pieza.
496.
Esta noche la música se arrastra pesada y resbalosa como un
tul que arrolla. Ésta es música recién descubierta, no se copia de su
propio nombre. Nadie podrá recogerla.
497.
En los suburbios laterales de esta noche, corren ríos subterráneos del
silencio. El silencio está constelado de grillos, o de chispas sonoras
o de lluvia deletreada. Las cigarras chisporrotean, tal vez titilan.
La música impregna el aire, como un aroma melancólico.
Desde esta noche a mí no hay música. Lo sé. De mí
a la noche
yo escucho la música de esta noche. Pero no puedo estar seguro.
La música es mía. Pero tal vez no la ponga yo.
498.
EL CIEGOMira mis ojos
estos ojos te sostuvieron
sobre todas las noches
han sido gargantas
por donde he tragado
el mundo
como la lluvia
que se afina íntima
en los hormigueros.
¡Míralos!
estos ojos, estos
hormigueros
donde has sido lluvia
para la savia en que tú
hecha hiedra asumiste
vertical la soledad
de mis muros.
Estos como naves sin
horizonte como barcos
sin proa y sin espalda
aquí mi huerto
se amamantaba de
luna y tú eras.
Mírame los ojos por afuera
como iglesias cerradas
por adentro
Mírame los ojos,
míralo todo.
Ya el mundo rompe
como un mar inútilmente
sobre mi última mirada
infinita.
La lluvia ya siempre
llegará tarde a la tierra
envenenada por el vientre.
499.
Ven a vivirme, la soledad me amortaja
con manos deshabitadas.
500.
Y la noche mordiendo, encepando
ferozmente las sienes desesperadas
de la noche enloquecida
501.
Un relámpago de hiedra
Mi alma ha concluido
Fajado el corazón de un puño de angustia
Arranco de ti una paloma que parpadea y tirita
que agoniza y sangra de savia, desesperada de
ecos en sus alas, de alas en su corazón
Ésa es la patria
de mis sueños
Se han resumido allí.
502.
Soñé que me forraba un abrazo
y me desperté enmangando las fauces
de mi soledad
503.
Como un reloj de arena
la guitarra gutural de tu corazón
empuñado
en los tallos de tu
sangre
rema
504.
Así eras tú,
te bebías la mañana de las plazas
corriendo descalza
como una golondrina de oro.
Tenías una lámpara clavada en las
entrañas,
Y la turbia suavidad
de los tibios duraznos a la siesta
Eras así, amada.
Eso era lo que más me gustaba de ti: que
tú eras tú y que yo te amaba
Y a veces una ternura de mirarte
emergía desde el alma
y me alertaba la carne.
Así eras tú rutinaria
y fresca y nueva y necesaria
como la mañana
Y tu mano cotidiana
como un gorrión adormecido en la ventana
en un rincón de la mía
se acurrucaba.
Tu beso silvestre como el de las abejas
en las plantas
recolectaba el polen de los sueños
con ingenuidad de niño que rezara.
Y tú tenías Dios y me contabas
todas las mañanas
que le rezabas que nos conservara.
Enjugabas tus ojos con silencio
y me mirabas
y enjuagabas tus manos en tu pelo
porque tú sabías que me gustaba.
Pero a veces te escondías detrás de tu
mirada
con recelo de paloma algo asustada
y ya ni la mañana te podía
hacer dorada
porque eras una ventana
obsesivamente cerrada y clausurada.
Las noches de esos días, amor mío
yo rezaba como tú rezabas
(todavía rezo a veces, cuando te recuerdo)
505.
A la hora de recordarte, acomodo las mejores cosas
sobre tu nombre, para poder pensarte.
Alguna vez no fuiste muy hermosa, pero te
agregué tu propia belleza,
ya la había aprendido de ti,
¿qué importaba que un día no fueras hermosa?
Yo te amaba tibiamente,
como esas cosas que se hacen fácilmente
como ser de una manera o estar en silencio
o rezar.
Desde ti emergía un túnel para
que los húmedos murciélagos no
interrumpieran palomas.
Todo lo tenías de alguna manera,
como una ventana
y yo aprendí sobre tu cántaro
a callar
como contando lluvias
sobre el agua antigua que me remedaba
Podríamos habernos dado la mano
cotidiana
Y guardarnos toda la inmensa mañana
de las plazas
Todo se volvía fácil contigo
como descifrar la música ignota sobre un
piano laberinto, y la adivinábamos.
Podríamos habernos mirado ritualmente
y como constantes extraños cada vez menos extraños
Podríamos habernos amado al margen de las
cosas que envejecen
Habernos abonado al silencio
como a un lento país donde no hay lejanía
para las palabras en voz baja.
Podríamos haber callado con el mismo silencio
Pero buscamos la forma de recordarnos
tristemente.
Por eso a la hora de recordarte,
busco las cosas de mi tristeza
y te construyo fácilmente como eras.
506.
Cuántas cosas dejo
yo para alcanzarte,
cuánto hay que pierdo
yo para ganarte;
yo gané perder
lo que pierdo al tomarte.
Cuántas cosas tuve,
muchas, que no tengo,
cuántas que por ti
día a día pierdo.
Cuántas cosas, muchas
infinitas, dejo,
sin embargo gano
en ti, el mundo entero.
507.
Si estuviera untando tu boca
vendrían a mullirse los himnos
en la mía
mientras deletreara cada hebra de tu
pelo distraídamente
y recorrieran mis concavidades
las esquirlas del escalofrío como
una tormenta de arena
y hundiera en tu tinta
todo el secreto de mi silencio
con mi pluma, soñando con un
luego, en que me dieras a leer una
carta de amor, pequeña
con mis palabras
tu conciencia
de papel.
la tinta derramada
y tus laberintos de papel
tú y yo
y la oscuridad de tus
túneles riando como
un canto hacia
la mañana
508.
Tengo una mancha de humedad en el alma
509.
y se están ahogando de cielo
y el cíclope del sol
no les sirva de isla
¿Cómo llover hacia ellas
y decirles que no sé qué quieren?
y el viento es un galeote eterno
es un buey
y los barcos de música
van por tierra
(porque se han vuelto nubes)
y son como los peces del alma
que se sacrifica al cantar.
Han muerto fuera (del agua a su manera)
Alguien pensará que quieren
agitar el cielo.
Yo no puedo salvar las nubes.
si yo fuese una nube
tal vez comprendiera
qué les pasa ahora
Pero veo nubes y no sé si son pájaros
disueltos
Animales asustados o el alma del
mar que acaba de morir y
no lo sé.
Y no puedo pensarles maneras o gestos
y no sé dónde temer o apiadarme de
sus ojos.
Quizá quiera curarlas cuando llueve
o crea que sonríen,
Donde tiene la sangre del viento corazón
510.
Para pensar en ti,
clausuro una a una las palabras viejas
inauguro algún silencio sobre las cosas nuevas
y acomodo los nombres,
Tú tienes el pelo como infinitas
guitarras relajadas
como lacios y tibios violines de
mañana
con el flojo vuelo de las gaviotas
dormidas
y la silvestre hebra de los helechos
o el musgo de las piedras
Te acorralo contra el sueño, dulcemente
y una mano se acurruca en una mano
y la otra enjuaga la ternura
en tu pelo como el tuyo.
Azul y dorada te pareces a la
primera mañana.
Eres lo que me faltaba para ser nosotros.
por eso tu nombre es el tú que me faltaba
por eso te pareces a mi alma.
511.
La noche rompe contra
los muros de tu carne
con fragor y ritmo de molino
roto
y obcecación de ariete en la hora
ciega
y latido de pájaro en la estrella
que tiembla
La noche te embiste
como un toro rabiosa
y quieta como la
caricia que apacigua
en la mano cautelosa.
Y se alza todo tu horizonte
lateral y valiente
con los animales de mi mente
pululándote la catacumba
de la vena donde el remero
de rito acarrea un relámpago
apretado.
512.
Cuando hay bocas eternos
diapasones de silencio
que nos callan,
(porque una vez nos dijeron)
cuando hay labios
con los vientres del beso secos.
, porque siempre en las bocas
chorrea un beso
y hay miles clausurados en las
horas porque nadie los fue a buscar;
porque el beso es un nosotros de
labios
y si falta una boca hay un yo solitario.
513.
De tu noche sólo tengo lo que escribo.
514.
Los gritos del silencio remansan
aullándome esta noche
mis ojos abejas de los tuyos
han perdido tus jardines
Tengo el alma llena de miel
con tu sabor.
Mi alma se ensancha
y se vuelca por el silencio
El polen de esta noche rocía
sobre mis techos
El silencio crece en las voces
ajenas
(por mi espejismo de tus cosas)
El durazno de mi corazón ha madurado
y va a caer por mi boca
como tantos hijos tuyos no sidos
mis pasos corazonan por la sangre
de las calles
Y en los suburbios de mi sangre
alumbra un sabor a música
con el gesto de tus ojos
Los peces de mi alma se
enredan en el musgo de mis
tantas horas calladas
Y las abejas de mis ojos
Y las abejas de mis manos
y las abejas de mi alma
ahogadas de miel te han perdido
(colmena mía del corazón
de casa)
basta tu silencio para
el silencio
basta tu ausencia para
la soledad
Tú de la sangre peregrina del
eterno horizonte
como el eterno rumbo de
un anillo
Has dejado la misa de tu imagen
constantemente consagrada
(colmena mía) déjame guardar
tu polen que aunque no quiera
queda conmigo
515.
Busco la poesía ansiosamente
hachando rostros con desenfreno de molino
roto.
Muerdo la palabra hasta hacer sangrar
su cosa
y la mañana me entra por la boca y se
vuelve tarde agonizada en el sótano del alma.
Quiero descifrar la hebra del
vuelo de las aves y los ojos se anudan
y creo la palabra sin cosa
y un nombre sin rostro
y entre la tarde dorada y yo
pongo melancólicas y afónicas ventanas de lisiado
y digo que la tarde tiene olor azul
y ruido de ojo ciego
y olvido tus ojos que no son de uva
y tu pelo
— donde enjuago la tibieza de una
caricia ingenua y simple)
digo que es chorro o hebra de
música caliente.
Y el corazón hace un buche de música
caliente y dulcísima
y callo y acurruco tu mano en una
mano,
te miro al polen de los ojos
como una abeja
y vuelvo a callar
y te digo luego que te quiero
y la poesía pasa a mi lado
líquida y silvestre
y yo muerdo troncos secos
para beber la savia.
516.
Al borde de tu arena revolotean los molinos
de las olas
como alas o ecos de corazón
Las gaviotas del beso triscan la espuma
Ah! las caricias como alas en descanso
o barcos dormidos
Hacia las piedras terribles se
acantilan rumbos
como pupilas de balcones
Y ya no me importa nada
borracho de un orgasmo de música
en el alma
morderé corales
como empuñando tras la sed
mangos de agua en la garganta.
estás llena de perfume
como respuesta al rocío —
cerrarte un candado en mi silencio
como un silencio alrededor de un tímpano
enguanta astas en un bolsillo
de mar
517.
Un día voy a gritar sobre tus ojos, y clavaré la
antorcha de mi voz sobre tu alma
Callaré tu sólo silencio rectilíneo
y amordazaré las sombras con la eterna mañana.
518.
Me gusta morder las vísceras de tu alma
por tus ojos de uva o charco sobre el barro
porque son túneles que dan a un templo oscuro
con sabor de silencio y ruido de sombras.
Yo me siento al eco hondo de pájaros
y los rostros cotidianos enfrentados
con el gesto arbitrario en los amigos
en el fondo del secreto dan las manos.
Tú reemplazas palabras que no dicen cosas
siglos de sombras amordazadas con antorchas
nombres que son rostros olvidados poco a poco
y te abres adelante inexorable y única
como un sendero no tramado
que no sorprende al sueño y que se parece al alma
519.
Voy a buscarte
donde puedo mirarte varias
veces en el mismo instante
Donde puedo contemplarte horas
sin que tu momento se inquiete
en la corriente de esas horas
y me estucho en mis recuerdos
e ignoro qué luz visita mis
ojos abiertos
en qué frío me desvisto de mi
desnudez sin fuegos y sin hielo
mientras soy un trago de
mi propia hambre
y en el estómago de la
mente me disuelvo
y reconstruyo mi antes gastado o
cambiado
o me agrego a mí en un día ese día
imposible de ser
y visito mis ojos visitados por ti
Allí te eres como fuiste.
tu imagen se enganchó
como el musgo en las piedras
y te caíste de las horas,
o yo fui goteando migas
de donde puedes estar en mí
para tenerte en uno solo, en
todos tus minutos.
Tus imágenes son quietas y
duras.
Las horas pasaron como las olas
y tu presente y mi conciencia
de ti viajaron en pos de la siempre hora
nueva, como el agua recorrida
por la onda,
Y voy eligiendo entre las
gotas de tu rastro revisando
pie por pie hasta llegar
al beso que aún no se secó
a la puerta que se impone
como yéndome a buscar al
fondo de mi enmimismamiento
o que a mi súbita estación en
mí durante el momento
que será pasado está sin principio,
por la que te has ido
como todos los días y desde
la que empiezo solo y me alegro
de nuestra realidad
Y me vuelvo a hundir a bucear
las imágenes que viven en los
juntos.
y empiezo a extrañarte,
e intento traerte y meto
las manos en el agua
y el agua me dé la respuesta
de su carne vacía de ti
que te desordenas en ella como
las cosas a través de las llamas
y no puedo atraparte
y mis manos son jaulas de leones
y puedes irte como un gorrión
cansada de tu curiosidad
y dejarme con mi impotencia
de caja para encerrar la luz
fantástica entre mis dedos de piedra
con mi impotencia de caja
para vaciarme del vacío de ti
que me llena como la oscuri-
dad de una caja cerrada.
520.
A UNA CHICA EN EL TRENEn las tardes tristes
tu cara segrega una paz infinita
Basta esta sola vez de tu rostro
para amar tu gesto de nostalgia.
No puedo jurarte un recuerdo para siempre.
Pero si olvido cómo y cuándo,
a veces ignoraré que esta sensación de piedad te pertenece.
Ante tu tristeza abierta y franca
mi rito de alegría se envenena.
suicidaré mi sonrisa y lloraré contigo
después de haber contado
los rostros del recuerdo que no pudieron hacerme
llorar.
Porque esta impotencia de tristeza
me aquieta las horas
como una manera de vivir de menos.
521.
Me gustan tus ojos de música
congelada,
lentos como la tristeza
al otro lado de las botellas
me gustan tus ojos de cenicero y sagrario
donde se acantilan palomas de
preguntas que no vuelven
de los finales del diluvio
me gustan y amo tus ojos
de túneles clavados a tu alma
de grutas donde tantear el
silencio que te ocupa
como los grillos primeros, cautelosos
luego de la lluvia.
me gustan tus ojos de reloj
detenidos en la hora eterna
que no lleva la cuenta
de las cosas que pasan.
me gustan tus ojos como
rodajas de uvas negras
522.
se ha roto la sangre, la sangre de mi grito
el alarido de mi sangre.
El sol se ha secado y en el suelo están los
escombros de la sangre.
Tú no viniste a beber el pájaro del grito
no vienes a recoger las plumas astilladas.
la sangre se ha quebrado
hay arena en la columna de la sangre
y el yesero se derrite con el agua del viejo
sol ya seco.
Ya no podrás recoger la luz de las palabras,
la vela del alma consumida
salpica mi cadáver
y la espuma seca como el sol
seco no alumbra
de palabras
523.
Beberé telares de la música
cuando pueble tu risa
como un pájaro cansado.
Ah!, el piano de larga espera
como la tierra, como tu risa,
lloveré, La mano multiplicada
a remar
en tu paloma de sangre
soledad para llegar
Todos tenemos una soledad para
cada viajero.
A caer cansado con el ciego
a despertar en la raíz, mano de sed,
del árbol del sueño sin despertar.
Sólo "escalera que sólo sube"
Cómo detenerme
si la sangre me sigue a paso
de campana
A ti, soy
infinitos, existimos en los espejos
enfrentados
pero ser al otro lado
al otro lado imposible inimposible de un espejo.
Ah! estarnos risa a risa
como los locos,
tal vez en la locura no nos sepamos
juntos ni sernos testigos de la propia
locura.
524.
Aquí estoy amiga
levantado ante tu espacio
tanteándote el silencio.
La hora sube de la distancia
y tú bajas al verso.
525.
Paso a recoger tu hermosura.
Cuando yo te miro eres hermosa.
El mundo no tiene mis ojos.
sólo cuando yo te miro eres hermosa.
526.
Perdóname que no sea un poeta
pero te quiero todo lo que te escribo, como
si lo fuera.
527.
La lluvia trota
como corazonando en la sangre
del carro de las horas.
La lluvia estrella el firmamento de mi silencio
El corazón deshilacha el sendero de la sangre.
tú detienes el tiempo de la sangre
para que pueda volver a empezar.
y allí chapotean los últimos párpados.
Hay muchos pájaros derretidos en el viento
en el viento de la sangre,
no importan
hay alas que se reiteran en el pecho los pájaros.
y la savia empecinada que tropieza
los árboles de las manos vociferan su crispación
en el viento
y las raíces son manos acandadadas en mí
ya el ariete testarudo, propio corazón.
como el mar contra los muros.
barcas sueltas
musgos rotos
algas muertas
tallos hondos.
el silencio sangra
tu silencio sangra
guardas ecos de la espada
y devolverás las palabras
y yo mientras escucho
cómo el perfume
gotea de las hojas
como tus ojos
emiten un arco
iris
como un
himno arderá con el fuego
eterno que encofran las cenizas
528.
En el fragor de la tristeza lenta y tibia
suelo llorar y nombrarte,
y agitar los brazos de mi corazón
como las hélices de un molino borracho
de tormenta,
o una golondrina cansada, en el
medio del mar.
La pena y la noche me llegan al
cuello
y nado para llegar al otro lado de la
noche,
con el silencio clavado en medio
de tu rostro.
nado como solía algunas tardes
nadar en tu boca en el pájaro
nuevo del beso que aprendía a volar
Si tú supieras lo que es cruzar
ciego y a tientas los inmensos
territorios de silencio y de soledad,
por las noches sin luna y sin barandas,
mordiendo los ojos con los párpados
apretados de fervor sin fe
y las manos cerradas sobre el lugar
que dejaron las tuyas,
y el nombre tuyo dicho a veces
ronca e inconscientemente
como si susurrara: Dios mío.
Te quiero, lejana y cada vez más
olvido,
porque el rito de empozarme en la
tristeza es un calvario cotidiano
de las noches,
en que no puedo quererte
sin nombrarte.
Te amo y te odio,
cuando eres lejana y necesaria.
Y sobre las cenizas de la locura de
la noche triste
me alzo contra el alba,
salvado porque siempre el
sol llega antes de la muerte
con tu imagen en los ojos
ya secos y abiertos, contra
la cosa última.
Ese frío no me alcanza,
pero algunas veces en el fragor
de las noches tristes me entra frío por la
boca, como a los peces,
cuando te nombro para asirme de tu
nombre y embastonar tu recuerdo
para no morir náufrago
de la noche
529.
A veces me hablan de ti, pequeña mía
y yo no sé qué decir...
Por eso ahora quiero decirte algo.
¡Olvídame! es necesario
desde el nosotros bifurcado.
Pero olvídame sin quitar mi nombre
de las cosas
Olvídame sin olvido
porque morirías en parte
si llegaras a ignorarme
Olvídame que te encontrarás sin buscarte,
esperándote en la hora en que tu soledad
te dejó sola.
Y podrás estar sola casi igual que antes,
pero será más solitario
porque recordarás.
Yo no haré lo mismo,
Ya no puedo encontrarme,
sólo recogeré tu nombre tu rostro y las
mejores veces
Y me iré a jugar contigo al sueño
Y tal vez te guarde tal vez en el rencor.
Pero, escúchame bien:
no es necesario trocarme por mentiras
Seguirás siendo paloma y necesaria,
y azul y mañana y dorada y descalza,
pero ya no serás ritual y diaria y nueva
como el alba,
y el hábito aprendido de tu mano y de tu nombre
será sólo manera de otro
nombre y otra mano para mi costado.
Ésta es mi manera de olvidarte.
Pero esto, no debes olvidarlo:
En mi olvido serás reemplazada,
serán mejores que tú y más nuevas
y costumbres, pero si hubieras querido
Podrías haber sido
todos los nombres y las manos de
mi costado, y mejor que tú misma,
tú sin olvido y sin pasado, pasado.
530.
Amada mía
la tarde está amarilla y desteñida
pálida y raída
como los ojos previos a la muerte — casi abandona-
dos.
Anoche, la noche me estrangulaba,
y tú no estabas
porque otras veces duermo con una víspera
en la mañana
pero anoche lloré.
Todo se prolonga lento,
sólo es diferente la hora de los otros
y el silencio verdadero más el mío, por las
noches.
He dejado el alma en un cepo indescifrable,
y suelo caminar solo algunas noches,
con la sombra acorralada por las luces
más agobiada y más harapo
con los pasos roncos de baldosas, pesados
y rastreros,
Todo te recuerda,
o acaso sea esta manera de las cosas
mientras yo escarbo tu recuerdo urgente
como el alcohol ritual.
A veces tu recuerdo y el silencio crecen
como un eco sucesivo
esta tarde el sol y las palomas buenas
ya me llega al cuello.
Tienes algo de tarde postergada
en esta hora vacía de la tarde falsa.
Sí te amaba amada mía
y sólo queda
el fervor del sueño apretado como el ojo
credo
y la piedad del niño de las manos juntas
inocente o idiota como el quizá del rezo
de las tardes tristes y solas de recuerdo.
El sabor cotidiano y solo de los trenes
se adelgaza como un estrecho pasillo
perspectivo
Yo arrastro tu recuerdo
de palabra acobardada alguna tarde última
que quedó en el puño de la boca clausurada
como el miedo de descubrir la vanidad de
un ruego
Los gorriones son iguales aquí en la soledad
y en tus mañanas
El rito de las tardes es un hábito del sol y no
una espera
Yo sé que la tristeza es un país transitorio
entre dos rostros y dos nombres
Pero ¡qué importa un nombre posterior a esta
tristeza de no tener tu rostro
sino para las tardes de gorriones iguales
y de recuerdo cada vez más olvido!
¡Qué importa un nombre que no sé decir
y que es sólo un hueco con tu voz hecha
silencio a mi costado!
Qué importa la libertad del olvido
conseguido si esta tarde tus veces
más intensas que otras veces de la
tristeza solitaria
me aprieta desde el último atrás
como la soledad de un
único atroz sobreviviente.
531.
Pienso en ti y te acerco a tus
instantes.
Te ignoro y sé sólo cómo fuiste
ignoro cómo eres pero sé cómo te sé
y sé cómo quisiera que fueras
y cómo voy queriendo que seas como eres.Creo en ti, porque guardo un rastro que
sangraste
sobre mí
porque tuve la noche
y ya no es mía
porque te has acumulado en mis abrazos
antes despoblados
porque he vaciado el vacío de tu abrazo
más hondo que tus brazos
porque ya no te espero
porque ya no vendrás
y no estoy triste
y no estoy solo
y no solamente no estoy solo
sino que me escuchas
y tienes lo que quiero que tú quieres
y quiero lo que sé que tengo
532.
sin saber si estás donde dijiste
que estarías,
aunque lejana estés o el tiempo
que yo tarde tú me esperes
yo ruego por que estés.
No podría cambiar el que no
hubieras venido.
Pero como si todo fuese lo que
mi ojo ocupa, yo que no te he visto
aún, ni he llegado, pido que hayas
venido.
533.
El frío ajusta la piel de esta noche
El silencio no calla,
perfuma el vacío redondo total y perfecto
El cielo murmura
un archipiélago de estrellas.
un valle techa mi impotencia de caerme.
Allá en el cielo hay una ciudad encendida
El río corre acá a mi lado su harapo de humo
quizá no tiene tiempo de correr en mí
quizá yo no abarqué dos segundos de su corriente.
¿Cómo es que alguien entiende mi
existencia sin que sea yo?
Mi lugar puede ser el allá de un dedo que señale
ya puedo ser el aquél de alguien que me nombre,
que es alguien, que nombro.
Estoy perfectamente solo.
perfectamente conmigo
Tengo miedo de enterarme de mi insoledad
pienso que alguien me escucha y finjo
Digo, y espero mis palabras
como un tren que escucho venir
desde las entrañas de un túnel
soy una arboleda de conciencias
y camino a través de mi
pensamiento.
Qué fácil saber nada, qué conciencia perfecta.
pero la busco en un baúl de cosas
donde es imposible
mejor dicho donde no es posible
534.
En el silencio el recuerdo de tu voz
fosforece
535.
Tu imagen enmantela las aguas de
mis horas,
como la sombra de un pájaro
resbala sobre el suelo de mi
ahora constantemente antes
voy quedando en las raíces que pordiosean
en mis costas
Tu imagen crece desde el pellejo mismo
del agua.
como mi existencia única
o el ancla del yo en que quepo.
536.
DOLOR A SILENCIOSobre el ananá de las calles de adoquines
tiritan las ruedas tartamudas
la trotada
y campanan las monedas de
la leche
en la alcancía del carrito con el
albaHay una honda tristeza de motores
en tus canas de litros y en tus cauces
en tus tuercas ajustadas hace mucho,
y en tus ruedas en tus calles
rutinarias ya gastadasZángano caballo carro zángano
que deletreabas los crujidos en los pozos
ya no tienen ni lugar en sus galpones
con tu sangre se han
comprado tu abandono
537.
A veces los techos húmedos de mi
soledad se descascaran
Y el silencio lleno de polvo se va achatando con
el peso de las palabras que se desvanecen
antes de mí
yo no sé que las voces se deshila-
chan hacia mí pero no hasta
mí
De las palabras sé que las ignoro
De mí sé que mi contorno
completo me acoraza
Mi soledad impresentible me
sorprenderá
la burbuja de oscuridad
que me circunscribe reventará
de mañana
Y chorrearán tus dedos
sobre mi piel árida
y se despellejará el anonimato
de mi forma
y tú amputarás las costras
de soledad que me queden
pegadas, muertas
como una mano que me
mordiera con su ya eterna
manera de muerta
538.
Tú eres una metáfora de mis contornos
por eso no te aprendí,
Sino que te comprobé
539.
Ahora que mi imagen en ti te
está olvidando
la soledad de mi verdad de quererte
me encascara
y dentro crece el embarazo de los gritos
pero hay un grillo sobre
sus vainas
y se partirá la piel de mi silencio
mas en tu tierra serán mudas
las semillas.
las palabras vegetales serán puños
de banderas,
para ti que aún
540.
La cuenca de tu savia
circular
la ruta del molino
sin fatiga
rueca de savia tu
corazón de barco
agua luminosa
541.
Abro ritualmente los párpados de un templo habitual.
La mañana ha abolido el silencio como una llave.
mi alma es un cráneo. ¡No, no tengas miedo!
acércate a ella. Puedes encender la fogata
de tus manos. tiene
ecos arrinconados agazapados como horas
antiguas. Tú puedes desengrillarlos como
ablandarías las imágenes en el agua.
Así, así, quédate ahora gotea poco a poco
las palabras. ¿ves? Las mariposas amordazadas
se liberan. Mi alma, no es un cráneo ya.
Tú la has convertido en una mente.
Cierro el templo con un gesto nuevo mirando por última
vez la noche. No extrañaré sus estrellas.
Cierro las puertas con la mañana adentro.
Ahora bésame... Ya el templo
es un puño eterno. tiene un candado de sol
que encadena la noche.
Ya la luna no sabrá de nosotros.
Lacraré mis manos con las tuyas. Me he traído
al templo una lágrima, para recordar tu antes.
Acércate. Gracias, gracias.
La noche está arrinconada en el silencio.
Conserva muchos ojos pero le faltan dos estrellas.
Ahora revisemos las velas limpiemos las imágenes
Resucitemos el púlpito y ocupemos los bancos uno a uno.
Ya pasará el temor. Besaré el ara inaugurarás el cáliz
y la misa será.
542.
Bosquejaré una enredadera de besos
que trepen por las columnas de tus piernas
y lleguen hasta el musgo del techo
y se tejan en él como el humo
se arrastra hasta las nubes para unir sus manos.
Y allí el instante encontrará su lentitud
y se demorará la sensación
inmutable de tu cercanía
subsistiendo a los segundos
inriendables, como gases o fantasmas.
y se abultará mi grito en mi garganta
y será tan grande que no me abandonará
Y asfixiaré una palabra
que tú también evitarás decir
Y me preguntarás si escucho tu silencio
Y entenderás el mío
y serás dueña de mi tristeza inevitable
Y estaré contento y se empañarán las cosas
Y serán nosotros nuestras lágrimas
cuando caigan en las bocas juntas
y tu sal será mía y estaré en tu sabor.
Y hormaré en ti como las cosas contenidas
Y seré un verso amordazado entre tus páginas
como una campana seca
o la lengua quieta de una campana
y crecerá el empalago de un sonido presentido
y te cantaré tu melodía
Y derramarás la mía
como un revoloteo agonizante
de alas de campana
que irán enloqueciendo hasta despertarse del desmayo
E ignorantes del tiempo que la felicidad
nos emboscaba
pensaremos fugazmente:
¿cuánto hace que podíamos amarnos?
Y no sabremos ni siquiera de nuestro principio
Y nuestro amor se estirará desde un incierto cuando
Y nos sabremos unidos sin entender la intrincada unión
y veremos plumas caídas de la locura de los pájaros
y el agua estará dura y chata en los estanques
Y tendremos frío de pensar haber estado menos juntos.
543.
Me he constipado en mí contra mis paredes
ajustadísimos
estoy acostumbrado a ignorarme
a saberte
a que me sepas.
alguien debe no ignorarme
y no debo ignorar a alguien
y estoy solo
mi soledad yo.
mis palabras
mi llamado
mi desesperación
mi alarido
me preña el dolor de mi expansión contenida
ceñida con el puño de mi silencio...
¡Pero ya basta!
ven. ven. ven. ven.
mi llamado rebota contra la noche
y laten las alas del eco
la redundancia de su remedo triste
la noche te llama
y está mojada de mi necesidad de ti
y esto
en mis manos estruendan los huecos
donde te pido
en mi boca se atoran ya mis veces
de cada uno de mil besos
se gastan las quillas contra la arena
y las olas cloquean paladeándose
y más allá está el mar
544.
la quemazón me muerde
me clava
su cepillo de espinas
545.
Estoy llorando
las cosas se ablandan entre la niebla
y parecen más tristes y fofas
y yo estoy cansado de ellas sin ti
cansado de estar triste.
esta noche me he hartado de mí
me da asco la nitidez de mis límites
me da asco mi existencia de isla.
Las palabras; se han enmarañado
las palabras en mi boca
vieja, antigua en una noche,
pero, qué importan las palabras
podrían haber goteado
con el sigilo de una mirada llenísima
ahora, sangrarían,
Tendría que amputarlas
el dolor,
el dolor en ti cuando te abandono
me siento como un pez enganchado
las palabras
no quisiera decir un anzuelo de
palabras
546.
Rezo tus ojos
como la pupila de la leña exhala la mirada del humoporque rezar es eso
dejar resucitar el perfume
como una metáfora de la propia muerte
como si la propia alma se evaporara.Rezo a tus ojos y
chorreo los brazos de los míos
como un incienso hacia las cúpulas
como la sangre transparente de mi alma
aroma hacia los altares.Rezo con tus ojos que rezo
como una plegaria
de red y peces juntos
como una mano extendida
con la copa y el agua
Porque tú has vuelto con tus
anzuelos enredados de mis imágenes
como a veces yo vuelvo con tus
rincones de aljibe
en mis antorchas como baldes.
y amén,
también en tus ojos
547.
Hoy te extraño como nunca
¿cuántos siempres caben en el nunca?
548.
Hace un rato estábamos ahora en mí
ahora estamos en mí, dentro de un ratoDel tiempo del silencio quiero un rato
Del agua del tiempo algunas gotas
Del abandono de tu piel quiero el silencio
Del murmullo de mí, quieras un grito.
549.
Yo no sé qué me pasa esta mañana
que no puedo mirar fotografías
que no puedo asomarme a la ventana
ni leer siquiera una poesía
Yo no sé qué me pasa esta ventana
yo no sé qué me duele esta poesía
qué oculto puñal en las fotografías
¿es que voy a suicidarme esta mañana?Yo no sé de esta pieza qué me ahoga
¿serán esos implacables espejos?
hay algo que en mi alma se deroga
hay algo que me estoy volviendo lejos
Me parece que el aire me interroga
que se me clavan a fondo los espejos
Hay algo esta mañana que me ahoga
Hay algo que estoy mucho más viejoTal vez la inmovilidad de los retratos
la mirada total de la mañana
los versos que no escribo a ratos
me voy a volcar por la ventana
550.
Voy a tientas por un túnel que
me parece recordar de una vida pasada
hay reliquias y frases en el fondo
de las vainas
amamantar el silencio
551.
Cada día supero una medida
Cada hora derroto algo definitivo
Cada instante te quiero más que nunca
hasta dónde
ojalá esta primavera me acumule
en un eterno domingo de campanas
y de flores
yo no quiero que hayas sido otra historia
cualquier otro milagro forastero
otra cara
Siento el útero de una inmemorial astrología
pesando en mi memoria y en mi cuerpo
y en mi alma
algo me traía eternamente hacia este encuentro
me arrastraba hacia tus ojos me decía
que aquí estabas
Y ahora todo el inventario de mi vida
todas las alas de mi eterna travesía
echan anclas
en tu vida.
552.
Me vuelvo con tus gotas
que se me quedan como astillas clavadas
con tu olor que se me adhiere como una pelusa enganchada
con tus pelusas en la ropa
con tu saliva con tus lágrimas
con todas tus cosas
como yo me quedo en tu dolor de
mi apostizamiento a ti
553.
Quiero llamarme con el oro de la abeja
con el nombre del telar de la mañana
quiero mi nombre con los remos de la nieve
quiero ser parecido a una manzana
Quiero estar hecho de greda planetaria
que se peinen cataratas en mis dedos
tener ruido de luna en el perfume
parecerme un poco a cualquier templo
Quiero tener mil ríos en el cuerpo
y mirada de cueva derramándose
ser todo fuera, no tener adentro
como el aire y el silencio amándose
quiero aprender a ser fosforescente
tener algo de mosca, carne de agua
y poder sumergirme entre la gente
y emanar del silencio de una caña
Ser total como la música que mana
entre el cráneo colosal de los planetas
y el oceánico pecho del espacio
frotando sus incalculables cabelleras
Quiero tener cabellera de cometa
ser vertiginoso cayendo cielo abajo
parecerme a una fogata bajo un lago
que mi nombre se escriba con estrellas.
Quiero tener uñas como un mar que late
que me confundan fácilmente con un clavo
caber en la copa de un estambre
que no basta para mí todo el espacio
Y después, con este cuerpo de universo
poner mi existencia hecha de canto
en el momento de entregarte el verso.
al ponerlo como un beso entre tus manos
554.
Tu recuerdo flamea en mí como una bandera
de perfume
Más que como un canto persistente como un calor
contiguo de las horas.
Tú eres aérea como las abejas que pueden extraviarse en un rosalHas quedado como la sal que titula mis redes
en las brechas de mis venas que el amor no
puede guardarse en una caja ni puede quedar
en los versos sin evaporarse.
yo también me extravié en tus laberintos
y siempre hubo un misterio indescifrable en
tus colmenas,
pero el amor no puede guardarse en una caja
como un sabor o como el murmullo del fuego.
Tú lo sabes, porque has guardado las rosas en los
libros.
El amor de los versos es un caracol de sangre
donde laten los ecos del corazón del mar.
Tú no puedes tomar mi amor entre tus manos
pero yo sé que sí porque lo has tenido.
Ya puedo recuperar de las olas mis anzuelos vacíos
no me importan los peces porque ya no estás en el mar.
La tristeza de mis manos es infinita.
555.
Me gustan los lugares espumosos
esos rincones con monstruos de pelusas
los bolsillos inefables de los pordioseros
la melena de las palmeras que se han ido a otro planeta
la boca de un Dios muerto comiéndose
una nube
algunas tardes tristes, grises
con manadas oceánicas de lana
el cuello de las palomas que se evaporaron
los cadáveres de las fogatas en la tierra
la llama de los candiles
las habitaciones donde aún no ha muerto nadie
las entrañas aéreas del pan.
Me he hecho amigo de las alfombras
de la ropa vieja que nunca se regala
de los diarios con historia arrepentida
del nido lunar de las gallinas
Y hasta casi del blanco pubis de las olas.
A veces he llegado a ponerme las manos en el pelo,
Buscando lugares espumosos
556.
Tú fuiste agua de mar
y yo la tierra de la península.fuimos montaña y cielo vistos en horizonte
tú fuiste el azul apuñalado yo fui montetú fuiste tierra
yo río
557.
Dios es tantas cosas que no puede decir yo.
cuando dice yo dice nosotros
558.
Ciérrate como la tierra sin cicatrices
como el cielo a la nuca de los pájaros
en la tarde última
y calla
el silencio es un campanario de palabras vacías
Pero mucho más, llamados
de domingos sin campanas.
Ciérrate, el nunca es más allá de los diluvios
Ciérrate como las espaldas en la niebla
como los barcos últimos
y no busques un pájaro
que te embastone el ciego
a tientas, la historia te asume por las manos
Ciérrate. Guarda los ojos para los sueños
que la realidad sólo es testigos
Tu boca es un cerrojo
como un pez azul definitivamente
Las palabras terminan en los hombres
y tu boca es un cerrojo
como todas
el día de los hombres por adentro
El día de los miles únicos espejos
donde cada rostro tiene cada eco.
Ciérrate
es en vano, primavera
calla como la tierra sin cicatrices
las flores son bajo los huesos
y van campanarios en las ramas
sonando a silencio de verdad
sobre los muertos.
559.
los plenilunios que se ahorcan con las ramas
560.
Nunca tuve algo contra mí
siempre quise apoderarme de todo
no sé por qué ahora sucedo
que me miro de frente
me busco en los espejos
me envío sonrisas
y me las devuelvo
Será que desde que nos encontramos
y en la soledad soy mucho más solitario
Busco entre mis adentros
quiero tener lo más tuyo
Y cuando me encuentro
Ya no me siento tan solo
Con algo de tus recuerdos.
561.
Nada espero en ti
pasaré a buscarme por tu vez
pero el espejo mutuamente
dirá nosotros a la espalda de los días
No me guardes que somos partidos desde siempre
Debes estarme
yo te soy mañana algunas veces
Pero tenemos los costados de campanas.
Y hoy (apenas) nos toca golondrinas
vivirnos la irremediable soledad que vamos
a veces ciegamente
justificada de rostros que tanteamos.
pero solos
eternamente ausentes
Ah! podernos las manos un beso
un solo cerrojo abierto el ciego
medirnos soledad en un viajero
tantearnos en palabras el silencio.
Morirnos diariamente
Tú que nunca vuelves a ti misma
y que nunca existes igualmente
¿cómo guardarme?
¿cómo no perderte?
si en esta sólo soledad se abisma
cualquier pájaro que pase a visitarme.
No nos esperemos amiga
amor un beso
la mentira nos crece de las manos
pero el beso se vuelca como el canto
que emerge de la flor y de la espiga
Es sólo eso
nos podemos porque vamos
aunque mañana que no estamos
Grito de sangre caiga o diga
Amiga, amiga mía
mañana es siempre todavía
No partamos
pero vamos
Adiós o para siempre
porque fuimos y olvidamos
porque levantamos los ojos de la gente
y entre sangre y savia
y las estrellas maduras que nos pasan
morimos o vivimos diariamente
562.
Yo no conozco esta tierra
he visto su retrato verde en los mapas
sé que hay un río como un puma derretido
que se echa constantemente en el mar.
He visto de pasada algunas casas
algunas esbeltas palmeras, unos faros
unas calles que son siempre las mismas
Tanta gente que no es extranjera
se diría que la memoria
les creció aquí como los frutos
de una planta cualquiera
Ya no me asustan las ciudades como ésta
No me importa dónde tienen la mirada
no tengo miedo de sus policías
y hasta me dan un poco de ternura
sus escuelas y sus hospitales.
yo no conozco esta ciudad de nadies
Pero hay otra que tampoco conocía
donde andaban retrasados mis recuerdos
esperando que yo los recogiera.
Marilói, yo te encontré en una ciudad
ya no le tengo miedo a estas ciudades
y me parece que no voy a volver a decir
ni la palabra nunca ni la palabra nadie.
563.
No eres más oscuridad profunda
a mis ojos, como ayer, misterio
564.
Un día me sumergiré en una selva.
Dejaré estas camisas elegantes
estos zapatos de pisar domingos
— (Nunca tuve guantes)
Me iré a vivir conmigo.
Dejaré mi nombre colgado de la puerta.
Seguro que dirán: ¡se ha vuelto loco!
¡se escapó de una fotografía!
¡Tirarlo todo de este modo!
¡La carrera que tenía!
Alguno hasta dirá ¡Dios mío!
Llamarán por teléfono a mi casa
Dirán: ¡Ya lo veía venir! ¡Sí!
¡Esto no me extraña nada!
Nadie dirá que me he vuelto colibrí.
Sí, me iré a vivir como la tierra
estoy cansado de vivir como la gente
estoy cansado de durar de demorarme
quiero jugar un poco a ser vertiente
tener menos ganas de matarme.
Tal vez alguien que mucho olvido por delante
Se pregunte por mí
creerá que lloro por mi almohada
que extraño sentirlos aplaudir
Y quizás hasta me tenga lástima.
No me importa nada me voy a ser.
Estoy decidido a desnudarme
a olvidarme todas las palabras
a tacharme el nombre de las calles
a volverme olvido a olvido planta.
Las culpas ya están organizadas
para eso codifican las condenas
Se fue desnudo: ¡estaba loco!
se fue cantando: "—era poeta"
se fue no más: "¿eso fue todo?"
"Tal vez será mejor que nunca vuelva."
Tal vez me olvidaría este poema
con alguna flor reseca en una caja
Tal vez lo leyera una persona buena
alguna muchacha enamorada
que también soñará con una selva.
Ella sabrá qué me estaba pasando
y quemará esta carta como a un mapa
para irse a llorar en una rosa.
para esconderse detrás de su mirada.
Alguien dirá: "Se ha vuelto loca"
y después matará una mariposa.
565.
Cuando los pájaros del beso
nievan blandamente como una mirada
como las mariposas de tus dedos parpadean
En mi frente,
y.
566.
No tener más que una primavera
y sentir que las hojas
se aflojan
que hay alguna en el suelo.
Alguna vez me empecé a quedar sin dios
culpa de las cucarachas tal vez
que eran demasiadas
y había que ponerles los mismos venenos
que se usan en las iglesias.
El caso es que me empecé a quedar sin dios
se evaporó como un útero oceánico.
Esta cicatriz que tengo no me gusta
Es demasiada
A veces le echo puñados de arena
me desaforo con cosas menos minerales
me quedo despierto por la noche
doy vuelta los espejos
para descubrirlos in fraganti
leo libros empezando por
el modo de olvidarlos
Es inútil
Quedarse sin dios es algo irremediable
Es como de repente
haber nacido muerto.
Por eso miro los astros inexplicables
con ingenuidad esperanzada
y le pido a mis sueños
que imaginen
que me vivan
que me sean
una nave que se acerca
un bote fosforescente
un gondolero con alas
De repente una memoria completa
de cosas definitivas
Un abuelo de diamante
que me seca
la intemperie del tiempo
con una túnica de música.
Porque de repente me empecé a quedar sin dios
y me di cuenta
que mi memoria
es un oscuro pasadizo
Una puerta de llaves caprichosas.
Qué pena que hubiera
tantas cucarachas, de verdad.
567.
Cuando revienta el pájaro de
un gong en el templo de
mi alma
y el estremecimiento salpica mis paredes de plumas
como astillas en que se esquirla el eco
como si abrazase con mi pecho el abrojo del sol
como si apretase con el puño de mi alma
tu mano mojada de arena,
tú has dicho: yo te quiero
y he sentido tu hijo como yo áspero
que agonizó el aplauso de sus alas como un
relámpago que se disolvió en mi carne
y cayó caliente como mi alma derretida, como
la firma de un acento
hasta tu pecho del amor redondo
hasta tu hijo de mi amor de espina
hasta nosotros del amor del hijo.
568.
Por un parlante viejo se escapa
una canción vieja
Ya la había yo escuchado antes, muchas veces
Acaso cuando otra vez la escuche
tras de este instante
recordaré a esta versión mellada
de chisporroteos de tornillos flojos
Por un parlante viejo se escucha una vieja canción, hoy
Nueva para mí, distinta
distante de mi oído
maquillada de ajenos ruidos
este arroyo musical se va secando
Ya llegó a su último punto este segmento
ahora se escapan por un parlante viejo
los crocantes crujidos quebradizos
de un ronroneo metálico de chispas
y no sé si se fuga o queda dentro
un vacío muy espeso.
Ya hace rato que miro el aparato que está mudo,
que amortaja un silencio de mortaja
569.
CAPÍTULO Vcuando fui a este sitio
tenía tu carta en mi mano
y mi corazón se remontaba
como la primera paloma del día
570.
Ayer estuve amortajado en soledad
por tu adiós que bendijo mi matrimonio con la noche
anclado estuve en un océano vacío
hasta que tú me anudaste, desataste los cordones
que enmudecieron mi caminocuántas veces las lacias cuerdas de mi prisión
tensó la cohesión hacia ti que me absorbía
mas estaba con un trozo de ti, con tu palabra
y eras la barrera que me detenía
y era tu voz esa distancia.
571.
EL PALADAR SANGRIENTO DEL INFIERNOBasta ya de edificar columnas
me voy a lanzar en avalancha. Mi querida
Loi. Esta aula es un útero negro y un poco el paladar sangriento del infierno. Aquí se puede morir azotado de burbujas. Pero no hay ningún modo de nacer en este sitio
Como te imaginarás aquí no viven palomas
esos pequeños planetas de harina que yo venero para dibujar tu cuerpo. Por supuesto no hay tampoco extraviadas golondrinas retazos de emigrados veranos, ateridas de soledad en este jardín de turbios aplausos.
Me he zambullido en esta página como un fugitivo entre la maleza quiero enterrarme bajo el aire un poco como Casuarinas bajo su cielo marrón-ocupado.
No quiero estos nadies con historia que giran entre las butacas. No sé los nombres de ninguno. Odio este sitio lentamente. cada cosa está sucia de distancia. Éste es el sitio de mi primer abandono. Ésta es nuestra primera lejanía. Por eso execro cada célula de espacio cada átomo de soledad.
A veces me parece triste que no sepas qué zapatos tengo puestos, qué camisa, qué recuerdo qué exacta postergación qué número soy de la demora de mi muerte.
Yo me estoy poniendo color de araña. ¿No es triste de verdad? De todos modos estoy desnudo bajo la ropa igual que estamos juntos dentro mío.
Hay algo más que he comprendido
es algo que se podría dibujar con anatomía de balanza. Imaginate si creyera en Dios
Y le pidiera que todo salga bien. Imaginate que Ainara hiciera algo proporcional.
A que no te podés imaginar el desastre administrativo de las oficinas Celestes?
Es mejor que no creamos. Dios nos agradecerá sus vacaciones.
572.
Oh palomas;
no palomas
que voláis del nido.
sin vestir los huevos;
que voláis del nido.
sin haberlo hecho;
porque el nido es eso,
no mullido puño
con paja de dedos
porque el nido es vientre
transformado en huevo.
oh palomas
que en fuga de vuelo
derrumban todo
lo que antes hicieron
que dejan su vientre
en ramas muriendo
mirad vuestras alas
como dos veleros
en el mar del aire,
flotando en el viento
mirad vuestras plumas
que visten los pechos
sabedlos desnudos
cuando antes nacieron
mirad hacia el nido;
los huevos sedientos
que reclaman quietos
el calor materno.
sabed vuestras alas
como alas fueron
las que os cubrieron
y luego volad.
si podéis al cielo
al azul que niegas
a los que en los cuerpos
anidaron presos,
mirad vuestro vuelo
y el nido deshecho.
y luego si pueden
resbalen al vientoDesclave tu avance
la vida que dentro
las entrañas tejieron
apuñalen insectos
al vuelo los pechos
573.
5 casas de cristal y luna
cinco almenas de mármol y maíz
cal y copa
candelabro y pétalo,
cinco alas techos olas
pequeños
en el alero dulce y espigón
de tus uñas
ventanas tibias
sin adentro como conchas
en tus dedos de alfil
como naves de caña y pan
574.
Desde que te conozco me fijo siempre en las
florerías
Me miro pasar en los cristales
Y me da ganas de cortarme el pelo
Amo al inventor de la fotografía
Me parecen mariposas los sellos postales
Y a veces acaricio a los teléfonos
Desde que te conozco hago cosas sencillas
No tomo más café con el sepulturero
Me olvido de revisar el almanaque
Dejo siempre abiertas las canillas
Me dejo encerrado en las fotografíasY nunca me doy cuenta que tengo hambre.
Desde que te conozco lo que más me gusta,
es que todo me parece milagroso:
Recordar quién soy por la mañana
mirar relojes que ya no me asustan
estar adentro de mis ojos
que la vida no sea imaginaria
De verdad todo es mejor desde Nosotros
empiezo a entender ciertas palabras
y me he hecho cliente de las florerías
progreso enormemente con el sonambulismo
Me han echado hace poco de la fábrica
me he comprado un libro de poesías.
Ah! y desde que te conozco
todo el mundo me dice que estoy loco
Que de dónde saco esta cara de alegría.
575.
Dos unidos en pareja por cariño,
como tierras lazadas por un istmo;
como el vientre íntimo y el niño;
dos que aun siendo dos son uno mismo;
Así como
dos soplos que un pecho tiene presos;
dos labios tejidos en un beso;
tú y yo somos.
576.
no quiero tratar de ser inteligente
de haber podido inventar cosas feroces
prefiero que me dejen con las flores
llévense estos números urgentes
no quiero que me hagan usar lentes
no quiero ir a discursos ni a reuniones
no me regalen ni fusiles ni relojes
no me recuerden la palabra muerte
¿No se dan cuenta de que estoy enamorado
que no tengo nada de teorema
que ya nunca voy a envenenarme?
el que quiera sentarse aquí, a mi lado
tiene que dejarse crecer la primavera
y olvidarse para siempre de olvidarse.
577.
Ya estoy cansado de no ser Dios
estoy harto de no haberme muerto nunca
Sáquenme de aquí
ábranme los ojos
déjenme volver a mi memoria.
578.
Oh palomas
no palomas
que voláis del nido
sin vestir los huevos
que voláis del nido
sin haberlo hecho
porque el nido es eso
no mullido puño
con paja de dedos
porque el nido es vientre
que se lleva dentro
porque el nido es vientre
transformado en huevo
Oh palomas
no palomas
que en fuga de vuelo
derrumban todo
lo que antes hicieron
que dejan entrañas
en ramas muriendo
mirad vuestras alas
como dos veleros
en el mar del aire
flotando en el viento
mirad vuestras plumas
que enmascaran los pechos
sabedlos desnudos
cuando antes nacieron
mirad hacia el nido
los huevos sedientos
que reclaman quietos
el calor materno
sabed vuestras alas
como alas fueron
las que os cubrieron
y luego volad
si podeís al cielo
al azul que niegas
a los que en los cuerpos
anidaron presos.
579.
Calló el hablar de los ojos
como una lengua tapiada entre los labios
así callaron mis ojos,
mordidos por los labios de mis párpados.
calló el ruego de los ojos
porque ya no escuchan tus ojos sordos.
Callaron los ruegos como
cuando calla la lluvia porque es estéril la tierra
Calló el ruego de los labios
porque ya no te importa lo que ruegan.
580.
Arde como una vertiente
en mi charco desteñido de polvo
para mi alma turbia tu imagen
que es como un farol en la niebla.Yo apoyo mis besos
como góndolas en ti
y tú te enturbias como tiritando
cuando yo apoyo mis besos como palomas en tus iglesias.Muchas veces me quedo dormido
como un frasco de donde escapa el fantasma del perfume por el hábito
hasta que lo olvidemos
y podamos volver a comprobarlo.Y despierto
sorprendido de tu vientre
que trama el hijo
como una rueca frutal.Porque luego él será como las hiedras y trepará hasta tus ojos
Y yo lo aprenderé tras las ventanas
y luego él trepará por las columnas hasta tus ojos
y podrá verme en tu vientre guardando su tumba como una velaporque habrá resucitado de tu vientre al cielo de tus ojos
y él será la hiedra que crecerá como el humo adosado a tus cráteres a tus volcanes
mientras su sombra trepa en nuestras almas
como la humedad cicatriza los muros de los templos.A veces me quedo dormido
y al despertar pienso mientras tú sueñas
y escucho cantos que se atreven en tus senos
como las mariposas del panal que sueñas.
Y escucho en sus cúpulas cómo el jugo se enrolla
para nuestro inimposible uno y otro
para nuestra sola persona
para nuestra sola carne.Cuando te miro de cerca eres como de naranja
como si estuviese dormido sobre una playa o sobre un cielo completadoNo importa que no pueda sumergirme
hasta el primer tamaño antes de la nada.Me basta con sospecharte de uvas
y pensar que en cada lugar tienes un árbol de mil manos
que esperan como flores el rocío de las mías.Me basta con rozar un gong en una uva de tu vientre con mi antorcha
e incendiarte de ecos.puedes ser íntegramente mía como mil estrellas simultáneas de mis ojos
con sólo convertirme en un pecho de tu abrazo
un pez de tu vena
mango de tu puño
para la noche en que eres valiente como la guarida de una grieta.Las velas son pinceles velocísimos que hacen las cosas
son puñales de la noche
Pero las velas no pudieron hacerte
los ojos de mis manos te tuvieron antes de las velas
porque eres perpetua de mis ojos como las lágrimas
como los párpados.Ha llegado la primavera y tú me emites de tus grutas
como el canto del agua próxima
porque he quedado como el eco del perfume.Y yo corro por el páramo preparado de árboles
como la playa perfecta que saben las olas que se llevan el secreto de los castillos.
como la herida que tienen los puñales antes de la herida.y te despierto para decirte que el invierno ya pasó
y que en las guitarras de las ramas crecen las frutas como un cantopero tú que eres la tierra tiemblas aún por el arado como un corazón
y yo detengo el agónico ariete de la sangre
para apaciguar las olas contra los muros.
581.
una vela titubea
como una estrella
tartamuda de brillo
que parpadea
582.
comprobar las cosas
modifica la idea
que se tiene de ellas
porque siempre se comprueba
el error en la duda
583.
El silencio se adosa como una sombra
en mis muros
se acerca como una mano
total de mi piel
como se adhiere la música de la oscu-
ridad en los rincones.
Simplemente para ponerme triste.
para titular mi soledad
para calmar la sed del amor
de un candado que ya es el círculo
completo de los infinitos caminos
que vienen a beber, agrios de dientes
que muerden su puño, en mi pecho
como pájaros desesperados que
morirían sin mi tristeza
como sombras sin muros donde
ser.
584.
Enarbolamos peligros como los ciegos
585.
Recién ahora que somos
sé que nunca he querido ser
otra persona.
586.
De testimonios póstumos
quedó flotando en nadas
de música
liquen en el agua sin número
587.
ésta es una
isla de besos
que te buscaban
588.
soñé saber que soñaba
589.
Pasando por aquí, tuve ganas de absorberte
los ojos
590.
Como en una selva de
trébol, viven insectarios besos
entre las papilas de mi
lengua
591.
Ahora, en que mientras, ahora digo
no llega a caber el nombre en cada instante dicho
Ahora en que el ojo del presente siempre caminante
transita un sendero sucesivo de instantesMuere y nace mi existencia momentánea en cada paso, en cada ahora,
y vive mi conciencia de segundos en las horas
Para saber que ahora vivo, mi segundo de antes.
592.
quisiera ser de la garganta de las sombras
para beberme el agua de la tuya y calmar
esta ansiedad que quiero sed de tu sombra
Quisiera mi alma la vasija de un muro
intransparente para recoger el amor del agua
de tu sombra
porque soy de sombra como tu amor de sombra
y con mis manos líquidas no puedo
asir las vísceras de mi agua, porque
puedo confundirlas con cualquier parte de
mí porque están en mí encendidas como la esperanza
desierta de los dedos solos
y las quiero de boca para guardar tu beso
y son de beso, que se escapa de ser mi sino
como los ojos que no pueden verse a sí sin
la piel dura como el agua.
porque nuestro amor imposible de sombras
se duplica en nuestro punto pero
sintiendo amor, pero sin amarse.
con palabras y sin voz, con voz y sin
oídos, con la impotencia de la música
para no riendar o del viento para
bajarse de su movimiento.
593.
El sol lubrica el suelo para
que resbalen
las sombras.
594.
Para morder tres frutas
en tus ramas
cerré las mandíbulas
de mis dedos en ella
y clavé un hacha en tu
tronco para treparme
y me llené de saviaallí se ha secado
tu verde mejor
y creció una rama
que cayó a tu lado
para ocupar tu sombra.
595.
A veces en el espejo
mi imagen se diluye
como la tinta
Se estira en el agua
Y yo no la voy a buscar,nunca podré comprenderme
mis alas se disuelven
en mi mente
y no puedo verme
volar.
596.
El silencio se enturbia con mi voz
empañada y polvorienta como un río
donde tú has cruzado.
tu perfume susurra como un humo suave y lento
Yo te recorro lentamente como un pez que se adosa
a los vidrios de su pecera
y transcurro olas y desenredo espumas
después del pequeño remanso como un cerrojo
del hijo
y no me importa el cielo aturdido de nubes
y voy olvidando el silencio como un frío
que muere en la dentadura de las llamas
porque mis botes descifran las olas
como cuando mis manos despiertan tus formas
porque más que todo me apoyo como el
cielo en nuestro amor de horizontes
Y corrí las montañas como el viento
y quedé colgado del bosque sobre el abismo
y ahora con los escombros de los gajos
quebrados mis nubes se despluman
sobre ti
como un pájaro de fuego que será reemplaza-
do
porque sus alas que nos empujaron
se están quemando en tus altares.
597.
La tierra se abre, los volcanes rumian,
la lava susurra olor a ella
vendrá la lava.
Los riscos están polvorientos de olas
La música se derrite y el aire
está harapiento de viento
las cuevas se llenan de agua interior
los aljibes desbordanAllá lejos hay llamas en los bosques
la tierra se abre e himna un aliento
a fruta
La lava, se aprieta contra las cúpulas.
Dentro corre la brisa blanca y líquida
Tu mano muerde la sábana donde se enreda un
grito arrugado
La tierra abierta, y el olor a fruta...
Llegan pájaros de nubes y hay un remanso de humo, y cae
un dolor negro, y frío y se clava total...
598.
Volver a un sitio que no se ha buscado
nunca, es más difícil que llevar
un camino hacia donde no se
ha estado pero se busca.
599.
Dos unidos en pareja por cariño
como tierras lazadas por un istmo
como el vientre íntimo y el niño
Dos que aun siendo dos son uno mismo
así como
dos soplos de amor que un pecho tiene presosdos bocas tejidas en un beso
tú y yo somos.
600.
Tú estás detrás de esta noche
no importan los ojos de la noche
tú estás detrás en otra noche
tú estás detrás en una nítida noche
601.
Hay un amor para mí
lo guardas tú como una
vela tácitamente encendida
todo el día
Hasta que llegue la noche
de la llama verdadera
y tú hagas la misa en el altar
que guardashay un silencio para mí, lo emites tú
emerge de tus ojos como una
mirada.
Hay una paz para mí
la voy a beber a tu arroyo
tus manos laten entre las mías
como el último pájaro que parpadea
entre las hojas por la tardeHay una nueva paz para
mí los corales lentos
luego detenidos donde
las anclas fatigadas
rezan su herrumbrecomo un pez siempre
conocido comprobado
tras las redes.Hay una noche para mí
la tienes tú para mis botes,
como un
mar
a la hora de las quillas
602.
Alcanza el último peregrino de la procesión del eco
torna el último tramo del viento y llega a la primera hoja caída
viaja desde el instante antes de la sequía, a través de los peces y
llega hasta la lluvia
Allí estamos siempre encontrándonos por primera vez
con la eternidad disuelta en la gota del primer instante que es mar
de la gota del primer beso, mientras el árbol del grito goteaba las
primeras hojas del eco y nosotros dejando el instante ya para siempre vivo
pero inalcanzable cuando nos despertamos del punto con las alas rotas
contra la correntada de las horas, inauguramos los huecos en los
brazos los himnos en los ojos los pozos en las manos las alas en los
labios y el horizonte azul donde en el crepúsculo cuando la leña del
alma sostiene la llama de la ilusión que exhala el humo de la esperanza
vimos dos que bajaban la montaña hacia el lugar de nuestra
ceguera y los seguimos.
si quieres saber cuándo antes de una noche ya el hijo es hijo
Alcanza el último peregrino de la procesión del eco.
603.
A veces yo bajo hasta donde el mar que es cielo techa un pequeño
mar de agua doble, donde las estrellas de los peces se reflejan
sobre una patena oscura y dorada dura y blanda, algodón y espada, pero
siempre tierra, donde tú guardas el secreto que te murmuré una noche,
una noche en que imprimí mi sombra como un árbol en la tierra
mi palabra se desplomó en ti como un pájaro en el agua hasta entonces
imblanda de un aljibe
allí goteó mi voz como el agua que se desenreda de las fisuras
y cayó espesa y única la palabra, la letra, el punto
que tú encofraste amor punto letra palabra grito.
a veces miro por tus rendijas dentro del templo y veo en el altar de
tu alma, sobre el ara de mi imagen un pájaro que abriga la
sombra de mi reflejo en ti que la vela paciente de tu amor
derrama.
Yo no tengo imagen de tu imagen tú la guardas por mí
junto a la mía; por eso encierras las más simples mariposas
de los ecos de mi voz que sigue conjugando: eras, eres fuiste y
eres y serás eternamente
604.
Tú eres como el único lado del
espejo.
Ignoro el silencio infinito para oponer
a una palabra tuya.
Ignoro la palabra infinita para
aplacar tu silencio.
Eres como la única manera del abismo
puedo empezar por tus ojos
y terminar en tus manos
puedo comenzar por tu boca
y arribar a tu vientre—No eres como el túnel de la música
que tiene dos entradas—si te amare mañana
persistirás al margen de los días
o mi amor será la sombra en tu
trayecto por las horas
Pueden agregársete las veces
pero las viejas no se herrumbrarán
de polvo.
pueden adherírsete silencios
pero no han de agriarse tus palabras.
pueden adosársete mil noches
pero no estarán rancios los violines
derretidos
eres como una calle de neblina
no resuelta
el frío podrá remedarte
como la sed imita el sorbo
pero seguirás siendo tú
como una hora que corre por el
tiempo.
Huyendo de su espalda sin abrigo
que besa la nada del intiempo.
605.
Mi corazón es un campanario
y garabatea palomas
y desenreda cadenas
y aletea ecos como un compendio del mar.
Tu mirada sangra de tus ojos que laten
como un corazón asombrado que parpadea.
En el cielo hay mariposas que tiritan.
mi sangre va clausurando grillos
e inaugurando los grillos y cigarras
de mi escalofrío.
los pájaros de tu corazón han hecho un nido
con los gajos secos de tus dedos
en las ramas muertas de mis manos.
La savia asombrada tiene fe de peregrino y canta.
Mi corazón es un campanario
y tú
alegremente desesperada
lo agitas como a un incensario
y mis ojos se perfuman.
Qué poco importa la belleza de las cosas
para que las cosas sean hermosas.
Ya puedo darte las gracias
por mis lágrimas abolidas y los silencios
atrofiados
por los fríos mutilados
y los candados rotos de los trenes de la sangre.
Ya puedo darte las gracias.
Qué poco importa el sol para que mi alma
esté sumergida en la mañana.
606.
Voy navegando el río de tu cuerpo
y mi boca rema
he desenrollado el vértigo de dos remansos
deletreé los ladrillos laterales
de los aljibes
donde una brisa canta su túnica
de sombras
mientras los peces atónitos
se enrollaban en la columna
de mi pecera como una
hiedra
Ésa es mi primera paz: tus ojos.
transcurrí tus brazos como
arroyos mansos luego pedregosos
y turbulentos
Ésas son mis primeras olas
tus manos.Y descifré los peces intrincados con
las anclas
y tu imagen se derritió entre las
olas como las cosas tras el
humo caliente
hasta que bajaron tus ojos a revolotear
su remanso y enloquecerseY tu amor rodó como un pájaro herido
como mis besos heridos que ya no
remaban
que parpadeaban sus últimas alas
moribundos
y el agua se desangraba
en racimos de mariposas
y en grillos vibrantes como eres
que brillaban como arena
de cristal,
y quedó el mar paladeando
y cabeceando contra los muros
con la primera quietud
del árbol caído sumergida
y las frutas mejores hundidas
con los peces.
Ése es mi amor: nosotros.
Mi nueva paz, como tus ojos
rescatados
como el río alisado tras las
piedras
607.
Ahora que hemos sido ya nosotros seamos cada uno
aunque las manos sangren y el silencio aturda
aunque me llames y te llame no responda ni respondas
aunque nos amemos siempre, tengámonos ya nunca.aunque el corazón se atragante como un puño apretado
aunque no cicatrice el rastro del recuerdo y siga ecando
y aunque desde esas huellas en un sendero caminado que no caminaremos
nos prolonguemos hasta el instante, como si nos deshilacháramos.libera mis pasos, desenjaularé los tuyos
nuestro abrazo desgarrado no estará destejido
y en él nos seguiremos abrazando, ya lejanos
mas el desabrigo será desiertamente frío.aunque te extirpen de mí, te quedarás conmigo
aunque me amputen de ti perduraré en tu fondo
y aunque quedemos en las almas como el humo de los barcos
será triste, tristísima nuestra realidad de solos
608.
Se deshojan las migas del cielo,
hay pianos roncos que borbotan
Los pájaros del viento ríen buscando los peces de las migas
la lluvia chisporrotea grillos en los charcos
un trueno existe como una bocanada de cavernas
Pero el silencio perforado subsiste
valiente y mío como un muro antiguo
calavérico que grita más porque muere
con mil flechas porque arde con las
llamas que yuyan sobre el cadáver
de la lluvia cuando no está muerta del
todo.
La lluvia es como esas vidas puntuales que
existen entre su luz y su noche como
un instantáneo modo de poder morir
Mi derrumbe ata más hondo que la lluvia
yo tengo alas de lluvia por mis ámbitos
mi derrumbe es más lento que la lluvia
y llego a conocer mi
muerte
609.
se hacen líquidas y
los cantos se divisan en
el agua donde caen,
como la noche necesaria
para las estrellas y
la fosforescencia de las
mariposas,
y los silencio se
endurecen
y se vacían las
ventanas de los ojos
y en el gesto inicial
de una gruta tu voz
desaparece como si mi
manera de escuchar
fuese de repente una
mano, y busco
a tientas tus acentos
que empiezo a dudar.
y todo se congrega en
una fuente de donde
se parten los hombros
de las copas y las aguas
caen como un manto
frío en mi estómago
de vidrio o como
la luz que resbala
o la tinta que se empaña
en el agua poco a poco.
mientras el mundo
es un corazón al aire
610.
Incrustada tan honda como en un ojo, la
mirada, así la planta en la tierra.
611.
En medio cráneo de tablas
, la carne muerta de un cuerpo,
cerebro vacío descansa.aturdidos los ojos de negro
seca la boca de palabras
el oído encandila el silencio.En su boca la lengua callada
como el mudo lago en su lecho
así el cuerpo en la mortaja.
612.
Y yo te habito y a veces
soy la tierra.
613.
Y me inculcarás mis relieves
El aplauso de las alas que laten el vuelorecoger los rumbos de las palomas
614.
Si las cosas tuvieran el solo gesto
de la forma, existiría mi ceguera
615.
No puedo decir que el ciego no ve las
formas. Sólo que no ve el color
616.
enderezar el rumbo de la
música sin cambiarla
617.
Declamar, reclamar muñones
618.
y tú tiendes el visillo
de la última lenta
ala de una agonía
o vuelcas el humo de
un aroma desde el
mordisco de una fogata
619.
Los harapos de mi voz siguen
sangrando
como el último brazo de
la batalla ciego de bandera
como una savia ronca
de astillas
como una vela quebrada
pero ya no son míos
tus cántaros y mis
hilachas se vuelcan
con un silencio inevitable
tres veces
crucificado de impotencia
como una campana incompleta
como el primer instante
de un techo mutilado
de columnas desesperando
brazos inútiles que no puede
emitir antes de los
escombros
620.
Los cisnes de la savia
621.
Quiero que como se hincha de silencio
nuestra habitación
después de mil olas
semille mi
sombra haciéndose más gritada
y se acurruque en tu mejor hueco
mientras te enrollas alrededor como
un abrazo sin brazos
622.
Hace mucho me asomé a mi alma y vi que una vela humedecía el cuarto con tu imagen transparente y amarillenta
y empolvada como lo que se vuelve viejo al llegar y verse mucho tiempo esperado,
y volvía a mis ojos y dejé el candado de mi silencio en el sótano de mi alma.
He vuelto atónito de mi alma, subí las escaleras sucias de mi mente y me quedé en los ojos y me di cuenta
como de una traición, que me sobresaltaba el frío.
El candado me quemó la puerta estalló
el alma había crecido y la vela era como un álamo de agua que flameaba desesperado
los dedos blandos del fuego lamían como sombras los ladrillos
de los muros y corrí espantado, hasta mí, seguido por los ecos de tu idea
hasta mis ojos hasta mi piel y vi que el frío me
estaba esperando como el hueco reservado para ti.
He caído de mis ojos, de mi boca
de mi piel.
Estoy al borde de mí como una
fruta al pie del árbol. Yo arrojo el grito de tu nombre
te arrojé mis manos
rompí mi silencio,
sin darme cuenta
que no estabas para
detenerlos,
y caí con un vidrio de mi
silencio clavado en la garganta disuelto en el cadáver del grito y entre la piel seca de las manos solas
con todas tus palabras en el vidrio en mi garganta;
con mi soledad ya sin importancia
623.
Además supe
que los lechos
se arquean frente
a la soledad, nunca
desde la ventana veo
pasar al amor, siempre
desde la calle veo
la ventana envuelta
en encajes antiguos que mejor
te asoman,pero la lámpara
está encendida.A. RIMBAUD
624.
¡Qué alivio algún instante doloroso!
¡Qué hermosa aquella lágrima doliente!
¡Qué leve aquella pena que dolió tanto!
¡Qué intenso es el dolor que ahora duele!
625.
Miraba
una estaca
plantada
en el suelo.
y pensaba:
mi amor y mi palabra
son eso.
la sombra y la estaca.
mi amor
es la tabla
cuando el sol
está en el cielo
mi amor
es la sombra
cuando febo
asoma
mi amor
es la estaca
cuando la sombra
es corta
la estaca
es mi palabra
cuando la sombra
es larga.
y cuando
la sombra
y el palo
no son distintos
mi amor
se adormece
y mi voz
es un grito
mas siempre
mi voz
es tabla
cuando la sombra
es larga
mi amor
es la estaca
cuando la sombra
es corta
un mar es mi alma
mis palabras
tan sólo una gota.
626.
Cuando leo un verso tuyo,
como si mi alma en pulmón se transformara,
y fuese la tuya el aire que respiro,
me hincho de tu alma.Cuando tengo en mis manos un verso tuyo,
es como si tuvieses en las tuyas uno mío,
porque en ese verso siento una caricia
y cuando lo toco, es tu mano que acaricio.Cuando leo un verso tuyo,
como si te escuchara hablarme lo que él dice,
se evapora desde mi alma el recuerdo de tu voz,
y las palabras escritas me repite.Cuando estoy a tu lado
y hablándome de amor yo te escucho,
injertadas nuestras manos,
yo leo un verso tuyo.
627.
solamente me han quedado
las huellas que tu paso puso
y eso es todo tan sólohumaredas de polvo
polvaredas de humo
628.
Desde mi ambigua manera de bailar
crecías desde el suelo como
un álamo de fuego
era una cosa más, una cualquiera
donde sentía lo grotesco de existir
y sin embargo
la magnitud de exceder toda
simbologíatoda poesía.
629.
REENCARNACIÓNEl hombre que nació antes de morir.
630.
A veces creo que para qué unas pocas
entre tantas cosas que serían
y otras
que por qué no esas pocas
ya que no tantas otras.
631.
SIGLAmorar infinitamente como el veneno.
632.
Nos hallarás
yo en silencio y al costado un silencio
del tamaño de tus cosasEn el silencio
como un castillo sin muros
nos hallarás
En la arena que no tuvimos
para lavarnos el mundo
en el mundo que nos olvidó fácilmente
en el pecho de la noche sorda
en el quicio de tu sangre
asomada a oír la luz de la piel
Nos hallarás
en el verso vacío de palabras
que no nos pasó nunca
en las palabras que vivimos
iluminando cosas que no nos fueron
Nos hallarás en fin
en todas nuestras cosas
cambiadas de sitio
Y en todas las cosas que no dolimos nunca
que te busquen el acceso de tus días.
Nos hallarás
si nos buscas amiga
Nosotros te guarda
es un huerto que fuiste tierra
y yo como un labriego loco y ciego
hablaré del sol
con los hombres que repitan como en sueños
una historia de dos
Nos hallarás si nos buscas amiga
volver
es haber partido
pero partir es un largo tal vez.
Nos hallarás en la punta de tu regreso
Si nos hallas
habrás vuelto.
Aun para preguntar si te esperábamos
Quieres saber quién es la otra
persona de quien te hablo
Eres tú misma
partir es quedar un poco
aunque te lleves los ojos
y el acceso de los días
aunque te lleves el testimonio
Aquí te quedas esperándote
o perdiéndote en el nunca
633.
Somos tan predecibles que no puede
ocurrir nunca algo que exceda la indefinición
del miedo.
634.
Las vidas ruedan como el agua hacia los valles.
635.
Hoy tengo el corazón hecho un nudo.
del subsuelo de mi alma emergen
como en un remanso que devora
manos que se agitan, gritos urgentes.Amanecí como arrasado, roto,
como un campamento devastado.
como una iglesia profanada
como una tumba después de un terremotoComo a una cruz o a un timón, los dos,
como a un bastón o a un mediodía
quise atrapar tu nombre que pasaba
pero las manos de quedarte no eran míasLa vida arrecia con rosas o puñales:
o como el pan de trigo o como el de veneno.
No me importa una muerte equivocada
yo sé cuál es el pan que quiero
si el pan de despertar no es morir sueñosPero no quiero que mueras con mi muerte
no quiero inundarte con suicidio
Yo te invito a mi mesa, está servida
pero el pan, amor, es sólo mío.En mi vida verás fotografías
y unos viejos floreros atendidos
Hay un sótano de rito inaccesible
sin embargo no hay nada prohibido.En mi vida no hay puertas para abrirte
puedes pasar con sólo una mirada
pero antes de entrar, quiero decirte
algunas cosas que ya están gastadas.Si te bastan estas pocas herramientas,
el poco combustible de mi lámpara,
mis manos un poco enronquecidas,
y mis ojos con restos de batallas,Ya puedes pasar y acomodarte
Descálzate, si quieres, todo es tuyo.
Tengo sólo otra cosa que contarte:
entre estas sillas y estos muebles suciosHay algo nuevo que he encontrado
algo que entró recién junto contigo
que no tiene nada viejo ni gastado
Algo que soy de verdad mucho más niño
Algo que nunca había cultivado
Algo mágico que me hace ser más vivo
Es que nunca he estado enamorado.
636.
Hoy he amanecido con el alma enredada
con la voz que pierde su camino
con la memoria como desorientada
me parece que ni siquiera he amanecidoUna rosa me regala una promesa
una esquina me unta con delito
me asesta el vacío una ventana
Tal vez lo que más duele es el vacíoEs una cosa de verdad incalculable
esta deriva ciega, sin destino.Esta zozobra de todos los altares
esta prisión de todo mi albedríoHe sentido que tiraba de un cadáver
un lastre acusatorio detrás de mí
era mi sombra, todo mi equipaje
mi rastro, las manos de mi hijo.Quisiera arrancarme el corazón de cuajo
extricar este nudo a cuchilladas
y llevarlo lejos y enterrarlo
y dejar todas mis huellas enterradas.
637.
Tu orgasmo como un escalofrío del mundo
638.
Si fueras perro moverías la cola.
639.
SIMBOLOGÍAS VACÍASmineral soberano
aluvional.*
aquietada la quietud
*
parásito de luz
con manos desterradas.*
la ballesta de tu espalda
*
tu sangre como
un reloj de arena*
árbol = puerto de pájaros
*
Ojos desfondados
*
yugo
equinoccial*
riguroso como un anillo
*
En la frente que me sube por los pies
Vuelvo,.*
el dolor a vino
*
Decirle rutinario a un espejo porque siempre
mi cara*
Cerca del miedo hago una casa.
640.
El viento de la noche hurga
con frenéticos dedos multiplicados
el jadeante follaje
la luna es un sonido quieto
congelado
641.
Tú siempre serás tú cuando te llame.
Tú siempre serás tú cuando te escriba.
Si tú no hubieras sido acaso tú,
tú lo mismo tú siempre serías.Tú serás siempre mi sueño cuando sueñe.
Tú serás siempre mi cima cuando te ame.
Tú serás siempre mi pena cuando olvides.
¿Acaso yo, no seré tú, cuando me llames?Tú eres tú porque ser otra no podrías.
Dime pronto si algo tienes que yo amo,
porque pienso que lo único que quiero,
es el eterno tú con que te llamo.
642.
A cada cosa diferente le fue existido un nombre
Cada testigo es un nombre diferente a cada cosa
pero se desocupan sugerencias
se acatan los signos
y en el orden
643.
Para quererte los monstruos que te imagino
lavar la duda en tus guaridas con antorchas
644.
SOLIDARIOcuento el barco en el áisberg
trinchera
645.
La íntima caña de tu cuello
la cadena subterránea de tu espalda
646.
se abre la mano.
un pájaro de pétalos irte
647.
siempre vienes desde alguna historia
desde algún nunca que me aciega
yo que vengo de mi espalda y más atrás
de la veta innumerableY este tiempo que estamos
como decir distancia porque dos y
no la unidad del sitio
648.
ORIGENDe la punta de la nada
por una puerta de púlpito
ordenando símbolos insignificantes
nos tiempo y aquí por cualquier parte.
649.
Aquí soy
sobre tu testimonio que me empiezo
y el ciego que dejo atrás o que recojo.
aquí ordeno nuevamente las palabras
sobre las cosas que me creces
como un agua nueva a cada sangre en la tierra.
Aquí te soy.
La raíz que se ensancha toda la tierra
la tierra que asiste
congregada en la única raíz
que todo se asume en el primer testigo
Aquí te soy como la raíz que existe toda la tierra
se busca soledad a soledad como las manos.
Y luego de cerrar los ojos
la duda sin importancia de ser verdad uno
u otro lado del espejo.
650.
Yo que todo lo sería olvido
...pero fui iluminado.
tu palabra...
yo hacía sombra de silencio.Alta yegua
trigo de sol
y el puño aferrado al secreto de
del ojo
vena subhumana de naufragios
sin veces ni rostros señalados
Yo que todo lo venía savia
yo que todo lo yo
punto definitivo del testimonio
tiempo y sitio
observador
acecho improrrogable del ojo final atrás del ojo.
Y un día me llegó un diluvio
sonando a fatiga en un pájaro que tú
entonces dije tú,
palpé la soledad de mi costado
(como contando las cosas de mi ceguera
antes de abrirme)
y asumí tu historia que ya tenía
la certeza de haber sido sólo
como se aprende el silencio en la primera
palabra.
todo entonces lo fui espera
Yo que todo lo había sido olvido porque
no sabía contar y el tiempo y no me
movía.
y me creció un espejo por todo lo que me
estaba a la vez
hasta ....un día que le agregué tu rostro al tú que
florecí en silencio.
651.
Creo en mí sobre tu soledad que arraso
como la lluvia
creo en mí como en tu silencio restañada
con mis lámparas de canto para siempre.
creo en mí como en un árbol
echadas a tu tierra las raíces de mis manos.
creo en mí porque te creo como los caracoles
guardan el mar infinito aunque no haya
testigos que lo recojan.
652.
cambian los bordes hasta que el
medio sea borde.
653.
VERBO ETERNOtengo la sensación de que el agua es
un animal en total y que la tierra
es infinitos animales
el agua es cero y la tierra es numeral.agua numeral
654.
Doy vuelta a todo la página.
Digo la última
la primera soledad me espera como
un vientre. Yo, como un vientre.
(la primera soledad es tan yo como un vientre)
655.
LA INSCRIPCIÓNEncendemos la lámpara de música
nos invade ese silencio pleno que conocemos
infinito país.
Nada significa. Ésa es la eterna quietud
el movimiento infinito de lo que no cambia
el absoluto.
656.
Con manos clamorosas te busqué
como un ciego
como un gusano clandestino por el
cieno
recorrí cada poro suburbano del te-
rreno,
con lámparas de lluvia exploré cada
hormiguero,
Luego fue la desesperación identifi-
cando el veneno
El otoño me exilió a vivir en
sueños
Y vino la resignación del ciego que sabe
su destierro:
(Yo quería pintar el alba sin conocer los
colores del cielo)
Me eché entonces a dormir en un vino
amargo y lento.
Y ahora algo me sacude, me llama y
me despierto,
es la madrugada, la reconozco, la
estoy viendo.
Esto que siento está fuera pero ya estaba
adentro
no nos enamoramos, nos identificamos
nada más con vernos
nos reconocimos, el amor ya lo traíamos
de lejos
lo traíamos puesto como a un milagro o a un
instinto profético.
Qué me importan ya los dientes del
desierto
La sequía asediante la implacabilidad
del tiempo,
Dame tu mano de escudo abrevémonos
de besos
Entre arenas y cenizas siento que somos
eternos.
657.
EL HUERTO DE CHOQUITodo será recogido... tierra al fin... y Dios
en la última partida.El valor de las palabras a veces es el de ponerse
de acuerdo para entenderse sin ellas.
Porque podríamos comulgar la misma luna
en un silencio de suave naufragio y sentirnos
infinitamente solos, como no saber
que compartimos ese lenguaje. Allí la mutui-
dad de nuestra asimbología, también debe
tener significados o la plena absoluta
confusión del todo. Como el silencio que es
todas las palabras. que será siempre el mismo
en todos los lenguajes.
si no tuviéramos sentidos, pero haberlos tenido
querríamos avisar que estamos en el pozo
y ni siquiera sabríamos que avisamos,
ignoraríamos si nuestras palabras ¿palabras?
van o no. si soñamos, si somos, si si.
como enviar un mensajero en busca de
auxilio... y la espera terrible de no saber si lo
han capturado. Sólo sabemos de las cosas,
que han sucedido. Sólo sabemos cuando han sido.
Es la única certeza que podemos. El no suceder
es una infinita vigilia y sólo se cierra en
el suceder.
Por eso importan a veces las palabras. nos
tanteamos la infinitud de nuestros ciegos
y luego nos echamos a la sombra para
callarnos en el mismo absoluto.
las palabras son símbolos de la inteligencia
de la mente el silencio es el espacio de
todas las inteligencias que no nos conocemos
el espacio del absoluto lenguaje de los muertos.
658.
LA TIERRANo nos importa la tierra original
pero decimos cenizas.
No sabemos que es la tierra antes del primer
muerto. ahora clavamos las manos en la
tierra agua (de estrellas) [segunda] de aguas
muertas vivasy decimos que es hombres.
allí nos conocemos. (Nos bastan dos
puntos en el vacío para tener rumbo, pero
no menos)
Aquí es nuestra soledad. Todo nos volvemos
(el principio del infinito es ser siempre
la misma cosa. nunca dejar de empezar
y ser siempre fin. principio y fin, la
misma cosa.)
Nos toca nosotros. y ser es aquí y ahora
sitio de testigos alto acecho de torres que
todo lo existen, todo lo están.
659.
Barro de ojos. designios astrológicos.
imperativo de la luna obedecido.
Polen de estrellas.
660.
Sacudirnos las estrellas que nos subor-
dinan.
O acatar
asumir el designio de las profecías
seguirnos en los hombres y en la
historia
661.
El trasbordo de la realidad a los
Símbolos
662.
La eficiencia de todas nuestras
compuertas y pulsos.Choqui querida
siempre beso la boca
absurda del silencio.
663.
Durante siglos descubrí y abrí puertas
en muros. No llevaban a ninguna
parte. Pero ya el solo hecho
de develar el misterio de que hubiese
puertas ocultas me avisaba un
pasillo que aún espero. ahora abro
esta puerta. la pirámide completada
y me quedo con la eternidad, el
último instante es el tiempo
absoluto la inmovilidad del infinito
Todo lo abarco y lo comprendo, lo
soy. La última puerta."escrito aparecido en la pared de
la habitación donde apoyaba
la cabecera de la cama de
Ernesto el día de su muerte.
La tinta correspondía a la de la
birome del médico que confirmó
su muerte."
664.
EJECUTAR
territorio
ininteligible
665.
El follaje de mis sombras
hebra
666.
Generalmente después de sucedidas las
cosas tenemos la única certeza
posible, el pasado. Y también es
el momento en que comprendemos
qué fácilmente suceden. Allí
entonces medimos con la boca
del asombro el número del
peligro o la potencia que habemos;
lo uno en el caso de entender
que cerca de la muerte se está dia-
riamente a una distancia de
imperceptible "casi"; y lo otro en
el caso de arrepentirnos por el tiempo
perdido, por la cobardía de no ser
capaces del riesgo que al final de
cuentas es común a todas las cosas;
Esto último sucede, cuando vemos
consumada una empresa de que no
fuimos capaces, pero sólo en el
plano de la iniciativa o de la decisión.En un último instante todo
nos acude a comprobar
nuestra potencia: ¡Pude!
¡Hubiera podido...
y las lamentables equivocaciones
hubiera podido pero ya es tarde
y las aún peores, era posible
cuando pensé que ya era tarde,
pero ahora imposible y siempre
cada vez es más tarde y en
verdad nada sería anticipar-
se. Siempre tenemos miedo
de la inoportunidad, cuando
en verdad la única es la
falta total de ellas, el
absoluto nunca, el no.
prudencia es mueca, lo
menos de un tiempo y la no
prudencia no significa imprudencia
sino vigencia. Es característico
de los indecisos (otros adjetivos también)
respaldarse en argumentadas precau-
ciones de las que hasta ellos mismos
llegan a convencerse.
667.
Yo algún día soñé con este día,
y hoy no puedo despertarme de ese sueño,
porque sueño sin soñar, sueño despierto.
Yo quisiera estar soñando todavía.
Oh, qué hermoso espejismo el sueño que dormía.
Ah, qué cálida luz soñar viviendo.
Ay qué oscuridad cuando quedan los recuerdos.
Yo quisiera estar soñando todavía.
668.
Así lloran los hombres
con lágrimas secas y sollozos callados.
Así lloran los hombres,
los hombres no lloran, son machos.Todos van por la calle, ésos son los hombres.
De la mano llevan sus novias y esposas.
Yo no soy un hombre; son ésos los hombres;
ellos no están solos, por eso no lloran.
669.
OH PRIMERA HERIDA EN LA PIELOh, bautismo de amor que yo te di,
yo te bauticé en el nombre de mi amor
Oh primera herida en la carne que herí
oh primera espina en la piel vacía de dolor
yo te di la madeja, tú tejerás la lana
digestión
de semillas
en estómago
abonado
670.
Toda la furia de este silencio
al que le soy unas olas que rompen
sobre la playa de la soledad.
Quiero medirte con las manos
Quiero medirte el silencio con las
manos como explorándote
No me dan miedo los capitanes
Ni los soldados muertos sobre tus
inatestiguables espantos, no me
espantan tus indios pintados de
silencio ni tus ratas sol.
Todo lo que quiero es medírtelo
todo con las manos para después chuparme
los dedos.
Todo te lo quiero, aunque no
sepa que me acechas más allá
porque yo sé que siempre sigues detrás
de un recodo y yo con una lámpara
te enderezaré el sol doble, como en
un túnel donde se ve la salida.
Todo te lo quiero y todo lo que
te quiero son yo. Qué más
acaso puedo pedirte más
que yo mismo.
Porque ni siquiera me dan
miedo los campamentos de tu
historia ni tus túneles poblados
de esqueletos. Porque si quieres,
me defenderé de tus indios con
lanzas y cuchillos que haré con los
huesos de tus muertos y si te
parece dulce me comeré las hormi-
gas con que devoraste tus capitanes
dormidos.
671.
Nada importa si estarás luego conmigo
Esperar el momento es remontar hacia una cima
Todo lo que pasa, son paisajes ignorados
Sólo tengo ojos para ti, amada mía.
672.
Tienes un nombre que repetía de memoria,
como si inconscientemente de la boca rodara
la piedra de una palabra despeñada de un monte.
Nunca supe, hasta hoy, qué significa esa palabra.Ayer cuando te ibas quise clavar tu vuelo con un ruego
Quise poner en el arco de mi boca, la flecha que asesinara tu paso,
pero aquella palabra de memoria, había rodado de mi boca.
Hoy, con fruición infinita, la digo, llorando.
673.
Escríbeme el alma con la pluma de un ruego y con
tinta de lágrimas
Yo lloraré las letras por no haberlas silenciado
Yo contagiaré tu alma
674.
Yo quería decírtelo sin prisa
que esperaras y supieras que esperabas
Luego entonces la palabra llegaría.
Esperaste sin saber cuándo llegaba
y te ensordeciste de silencio desierto.
Luego vino, pero ya no me escuchabas
Cansada de esperar, ya no escuchaste
yo te amaba antes, pero fue poco eso
la palabra de amor te llegó tarde.
Luego en tus oídos las palabras fueron
como en el hermetismo impermeable de las piedras
tan sólo blando y casi
mudo viento.
Esa esperanza que tu alma ya no llena
es la que en la mía tu esperanza espera.
675.
acaso haber inventado el lenguaje
fue para poder mentir.
676.
lo mismo con tiempo y fuerza se tallan
el agua el aire la piedra o la madera
677.
Mientras está en silencio la ajena quietud
la miguita su paz.
yo soy el remanso que se acercó a la orilla
mientras corre borrascoso el río
todos siguen batallando, yo comencé a agonizar.
678.
Matrimonio de manos.
Viudez de penas.
Marchamos atados
por la vereda.
Divorcio de manos
matrimonio de penas
Camino solo
por la vereda
679.
tal vez en un primer momento todo
le agua
luego ya no sé si todo empieza
con la lluvia o con el más que nube
680.
Cuando tenga la real
bravura de los que pueden
ser mansos.
681.
En cada hueco blanco de este cuaderno
se detuvo mi alma y mi deseo a
reclamarte, y te busqué en el aire
para completar mis besos
para lavar el silencio de mis
manos en tu pelo tibio, para
despavorir mis miedos con tus ojos
como inundaciones de lámparas.
682.
Hoy es nunca.
El sitio de cualquier quizá
que nos encuentra.
Llegamos a nosotros.
El día nos sube a los ojos
por las cosas que vamos
Vas recogiendo tu tiempo.
un instante serás siempre.
683.
Empuñarte como un puñal y clavarte a mi lado,
contenerte en carcelero dique, agua fugitiva,
hacer una camisa de brazos que te embotelle,
es abrazarte con avidez infinita.Ahorcar de un abrazo la persona amada,
Atarla, como la soga que circunscribe el cuello,
Y paladear con lengua de piel el gusto a piel de la piel palpada,
es sentir que el abrazo del alma aprieta un gozo inmenso.Tender los brazos como laderas que se besan en un valle
esperando que un alma se desmorone dentro,
y volverlos como boca que bebió en un espejismo,
secos; Es el vano abrazo de un esfuerzo.Sentir los brazos sucios de una hambrienta sed,
cuando labiaron un respiro ebrio de ansiedad
y se asfixiaron en un vacío desierto de ti
es comenzar, con avidez de luz, la ceguera a llorarSentir lo que se siente cuando se intenta inútilmente
asirse de una rama, cavernando algún abrazo,
Para descienagarse de la solicitud de la Soledad,
es sentirse como yo, solo y abandonado.
684.
las palabras las frutas tus
manos, el silencio con que
juego como con un gato
todas las cosasla lluvia
cuando tenga la mansedum-
bre de los fácilmente bravíos
te llegaré desde la gente
manso como el silencio
y solo como las palabras
irreal como las cosas que
sólo son en los ojos
y si me preguntas
para qué he venido
me sacaré los zapatos
para mostrarte mi
vida y si no me preguntas
nada agregaré al tuyo
mi silencio redondo
para que bebamos los dos de
la misma soledad.
685.
el ocioso silencio de los barcos
dormidos
686.
Después de haber remado toda la luna.
entre los animales muertos y los gritos rotos
en tu bocado despeñado de luz
íntimo precipicio del pez sobre
la arena
en el musgo caliente que rodea
tu garganta más hambre
latiremos en silencio
como los barcos dormidos en los puertos.
687.
apenas se desenhebraba por
un alegre orificio de sangre
la bala. como si su carne se hubiese
puesto a silbar grotescamente
apenas se enhebraba por un pasadizo de su
mente un silbo de cordura como la
luz de un cerrojo.
688.
Sobre el labio de la nada
nos quedamos parados
como el testimonioUna mano en los hombres
otra en el miedoen dos manos era hombre.
Entonces nos quedaba entonces.
la única historia
y bajé los ojoshasta tocarte el amor
con el silencioHasta entonces identificá
bamos las palabras
pero todo empezaba
a sernos más
que el pensamiento
689.
implacable atroz brutalmente
dulce.
690.
entrar en ti.
691.
sólo pude que hoy
no quiero verte.
692.
casi te di un beso.
Esto lo escribí, pensando que me
preguntarías qué había escrito.ahora que lo has leído. (No vaya
a ser que no me preguntes qué he
escrito) ya sabes que si no
fuera por vos, o porque pienso
qué sé yo qué. hubiera
cambiado un papel por una
verdad.
693.
El silencio de mi pan se desangrará
en los dientes de tu insomnioEn el labio que sonríe tu locura
una golondrina como tu boca
se despecharía la luz.Y yo quedaría
moviéndome
gestos feroces
con esta ininexistible actitud de
espacio
esta vívida medida de los muertosprofiriendo sombras
describiendo palabras feroces.
No.Mejor salvarnos los ojos
medirnos el hambre con la piel
clavar los remos y el timón de los
barcos
quedarnos con las velas de la
sangre
involuntarios
en el incalculable designio
con la ferocidad de las estrellas
madurada en la ternura de
las manos.
694.
He dicho tres veces feroz.
tal vez porque quiero contigo
la mansedumbre de los tigres.
695.
He caminado por los hombres
poblándome los ojos
y todo se fue volviendo palabras.
Esto es todo.Quiero alumbrarte con mis sombras
Echar el canto desierto del silencio
Para llenarte las manos con estrellas-
Víveme
Eso es todo
palabrasy aquí
quedarme tus ojos
todo lo existo como el silencio
que es todas las palabras
696.
Diccionario de quererte
697.
A veces no eras hasta que todas las veces
Beberte la historia que me venías
Secándonos el nunca
de los ojos vacíos de nosotros
en los días que nos llegamos.
698.
como un espejo en una habitación
donde todo está en sombras
699.
Escucha.
en la última lejanía
hay un mar que no tiene latidos
700.
yo no soy un hombre, los hombres son ésos
ellos no están solos,
por eso no lloran
701.
¿Qué decirte por que sepas cuánto lloro
si no hay lágrima que ablande tu silencio?
enmudece ese silencio que me aturde
yo callaré esta lágrima para escucharte atento.
702.
LAS HABITACIONES DEL INSOMNIOPor fin sonó el teléfono. Un escalofrío me llenó de arena. Cuánto puede asombrarme lo que termina con una espera.
Qué ajena sentí la inquietud o no del que llamaba.
¿Qué era el otro lado de un teléfono?
Y tres veces la chicharra. Un ritmo interior separó mucho la cuarta. Sentí la eternidad, la última campanada. Y ya no sonó la chicharra. ¿Era ésa la consigna que estaba esperando? ¿Uno que se dio cuenta que equivocó el número al tercer timbrazo, o Graciela que se volvía al rincón de su café para ordenar el mientras de mi colectivo? Pensé en que dudaría ella también de haberse equivocado. Hay timbres parecidos. ¿Y si no había sido mi número, y yo aquí, otra vez con el corazón estirado equivocando rumbos en qué sé yo qué venas, con el saco en la mano como un idiota?
Había sido ella. ¿Quién si no a esa hora, y por qué equivocarse justo con mi casa y por qué tres timbrazos? Salí, con el saco en la mano todavía.
Tuve miedo de contar más ritmos en el ascensor, como si se me pasara el momento de evitar el infinito en un cuadrado tan verde con una fecha rayada a moneda y un lugar sin espejo, que necesité en ese momento. Siete pisos. Fácilmente un segundo pudo ser más largo que un día. Tantos segundos en ese día corto que también pudieron ser más largos que un día.
¿Y si Graciela estaba llamando, sin saber de poder ser dudada con un equivocado a las 12 y tres timbres iguales?
Creo que los locos empiezan perdiendo el ritmo. Las habitaciones del insomnio tienen paredes móviles que están acercándose constantemente y nunca llegan.
La calle se me aplastó contra la piel distraída. Me recortó los contornos con esa exactitud con que el frío limita los miembros que pudieron parecer infinitos.
La noche caminaba a mi costado. Ahora el ritmo era mío. Aunque había otros. Aunque hubiera otros.
Estaba parada afuera soportando el edificio que se le apoyaba en la espalda. La quería con esa sensación a gusto rojo y salada.
Adentro de la confitería, qué me importaban las gentes que no existían, no esperaban teléfonos ni la querían con sensaciones ni la veían soportando edificios.
Yo no manejaba las luces de las ventanas prendidas. Las recogía así, mías en un primer u octavo piso, la noche era así, y ninguna tuvo las luces en el mismo orden, o yo no lo vi.
Graciela compartía la noche a mi costado. Era dulce verla sufrir. Sí, sufría. Pobrecita, me comía su imagen como acurrucando un cachorro con frío.
Era múltiple, tenía raíces clavadas por adentro, y no entendía nunca que me gustaba besarla entre las piernas o chuparle los pies o morderle el pelo.
El saloncito era cuadrado, color crema, con guardas, cuadros, sillones, revistas y una mesa debajo de las revistas. La imagen era más Graciela. Yo miré cosa por cosa y la imagen siguió siendo más Graciela. Luego desaparecieron las guardas, las revistas, el color crema, la llave de la luz o el lugar del enchufe. Nunca me voy a acordar, era un lugar, una sala de espera, amontonadas un montón de cosas para ser sala de espera. La imagen era Graciela. Espera. Graciela. Me miré los zapatos. Todavía a veces me miro los zapatos, sin buscar nada.
No conté cuántas baldosas miraba ni miré el dibujo. Ya no llevé la cuenta de ritmos. Todo era un mazacote espeso de cuadros y enchufes y silencio entre Graciela y Graciela.
Otra vez el doctor. Corregí la primera imagen. Era más pelado que cuando entré y otras cosas más. Era ése y mi imagen que pierde facciones en seguida era igual pero toda distinta.
Salimos en el ascensor viejo, repetía por dentro tres días el antibiótico, no se esfuerce y ya sabe...
Otra vez los sótanos y las cosas.
Eso debería ser el mundo interior, digo yo.
No había pensado que ya no me preocupaba de los tres timbrazos del teléfono.
El tapado de ella era rojo, siempre me sorprendían las cosas, eran un poquito diferente a lo que yo las había aprendido. Esos botones también y siempre me doy cuenta.
Ahí terminaba el papel, no me disgustó del todo.
703.
LA CAMA DE LAS FRUSTRACIONESUn par de putas licenciadas en algo
I
Ah, qué felicidad, qué felicidad. Estamos en verano, las camisas son prendiditas adelante, porque en invierno no hay suéter que aguante. Donde te lo querés poner se te ensartaron las lanas entre los cuernos. Está bien, la moda del cuerno con flecos. Deshilachados. Los chicos usan jeans desflecados y los viejos usan cuernos con flecos. ¿Qué decía tu mamá cuando eras chiquito? “Este chico no tiene mollera, tiene cuernos.” Ya te despuntaban los cuernos. Pobre madre, pobre madre, te tenía que acunar lejos de la pared, siempre lejos de la pared. ¿Y el moisés? ¿Cuánto medía el moisés? Para mí lo hicieron a medida. O te acostaban en dos canastos de pan. Gastaron más mimbre con vos para hacer el moisés que haciendo cinco juegos de living.
II
Lavarnos un poco la pija
peinarnos
ponernos ropa limpia
el alter shave
por aquí hay mucha soledad
arreglar vaginas y fingir virgos
mearle la puerta al italiano de mierda.
III
Dos tetas para toda la vida.
IV
Mi madre llegó antes que las mujeres decentes.
Se metió a puta porque era lo que le gustaba hacer.
V
El italiano de mierda tiraba sangre por la boca y dormía con una muñeca inflable
las muñecas inflables no tienen pulgas ni se emborrachan
el que sí estaba lleno de piojos pulgas ladillas y sarna era el italiano de mierda
siempre estaba caliente y se pajeaba en todas partes
se pajeaba en el hospital en los velorios en la iglesia
ese italiano de mierda
ese inmigrante de mierda.
VI
¿Qué le habrás pedido a los Reyes, que no te caiga otra postal? No se te habrá ocurrido vestirte de Papá Noel, ¿dónde te ponés el gorro? Ni Fumanchú ni Mandrake ni Fantomas pueden hacer que te entre. A menos que vayas a Los Gallegos, que ya inauguró, y te compres cuatro piezas de tela roja. Y una pieza de tela blanca para el pompón. Cuatro piezas de tela roja y cuarenta paquetes de algodón para el pompón.
VII
Todo empezó con una partida de dados
si antes de la tercera salen los cinco seises te mato
te juro que te mato
los cinco seises salieron a la primera
y al sirviente Perpetuo lo mataron a machetazos
sobraron machetazos
las mujeres y los maricones dan siempre machetazos de más
no es una regla fija pero sí bastante aproximada.
VIII
Allegretto pizzicato para corno.
traducción: soy cornudo porque
mi mujer se alegra cuando le
pellizcan el orto.
IX
Lo llamaban Tres Piernas porque tenía una pija descomunal
una pija valiente y siempre dispuesta a la pelea
mi esposa Clarita me robó los papeles del auto y se fue a vivir con el negro Tres Piernas
nada más que porque tenía una pija enorme descomunal y orgullosa
una pija tremenda
ella se sentía muy enamorada de la pija de su negro
la gente se ríe pero la situación es dolorosa
en estos casos el único que no se ríe es el hombre al que se le escapa la mujer porque tiene la pija débil
un caduco pellejo
en lugar de noble y recia
se desabrochó la blusa y le enseñó las tetas
besame aquí en las tetas
besame las tetas
yo sé que llevás muchos años queriéndome besar las tetas
te juro que no las vio nadie desde la muerte de mi marido
tenés que ser menos vanidoso y soberbio
menos asqueroso
criticás y murmurás porque sos un irresponsable
de muchas cosas no se puede culpar a nadie
de nada se puede culpar a nadie y tampoco al destino
me humilla que mi esposa me haya abandonado por tener la pija chiquita
una pija chiquita y arrugada
las únicas arrugas hermosas
las de las bolas
las mujeres están bien con un hombre encima
con un hombre clavado
las mujeres con marcas en las ingles
de abrirse y abrirse
tienen el corazón templado y la conciencia serena.
X
Tené tus precauciones. Si suena el teléfono, más vale que no sea Movicom, si no se te engancha la antena en los cuernos y hacés cortocircuito. Si tenés una sábana a mano ponétela en los cuernos, porque en cualquier momento destapan una sidra y te la dan en los cuernos.
Cuidado con las cañitas voladoras, a ver si te prendés fuego. A ver si tenés que ir a dar al instituto del Quemado. ¿Te imaginás para tener que sacarlas de ahí adentro?
XI
Un día empezó a salirme pus de los bordes de la flor del culo
mi madre me dijo tenés mala la flor puede que sea un grano
tu padre tenía siempre granos en el culo
cuando le reventaban dejaba todo podrido de sangre y pus
entonces yo le contesté también puede que sea un castigo de Dios
un cáncer que Dios me manda como castigo por haber estado acostándome con mi madre sabiéndolo
Gerardo Espinosa fue poco a poco dejando de acostarse con mi madre
me da asco vergüenza bueno me da como aprensión
pues a mí no a mí me da gusto mi madre me da mucho gusto
es una cerda que sabe dar gusto a los hombres
a mí ahora lo que me asusta es este cáncer que me ha salido en el culo
mi madre me dice que la flor está llena de pus
si la flor se me acaba borrando a lo mejor me muero
me gustaría saber qué les pasó a mis hermanos
mi madre volvía siempre a lo mismo
tu padre me mandaba hacer las porquerías con el caimán
nos revolcábamos sobre el suelo en el que siempre se amasó la tierra con mucha sangre de bestia o de hombre
eso no importa
lo importante es lo de menos
y el animalito me agarraba una pierna con la boca
enorme pero muy suave
el campo sabe muchas historias verdaderas
digamos el corral
lo que nos salva es que no habla
después me recorría todo el cuerpo
me mordía la nuca sin apretar
si aprieta me mata con esos dientes
me lamía las partes
las dos partes
me daba vuelta y me mandaba el pedazo por donde entrara
lo mismo le daba un agujero que el otro
yo lo guiaba con la mano para que no me hiciera un agujero más
las gallinas huían asustadas
el caballo rebufaba nervioso y la cabra se quedaba mirando como si tal
como si no quisiera que la vieran mirando
tu padre se reía mucho
después encerraba al caimán en una caja en la que lo tenía medio asfixiado
me tumbaba en la cama
me decía puta hija de puta
el enamorado insulta siempre porque cree que su amante es distinta y mejor
tu padre estaba muy enamorado de mí
puta hija de puta
me daba lo menos cien latigazos con el cinto
después me preguntaba que quién me había hecho las marcas y me pegaba más
si no me hubiera querido tanto no me hubiera pegado tanto
y me agarraba a lo bestia y me rompía toda
así no más
parecía un bisonte
con nadie gocé tanto como con tu padre
no se puede gozar más
debajo de él yo no podía ni moverme
quedaba toda rendida
tampoco podía respirar
a tu padre se le calentaba el cuerpo y la pija se le ponía como una brasa
afilada y ardiendo
necesito chupar esa pija bien gorda
cuando entraba me daban latidos en la cabeza
casi perdía el sentido
tu padre fue uno de los últimos hombres como Dios manda
uno de los últimos machos verdaderos que pisaron esta Tierra.
XII
Las mujeres no se dejan coger por desconocidos
mentiras como ésa pueden derribar a un hombre
no hace falta jurarlo
pero de todas formas lo normal es que no se dejen preñar por desconocidos
como Valeria no quería ser la excepción no quería dar la nota
cuando terminaba de coger con el gallego Carlitos se metía una aspirina en la concha y se la lavaba bien
enchufándose un sifón y apretando con fuerza
Valeria tiene una cicatriz en el nacimiento de las tetas
fue un mordisco que le dio su marido un casinero Augusto
le arrancó un cacho de teta y la herida le tardó en cerrar cerca de dos meses
¿qué es esa marca?
y a vos qué mierda te importa.
XIII
Gerardo Espinosa tenía mucha fuerza
era capaz de doblar la reja del balcón con una sola mano
pero en la cama servía para poco
variaba poco
eso me lo confesó mi madre
en la cama era muy delicado pero no a lo vicioso ni ruin
y se conformaba con lo que le hicieran
jamás pedía nada e incluso era obediente y sumiso
¿querés que te la mame?
bueno
¿querés que te meta la lengua en el culo?
bueno
¿querés que te monte?
bueno
comeme la concha
bueno
meame en la boca con la pija adentro de la boca
bueno
pegame con el cinturón
bueno
decime que me querés más que a nadie
bueno te quiero más que a nadie.
XIV
Cuidado, cuidado cuando le vayas a poner el agua y el pastito a los camellos. Vas a trizar todo el espejo del baño con el agüita. Cuidado, cuidado, tomá tus precauciones. No te desesperés cuando te levantés para ver qué le trajeron los Reyes a tus nietitos, que vas a salir con el respaldo de la cama a cuestas. Con los cuernos vas a enganchar el camisón de tu mujer. Cuidado, cuidado, hasta el rosario de la pared vas a enganchar. No te desesperés. ¿Vos dormís con alargamiento de la cama en los pies? ¿A qué altura ponés la cabeza para que te entren los cuernos? ¿A la mitad o más abajo? ¿A tu mujer de besito de las buenas noches le besás las rodillas? Cuidado, cuidado. No, que tengas cuidado, no seas inconsciente.
XV
Amémonos pequeños míos, disfrutando de nuestras bocas que derraman arropía
lamiendo, en sedienta agonía, los brillosos filamentos
y nos interesen un as las murmuraciones de los hipócritas de turno
que pretenden reprimir nuestros deseos con el fantasma de una dudosa muerte.Apasionémonos amados míos y conjuguemos todos, estos jugos seminales
en uno y único maravilloso líquido que abarque los enardecidos cuerpos.Cojamos pequeños míos, besando nuestros culos y colmando esa concha de otros cien besos,
que se abre, roja camelia de fosforescentes estrías, a la sequedad de las gargantas
y nos importe un carajo la imbecilidad que nos rodea.Garchemos amados míos y que nuestras tiesas y bamboleantes pijas sean los mástiles de briosas naves
prontas a hender en un ponto de convulsa batalla
mientras escupimos sobre los idiotas que procuran acallar los jadeos.Dejemos pequeños míos que los torsos se doblen de placer y los gemidos se conviertan
en gritos de anhelantes orgasmos
acallando las proclamas que incitan a futuras generaciones a consumir el deseo en la fidelidad.Vivamos amados míos el frenesí del goce y del dolor
puncemos el espíritu y libremos aquel que está adentro
reventando al boludo mofletudo del arco y la flecha.Revolquémonos pequeños míos en un mar de secreciones, mierda y semen
riéndonos de las maldiciones que están dispuestas contra nosotros.Condenémonos a una lujuriosa noche, si es necesario, amados míos
levantando como bandera cuerpos sangrantes
culos, tetas, pijas, brazos, piernas, troncos
y enarbolemos para siempre el reino del PLACER
ese que nos fue negado con engaños, mentiras y perfidias.Acostemos el cuerpo, amados, sobre la hierba húmeda y que los poros respiren
el privilegio de sentir
lúbrica potencia en celo
para que cabalguen muslos de hembras y machos.Olvidemos compañeros la inútil conciencia
las repulsivas representaciones del amor
e impulsemos las vértebras a explorar calientes y excitantes lúmenes.Busquemos amados míos, cálidos sitios donde armonizar la avidez que provoca la orgía
mientras observamos la rítmica danza de los cuerpos en constante movimiento.Traguemos pequeños míos, toda la dorada lluvia de orín y excrementos que los vientres puedan contener
sintiendo el embriagante aroma que nos electriza
logrando el más sublime de los éxtasis.Perdámonos amados míos, entre las tersas pieles de las doncellas prontas a ser reventadas
cuando sus frágiles hímenes cedan a la presión de las poderosas vergas
bebiendo sus virginales pérdidas exaltemos el más recóndito de los apetitos.
XVI
Mi madre era puta fría
o sea puta mansa y no puta caliente
o sea puta brava
las putas frías no son viciosas pero tampoco distinguen
son putas distraídas
y no suelen cobrar mucho
las putas bravas son viciosas y distinguen
ésas sí que distinguen
son putas que ponen mucha aplicación
mucha atención
también son más caras
mi madre ganaba para comer sin salir de pobre pero no se quejaba
cada cual se gana la vida como puede hasta donde lo dejan
y bien mirado este de puta no es de los peores oficios
no hacen mal a nadie y se mueren sin demasiado trastorno para nadie
tampoco se puede hablar de putas frías
son más bien templadas
tibias
es más verdadero hablar de putas templadas
tibias
que de putas frías
va más de acuerdo con su mansedumbre.
XVII
A Gerardo Espinosa cuando estaba en Misiones lo picó un bicho en los huevos y se los dejó medio secos
los dos huevos juntos parecían una pasa parecían un higo medio seco
desde entonces le fue perdiendo afición a las mujeres y también a los hombres y a los animales
eso nunca viene de golpe sino de a poco
y sólo buscaba compañía cuando necesitaba que lo escupieran
eso tampoco es raro
Gerardo Espinosa me decía yo no le quiero pegar a ese negro de mierda a ese mestizo de mierda
es él quien me lo pide
se pone bizco y en su mirada se lee un cartelito suplicante
Gerardo Espinosa me decía si tu padre no lo hubiera matado lo hubiera matado yo
a ese negro de mierda tenía que matarlo alguien
podés estar seguro
a estos negros de mierda a estos mestizos de mierda terminan siempre matándolos a palos
alguien se calienta se pone nervioso se le para un poco la pija y los mata a palos
en el momento de matar a palos a un negro de mierda
en el momento de matar a palos a un mestizo de mierda
el asesino tiene la pija dura
no falla
es algo que se repite
y acaba
vamos que si acaba
eyacula como una bestia
se le viene la leche justo cuando la víctima escupe el último aliento
da mucho placer acertar.
XVIII
Cuando la gente se conoce no se desperdicia nada y se dan gusto unos a otros
se hacen gozar los unos a los otros
se dan mutuamente mucho placer
entonces la gente se hace feliz
cada vez que la caficia de Susana la tía le pega a Cecilia la tía se lo cuenta a Esteban y Esteban se pajea disimuladamente metiéndose la mano en el bolsillo del pantalón
se le nota porque saca un poco la lengua
a Bufano siempre le gustó pervertir a las chiquitas
volverlas putas hacerlas putas putearlas emputecerlas
cuando pase algún tiempo ya se volverán putas solas y sin ayuda de nadie
es como un instinto
es infalible
cuando pase algún tiempo ya se volverán putas solas y sin ayuda de nadie
a mi mamá le pagó la fiestita de la Primera Comunión y la hizo tomar y cuando mi mamá ya estaba medio borrachita la metió en la cama
abrí las llantas separá las piernas
mi mamá tenía diez años y era muy obediente
vos respirá hondo abrí un poco las llantas separá las piernas
a mi mamá le gustaba obedecer y sentir las fuertes manos de Bufano separándole un poco las piernitas.
XIX
Mira Patria mi erección.
XX
Con permiso de Cela, Hollmann y Arrabal.
Y con la ayuda de Susan Sontag.
Y con la ayuda de Vicente Aleixandre.
XXI
Sé feliz, cornudo. Tomá tus precauciones. Si suena el teléfono, más vale que no sea Movicom, si no se te engancha la antena en los cuernos y hacés cortocircuito. Se queda pegado hasta el que está en la línea, hasta el que llama se queda pegado.
XXII
Machuca no saques la basura, a ver si te confunden con una rama seca arriba de las bolsas y te llevan. No te agaches, a ver si te confunden con una rama seca y te llevan. ¿Pero qué es esto, una rama seca con un hombre debajo? Los de Venturino. Y resulta que sos vos. ¿Con qué te peinás? ¿Con rastrillo? ¿O con la horquilla? ¿Dónde te lavás la cabeza, en la fuente? Con razón cada dos por tres está vacía. ¿Qué shampoo usás, qué shampoo viene en un bidón de cinco litros? ¿Qué usás, anteojos con tiras? ¿Quién se encarga de pasártelas por los cuernos?
XXIII
Sé feliz, cornudo. Lo que ganás en el diario no te alcanza para reconstruir tu casa. ¿Qué otro laburito tenés? ¿En qué otra changuita andás? Gastás más plata en restaurar que en vivir. Vivís para restaurar. Todo lo que rompés con los cuernos.
XXIV
¿Nunca te denunciaron por tajear a la gente cuando te agachás para escribir? Los que tenés enfrente. Tenés que escribir a dos metros de la pared. No arranqués los parabrisas luciendo los cuernos. Sé feliz, comprate un jeep.
XXV
Es todo confuso pero quizá sea cierto
calumnia que algo queda
ayuda al que necesita que algo queda
descúbrete ante el pordiosero que algo queda
alaba que algo queda
roba al poderoso que algo queda
recuerda los momentos amargos y felices que algo queda
olvida que algo queda.
XXVI
Yo no sabía quién era yo, de dónde venía, quiénes habían sido mis padres.
Un día mi madre me confesó que me había reconocido la primera noche que nos acostamos juntos
no me dijo nada para no avergonzarme
ella tenía que vivir y yo tenía que comprender
tenía once años más que yo y se ganaba bien la vida
nunca le faltaron clientes porque no se negaba a nada
no me dijo nada por si me daba vergüenza de volver a acostarme con ella
tenía miedo de perder un cliente
comprendé que tengo que vivir
ahora ya veo que no te da vergüenza
me dijo que en el amor lo peor es el calor
hace hervir el cerebro y el corazón
por eso se dan tantas deslealtades y crímenes
para ser puta hay que tener instinto y dignidad
si no tenés instinto te morís de hambre
y si no tenés dignidad igual te matan a puñaladas
mi madre llegó antes que las mujeres decentes
se metió a puta porque era lo que le gustaba hacer
después de coger cuando me iba mi madre me pedía que la besara en la frente
por respeto.
XXVII
(Lo que está entre paréntesis no tiene nada que ver.)
XXVIII
Mutis por el forro.
704.
MIGAJAS DE AGUA
I
la noche me abarca taloneándome las sienes
amplia o infinita como un templo sin costados
es la hora en que las glándulas
de las almas segregan sombras olvidadas
es necesario recordar para que el olvido sea cierto
y los rostros olvidados vienen a recoger su olvido
II
esta noche en que revolotean
tus imágenes en tus veces
sobre tu verdad aprendida
ordenándose esta noche
en que miro a través de tus
cosas como un túnel esclarecido
por mil recodos desdoblados
esta noche digo que te recuerdo
III
quiero amarte con piedad infinita de vigilia
masticando el fervor a las imágenes
para desnudar ovarios en el néctar
y erigir telares de tu nombre
IV
para que me nombren tus palabras
ordenaré mis cosas sobre tus idiomas
y cuando quieras pensar tendrás mis cosas
como el único lenguaje que te canta
V
el cielo esta noche es hondísimo
y agrio
con luciérnagas que chisporrotean
como los grillos
VI
un humo blanco de leche empolvecida
se incensa de las chimeneas
VII
tu imagen merodea como los bichos
de luz
VIII
quiero que tus ojos se empañen como a veces
IX
he rescatado del tal vez tu voz dudada
X
a la hora en que tiritan los dedos de la lluvia
como un rito de callarme desde adentro
arrodillo a tu imagen mi silencio
XI
amo las olas de tu pelo que rompen apaciguadas
XII
esa turbia duda que te veda
este ancho silencio que te impide
arbitrario ademán que te hermetiza
XIII
de lejanos grillos digo estrellas
tal vez porque palpitan
como tiritan tus venas
con ese temblor con que titilan
las mariposas
XIV
te aman mis manos que no saben
nada de tus médanos
XV
un relámpago venario catacumba la tierra
el itinerario de la hora que vuelve pájaro
el corazón relojecidola tierra guarda el misterio del
ajedrez de las hormigas
XVI
como el mar queda en los caracoles las olas
del silencio se han quedado en mis tímpanos
y ululan
XVII
tanto silencio he recorrido
tanta soledad he sido
que hoy me bastan estas pequeñas cosas
XVIII
todavía tengo tiempo para los juguetes
para embarrarme las manos
y dormir sobre mi madre mientras
fuera los hombres desenvainan las guerras
XIX
para embarrarme con tu sangre
porque quiero untar mis manos
con el vientre de la tierra
enjuago en el fragor de tus ojos
mis manos de largos silencios
XX
mis sombras se agremian en sectas de silencio
silencio adentro
como cotidianas razas de palomas quemadas
XXI
la sangre se empecina en la sien de campanario
goteando sapos
como los relojes de los borrachos en la madrugada
XXII
mi sangre es un largo silbido y a veces
brama en invierno como los
aleros que se llenan de tormenta
XXIII
hay veces en que los mecanos de la vida
se quedan sin sentido
y el alma se levanta para rezar
XXIV
me bastan
las dos teclas de tu pecho
para cantar sencillamente al amor
tartamudeando de a sorbos la
poesía de la sangre
XXV
mi tristeza
una manera de tus cosas
te nombra por aferrarse
a su propio naufragio
XXVI
mi tristeza tiene una puerta
y yo no sé dónde empiezan los muros
XXVII
voy a indagar en tus rincones
de panal para encontrar las larvas
de tus palabras aún no
dichas
XXVIII
quiero de ti dos cosas
tu imagen para mis sueños
y tu mano para mi ceguera
XXIX
no preguntes dónde vamos
calla y sígueme
encontrarás dos que
forman unosomos nosotros
XXX
antes de morderte el pelo con las
manos
lavaré un pájaro de miedo
entre tus dedos
y acostumbraré
mi silencio a tu silencio
para que baste tu paz
para mi enmimismamiento
XXXI
el eterno infinito se rompe en el estuario
hondo de los túneles que
desembocan sobre la mañana
XXXII
todo se sueña en el primer silencio
hasta parece fácil el sol y la mañana nueva
podrías venir sin sorprenderme y el recuerdo
después tendría dos veces distintas
XXXIII
ahora comprendo que el
destino es posterior
al tiempo
XXXIV
la tierra también tiene raíces
y sangre
y garganta
y canta por los hormigueros
XXXV
tu voz esbelta
tallo de gaviota y luna
manantial
mana de la entraña del
silencio
como una flor crecida de la
arena o un pino de fuego proferido por el agua
XXXVI
quiero desenredar la música
en tus manos de piano
resucitar de las algas de tus dedos un tesoro
largamente enterrado
y luego deletrear cada hebra de mi bandera de amor
y habré escrito un poema para los pentagramas de tus manos
XXXVII
el silencio llega como un lúgubre emisario
todos los días a la hora
del albedrío sin cadenastodas las ventanas dan a rostros vacíos
con los ojos verdaderos
contra rostros remotos
XXXVIII
en tus ojos fondeo las naves de mi honda arqueología
XXXIX
tus ojos amanecen en horizontes de silencio como barcos
y yo lleno de años de náufrago
en los muelles solitarios
de mis manos
te tomo como comulgándote
XL
mi tierra no brota jardines ni frutos
pero sí el atroz laberinto de los hormigueros
XLI
me gustaría tener el olvido rápido
de las flores que envejecen en un día
pero el tiempo tiene la implacable dimensión
de los relojes
o los relojes tienen la demora del tiempo
y mueren muchas flores por cada recuerdo que no
cambia
XLII
sonarán tus
ojos
vasos de cielo a silencio
como caracoles
y el mar
infinito para siempre
pero el huso de música
telar innumerable
no habrá dicho
toda tu alma
XLIII
el día que el silencio se encienda
yo averiguaré sus árboles y ríos
donde hubo un muro de oscuridad
pero no sabré que el silencio se iluminó
XLIV
el eco deshoja mariposas de un candelabro de viento
XLV
el pasado aroma mis recuerdos
mis recuerdos aroman mi memoria
705.
Te quiero.
Tenía ganas de decírtelo
era la habitual paloma que se
ordenaba dentro mío y tramaba ese
dolor de aire que nos ahoga de
anticipadas libertades
Por eso vine hasta la tinta
a volar a indefinirme a sentir
mi galáctica explosión
mi dimensión de alba enamorada.
Te quiero.
tú no estás a la orilla de mi boca
para oírlo, para deletrear el
oleaje de mi aliento
por eso te lo escribo ahora
en este sitio donde tu ausencia
hincha el espacio
donde tu cuerpo es una urgente
escapatoria donde tus ojos son
el embarcadero de mi alma.
En este sitio donde el amor se reparte
con absurda geometría
donde cada uno extrae de entre páginas
feroces un nombre y una historia
para jugar al tiempo, enmascarados
para jugar a ser o a haber sido
aquí, donde me toca el nombre
del amor desesperado
el sitio de la pregunta irrespondida
la raíz erradicada
el trasplante total de la existencia
aquí, beso las páginas donde me
embarco, me ato al nombre desbocado
de mi personaje y digo a un nadie
que tiene tu cara imaginada
toda la música que me toca.
Digo amor y amo y muero en esta
vida muerta, muero de vida y escenario
con tu ausencia puesta
recubriéndome como una bandera de
besos. Aquí decido lo que soy
broto, desatrapado como el agua
que desorbita la tierra
y una vez más tú eres la meta
el público testimonial, la mano
que pasa a recogerme.
Ya ves, sólo quería decirte que te
quiero.
Son tan copiosos los cimientos del
amor, que abro mi boca para caber
tu nombre y arrecio un pantano de
alas luminosas que me vives dentro.
706.
Estábamos predestinados
pero no quiero que seamos destino
quiero algo más mágico
una abeja que elige una flor en la pradera
y eras tú
dios que escribía una poesía
y éramos nosotros.
Tú que te bañabas en un océano total
y eran mis besos.
Un gesto tuyo contiene la eternidad
pero a mi amor no le bastan las
palabras
quiero comerte, beberte al tiempo
que me respiras y masticas
los dos con dimensión de atmósfera
humo en la niebla
silencio y canción
lámpara y sombra
mezclados infinitesimalmente en
el vientre de un átomo
infinitamente unidos.
Tal vez es nuestro amor que escribe
la poesía. y es dios.
707.
De las horas que he vivido de los
hombres
he aprendido una cosa de la gente
que todo lo que piensan o que sienten
no tiene nada de las palabras o los
nombres.
708.
Adoradísima Marta: En principio
nada. Romper es muy difícil, y más lo es
romper silencios. Este que rompo ahora es
uno sin principio y con un final a medias
ya que sólo yo lo combato. Es la primera
vez que te hablo, aunque sea de esta tan
callada manera. Nunca nada de lo
que tengo entre la piel de los ojos y la
nuca te ha llegado.
709.
Porque no has tenido nada de lo que
Porque al otro lado de la piel de tus ojos
hay un mar que llega hasta la nuca de
tu alma;
y porque sólo lo supongo,
Porque de este lado de mis ojos,
está el escondrijo de mi acecho,
en que mi vigilia de lisiado en la ventana
te sostiene como a un rostro igual a mi alma
y ya no pasas,
Porque te pareces a mis lugares
y mi tú te nombra fácilmente
y mi costado (yo siento) no te cuesta,
porque un silencio sin principio
te llega hasta la espalda
y no tiene
710.
Te nombro con silencios
y con soledad de un solo principio.
Te toco con espacios vacíos
como acercándote mi costado
al sueño de mi vigilia en que llegas.Anchas noches sonoras de mí mismo
son inexorable oficio cotidianopor eso noche a noche te acomodo
ese rostro sin facciones y sin rictus
(esa manera de poder ser tú
cualquier primera)Nada me sorprendería
Podría aprenderte como
desenterrando rostros que fueron
Todo puede ser tú, si paso sólo
a recoger tu nombre.
711.
ESA ETERNIDAD DESDE MAÑANATe he despreciado tal vez como si sólo pudieras ser apariencias y no obstante golpeé todo lo que pude para saltarte la pintura, para hacer un lugar en tu coraza y poder mirar el frío y el miedo que abuzan por adentro. Entonces me encontré. Como si tu segunda defensa fuera pintarte de espejo debajo de tu primera apariencia. Me encontré y me sentí solo rodeado del miedo de haber entrado imprudentemente, en el que comprendía era mi último minuto, mi último sitio, como alguien que comprende en un salón de espejos que lo acaban de matar.
Cuánto tiempo, tal vez la eternidad, para presenciar la propia muerte._________________
Y qué estamos dispuestos a decir, sino nuestros propios parapetos. Hacer un caracol de grito y escondernos. Topos en nuestra propia garganta indescifrable. Y las cosas siguen en pie, fantasmas impalpables, como asir las ideas con palabras.
Y las cosas siguen en pie, mientras haya alguien que las piense.
(El pensamiento es una manera de existir que no se repite.)
Pero decimos diariamente como haciendo camino hacia nosotros que nunca termina._________________
El silencio es un sitio para cualquier palabra. Allí esperamos siempre.
_________________
Cada día te digo adiós, cada día me despido de algo tuyo, cada cosa nueva es un nunca para nosotros.
A veces no sé si contribuir a las ocasiones es imprudencia o no hacerlo es cobardía.
Abrir un ciego cuando todo lo visible es espantoso, en un rostro bajo la mano fundamental como una red o un buzo.
A veces se naufraga, se pierden los hitos, los árboles que numeran el camino, alguna cosa cualquiera que sea otra y nos pueda un rumbo. A veces se ciego todo como la nada._________________
Qué más da si llego o si parto, si soy o me imagina. ¿Qué es una línea a partir de nada? ¿Qué importaba entonces saciar mi vez en dos? Me sentí transparente como una hache.
712.
LOS HORMIGUEROS DEL AGUAI
Algo cayó, como un signo
se acomodaron las palabras
actitudes fantásticas del silencio
como las íntimas luciérnagas de los ciegos.
¿cómo desmentir lo que se sueña
con la voz y las manos que me sueñan?
II
Caíamos hacia arriba. Estatismo infinito de
lo que nunca llega.
Cielo remoto.
III
hacha de estrella en la piedra
potro cerrado
fuego de música vacío
espacio innumerable de la nada.
IV
a la orilla
De tu savia nómada como el verano
fui degollando flores
que se convertían en mariposas.
V
Perdido el tiempo de recoger actitudes
de alguna mañana que me exista los ojos
sentenciado a sal
de barro proverbial
descifrado
o templo desmentido
la trinchera abandonada
el acecho sitial de los ojos de un muerto
rictus infinito que no desmentirán los gusanos.descifrado.
VI
Pero un espejo no me responde
y no hay testimonio indudable.
VII
Puse dos espejos paralelos y sin finitud
andaba el infinito por afuera.
VIII
Interrumpir el infinito interceptado
al medio de dos espejos con mi cabeza
que busca lo inalcanzable.
IX
era un salón con una pared de espejos, Cuando yo dejé de mirarme
(tenía cara de tristeza, recuerdo) vi que había
otros, que se miraban y veían casi sin disimulo
Entonces yo también me reí.
X
Cuando haga sombra mi sombra
como un silencio pleno de palabras
cuando ya sea silencio en todas partes
silencio sin principio
de lo incomenzado
como la sombra de nadie
historia vacía
que no acorta el tiempo
cuando me vientas
XI
Abro todas las ventanas que conozco
pero no llega el viento desconocido.
713.
MI FANTASÍA MÁS REALdesde aquí mi adorada azul
tengo la noche al hombro y una luna de sangre a media astahe perdido la voz como la dulzura de las manos en las piedras
y mis telares vacíos se levantan de invierno hacia el horizonte de los labriegos partidosdesde aquí
soy
busco y donde el mundo pierde las palabras y las manos
levanto tu imagen que es mi soledadlas trincheras profieren las batallas
las esquinas deponen su pavor de fuga
y huyen las ciudades
también los silencios y los cementerios
huyen de cal o de terror frontal
hacia el espanto
hacia el silencio vivo donde se pierden las palomas mensajeraslos muertos no tienen la culpa de su sangre
las hormigas se agremian en los vientres dulces
feroces
finales
para siemprebullen relámpagos desiertos en las catacumbas quietas de las sangres y yo no estoy quieto de sangre aún
no acabo
y sigo con el rencor de las solas medianoches atascando el dolor de mis cerrojos como un sabor a la mitad del cuello
de vino
de náuseas y de besoaquí
desde aquí
crucifico mi abismo vertical sobre la tierra
remoto grito sin raíces que viene de la profecía que se duda o se pregunta cada díamejor será dar paso a los ratones
taller ansioso del olvido
donde el sueño pierde el rastro contra el vino
de la tarde que pierde testimoniohoy peregrino de mi suicidio de silencio recorro mi ermita sin estrellas con la noche al hombro y el hambre de las manos aturdido sobre el pan de los espejos
venía desde otra orilla
el día es siempre aquí
la hora es siempre ahora
y porque tengo todavía todavía
todavía vive mi despojo de garganta como un obstinado suicidio en golondrina
porque el mar es más extenso que las alasyo sí he sido feliz queridísima azul
pero recién lo supe hace un rato
se sienten ganas de atravesar la lejanía y acercarse a la carne para amamantar la imagen
fui feliz una vez
hace dos días cuando terminé de leer tu carta y estaba lleno de sol como una iglesia de cristal en el medio del veranola alegría se me caía de las manos y todas mis abejas visitaban tu imagen de manzana
un himno de sol resucitaba
tu tristeza fue mi lámpara
como un alto faro en la tormenta
gracias por ser buena
por mi mano que se vuelve pájaro para volar hasta tu distancia
gracias por tu tristeza que se da la mano con mi honda soledad sin testigosyo soy tu amigo desde el silencio y desde este grito desbocado
como un mar borracho desenfrenado de luna
que te busca y te encuentra
más allá de la angustia y de la hora solayo te quiero porque tus veces están donde yo existo
porque pasamos a recoger el nosotros
donde esperaba la profecía que nos nombrayo te quiero porque mi verano crece de tu hondo sol donde no se bañan otras manos que las mías
por eso me gusta enjuagar mi silencio en tu silencio como haciendo corazón con nuestras manos
atravesamos la noche para encontrarnos a la mitad del sueño
deponemos larga historia de cerrojos para abolir la lejaníay estamos aquí desde aquí y desde siempre con ayer y mañana caídos hacia nosotros que nos damos las manos como un beso demorado desde el largo miedo
el sol endereza nuestros recodos y sin pasar por el mundo mi alma cae a tu alma como la dulce lluvia de tu voz recuperada
sobre nuestra savia que se enreda en sangre somos dos tristezas derrocadas y una sola alegría iluminada que nos llama
por eso te quiero
y porque te querría igual desde tu propia y sola existenciahoy que existes en la soledad que no me deja solo
todo mi vacío se llena de presagios
y estoy aquí anticipando tu mirada desnuda
desde lejanas tumbas que se descalzan en tu garganta para soltar amarras a tus palomas que me llegan como te buscan desde hoy las míasabro una puerta que no se ha cerrado nunca y encuentro nuestras manos que han estado juntas desde nosotros como dos horneros consagrados de barro
mi beso se te acerca como una abeja recién empezada
para inaugurar el rito de comerte la sonrisa y la tristeza
714.
AGREGADO A TITú no sabes cómo sólo tengo la luz
Yo a veces busco tu recuerdo
para encenderle a mi silencio una
lámpara
Despido mi último verano
y no vuelvo la cabeza hacia ninguna
golondrina.
Pero esta tarde, suelto el pez de mis manos
para buscar el rumbo de mi silencio
olvidado
Sí es cierto, te canta la sangre
su canción de tarde,
te enciende el rezo la azul melancolía,
pero ya todo el acecho asomado
se retrae, para guardarte sólo
como un ara. basta tu recuerdo
ahora, tal vez una manera de olvidarteVuelve al templo el fervor perdido,
ya no soñará
la paloma de la altura
que se alaga sobre playa solitaria
Esta tarde,
Esta tarde de vino se me clava
como se me clavó tu rostro al medio
del lejano sueño.
Ya no será mía aquella canción
sin ruido
aquel buzo que fui a buscar en
tu mano de campana.
715.
Te callé tantas veces, te olvidé tantas
Te inventé en tantos sueños
Te descubrí en tantos rostros
te equivoqué tantas veces
te renegué tanto
te mentí en mi ceguera intencionada
te llamé tantas veces,
tantas veces fuiste
y eres
ahora para no haber sido nunca
Aprendida para siempre
y ahora desde siempre
ahora amor,
ahora que has venido
ahora que pasar es haber sido
toda tu vida recogida
ahora que soy
que soy sobre tus cosas
escogidos y encontrados
como nuestras manos
y nuestros silencios y nuestros
costados que tantas veces
transitando las gentes
trasponiendo los días
con la espera abierta
con el alma llena tantas veces
y siempre amor siempre vacía
tantas veces nos buscaron de algún modo
ahora que nos parecemos a todo
a las tristezas recorridas
a tanta historia que nos sube hasta
los ojos
ahora que ya nadie nos parece
ahora que todo nos olvida
que tenemos la exacta dimensión para los otros
ahora que el tú nos llama para siempre
Ahora sé por fin todo el camino
porque sé que eres
el otro lado de todos mis sentidos
por eso ahora digo
te callé tantas veces
te inventé tanto y te dolí tanto olvido
que con la historia doble que nos precede
con las manos erradas
y errantes tantas veces
abro como un volcán subido a mi garganta
el primer grito,
que ya no te calla
que no te recuerda
aunque seas un poco todo lo que ha sido
que ya no te inventa
y que se ahueca mansamente
para echar palomas a tu nombre
palomas guardadas desde siempre
que ni yo sé dónde
716.
CANCIONES DE AMOR
DIARIO DEL INFIERNO
Recuperé la voz. Ya no tengo olor a ceniceros astronómicos, ya no sueno a coagulación de luz lunar, a detención, a ola demorada, a rota espuela lunar en un mar emancipado. Pero sobre todo, lo más sonar, lo más aliento, lo más torre, lo más andanada de campanas, bayonetas de flores, lo más miel al acecho, es que puedo olvidarme y venir a tu nombre, venir a esta ceremonia del amor a poner en pie mi sangre, a desenvainar relámpagos, a desterrar tinieblas, a derrotar diamantes, a tomarme una copa de delirios y acarrear tus amapolas, los naranjales insondables de tu pelo, hasta los atracaderos finales de mi boca.
Hoy leí en el diario del infierno que la onza de amor no se cotiza, que el gramo de guerra está en alza y que hay bancarrota de jardines en los hemisferios de la noche. Por eso decidí emplearme en una relojería, para clavarle una cifra equivocada al reloj genital del desgaste e infartar el tiempo, romper las manijas de su puto y hediondo corazón.
What the hell! Si todavía lo necesito como a un remero, galeote intransferible, para que me lleve hasta el encuentro, para que me desembarque en tu beso y me naufrague en el mediodía de la eternidad. Luego lo mato como a un buey, por la espalda, desde el pasado, para quedarme eternamente dentro tuyo, separados y juntos, aurícula y ventrículo, como un reloj de arena. Ése será mi único suicidio de hoy en adelante. Me mato mi pasado. Clavo mi zapato en una nube para que llueva despavorido sobre la vagina boquiabierta de los volcanes, que son mis amigos, mis perros custodios. Ellos se lo van a comer y lo escupirán por el otro lado de la tierra fecalmente acero de hacer cerraduras y ametralladoras.
Y CUANDO TE TOCABA YO TAÑÍA EL UNIVERSO
Pequeña mía, camoatí de melodías no inventadas, cueva de flautas pastoras del oro
Quiero hablarte a veces
sin decirte nada. Pasear
de tu nombre por la atmósfera, volar de tu mano por la música, acampar en una mariposa y clavarme una manzana para tener un corazón.
Tal vez en las alas del tiempo, tal vez con las prestadas sandalias del destino, tal vez porque sí, porque dios, porque caminos; yo no sé por qué pero nos encontramos.
Ahora me parece que saliste de una profecía, que a través de muertes y mañana vine buscándote y que ya mi brújula puede echarse a dormir como un fiel perro de caza. Tu voz es la medida exacta de mi oído, tu cuerpo es el barco de todas mis tormentas, tus ojos tienen enterrados talismanes, tu pelo es el país natal de mis caricias.
Tú me indultas lo más arduo de ser hombre = ya no me pregunto por los irrespondibles dioses. De repente comprendo que vivir era una búsqueda y puedo dormir calentado por el fuego donde se queman mis gastadas herramientas de caminante.
Me he preguntado muchas veces por qué tejo estas redes, qué quiero pescar con mi poesía. Era tu alma, un pez originario. Pero las redes cayeron de tus ojos y estaban tejidas con hebras de vuelo de golondrina. Y no eran redes de atrapar, eran como manos de secar el sudor de las bestias atrapadas, toallas de sueño para los que nacen enterrados.
Me contaste que te amamantaste de lámparas, que pacía en los espejos de tu cuello sus raíces de luz la madrugada.
Me contaste que a veces te vertías por las ramas amargas de la noche y volvías hecha de rotura y extravío.
Me dijiste que tenías cementerios en la boca y algunas cruces en la piel y en las palabras.
Me contaste de dioses de diamante que bajaban con los ojos por el aire y me enseñaste a jugar a ser un dios de ésos.
Y cuando te tocaba yo tañía el universo.
Me contaste tantas cosas, por ejemplo que la boca no era herida ni dolía, que ése era el sagrario de las profecías, que todo lo que hacía era de besos.
Me enseñaste a jugar a los naufragios. Yo tenía alguna sal en mi madera. Pero tú eras mares diferentes y me devorabas y me devolvías.
CANTA COMO SI FUÉRAMOS ANTIGUOS
Tal vez preguntes por qué elijo palabras que no se parezcan a sí mismas por qué escribo cosas tal vez incomprensibles como elegir en vez de un rostro, el eco en un espejo. Tal vez me preguntes por qué anudar palabras como eso de tejer colores en los ciegos y hacer largas trenzas que se desatan con sólo tirar de los extremos. Tal vez me preguntes con insultante franqueza por qué desvarío
por qué, y mediando una buena voluntad de entenderme, intento conceptos inasibles, fantasmales abstracciones como son los caóticos absurdos construidos con las cosas más sencillas, simples y cotidianas como el sol o todo lo animal y lo vegetal y mineral. Y por qué no digo nunca amor o tristeza o melancolía
Pues entonces me alegraría de no saber qué contestarte.
Y te seguiría diciendo cosas incomprensibles tanto
como es amar.
INVENTARIO DE SOLEDAD PARA MI CULPA
No quiero acarrear estos puñales
suministrar alas heladas
ni amputar sueños.
Todos somos el derecho de todos
mientras yo festejo nuevas anclas y brújulas nuevas
tú vas por la casa recogiendo fotografías.
Yo te quería tal vez
tal vez te quiero todavía. tal vez tantas cosas todavía.
Tú estás lejos enhebrada por pasillos y trincheras
por ventanas que la mañana moja
con sábanas infinitas
y yo estibo en mi garganta este árbol de clavos
yo llevo tu muerte
en mis manos que lloran y tiemblan.
porque querían ser golondrinas.
Amiga, vieja compañera
mi amor no puede sucumbirte
pero se me escapa del alma.
Esta impotencia de redes
esta agua que se adelgaza entre los hilos
Cómo puedo morirte sin muerte?
cómo puedo vivirte sin morir?
Hay volcanes que tiran de mis ojos
como toros empecinados
hay timones que llueven sobre mi corazón
Yo te quería
Y hasta a veces me lamía sediento las heridas
y vigilaba anhelante las espuelas
de nuestras batallas.
Recuerdo nuestra cama (la última) como un barco
tal vez como una mesa sola en una casa sola
recuerdo tu espalda tus ojos distantes
tantas veces mi mirada naufragada
mis huidos cuadernos mi fulgor de ceniza
mi ronquera de rincones, recuerdo una por una
cada cosa.
La geografía de mi memoria se echa a dormir en las bahías de tu cuerpo. Y yo no quiero dolerte yo no quiero las palabras del olvido esas que amordazan los antiguos poemas las que arrasan el amor con el nombre nuevo del amor.
Yo no quiero pisoteando borrar con pies desaforados aquellos caminos esenciales aquella amada piedra el árbol sospechoso el primer jardín de las distancias
Durante tanto fracasado milagro durante tanto extravío he querido quererte (Tal vez lo conseguía) he querido juntar en un retablo amanecido los pedazos indescifrables de mi alma en ruinas.
y en ese inventario de turbias demoliciones de escombros de suicidios a los que llegué tarde, tantas veces no encontraba mis pies o mi nombre o equivocaba el orden de mis dientes y ponía esa incriminada golondrina en el lugar sonoro de mi corazón. Estas páginas son siempre las sábanas del amor, las de los pies fugaces de mi boca. Y en una ráfaga de agonizadas palomas veo aquel denodado poema la letra vegetal del amor que se hinchaba veo aquella estrella hecha de beso el muelle tanto pan y algo ventana de la espera en que nos dábamos la mano para tantear al hijo que venía (y vena) por tu cuerpo con su inmóvil galope de duraznos, su naranja de terremoto sus manos que se han hecho pequeños barquitos de papel.
Perdona que no ponga si lloro mientras escribo. El canto de la muerte es en silencio. Yo sé que a veces creías que por vertederos finales y cerrojos amainaban esas cartas y esos lejanos meses de lejanía y esas fotografías ocultas que te dolían silenciosas en algún cajón donde se guarecían monstruos y venenos y nombres prohibidos. Yo sé que a veces detrás de mis desnudos antifaces sentías gemir, crujir, jadear o suspirar los tallos que se iban despertando y que contabas con genital paciencia, como las de aquellas plantas que eran casi flores, las hojas nuevas que recuperaban mis pupilas. Yo sé de mis trincheras de mis uñas de mis agónicos recodos, sé de algunas palabras que se escapaban como humedad o promesa De esas intrincadas olas del asalto sin besos de la espuma a veces solitaria, De los arcos iris que no tenían suficiente cielo y de las otras playas extáticas a veces donde entre viejas resacas íbamos reconstruyendo con ansiosos dedos y clavos de saliva el barco de nuestro primer naufragio.
Todo lo sé. Sé que las flores serán las de un desierto.
Sé que te di una paloma herida que cuando trató de volar abrió su tajo en llamas y te mojó de sombras. Te dije que vinieras y te dije que no vinieras, te regalé las llaves pero clavé la puerta. Qué puedo hacer. Cuál es el primer día del fracaso? cuál es el límite de la derrota? hasta cuándo se golpea hasta cuándo se uñas y muñones en este derrumbado túnel sin salir o morir?
No volvimos a preguntarnos por los anzuelos primeros, por aquel zarpazo de nombres que entró o entré como una inundación en la casa de nosotros, derrumbando sillas y mordiendo retratos. O mejor no volví a respondernos.
Fui de nube o peor de humo anduve escabulléndome como un fusil, con la promesa debatiéndose y la traición furtiva.
Tu dolor me duele con páginas vacías con días que no supe que iban siendo despedidas, tu dolor me sube como un candado y me muere me escupe la voz con flores de raza equivocada. Tu dolor soy delito y sacerdote del otoño. Pero hay caminos que estallan las anclas, una marea de caminos una marea alta una noche de faros ululantes y tiniebla a gritos y yo zarpo como naciendo o muriendo y te arranco de cuajo la memoria. ¿Cómo pedirte perdón, con qué palabras, con qué caricias secarte la casa solitaria con qué besos enjuagarte los besos que no quedo con qué olvido no haber sido con qué recuerdo quedarme? En mí se trama una rosa de desiertos un nudo de ebriedades sin dios ni horizonte. Tantas veces parto tantas veces apenas llego y apenas parto después de tanto apenas vuelto. Tantas veces Lautaro me ata la sombra con sus atroces juguetes y me fusila con su voz de colibríes con su voz pequeña de candentes precipicios Tantas veces Tantas y estas fotos con que me suicido de a poco. Este minucioso veneno, qué puedo hacer, cómo quedarme este espantoso equipaje de cuevas metido siempre hasta los ojos en mis cuadernos de pozos o trincheras Yo quisiera llevarte la mañana, un racimo cotidiano de canciones y esas rosas que hablaban rojamente como un pan de velas encendidas pero te llevo la ronquera de mis manos mi voz que tropieza y un espejismo de días sin bandera. Quise fundar mi memoria deponer mis lejanías, redimir mis huellas rendir mis salados recovecos Decirte un día después de tantos días que ya había vuelto, darme cuenta de tu mesa congregada y apreté los dientes y cerré los puños y contuve el aliento de mi arreciante podredumbre, pero te clavé de desertadas canciones, te crucifiqué de desmentido herrumbre con altares disfrazados, con cadalsos que tenían voz de sirena. Tal vez dos muertes no sea bastante. mis pezuñas criminales devastarán cada cúpula sagrada cada almena depuesta cada arco de rosas que se te haya caído en la batalla. Y yo quedaré herido con tu espera con tus rosas de nuevo con tu traicionada primavera y yo quedo herido pero no me muero y mi herida es culpa y mi dolor tendrá sonrientes espejos cuando no quiera verme frente a frente con el cuchillo ensangrentado de luna y el poema ensangrentado de silencio, cara a cara con el crimen
Un día en nosotros fueron todos los ovarios de la tierra
telares de alba nos buscaban la lengua
carcajadas de lava levantaban nuestro aliento
desatados ríos acarreaban la primavera hasta mi cama sin cenizas.
En el pan nos encontrábamos y en la campana.
Y el aburrimiento no andaba socavando ni enmoheciendo. La rutina no lamía las cosas que sostenían el día. ¿Cómo decirte que ahora sí. Dame tu herida como una sonrisa para poner mi puñal como una rosa. Cómo puedo no terminar esta carta con aquella misma estrella. cómo besar la frente de lautaro yo cómplice de la noche polizón de la puerta, cómo martillar su mirada desnuda con mi espalda turbulenta de nuncas?
¿Cómo cambiar tu nombre por el de una hermana cómo darte de beber estos andenes cómo asestarte este puñetazo de lágrimas cómo decirte estas equivocadas brújulas. cómo pedirte que guardes los zapatos viejos de mi historia? No me voy de tus altares a otros templos. mi boca no trasborda nombres mis sueños no se visten de nuevos lenguajes. Me he quedado sin dios eso es todo. Ahora ya sé que no puedo construir a dios con sólo rezos a pesar de que nunca tuve palabras suficientes ni manos apretadas suficientes o que ahora nunca las habría tenido. Pusiste en el teléfono tu voz como una ofrenda como una mansa llamarada de campanas, yo les arranqué el domingo les amputé las alas te escupí la lengua con ronquera. Siempre el mismo labriego de flores venenosas, de cosas con las que no se puede hacer pan.
Ahora necesito quitarme la coraza ser mucho más víctima decirte que lloro, ser menos culpable estar un poco loco tener olor a sonámbulo pasearme por nevadas cornisas abrir la boca para que entre alguna herida a raudales. De par en par el silencio para tener alguna lápida que llame a los que vendrán a perdonarme. Y sin embargo no comprendo el perdón. No sé siquiera si edifico en esta página un espejo. si le escribo esta carta a mis insomnios a mi conciencia si quiero demorar la copa clandestina. La azotea que se derrama sobre las sirenas, los sueños desterrados.
No quisiera ser el turbio sacerdote, la ritual cicatriz la canción que se condensa y lava. No quisiera ser mi absolución. Quiero bayonetas ladrándome jardines ladrándome arrojándome puñados de sequía, conminatorios hermanos sin sillas para mi destierro. un inventario de soledad para mi culpa.
No soy un emigrante; prófugo de la tierra gangrena planetaria. Pero antes de irrumpirte esta carta antes de estallarte la boca, de hacharte los ojos y machacarte hasta la última ceniza quiero dejarte el mapa de mi cueva el itinerario de mi despavorido escondrijo, para que si un día amaina mi crimen en tu carne y puedes enterrar también las cruces de tu cementerio, vengas a mis costras sobrevivientes a encontrar al amigo que también fui nube que tampoco claridad que ni siquiera pañuelo.
He releído esta carta durante la que mi boca no tropezó ni acampó para secarse el sudor. Apenas alguna ventana del avión el tórax americano disminuido bajo la altura como una dentadura de piedra montañas desencadenadas, cráneo mandíbula geográfica.
No podía detenerme. borbotones de lámparas envenenadas se me desmoronaban por dentro y caían al renglón amigo. Al silencio ordenado e inventariado en blanco.
Hay en los hombres la misma fatigabilidad de la tierra. A veces se cambian las semillas a veces se amamanta el polvo con sus propios hijos como las gatas que se comen la placenta. Y a veces a pesar del sudor, de las tempranas fatigas de las lluvias y las nobles semillas, la primavera sopla en la flauta terrestre pero la canción de espigas no brota. Es entonces cuando el terreno está ronco. Los cardos andan recuperándome el alma.
Con esto no digo que ninguna flor es cierta o que no podríamos poner los mismos cardos en un jarrón, sobre la mesa. Digo que la arena me intenta que la piedra me interrumpe y la aridez logra mis vetas. No quiero los nombres cotidianos del amor para nombrar su muerte. sería demasiado doloroso.
Naro, yo tengo esta enfermedad de tinta y a veces la piel de mi alma se oculta debajo de mis costras se esconde debajo de las ampollas bajo el pus enmascarado de las pústulas. Vos lo sabes. has deletreado mi boca tantas veces. No puedo emprender este lanzazo sin disfrazarlo de paloma.
Voy de carta en carta de nombre en nombre de amigo en amigo de recuerdo en recuerdo palpando a tientas el óxido y el terciopelo
Hablo a los amigos con que hablábamos lloro sobre nuestro cubrecama en mi memoria. Les sonrío a las macetas del balcón a través de la distante ventana. Estoy solo en esta culpa como un cáncer de carbón en una napa de oro. Y no sé mentir ni decir la verdad. No puedo quedarme ni partir. Lloro o sonrío le hablo al espejo, al aire, me miro la memoria al espejo me miro el crimen y el silencio al espejo Me miro la vida y el futuro al espejo, sonrío o lloro es la única imagen que recojo.
Si pudiera haberte regalado muchas más flores flamantes puñados de canciones una camisa de besos para tus hombros donde hacía pie la tarde... Recuerdo cuando a veces volvíamos de la rabia con espuma de cuchillos en la boca salpicando gritos derretidos aún y de repente la espuma era de súbita flor los gritos eran súbitamente tules que volaban y deponíamos esa especie de odio indesterrable escondiéndolo bajo la alfombra, detrás de algún párpado o entre las muelas junto al musgo del tiempo. Recuerdo cuántas veces estuve por escribir de nuevo la palabra amor y mi garganta se agachaba o se quebraba en el aire como un barrilete roto y te decía apenas una mirada esquiva, un recodo en la boca. Nunca habré sabido dónde empezaba esta carta. Tal vez en algún descuidado ademán en un borbotón de murciélagos cuando vigilábamos mariposas o atajábamos guitarras con el pecho. No lo sé, no lo sabré. la vida es un laberinto sin retroceso. La piel de la tierra era toda caminos. Tuvimos pies para éste. El destino era cualquiera y emprendimos esta memoria con lentitud de empecinados dientes. Y aquí estamos ahora
No podés mirarme a los ojos. Te llamo para que lo hagas para que precipites tu última herramienta tu último anzuelo ávido. La vida no nos permite una vuelta de pista preliminar un recorrido estudioso.
¿Cuántos errores nos quedan-amos por nacer o morir? Yo no lo sé.
Ayudémonos a alguna paz cualquiera.
Yo siento que llegamos a la cima de nuestras manos a la cúspide de nuestros almanaques aquí nuestro camino cae bifurcado. Nos queda un único cauce común la única vaina donde esconder esta ceniza, lautaro. Él es el guante que guarda nuestras manos juntas. Qué más puedo decirte? Es cuestión de decidir. Decidir quedarnos o decidir partir. Decidir durar o decidir decidir. Y yo tengo miedo de saber que ya he tomado mi rumbo que ya he echado a andar el viento que mis velas se hinchan y tiran y que el tiempo ya me da la nuca.
Quiero un último tramo de espejismos para arrancarme si es preciso las manos buscando el agua en nuestra arena. Por eso quiero que vengas para que la tal vez última vez no haya pasado inadvertida.
Caminar por un muelle como un ciego sin saberlo, es un poco lo que no habría pasado
no es justo resbalar. Debemos arrojarnos o permanecer de pie. No elijamos la cobardía del tropiezo. Ya tanto ha sido casualidad. Yo no quiero darle llaves al destino. Soy yo el jinete de mi vida. timonel y fogonero. Subámonos a la locomotora aunque sea sangrando rieles pero mereciendo el rastro que dejamos aunque sea de escombros y gangrena.
HE PERDIDO LAS NORMAS DE LAS COSAS NORMALES
Ella está sentada en otra mesa. Ella es ella, por ahora, Desde siempre nadie, y ella ahora y tal vez ella simplemente para siempre.
Me mira
¡Qué grito por adentro, como una hiedra de soda que me sube, un gong escalofríoUn presagio de infinito se anticipa en la perspectiva de los pasillos remontados.
_________________
Yo remonto tus horas
tus veces son cualquiera para ser recuerdo.
He perdido las normas de las cosas normales.
y ya todo puede ser porque sí, porque
sí mismo, o por lo que sea porque no
me importa de dónde viene, como
cuando me como las manzanas sin
agradecer a los agricultores o a los gusanos o a la lluvia.
Ahora soy un poco la vez de los que no tendrán en cuenta esto cuando lleven la cuenta, de los que se van a ir o los que van a ver cómo me levanto y me voy, de los que me vieron feo y los que no y los que pensaron algo y los que siguieron de largo con su café con crema.
Ya no me mira. Estaba decidido a sonreírle. se cruzó las manos así dejadas como una soga de puerto es más la casualidad de haber caído de una manera y no de otra. y así tiene las manos titiladas con esos ritmos simples de los árboles de las banderas de los ojos con latir de mariposa o mar.
allí está. y eso es. está. Porque lo que yo no sé existe porque está. Y ella es y ahora sé que antes, y nunca había pensado que ahora. y ahora digo mañana o siempre porque ya puedo. Porque la historia empieza y ya hay vez para decir mañana. Voy a mirarla y después sigo la novela.
QUE EL FUEGO SE QUEME
¡Incendio! Está la calle atestada de peligro.
Hombres disfrazados de hormiga hormiguean
como burbujas incalculablemente.
Arrastran venas raudas, largas flautas donde se apura el agua como un urgente animal.
Nadie mira a nadie. Nadie recuerda nada.
El fuego embiste como un toro derretido.
Olas, lenguas, banderas, túnicas y bramido.
Las hormigas le clavan su aguijón chisporroteante. Las heridas del fuego son húmedas y vaporosas.
Yo estoy en esta esquina y no me pregunto por los señores asustados, por los amantes que se derriten en los calcinados colchones, por los cuadernos como éste que se van por la ceniza, por el carbón de los miedos y los besos con rumbo de humareda.
Ni siquiera pienso que podríamos haber estado allí, jugando a siempre, tú y yo, en un mañana cualquiera.
No.
No hay incendios para nosotros. No habrá mangueras escupiendo; gritos de socorro, reventadas ventanas. Habremos tal vez una inundación de mariposas, un caos de flautas incandescentes, un diluvio de palomas luminosas.
No me importa que se quemen estas casas. No hay tiempo más allá de nuestros ojos. No hay muerte ni dolor ni urgencia.
Toda la tierra nos asiste como un planeta que concentra su circulación, su pulsación de palomas subterráneas en la primera raíz de su naturaleza. Están dejando que el fuego se queme.
Ya le han sacado los ojos. Le han clavado una inminencia de agua. Ese mar vertical ya se desploma.
Cerca de mí hay dos señores en pijama que no se parecen en nada a nosotros.
No saben que han sido condenados a cuaderno perpetuo.
Me voy antes que me salpiquen con rincones.
UN LARGO SUICIDIO MINUCIOSO
Nunca te he contado que cuando yo no había elegido todavía mis pájaros, vivía en una casa con rostro verde. Allí fui feliz. Vivía en el amor sin conocer su nombre, y en mis sueños aún no había puertos.
Pero un día entró un pájaro ciego, con mirada de azufre. Creo que yo tenía la sonrisa como la tuya, como un castillo de marfil. El pájaro voló esparciendo miedo, salpicando sombras. Luego nunca pude olvidar la palabra pecado. Alguien arrancó las rejas de la casa, profanaron las flores, usurparon raíces a la primavera, echaron escombros al río que ciñe aún el terreno y la cintura del verano no tuvo nunca más guitarras.
No he vuelto a ver la colmena estelar, la noche de Casuarinas con mil luciérnagas ancladas.
Esas hojas que arrancamos juntos para palpar el olor del eucalipto, la savia en voz alta de la hiedra, me recuerdan el olor de mi memoria virgen sin ronquera aún, como los pies de un niño. Y desde que empecé a dejar de rezar, a perder de vista el miedo y mucho más la esperanza, desde que mi vida se volvió un largo suicidio minucioso, no había vuelto a anticiparme al nombre del amor. A sorprenderme enamorado. A encontrármelo dentro sin haberlo hecho pasar.
Qué me pasa con vos Marilói?
LOS INCOMPRENSIBLES GRITOS DE SOLO A SOLO
Ah! Jaron, qué inexplorable miedo de no saber cómo ni con qué ser amigo. De repente encontrar otro principio, una puerta donde ser nuevos de nuevo, con el miedo inicial a la mitad del camino.
De ir hacia nosotros nos quedaron gestos en las palabras, palabras que medían el mismo sentimiento, como casas que aprendimos a vivir juntos. Un día, de regreso (pero no de regreso del nunca), podríamos encontrarnos los dos en una puerta, los dos regresados al mismo tiempo a la casa de una palabra que nos soledad mucho tiempo. Y no preguntaríamos por las espaldas ni por los caminos ni los rostros recogidos en el exilio. Sólo retomaríamos un día que quedamos esperándonos, reconociéndolo todo como las golondrinas que vuelven al mismo campanario. No te entiendo, pero aunque pudiera, ¿qué conseguiría? Si en verdad, no se está más cerca por saber la medida de la lejanía. Sí, tal vez sirviera de algo, tal vez sería como tener el rumbo de volver, como saber por dónde el regreso. Pero a veces, se vuelve sin camino. De los más abismados espantos nos despertamos de mañana.
Y qué importa si cartas oscuras o laberintos de palabras o palabras claras pero vacías. Qué importa lo confuso del haberse ido, los incomprensibles gritos de solo a solo, si la claridad importa sólo en volver.
Amigo, no siempre estamos, pero nadie diría de nuestra casa que ni siquiera vive o un huérfano o un asesino que entran de noche por alguna ventana para calentarse el frío.
EL PÁJARO MAGNÍFICO DEL BESO
Jaron, escribirte una carta es fácil. Tu nombre es un caballo (tu imagen es un caballo ensillado con un nombre) para ponerme en la garganta desvencijada y arrastrarla como a un carro viejo haciendo ruido a herrumbre de silencio.
EL PÁJARO MAGNÍFICO
Querido Jaron. Pienso a veces por qué cambiando el nombre esta carta a cualquiera podría entenderse como para una mujer, o de una mujer. No es regla, pero cuando entra en juego el mecanismo de todos los "heteros" (el único que conozco es el sexual), se es capaz, somos, mucho más capaces de nosotros mismos. Entonces la sinceridad.
Ése es el lugar. Si ser es ser verdad, o soy sincero y lo muestro pocas veces, o soy mentiroso. (No es lo mismo.)
Con vos siento que de todo me saco los obligatorios zapatos, como animándome a parecer como soy y poder conformarme después con ser como parezco.
Entonces es allí donde yo y nadie más (dando por francos a todos) le veo cierta actitud extraña a la carta.
Se me enderezan los túneles. Se ve del otro lado.
PÁJARO FUNDAMENTAL
Creo que porque se nos da y lo necesitamos, siempre hay alguien que nos sirva de espejo. Cambiar de espejo es no tener la certeza de medirnos siempre con los mismos números, y es peligroso. Al final de cuentas somos de testigos, y no tener uno constante es perder contacto con nosotros mismos.
Pocas veces te dije que te quiero, lisa y llanamente; en realidad es como se quiere. Sin metáforas ni escondrijos para esconder la cara (la que sea), que nos cuesta enfrentar y dar.
MANIFESTADO
Hoy, yo andaba con mi carro de lujo, y me enteré que hace tiempo habían inventado algo así como el automóvil y el avión y el cohete que, qué ridículos, vuelan y se mueven solos. Los vi. Los vi y ahora los creo. Por eso mi carro está lleno de herrumbre.
Tal vez por eso una carta con tu caballo, una carta con motor como ésta, sea la primera en que te pueda decir que te quiero, con las únicas palabras que corresponden.
...Y pueda desde muy adentro firmar rolfi, con minúscula, como una flor seca a Cristo el veinticuatro con jardines.
EN EL ESPEJISMO DE QUE TENGO OÍDOS
Hoy he vuelto a olvidar algo. Una carta de Ainara está en un libro de Vinicius de Moraes. Me hace acordar a un huevo frío que en algún lado... También me olvidé de eso.
Cuando se ha olvidado tanto que ya no queda tiempo, se grita.
Esto es un grito: ¡¡¡NO TE VAYAS!!!
Siempre parte algo que no se alcanza. Se grita para pedir: ¡¡¡Espérenme!!! Tal vez el por favor no suena muy claro (tal vez porque se corre).
No tenés barco, Jaron. Pero puede partir el tiempo. La espera entonces ya no me sería vigilia. Entonces faltaría yo también en la medida de un llamado. Pero el llamado parte también, y el muelle es un sitio de soledad. Entonces sí, ya no se tiene otro grito que el del último silencio.
Jaron amigo. Jaron mano. Jaron silencio. Jaron bueno. Jaron Jaron.
Todo está de una manera. Y el silencio que música vacía. Y la sombra que dolor occipital de rastro. Y la nuca que soledad de los que quedan. Y los otros que se mueren, penetrados del odio que no les pertenece. Y todo que algo.
Y vos que Jaron. Vos que todo lo que vos. Como la única manera de que seas. Como la sola forma de que faltar sea ser irreemplazable.
Jaron, que se nos van los días. ¡Y qué lástima! ¡Y qué importa! Si estamos siempre juntos.
Querido Jaron, cualquier día en cualquier parte (todos los días, donde sea).
ÉSTA ES UNA NAVE AL SILENCIO
Si fuera tan macho no tendría
vergüenza de besarte en la boca.
Me avergüenza la vergüenza. Chau, hasta no sé cuándo.
SOLO COMO EL PRIMER MUERTO
...¿O acaso cree ser la única que tiene derecho a su voz, a sus manos?
Estoy solo. ¿No lo entiende?
¡Solo! ¡Solo!... Solo.
Y estoy más solo que lo que puede entenderme.
Más solo que solo.
Porque alguna vez no estuve solo.
Porque no puedo estar solo del todo. Porque tengo voz, y manos. Y no crea que eso es asqueroso... Es... ¡Qué sé yo!... Es triste.
Vea, m... me da ganas de llorar. ¡Y he llorado!
Yo sé que hay muchos solos.
Y que nos damos las manos de los ojos en las estrellas.
Pero después... ¿Qué estrellas?...
Uno se hace un levante y pierde confianza con el cielo.
Y sale mucho más triste al frío, con el aire hurgándole el alma, y con más ganas de llorar.
Porque no tiene con qué.
Ya a esta altura del partido debo tener el alma herrumbrada.
Tengo callos en los ojos.
Y el corazón abollado de tanto aletear sin razón.
¿Sabe?... Vivir sin fe es sólo aptitud para morir.
Siento que el alma se me evapora, que sube como si fuera de humo hasta el corazón del cielo.
Y después me llovizna por la espalda decepcionada.
¿No cree que el alma está en el vientre? ¿Después de todo?...
Una mano le pide a la otra... Mire, ya las tengo secas.
Y tengo ganas de gritar.
De meter las muelas de arriba en las de abajo. Y al revés al mismo tiempo.
Y tengo miedo de morirme...
O de despertarme y ver que soñé algo tristísimo y que estoy más solo que el primer muerto.
Estoy atrozmente solo. Dejado. Quedado... Como el último vivo.
Un ciego de nacimiento, si es que llora, no sabe por qué.
Yo sí. Yo sé que no veré más.
Yo iré olvidando poco a poco, que es el peor de los recuerdos: saber que se ha olvidado.
Es la manera más vengativa de las cicatrices.
LENTAMENTE HERIDO
Mientras la cabellera mojada de la canción
resbala por la piel de mis bronquios
como un látigo enamorado
Miro los barcos debajo de esta altura
como cisnes o adormecidos camalotes
El cuerpo turbulento de américa
golpea mi ventana, ruge su desnudez
de hileras y casas
la ancha vagina de su puerto.
Allí fue, allí pasó mi escondida historia
mi desenvainado destino mi rastro que me buscaba
los pies por esas calles que eran las que a veces
mi memoria vacía no conseguía inventar.
El llanto es un sonido nupcial que hay en mis ojos como una casa hinchada de silencio. No puedo llorar, muerdo mis sueños como viejas uñas. No nos tocarán campanas. No nos correspondía otro milagro que el dolor luminoso de sentirse vivo a cada muerte que nacimos con las raíces ensangrentadas Voy esparciendo cadáveres, cementerios de sonrisas mi rastro es el inventario denodado de un profético veneno. He llegado hasta ti con pies de muerte con paso de fogata con mirada de turbio martillazo he llegado como un capitán de suicidios postergados a tasar la exacta medida de mis dientes a saber el número total de mis delitos. Ése es mi homenaje para ti. He llegado de sangre con corazón sangriento ileso de mí pero lentamente herido, llegué con pie de llamarada. Pero de repente habías sido, y estabas ante mi tiempo como una isla hospitalaria como el profetizado altar. Y en ti era una cara toda mi mochila de rostros, toda mi sedienta exhausta cantimplora de nadies. Todos mis olvidos te recordaban. Te parecías a las cosas más simples, al pan y al agua a las sábanas y a los amaneceres con llamadas y a las calandrias indescifrables entre misteriosas ramas a algunas cosas sucias como uñas entregadas y a todas las cosas limpias. En ti no había otro delito que la vida otro pecado que no haber sido todavía eterna. Te vi y es verdad que me encontraba. Una manada de ventanas me golpeó la espalda, de mis ojos volaban como hojas secas todas las fotografías y todas las cartas. Yo ya venía de ninguna parte. Cómo poder recomenzar este camino hay demasiadas flores no puedo detenerme ni mirar atrás, todos los pasos a mi espalda siguen conmigo
EL PALADAR SANGRIENTO DEL INFIERNO
Basta ya de edificar columnas
me voy a lanzar en avalancha. Mi querida
Loi. Esta aula es un útero negro y un poco el paladar sangriento del infierno. Aquí se puede morir azotado de burbujas. Pero no hay ningún modo de nacer en este sitio
Como te imaginarás aquí no viven palomas
esos pequeños planetas de harina que yo venero para dibujar tu cuerpo. Por supuesto no hay tampoco extraviadas golondrinas retazos de emigrados veranos, ateridas de soledad en este jardín de turbios aplausos.
Me he zambullido en esta página como un fugitivo entre la maleza quiero enterrarme bajo el aire un poco como Casuarinas bajo su cielo marrón-ocupado.
No quiero estos nadies con historia que giran entre las butacas. No sé los nombres de ninguno. Odio este sitio lentamente. cada cosa está sucia de distancia. Éste es el sitio de mi primer abandono. Ésta es nuestra primera lejanía. Por eso execro cada célula de espacio cada átomo de soledad.
A veces me parece triste que no sepas qué zapatos tengo puestos, qué camisa, qué recuerdo qué exacta postergación qué número soy de la demora de mi muerte.
Yo me estoy poniendo color de araña. ¿No es triste de verdad? De todos modos estoy desnudo bajo la ropa igual que estamos juntos dentro mío.
Hay algo más que he comprendido
es algo que se podría dibujar con anatomía de balanza. Imaginate si creyera en Dios
Y le pidiera que todo salga bien. Imaginate que Ainara hiciera algo proporcional.
A que no te podés imaginar el desastre administrativo de las oficinas Celestes?
Es mejor que no creamos. Dios nos agradecerá sus vacaciones.
MI SOLEDAD YA SIN IMPORTANCIA
Hace mucho me asomé a mi alma y vi que una vela humedecía el cuarto con tu imagen transparente y amarillenta
y empolvada como lo que se vuelve viejo al llegar y verse mucho tiempo esperado,
y volvía a mis ojos y dejé el candado de mi silencio en el sótano de mi alma.
He vuelto atónito de mi alma, subí las escaleras sucias de mi mente y me quedé en los ojos y me di cuenta
como de una traición, que me sobresaltaba el frío.
El candado me quemó la puerta estalló
el alma había crecido y la vela era como un álamo de agua que flameaba desesperado
los dedos blandos del fuego lamían como sombras los ladrillos
de los muros y corrí espantado, hasta mí, seguido por los ecos de tu idea
hasta mis ojos hasta mi piel y vi que el frío me
estaba esperando como el hueco reservado para ti.
He caído de mis ojos, de mi boca
de mi piel.
Estoy al borde de mí como una
fruta al pie del árbol. Yo arrojo el grito de tu nombre
te arrojé mis manos
rompí mi silencio,
sin darme cuenta
que no estabas para
detenerlos,
y caí con un vidrio de mi
silencio clavado en la garganta disuelto en el cadáver del grito y entre la piel seca de las manos solas
con todas tus palabras en el vidrio en mi garganta;
con mi soledad ya sin importancia
ESA ETERNIDAD DESDE MAÑANA
Te he despreciado tal vez como si sólo pudieras ser apariencias y no obstante golpeé todo lo que pude para saltarte la pintura, para hacer un lugar en tu coraza y poder mirar el frío y el miedo que abuzan por adentro. Entonces me encontré. Como si tu segunda defensa fuera pintarte de espejo debajo de tu primera apariencia. Me encontré y me sentí solo rodeado del miedo de haber entrado imprudentemente, en el que comprendía era mi último minuto, mi último sitio, como alguien que comprende en un salón de espejos que lo acaban de matar.
Cuánto tiempo, tal vez la eternidad, para presenciar la propia muerte._________________
Y qué estamos dispuestos a decir, sino nuestros propios parapetos. Hacer un caracol de grito y escondernos. Topos en nuestra propia garganta indescifrable. Y las cosas siguen en pie, fantasmas impalpables, como asir las ideas con palabras.
Y las cosas siguen en pie, mientras haya alguien que las piense.
(El pensamiento es una manera de existir que no se repite.)
Pero decimos diariamente como haciendo camino hacia nosotros que nunca termina._________________
El silencio es un sitio para cualquier palabra. Allí esperamos siempre.
_________________
Cada día te digo adiós, cada día me despido de algo tuyo, cada cosa nueva es un nunca para nosotros.
A veces no sé si contribuir a las ocasiones es imprudencia o no hacerlo es cobardía.
Abrir un ciego cuando todo lo visible es espantoso, en un rostro bajo la mano fundamental como una red o un buzo.
A veces se naufraga, se pierden los hitos, los árboles que numeran el camino, alguna cosa cualquiera que sea otra y nos pueda un rumbo. A veces se ciego todo como la nada._________________
Qué más da si llego o si parto, si soy o me imagina. ¿Qué es una línea a partir de nada? ¿Qué importaba entonces saciar mi vez en dos? Me sentí transparente como una hache.
MI FANTASÍA MÁS REAL
desde aquí mi adorada azul
tengo la noche al hombro y una luna de sangre a media astahe perdido la voz como la dulzura de las manos en las piedras
y mis telares vacíos se levantan de invierno hacia el horizonte de los labriegos partidosdesde aquí
soy
busco y donde el mundo pierde las palabras y las manos
levanto tu imagen que es mi soledadlas trincheras profieren las batallas
las esquinas deponen su pavor de fuga
y huyen las ciudades
también los silencios y los cementerios
huyen de cal o de terror frontal
hacia el espanto
hacia el silencio vivo donde se pierden las palomas mensajeraslos muertos no tienen la culpa de su sangre
las hormigas se agremian en los vientres dulces
feroces
finales
para siemprebullen relámpagos desiertos en las catacumbas quietas de las sangres y yo no estoy quieto de sangre aún
no acabo
y sigo con el rencor de las solas medianoches atascando el dolor de mis cerrojos como un sabor a la mitad del cuello
de vino
de náuseas y de besoaquí
desde aquí
crucifico mi abismo vertical sobre la tierra
remoto grito sin raíces que viene de la profecía que se duda o se pregunta cada díamejor será dar paso a los ratones
taller ansioso del olvido
donde el sueño pierde el rastro contra el vino
de la tarde que pierde testimoniohoy peregrino de mi suicidio de silencio recorro mi ermita sin estrellas con la noche al hombro y el hambre de las manos aturdido sobre el pan de los espejos
venía desde otra orilla
el día es siempre aquí
la hora es siempre ahora
y porque tengo todavía todavía
todavía vive mi despojo de garganta como un obstinado suicidio en golondrina
porque el mar es más extenso que las alasyo sí he sido feliz queridísima azul
pero recién lo supe hace un rato
se sienten ganas de atravesar la lejanía y acercarse a la carne para amamantar la imagen
fui feliz una vez
hace dos días cuando terminé de leer tu carta y estaba lleno de sol como una iglesia de cristal en el medio del veranola alegría se me caía de las manos y todas mis abejas visitaban tu imagen de manzana
un himno de sol resucitaba
tu tristeza fue mi lámpara
como un alto faro en la tormenta
gracias por ser buena
por mi mano que se vuelve pájaro para volar hasta tu distancia
gracias por tu tristeza que se da la mano con mi honda soledad sin testigosyo soy tu amigo desde el silencio y desde este grito desbocado
como un mar borracho desenfrenado de luna
que te busca y te encuentra
más allá de la angustia y de la hora solayo te quiero porque tus veces están donde yo existo
porque pasamos a recoger el nosotros
donde esperaba la profecía que nos nombrayo te quiero porque mi verano crece de tu hondo sol donde no se bañan otras manos que las mías
por eso me gusta enjuagar mi silencio en tu silencio como haciendo corazón con nuestras manos
atravesamos la noche para encontrarnos a la mitad del sueño
deponemos larga historia de cerrojos para abolir la lejaníay estamos aquí desde aquí y desde siempre con ayer y mañana caídos hacia nosotros que nos damos las manos como un beso demorado desde el largo miedo
el sol endereza nuestros recodos y sin pasar por el mundo mi alma cae a tu alma como la dulce lluvia de tu voz recuperada
sobre nuestra savia que se enreda en sangre somos dos tristezas derrocadas y una sola alegría iluminada que nos llama
por eso te quiero
y porque te querría igual desde tu propia y sola existenciahoy que existes en la soledad que no me deja solo
todo mi vacío se llena de presagios
y estoy aquí anticipando tu mirada desnuda
desde lejanas tumbas que se descalzan en tu garganta para soltar amarras a tus palomas que me llegan como te buscan desde hoy las míasabro una puerta que no se ha cerrado nunca y encuentro nuestras manos que han estado juntas desde nosotros como dos horneros consagrados de barro
mi beso se te acerca como una abeja recién empezada
para inaugurar el rito de comerte la sonrisa y la tristeza
CARTA A MÍ
Jorge, pocas veces nos hablamos.
Nos pasamos de largo murmurando de todo, como si nosotros no existiéramos en nuestra medida la infinitud del todo.
Jorge, algún segundo fuimos amigos. ¿Te acordás? Tantas veces mataste con tus manos los mosquitos para que no me picaran. Tantas veces escondiste la última medialuna para que yo no me quedara con hambre. Tanto me querías...
Pero... ¿¡te acordás o no, carajo!?
¡¡¡Jorge!!! Jorge, por favor, no dejes que la gente se vierta los ojos para afuera.
Tantas veces fuiste altruista conmigo a riesgo de parecer injusto.
¡Acordate! Está bien que te pongas de novio, pero los amigos no se olvidan.
TUMBAS EN MARCHA
Voy tildándome la historia con rostros
como un camino donde clavo cruces
pero qué lado del espejo soy verdad
qué historia he muerto o vivo en los dos
infinitos que separa una tumba.
¿de qué lado del tiempo soy verdad?
Y tu olor en francés, y tus telas francesas
y tu mentira en francés, y tu pobreza sin patria.
En un púlpito de tu sangre me existe un espejo vacío
¿qué palabras vive un silencio como una sombra que no se ha cerrado nunca? Allí respira mi fuego gato derretido de agua roja. buscándote la veta en el cerrojo savial que te vive. Todas las cosas son clausura de un nunca que se cierra la primera vez. De tu garganta me asume la eternidad de un caracol. Sonar en tus catacumbas como la última palabra hace la sombra eterna del silencio. Hasta que te hinches como un templo de oro en canto con mi grito de sol.
Voy viviéndote el pie, pájaro de pan y caña
como la hiedra en la raíz hasta el hornero.
DESMANTELARÉ EL SILENCIO
Y qué decir, cómo emprender este primer silencio que desmantelaré, que colonizaré, que invadiré y poblaré poco a poco como algún día tu sangre, una larga ciudad, sonando al doble rostro de nosotros.
Entonces ya me lavo todas las sombras arrojo el inútil peso de lo adjetivo para clavarte el embrión savial, la verdad sin actitud, sin manera sin vez y sin historia.
Esta verdad que no cambia, este inmutable absoluto en el intiempo de lo eterno. este infinito. Por eso echo al agua la sobrecarga de todos mis símbolos, mis fetiches mis dogmas mis ramas sin después mis rumbos oblicuos mi número lateral mi costado numeral, mi orden mi todo y este que, este lo esta única realidad incomparable sobrelleva mi costumbre de haberme inventado ciego.
HE LATIDO EN TODOS LOS ACECHOS
Reí hablá sé franco jugate deponé actitudes fijas y sin espontaneidad y salí de vos cuantas veces sea posible, que si bien es cierto que tanto va el cántaro... que (al final la seca):... rompe; cuando se rompa el cántaro habrás dejado un sendero tan marcado y aprendido que en vez de necesitar de llevarte el agua a tu casa para lavarte a la sombra, solo, sin saber si te queda o no mugre en alguna parte, vas a ir a la fuente y meterte en ella, integrarte, participar de la gente, en la gente, y no a la vuelta de ella y sus veces, en tu hermetismo, como masturbándote.
Ya no queda nada por decir.
pero todo lo que de alguna manera repita ahora
será un barco reconocible,
pero hay un rumbo nuevo.Quisiera decirte,
entonces pienso que toda mi actitud de palabras es el rictus de un árbol
que solamente hermoso o raro o árbol
y que tal vez grita su clamor de árbolYa no hay tiempo de haberlos
sangre muerta, rota
solucionado.
TE NECESITO INMEDIATAMENTE Y PARA SIEMPRE
se me ha ocurrido pensar que nunca insistí mucho en hacerte comprender que te necesitaba. Tal vez yo nunca lo noté tanto como ahora. Te necesito inmediatamente y para siempre, urgentemente y lentamente. Quisiera poder hacer cosas buenas para vos. Me gustaría ser un héroe o un gran Poeta o un tipo muy pintón o etc., pero sin ser esas inclinaciones auténticas, es, más que nada, la impresión que me produce la intención de complacerte.
Yo te quiero mucho. No sé si podría quererte más. Si así fuese me gustaría quererte mucho, muchísimo más.
Por supuesto que para hacerlo y sentirlo me basta con lo que es, que, no te imaginás cuánto.
A veces se quiere tanto que llega a hacer cosquillas o a doler. ¿No te pá?
LA TIERRA NO TIENE PERDÓN DE DIOS
Otra vez en el día grande. Los pájaros tiritan como la risa.
Tengo un perro contento que hace olas como un mar. Lo tengo en una mano.
Y el día por afuera.
Encontré esta birome y me he venido al sol para escribírtelo.
Serrat nos inventó en una canción que dice algo así como queleausteacer señora.
Cuando comprendemos que las cosas siguen siendo después de nosotros, y han sido antes, con esa independencia de que la verdad excede todo testimonio, empezamos humildemente a deponer el egoísmo.
Creo que ya no existe el Brasilero que talló este bracito de la suerte, o no ha existido nunca. Quién podría reconocerlo, colgado de un cuello que va desde una espalda hasta una cabeza torpe como un barco roto (me gustan —ego— los barcos rotos). Pero ¿qué bracito de la suerte va atado por un hilo ambiguamente blanco que alguien (yo) sacó de un paquete de ravioles que no comerá nunca porque están integrados a las cloacas de Buenos Aires, desde no sé cuánto tiempo porque no llevo la cuenta de las cagadas familiares?
¡Sol! ¡Sol! ¡Carajo, más sol!
Bueno, andate a la mierda sol boludo.
Vos no conecés estas baldosas. Yo estoy arriba de estas baldosas porque soy boludo y peso y entonces estoy siempre arriba de algo.
Sí, algo así como un sueño en la piel. (Gracias Serrat.)
¡Cómo me gusta tu piel! Y el mar cuando te bañas porque tiene un hueco igual a tu piel donde vos te movés grotescamente y yo no te he visto nunca pero me parecés una reina.
Ah! mar y vos más, Gache mar para cuando yo nade grotescamente, parecido a mí, hermosamente yo Rolfimente amor, pero saliéndote la luna luna luna como me gusta, tu sangre revolcándose de música.
Y la tierra puta ( no leas puta, grosera de mierda, ¡mirá lo que andás pensando!) se copió de vos y tiene cosas lindas.
Y se le meten las hormigas. Por puta.
¡Fajardo! ¡Padre Fajardo! ¡La tierra no tiene perdón de Dios!
¿No ves? Caminamos arriba de un pecado mortal.
TRAÍAS EL DOMINGO ENTRE LAS PIERNAS
Domingo. Azul y frío como todos los domingos. Fútbol como un emblema de domingo, es el día más ancho, más adoquín y más semáforo. Sobre todo cuando voy en el 215 para lo de Graciela y frente al H. Militar hay una rabiosa espera de 10 minutos, mientras se apelotonan los negros del turf en la barriga del micro.
Eso era hace un año. Ya no voy a lo de Gra.
Me embolé.
Pero es domingo hasta mañana.
UNA BRÚJULA GIRANDO DESESPERADAMENTE
Querida Kel. Estoy acorralado en una página.
extraviado en un sueño sin salida
sumergido en un ciego envenenado o en un Dios
borracho que aprieta las mandíbulas.
Te mando esta paloma confidencial porque quiero saber que estás sabiendo. No sé dónde ni cuándo, apenas casi; pero sabiendo. Vos habrás sido el único testigo la única anticipación algo de ese viejo rito de ser antes la foto que el momento (de la foto). Como un motín de manos apretadas contra este diluvio de kilómetros. Sólo puedo confabular con vos por eso te derramo estos espejos.: hace poco, el 16 de Nov. salí de
Casuarinas (quiero leerme decir todo esto). No tenía ganas de salir. Alguna gota cansada se resbalaba por las suelas de mis zapatos. Los relojes arreciaban sobre mi cabeza. En el avión le escribí a Naro. (Te transcribiré la carta.) Empezaba un último tramo de espasmódica nostalgia. Yo me estaba yendo un poco famélico de veredas y aventuras, de trasnochados encuentros con alguien que siempre es más uno mismo que otra cosa. La primera noche salí y troté por ahí sin resultados dignos de Don Juan. En el seminario había algunas miradas accesibles de las que yo huía con tesón cremoso. Pero las salidas... no era la primera vez. Desde aquella telenovela catalana pasaron muchas cosas, divertidas, tristes, ansiosas... finalmente efímeras. Ainara estaba a salvo en un bolsillo de un pantalón que siempre dejaba en el ropero. Desde Darla, entre Naro y yo las cosas se cambiaron de zapatos, de corbata y a veces hasta de antifaz, pero éramos los mismos. A ella le bastaba; o era lo que esperaba o conocía. Yo a veces me aburría, no siempre; a veces me enojaba, no siempre; a veces sentía lástima, algo más que no siempre, y pocas veces una especie de aviso, una señal, algo que volvía o se regeneraba.
No sé de verdad si los aviones, si los recuerdos y los sedimentos de no sé tampoco qué cosas en algún desfondado sueño. No sé nada. El caso es que había una brújula girando desesperadamente. Te escribo para saber que un poco no he mentido. Y la verdad es ésta, que lo he hecho copiosamente. Y la verdad aún más es ésta: Marilói. No importa quién, cuándo, cómo. Yo.
El problema es éste: ¿Hasta cuándo se tantea tratando de reconstruir en la oscuridad? ¿Cuál es el final de la incerteza? ¿Cuándo será cierto que no es cierto? ¿Cuándo se está absuelto del contenido de la verdad, siempre que la verdad, en sí, no sea un crimen?
Kelly, muchas veces te cuento secretos por la noche mirando los techos de todas estas ninguna parte en estos hoteles que son siempre el mismo. Hoy quiero que no seas yo mismo. Quiero decírtelo. A veces la lástima o la compasión la incerteza o la gratitud por un chorro de años me hace tenerles miedo a las retrocedidas palabras. Creo que esto no debería repetirse constantemente. Creo que no la quiero más. Antes dudaba de haberla querido alguna vez. Eso quedará enterrado entre mi sombra desordenada de hace ocho años y la desteñida memoria. Creo que algo la quise. Cómo no. Ella dijo una vez que yo la había usado. Tal vez. Tal vez mucho más que tal vez. Hoy, a veces, me oigo hablar con los amigos y (es triste decirlo) me parezco a cierta polvorienta canción de Palito Ortega. Aquella del sabor a nada.
A veces la vigencia de las emociones que saltan como un arco que se suelta, se vuelve indulgente con nosotros y nos permite vivir de cosas lentas, casi suaves, y un poco solitarias. Recuerdo unos candelabros donde enredo o enredaba los ojos con descuido durante tanta paloma volcándose lejos en otra parte donde no somos. Todas esas historias vacías que la nuestra propia es muerte.
A veces una cierta tranquilidad te indulta tantos abortados gritos, tanta lava de besos que se caen por las sienes de un sueño.
Pero cuando conoces a alguien y se te mueven los zapatos en los pies como queriendo irse, cuando conoces una quinta o décima persona por primera vez y ésa sí es la primera, cuando no te reconocés en los espejos y llenás cuadernos con burbujas y te animás a ciertas desvergüenzas y te descalzas el temor de las palabras prohibidas y decís beso y amor y te animás de repente a las monstruosas verdades, entonces te parece que la mayor de las culpas es el suicidio y que no vale esperar a los sesenta para ya no tener treinta y que sea de verdad demasiado tarde.
Éste es el problema. Estos días no caben en una sola carta. Hay demasiadas cosas, colgajos de enmohecidas canciones, harapos de lámparas que arrastro apagando rumbos a cada paso funerario. Y esos otros de jugar a ser ardilla, de correr por el aire con la boca y transitar con páginas la noche buscando la palabra exacta, el homenaje, el pedestal, la rosa.
Ya sé que todo andaba mejor y de repente cayeron almanaques al galope.
La única vida definitiva es el pasado. ¿Pero de qué sirve quedarse sospechando cicatrices en los pies, llagas aquietadas y ciertos roncos consuelos sin saltar, sin decidirse a haber nacido, sin perder de un solo trago el último tren del suicidio que todos traemos puesto?
Kelly, sólo quería empezar a decirlo, porque me parece que voy a poner una bomba de espinas y no quiero salpicar muy lejos. Por favor no mastiques techos amargos, esos de los insomnios. No te preocupes. ¿Qué carajo digo? Y Lautaro me mira desde las fotos con sus ojos de sonido fosforescente. ¿Pero qué puedo hacer? Empiezan las justificaciones: Yo desparramaría una gratitud opaca o más bien odiaría a gritos, si a una cierta edad, de repente hubiera sido siempre la culpa de las anclas involuntarias de papá o mamá. Pero no sé de haberlo sido. Qué sé yo. Los chicos pueden entender, o tal vez hay cosas más difíciles de entender aún.
Lo que más me demora es la fragilidad, quizá, de Ainara; no me gusta romper, pero una operación a tiempo duele menos que una vida de ataques al hígado. ¡Ojalá que ojalá! Que todo sea bien, que sea cierto alguna vez que no hay mal que por bien no venga. Ainara no sabe de Marilói. Ése es mi hachazo subrepticio que quisiera no dar. Porque tal vez es un escudo. Yo no lo creo, pero no tengo derecho a no dudarlo. No quisiera mezclar una cosa con otra; quiero saltar con los dos pies en el aire, no uno en el muelle y otro en el barco. Cerrar una puerta y si después veo la otra todavía, dormir una noche a la intemperie y soñar que entro a la mañana. No quiero acarrear culpas para nadie. Entrar en el jardín con los pies contaminados. Todo el mundo tiene derecho a no ser causas tenebrosas. Yo la quiero a Marilói. ¿Cómo puedo recordarme mañana? Pobre Naro, yo no sé siquiera si me quiere o simplemente no quiere cambiarse de zapatos. Tener nuevos callos, qué sé yo. Yo le he dicho un poco de mis hollines, de mis turbios renglones de apagada memoria, de mi pus en marcha, pero no hay palabras suficientemente pañuelos, estas cosas se hacen siempre mal, porque son malas. Te mando también una carta que le escribí a Ainara para que puedas sopesar los rincones oscuros de mi aliento. Esa carta la leeré con ella bajo el quincho o qué sé yo dónde, en cualquier caso debe conocerla. Ya no hay inocencia suficiente para mentiras piadosas. A pesar que me reservo una.
Le he pedido a Naro que vaya a Casuarinas, al principio reculó al teléfono cuando me oyó tan distante. Ahora ya ha decidido ir. Si en casa, sin necesidad de atender a otra cosa que al sol y a la gente, entre todas las cosas mágicas, la navidad y la mayor medida de esta especie de delito, mi decisión no retrocede, será una consolidación definitiva. Tal vez se me coagule una mariposa en la boca; de todos modos el primer tal vez no nos pertenecía. Vaya a saber quién tuvo la culpa de la primera inocencia.
Hablaremos copiosamente en Casuarinas. Ahora te dejo con un beso enorme, con un abrazo como el del día que te casaste con una flor esculpida con los dientes.Te quiero.
Rolfi
LA CARTA DEL OLVIDO
Amiga mía. No sé ni siquiera cómo decirte querida Graciela.
Ya no te goteo de las manos a la hora de la poesía que tu soledad acomoda.
Y sigues tejiendo pariendo o sangrando
pero ya tu voz no me busca
como un barco
—yo me quedo con el humo y la sirena—
que pone más allá la lejanía
que se va y me hace espalda
que pone más acá la soledad de haber quedado o de haber sido partido
olvidado
o ya no más o peor, ya nunca.
Ahora pierdo tu costado
tu tácita presencia
tu sitio regular.
Ya tus palabras no me hacen casa.
Tu barco parte y me regala un muelle.
¡Qué triste amiga no andarte la poesía!
Qué triste el desembarco o el destierro
la culpa o el olvido porque sí.
He sido vaciado de tus cosas.
Tus ritos me derogan, y en la clausura
tu silencio
la manera final y la más anónima de tus palabras
me asola como la tristeza de no ser
de haber sido y ya no ser.
Ya no doblegamos el imperativo de los astros
los astros nos preceden y ya no nos esperan
para no equivocarse.
Ya somos obligados y libres en nosotros como en una jaula redonda.
Nuestro albedrío no excede nuestras manos
nuestro sueño.Abrimos la reja de los pájaros, como para irnos
y nos quedamos.
Somos peceras y somos los peces de adentro.
Y nuestra libertad redonda o cuadrada
o qué más da si mensurable
está crucificada cuatro veces por cadenas.
Amiga, hicimos una ruta
y éramos testigos.
Ahora nos volvemos y la tierra se quema.
¿Cómo señalar el regreso?
Es cierto
el que encuentra una razón para volver
ya no parte por lo mismo que se fue
y, sin embargo, ¿quién tiene la razón de desandarnos
de evacuarnos el recuerdo
de nombrarnos con olvido como lavando el veneno
o cerrando con tierra por las manos
puñado por puñado el pozo y el abismo?
Ya no será el desierto alrededor.
Ya no hay alrededor.
La arena pierde el cerrojo el vientre o la garganta.
La arena toda.
Ya no somos el agua la fantasía el espejismo
el pozo o el aljibe.
¡Qué raro haber sido! Es como conocerse en otro.
Y aquí hemos sido porque recién se ha sido cuando se fue.
Y yo amigo de verdad amigo
de verdad aunque no tuve la rosa
la fruta, como tuviste la rosa y la fruta y la bandera
te hice mi casa de poesía sin poeta
con la flor por adentro de la tierra
y el hormiguero que te hacía mi garganta
—como el agua en la arena del silencio—
aún te llama
aún te canta o te levanta
con ronquidos, con voz de palo sucia o ensuciada
aunque ya no me espere tu voz que me dejó a la espalda
aunque me haya atrasado a tu costado y tu tristeza.
Hoy te busqué
me busqué por los jardines de tu canto
revisé las tumbas y las cruces como el último muerto que se busca en la tierra ya sin tiempo
en los soldados de la guerra final sin derrotados
y no hallé mi nombre, no hallé mi tumba ni mi muerto.
Como si no me hubiese llamado o no hubiera sido nunca.
Un día hallarás mi carta del olvido
esperando que tú también te vuelvas sobre los jardines.
Tú tienes una flor y una campana con tu nombre
pero no hay tumba ni partida bajo tierra.
Allí me asumirán los siglos
esperando que me halles en la espera
hasta que leas esto o hasta que no vuelvas.
ESTOY TAN CONTENTO DE ESTA TRISTEZA
Naro aire,
Tal vez en una feria de cosas alegres hay racimos de globos, manadas de colores que capitanean la sonrisa de los niños. Tal vez en alguna parte hay payasos graciosos. Yo no puedo aceptarlo. Cuando veo una langosta de irisadas alas como una esmeralda voladora mi alma se ilumina con las costas de un mañana de promesas. Estoy empezando a comprender a algunos borrachos.
Estoy tan contento de esta tristeza que sería capaz de bailar por fuera del espejo y estar vestido de luto en la imagen dentro de él.
Pero no puedo decírtelo. Debo empezar la verdad por su sombra: por la mentira. A fuerza de tratar de parecer, de buscar actitudes estoy extraviándome en mis bronquios y ya no sé cuál es la salida. Quisiera poder compartir esta alegría con vos, ya te lo he dicho, creo; pero voy y vuelvo en un vaivén interminable como un péndulo sin decidir cuál es el dolor menos doloroso.
Imagino que cuando se desocupa una casa todo el mundo se pone triste por los días que ya no serán allí, en vez de sentirse feliz por los que fueron. Estoy casi seguro de que esto será más o menos lo que nos pasará. Yo te deberé años eternos en vez de pagarnos mutuamente un saldo de los siete que habremos compartido.
TAN TU MARIDO
A este argumento le queda bien
que te hayas casado.
Hay contradicciones que no entiendo. Empezar a obrar de acuerdo con ciertas pautas porque una de ellas nos previene un tiempo de acción determinado. Y luego toparse con que hubo pautas falsas o equivocadas que nos ocasionan diferentemente. Esto siempre incluye un equívoco en la primera apreciación del tiempo. Y cambiar la tónica del obrar. Por ejemplo acatar una circunstancia tan real, trivial, absoluta como relativa y transitoria como definitiva, como lo fue el casamiento de Conchita. Un mazacote de gente irreproducible. Tu marido, tan tu marido. Tan mi arrepentimiento, mi error, mi estupidez, mi bondad, mi maldad, como tal vez la verdad devenida por esa fuerza genital de lo ordenado (obligatorio inexorablemente al fin). Entonces una situación fallida, insustancial, descolorida, chocante, forzada, preguntas fatuas y respuestas evasivas y estúpidas. Situación estúpida. ¿Pero corresponde (me pregunto) formalizar una flamante imagen acompasada con la farsa, que nos desmienta, nos mienta en verdad? Es necesario, por respeto a cosas que sólo nos llevan de verdaderas la vigencia de tener un tiempo anterior, que nos preanula, aunque lo genuino, lo basal, lo seminal sea hallarnos (porque buscarnos no nos es verdad, sino habernos forzado), hallarnos en un rostro de dos o tres veces en un tiempo sin historia, sin testigos, sin hábitos, sin cotidianeidad, sub o suprahumano. Y después naufragar en lo trazado, lo inevitablemente nosotros, como es ser siempre lo suficientemente cobardes o valientes como para resistir.
PANTUFLESCO, APACIBLE DOMINGO
Era domingo. El tiempo sin veces.
Un camino abierto, donde no se puede.
Pasaba las manos de los ojos al silencio como revisando viejos miedos, dulces trofeos de todos los niños que fui feroz.
Cuánto me habré esperado ese domingo, o cualquier otro, o un martes, si se hubiese empezado a contar dos días después.
Cuánto me habré esperado tantas veces, yo, todos los espantos que fui, toda la gente que me fui poniendo, la vida, fabricándome los días como una araña (y una tela, tal vez siempre hacia, pero sin bordes).
Mi cara de domingo. Mi silencio de domingo.
Todas las cosas que me ponía, revisándome la presencia.
Mi soledad, al fin, de todos los días.
MUERTO DE LOCURA
Una mañana de lluvia tenía los ojos con hache, linyera en el zaguán del tiempo; redondo de frío y de hambre extendió los ojos como manos, despidiendo un barco alucinado.
Lo encontraron muerto de locura, pero él ya viaja en el barco.
LA DEMORA DE MI MUERTE
Basta ya de edificar columnas
me voy a lanzar en avalancha. Mi querida
Loi
Esta aula es un útero negro y un poco el paladar sangriento del infierno.
Aquí se puede morir azotado de burbujas. Pero no hay ningún modo de nacer en este sitio.
Como te imaginarás aquí no viven palomas
esos pequeños planetas de harina que yo venero para dibujar tu cuerpo. Por supuesto no hay tampoco extraviadas golondrinas retazos de emigrados veranos, ateridas de soledad en este jardín de turbios aplausos.
Me he zambullido en esta página como un fugitivo
entre la maleza quiero enterrarme bajo el aire un poco como Casuarinas bajo su cielo marrón-ocupado.
No quiero estos nadies con historia que giran entre la concurrencia. No sé los nombres de ninguno. Odio este sitio lentamente. Cada cosa está sucia de distancia. Éste es el sitio de mi primer abandono. Ésta es nuestra primera lejanía. Por eso execro cada célula de espacio cada átomo de soledad.
A veces me parece triste que no sepas qué zapatos tengo puestos, qué camisa, qué recuerdo qué
exacta postergación qué número soy de la demora de mi muerte. Yo me estoy poniendo color de araña. ¿No es triste de verdad? De todos modos estoy desnudo bajo la ropa igual que estamos juntos dentro mío.
Hay algo más que he comprendido
es algo que se podría dibujar con anatomía de balanza. Imaginate si creyera en Dios
Y le pidiera que todo salga bien. Imaginate que Ainara hiciera algo proporcional.
A que no te podés imaginar el desastre administrativo de las oficinas Celestes?
Es mejor que no creamos. Dios nos agradecerá sus vacaciones.
ALGÚN IDIOTA QUE SEA COMO YO
Me miraba a mí mismo como comprobando esa coraza de hombría que me había crecido, tal vez encallecida la mirada y el falso andar indiferente.
Gesticulaba sabiendo que yo estaba fuera mirándome, y buscaba el gesto de la rotunda espontaneidad que tiene la personalidad del héroe que me hace pensar cualquier novela.
(Siempre he pensado que las novelas no son ni malas ni buenas, sino en tanto descubran un afán de ser que la auténtica personalidad nuestra no logra.
¿Quién no se entusiasma con un Corín, o con una de Pistoleros o Guerra o una de A. Christie?
Todos se identifican con un módulo de exagerado virtuosismo que el autor, como un primer lector, como uno de nosotros mismos, piensa en voz alta; luego, los que no tienen suficiente imaginación como para soñar sin barandas, apoyan su inseguridad o su ceguera en una novela que les ayuda a crearse en el ideal. Los que no tienen imaginación, ésos ni siquiera ven normales a los héroes y no leen, y dicen que son imposibles y se ríen. ¿Acaso los grandes no lo son por hacer cosas grandes, y los protagonistas de historias no son grandes, y nuestros muñecos de sueño no son héroes?)
Yo seguía tratando de verme héroe, grande, fuerte, hombre.
Tal vez para perder el miedo y sentirme seguro.
No, nadie me persigue ni me puede encontrar; tal vez pudiera sentirme tranquilo en caso de saber que nunca hasta el último día hallaría un agresor, pero ¿y la seguridad?, ¿y esta cara de estúpido, que a lo mejor es hermosa, pero yo me la siento de imbécil y creo que los justos y hombres que me miran se van a reír primero y a enojar después?
¿Acaso yo no soy un hombre para algún idiota que sea como yo? Si dos ladrones llegan con aire de dueños a robar un coche, ¿no es cierto que uno, por una fracción de tiempo, se verá desarmado sin saber al otro un ladrón y huirá creyéndolo el dueño; o tal vez huyen los dos?
Por más cara de fuerte que ponga, me sé un alfeñique y eso basta para ser vulnerable.
Acaso es lógico pensar que el posible billete falsificado que ronda las cajas es el que me dieron de vuelto, y es razonable por eso no ir a comer por miedo de que sea cierto; y si lo pienso así, ¿por qué no protesto o reviso el vuelto cuando me lo dan?
Si he de pensar ridiculeces y casualidades, ¿por qué no me sale un sueño de lotería o de Raquel Welch a los 20 o de presidencia de la Nación?Los ojos son imparciales, el cerebro es imparcial. Tengo un físico privilegiado pero me da miedo la pileta y el juicio de los que me miran. Empezando, ¿alguien me mira; si me miran, alguien de los que me miran me juzga?
Tal vez no sea miedo, pero es ese equivocado afán de suficiencia que no es más que un complejo de inferioridad.
Hay gordos que lo más panchos (tal vez sea una ficticia tranquilidad) se sientan sin evitar los rollos, no se ocupan de atragantar los músculos con mis poses ridículas que ya por habituales me parecen normales.
QUISIERA MANDARTE TODO Y MANDÁRTEME POR CARTA
Un fotógrafo me pegó en un ojo. Me retumba de maripositas el flashazo que me clavó. ¿Quién carajo me saca del cerebro esta lámpara ahora?
Popi se casó. (Popi, un amigo; Popa, mi novia). Yo me equivoqué de iglesia. Canté. Qué lindo sentir que se da algo.
Yo tenía lo mejor y tengo cosas buenas como para tener mejores.
Yo tenía lo mejor y lo volqué sobre desconocidos los mil desde el alma con canto-canto áspero como las manos roncas de la arena como mis manos que me tengo las manos roncas de doblar alambres y los vomité de alma y ellos habrán dicho ¿quién cantó? y ¡qué mierda si yo no canté, si yo te rezaba, te buscaba y no me funcionaba un grabador de mandarte un disquito y qué suerte porque canté como el culo!
Oigo una mujer con voz abeja, voz dorada y puntuda y raspar yilet sobre un vidrio y Yesterday.
Y yo quisiera mandarte todo Buenos Aires y mandárteme por carta y Marilói en la posdata para que tengas vergüenza de que te encuentre con Juan José.
UN CACHO MUY BACÁN DE TINTA
Un carguero es un barco cualquiera donde el capitán me deja viajar a cambio de lo que tenga, que es lo que haga. Descubrí un recoveco en la birome donde había un cacho muy bacán de tinta, que dormía la siesta. Ya lo desperté. También con ese pedazo de tinta me callo, para que pase tu silencio como un pájaro gigante de música vacía. También con él te estoy triste.
Novia. Novia mía. Porque yo. Porque yo. Por favor. Siempre. Novia. Yo.
TE EXTRAÑO CADA VEZ MEJOR, PORQUE CADA VEZ MENOS
Estoy en un acto. Me equivoqué de auditorio y me expedí en otro. En Bulevar Marítimo y Garay. En la Universidad del Doctor Merlo. Sí, allí mismo. Y Sade y Afra subieron al escenario. Y yo estaba. Y entonces estuvimos y pronuncié mi conferencia.
Y era una disertación ajena. Pero aunque no parezca, también en los discursos ajenos la gente pronuncia. Como en los casamientos ajenos. Porque aunque tampoco parezca, también en los casamientos ajenos la gente se casa.
Y ya me estoy curando. Y te extraño cada vez mejor, porque cada vez menos.
Voy a buscarte.
PORQUE A VOS TODO DESDE SIEMPRE
Estoy en la casa más lujosa que haya visto nunca. Es la noche de un día. Todas las noches son de un día. Pero ésta es de un día-vos. De buscarte. De irte a buscar. Y no ir a buscarte. Porque irte no es ir. Es irte yo. Llevarte a vos
limpiando la mierda en un barco carguero.
Limpiar la mierda. Limpiarte Casuarinas de los ojos.
Casuarinas. Ay, pero mejor Argentina.
Que voy.
EN ESTE MOMENTO, AY, HAY
En este momento, ay, hay una chica, ay, por la vereda de los impares, y ay, yo te escribo, te escribo que te escribo, que pasa una chica, ay, y que si me fallas te perdono, te perdono desde siempre, porque a vos todo desde siempre, ay, que pasaste y me quedó doliendo, pero por favor no me falles.
DOMINGO DE REZAR SOLO
Domingo de hoy de rezar solo
Domingo de Domingo de creer de a ratos
que se alzará tu llamado.
de comprobarte tú, de quererte tú,
de eternizarte en el tú
de llorarte, de rogar: Dios mío ya
no es alguien del mundo, es ella. Ayer quise
su principio y su llegada,
Dios mío, que vuelva.
LA CONSTANCIA DE SU VIGILIA INDIFERENTE
Un banco que no importa me soporta.
Tengo alguien al costado.
Una señora insistentemente al frente me mira como si se supiera en mí.
Y yo me hundo y pienso y cuando vuelvo está ella con la constancia de su vigilia indiferente puesta allí, como una idea mía.
INTROVERTIDOS COMO UNA TORTUGA
Era un pasillo pintado de blanco, con la perspectiva paulatina resolviéndole la monótona lejanía.
Rítmicamente se sucedían puertas grises, heraldos de un misterio que guardaban.
Cada cerrojo resolvía dudas y deducía preguntas sin clausura.
La gente del ahora, en el puntual momento se sabía y se ignoraba.
22 ó 30, ó 25, dos polleras negras, un montón de tal vez no investigados y verdaderos colores en la ropa que no indaga el ojo distraído que mejor supone.
Todo allí, una hora cualquiera. Yo y los otros, y en cada ojo de alguno de los otros, un él que se ensimisma, mirándome como a uno de los otros. Todos somos los otros; y el cada uno un recodo que no averigua la ganzúa del ojo obstinado.
Yo me escondo detrás de la mirada, como soy desnudo bajo el calzoncillo.
CIEN MIL AÑOS DE SUEÑO
Haber cambiado es que alguien al pasar donde estamos no nos reconozca. No has cambiado.
Como podrían pasar 100.000 años de sueño, de quietud o de fantasía y el hombre siempre reconocería su espíritu.
En cada lejanía somos un ciego hasta el tal vez. Diariamente se abre y se cierra el ciego irrepetible de alguna manera diferente. A veces vuelvo del alma sobre el día y corrijo la imagen de la gente. Sólo alguna vez el sueño no pierde el rostro, sólo alguna vez el silencio sabe qué palabras.
¿Quién puede medir el tiempo si no hay nada diferente entre el primero y último instante?
Tantos tiempos hay en un mismo tiempo, tiempo de tantas cosas.
Y sólo una cosa nos dice hace mucho y tan poco.
¿Cómo haberte olvidado, si conocerte fue aprender que mi alma existía por afuera también (sin necesidad de serme)?
¿Cómo olvidarte si toda tú nunca?; no eres nada nuevo sino yo mismo que me vengo por las cosas. ¿Cómo si eres la única certeza de que todo lo que veo y siento no es mi delirio, cómo si era mi fantasía más real? ¿O tal vez aprendí en un segundo la eternidad de haber sido siempre, tal vez me descubrí el alma por ti, como entendí que no era ciego en la primera luz?
ENTONCES COMPRENDÍ
Yo estaba lleno de nuncas y ahora lo comprendía.
En verdad hasta que algo ocurre no se tiene certeza de si pasará o no, por eso creo que la única verdad evidente es lo que pasa, porque lo que no ha pasado tal vez pase, y si por tal vez quiero saberlo cierto tal vez espere siglos a que ocurra lo que me muera esperando.
Lo que me asombraba de la casualidad era que fuesen las que eran y no otras. Tal vez eso era la casualidad.
Es decir, es difícil saber cuándo las cosas que nos pasan por el lado son el fin o algo de una historia que empezó antes en alguna parte y un día sin nosotros. También es difícil saber cuándo alguno de esos hechos son el principio de una historia que empieza con nosotros o con alguien allí donde estamos.
Uno nunca pregunta o piensa en cómo son en realidad las cosas que nos parecen, porque nos basta el nosotros que tienen esas cosas.
Pensé que lo que pasa tiene siempre un aquí y un ahora, entonces comprendí que a lo mejor ahora pero en otro aquí, o que en ese mismo lugar y en otro momento, o que en mi sitio y en mi momento pero con otro lenguaje de evidencia. Entonces pensé que era la certeza. Que siempre faltaba para la certeza.
ANTES DE QUE EL CIELO SE APAGARA
Nada es partido si no tiene rumbo, porque ir implica un dónde. Por eso un canto a nadie es como un silencio.
Un pozo se guardó las estrellas antes que el cielo se apagara.
Nada canto tus nunca.
MAMITA DE AZUL
¿Son más los días de lluvia que los de sol?
Yo diría que no.
Y para un sol con flores y cosas lindas, la lluvia pasa.
Yo lloví una vez sobre tu tierra seca sobre tu silencio árido, sobre todas tus cosas consagradas hacía mucho como un huerto y que la primavera no pasaba a recoger yo lloví y pudiste la primavera. Yo no era indispensable ni bueno, ni mejor ni sueño.
Todo tu ritual diario se detiene hora por hora sobre el sueño de lograr un sueño.
Yo te regalo ahora desde aquí mi soledad sin tristeza, mi silencio sin primavera y sin lluvia; mi huerto sin labriego que vive igual, porque donde la tierra no amamanta flores las hormigas que también tienen un lugar, hacen su iglesia. Yo no necesito lluvia para mis hormigas, pero un día se me mojaron las manos, toda mi tierra rodó crecida por dentro de campanas y me creció una flor azul donde las manos se juntan por adentro.
El mundo, para todos es una tenaz manera de ser con todas nuestras cosas, y por eso para que no tuvieras hormigueros todas mis hormigas tejieron una flor sin palabras que guardaba tu nombre como un viejo fervor.
Yo te acerqué la flor como una última manera de mi lluvia sola y el mundo te recuperó de nuevo con la espalda vuelta a la tristeza y el corazón alto esgrimido para continuar la espera que empezó tu sueño.
Gracias por haberte sido bueno, por temblarme la mano, ronca cuando te escribo, por tener alguna noche, raíces que siempre han sido piedras. Gracias por decirme gracias y por no haber sido más allá de una noche otra cosa que un sueño confuso.
A la hora del mundo todo lo que te alcance la tarde espera su hora.
Ya pasó mi hora, la hora de ser una noche, de tener una flor clavada en una piedra.
Yo también recupero mi mundo, mis calles verticales, mis trincheras mi egoísmo cotidiano mi olvido, mi mentira y mi tristeza renegada que alguna noche cuando no recuerdo que ya te he olvidado te regala su último oficio para nombrarte.
Y por eso gracias también, por regalarme esta tristeza corta esta manera de poder ser lejanía.
Yo nunca tuve raíces, y la lluvia se volvió a las nubes porque yo no uso primaveras.
Hoy por fin mi corazón (¿corazón?) se asoma al sol.
Tu mejor manera, el mundo que yo nunca he sido te recoge y yo guardo sin que nadie sepa una noche separada de tus días para que tengas un recuerdo olvidado que te nombre más allá de tu vida.Ésta fue la primera carta que te escribí. Mamita de azul
Ahora, casi treinta años o más después, una distancia para siempre después no sé qué decir de que todavía no sé qué decir de haberte no sé qué decir mañana.
LA DUDA INFINITA ES ESTÁTICA ALREDEDOR DE MÍ HECHO PUNTO
Es decir, es difícil saber cuándo las cosas que nos pasan por el lado son el fin o algo de una historia que empezó antes en alguna parte y un día sin nosotros. También es difícil saber cuándo alguno de esos hechos son el principio de una historia que empieza con nosotros o con alguien allí donde estamos.
Uno nunca pregunta o piensa en cómo son en realidad las cosas que nos parecen, porque nos basta el nosotros que tienen esas cosas.
La duda de dónde infinita es estática alrededor de mí hecho punto.
Entonces ya no me importó decir algo que no fuese nuevo.
Ya no era vital romper sistemas o inventar nada para poder caber un nombre que también yo inaugurara. Abolir costumbres. Y la costumbre de abolirlo todo. Si es cierto que todos los usos pierden verdad cuando el anillo encuentra su principio. Pero desusarlo todo por temor a bajarme del tiempo, como si repetir fuese quedar.
Lo que me asombraba de la casualidad era que fuesen las que eran y no otras. Tal vez eso era la casualidad.
Si es que empiezan, las cosas tienen que empezar por alguna parte.
¿Principio? Cualquier cosa que sea la primera vez.
Un hacia infinito es una esfera (alrededor)[al cuadrado] del centro como un punto contemplativo.
Encontrarme al fin conmigo, yo siempre habría sido aquí y ahora y siempre hubiera sido yo.
Donde hayamos sido porque ser es siempre alguna parte y cuando
A cada momento las cosas son una de las infinitas posibilidades que ya no son probables.
Recogiendo nosotros en todas partes, he sido solo todas las tardes.
Como un ciego que se abre por la noche, no lo sabe.
Todos los dibujos posibles en los grados del blanco al negro, sobre una hoja determinada, están comprendidos en ella absolutamente pintada de negro, de manera que restándole todas las posibilidades de un borrador sobre ella volvamos al blanco inicial.
NO SÉ QUÉ DECIR DE HABERTE NO SÉ QUÉ DECIR
No sé qué decir de haberte no sé qué decir mañana no significa decir en futuro, sino decir cosa mañana.
MI ADORADA AZUL
Desde aquí mi adorada azul, tengo la noche al hombro y una luna de sangre a media asta.
He perdido la voz como la dulzura de las manos en las piedras, y mis telares vacíos se levantan de invierno hacia el horizonte de los labriegos partidos.
Desde aquí, soy. Busco y donde el mundo pierde las palabras y las manos, levanto tu imagen que es mi soledad.
Las trincheras profieren las batallas. Las esquinas deponen su pavor de fuga, y huyen las ciudades, también los silencios y los cementerios, huyen de cal o de terror frontal, hacia el espanto, hacia el silencio vivo donde se pierden las palomas mensajeras.
Los muertos no tienen la culpa de su sangre. Las hormigas se agremian en los vientres dulces, feroces, finales, para siempre.
Bullen relámpagos desiertos en las catacumbas quietas de las sangres y yo no estoy quieto de sangre aún, no acabo, y sigo con el rencor de las solas medianoches atascando el dolor de mis cerrojos como un sabor a la mitad del cuello, de vino, de náuseas y de beso.
Aquí, desde aquí, crucifico mi abismo vertical sobre la tierra, remoto grito sin raíces que viene de la profecía que se duda o se pregunta cada día.
Mejor será dar paso a los ratones. Taller ansioso del olvido, donde el sueño pierde el rastro contra el vino, de la tarde que pierde testimonio.
Hoy peregrino de mi suicidio de silencio recorro mi ermita sin estrellas con la noche al hombro y el hambre de las manos aturdido sobre el pan de los espejos.
Venía desde otra historia, el día es siempre aquí, la hora es siempre ahora. Y porque tengo todavía todavía, todavía vive mi despojo de garganta como un obstinado suicidio en golondrina, porque el mar es más extenso que las alas.
SIGNIFICACIÓN DEL UNIVERSO
Toda piel humana o de perro es la carta geográfica del mundo.
ARROJO EL GRITO DE TU NOMBRE
Hace mucho me asomé a mi alma y vi que una vela humedecía el cuarto con tu imagen transparente y amarillenta
y empolvada como lo que se vuelve viejo al llegar y verse mucho tiempo esperado,
y volvía a mis ojos y dejé el candado de mi silencio en el sótano de mi alma.
He vuelto atónito de mi alma, subí las escaleras sucias de mi mente y me quedé en los ojos y me di cuenta
como de una traición, que me sobresaltaba el frío.
El candado me quemó la puerta estalló
el alma había crecido y la vela era como un álamo de agua que flameaba desesperado
los dedos blandos del fuego lamían como sombras los ladrillos
de los muros y corrí espantado, hasta mí, seguido por los ecos de tu idea
hasta mis ojos hasta mi piel y vi que el frío me
estaba esperando como el hueco reservado para ti.
He caído de mis ojos, de mi boca
de mi piel.
Estoy al borde de mí como una
fruta al pie del árbol. Yo arrojo el grito de tu nombre
te arrojé mis manos
rompí mi silencio,
sin darme cuenta
que no estabas para
detenerlos,
y caí con un vidrio de mi
silencio clavado en la garganta disuelto en el cadáver del grito y entre la piel seca de las manos solas
con todas tus palabras en el vidrio en mi garganta;
con mi soledad ya sin importancia
HE VENIDO A DECIRTE QUE ME VOY
Las razones del amor son siempre explicables.
¿Cuáles son las del olvido?
Si me disecaran el aliento hasta
el último nervio, si me desmantelaran
piedra a piedra la mirada
como un edificio hasta no dejar una
sombra, si emprendieran el recuento
de mi alma con las más minuciosas
tijeras el diagnóstico sería: amor
El veredicto sería la vida.
Tú tienes otra página que escribir tal vez más solitaria. Pero quizá encuentres más sonrisas en tus lágrimas de las que en la garganta esperas. A lo mejor un día te levantas con un anzuelo de luz, por la mañana, y vas a abrirle la puerta a un camino fecundo que te llama e invitas a entrar a la primavera y abres la boca turbia de los roperos prohibidos y echas a volar puñados de música por el aire de la casa y abres las ventanas para que salgan huyendo las incrustadas soledades.
Me voy como el que huye de un incendio. No quisiera despertarme lejos y preguntarme por el desastre sin saber responderme y tener que huir de mi huida durante el largo camino de la cobardía.
Quiero dejar una jornada con pies de honestidad. Quiero una travesía sin estelas como heridas una partida sin dolor irremediable por la espalda.
Las lágrimas son inminentes. Lo hemos dicho tantas veces. Pero por este arduo recorrido tus pies se han hecho árbol y los míos agua. Vos te quedas y te moran pájaros yo me voy y me habitan a veces unos cielos reflejados. Las piedras de la ruta acomodaron nuestra identidad irrevocablemente. Irrevocablemente alas, ya no me quedan anclas, el viento del otoño me desgarra los mástiles del corazón mis venas se hinchan con demora, hay horizontes en mis ojos que emigraron hace mucho.
La vida no tiene perdón para la vida.
Mi alma zarpó a una nube hace ya tanta partida. Ahora me toca a mí que me quedé demorado a acomodar algunas cosas que lloraban o llorábamos demasiado.
No nos juntamos para vivir, sino para amarnos. El amor era la vida. A veces partimos de la vida para recuperarlo pero ya el tiempo nos pide la cuenta de nuestras cosechas. Hay horizontes verdes en mis sueños.
Pongo tu foto sobre esta página mientras escribo, así es más decírtelo, más vivo, más serlo, y esta carta no se vuelve uno más de los tantos mohos que nos derrocan, un poco más del inconfesado armamento de la traición.
Quise oponerme a la sequía a veces con obstinación de cacto. Mis espinas te picaron. Me volví lagarto y repté por tus días con silenciosa muchedumbre de vacío, entonces me pisaste porque no me veías, me intenté alacrán para asustar tu pie y tuve miedo de serlo demasiado, sólo me quedaban los pájaros y quise volar para adornar con algo de poesía nuestro páramo desértico y no hice más que levantar el vuelo para inventar un rumbo de rosa y vi a lo lejos (en esos lejos que nos pasan a veces tan cerca) un jardín incalculable de flores que yo no conocía. Entonces supe que siempre había sido ave y recordé ese jardín que venía buscándome inmascarablemente por entre brotes y altares y tránsito de despedidas.
He venido a decirte que me voy, que me he ido que tal vez nunca he estado aquí. Nada de eso es verdad. No existimos hasta que no encontramos el espejo. El que fui te quería. El que soy no te ha querido nunca. Por lo tanto debo haber venido a decirte que estoy muerto que Rolfi ha muerto que se transformó en pájaro carpintero y se metió dentro de un tronco y nadie puede ahora adivinar cuál de todas las flores del árbol soy. Para qué contarte que hay una abeja que salió del corazón del oro que sabe mi flor y viene a veces a encerrarse conmigo?
Cada vez estoy menos triste, me cuesta pero creo que es inapelable, que estoy obligado a vivir rotundamente, que las anclas que pesan más que el barco tienen algo de suicidio. Sé que fundé mi zozobra en la isla de otro navegante. Buscando leña y fruta para abastecernos encontré la mía, había un paisaje que reconoció mis ojos, huellas que llamaron y saludaron a mis pies. Vengo a dejarte la fruta y la leña.
Allá lejos me estoy esperando a comer me estoy esperando a vivir a besar a ser a crecer. Encontré la tierra de mi raíces. Nunca sabía por qué era estas abejas; allí las dejé, había tantos pétalos. Y ese hondo zumbido en mis ojos como el de los caracoles... ahora sé de dónde traía la canción.
Debo pedirte perdón por la tormenta que me arrinconó en tus costas, por haber encallado en tus dientes por haberme quedado a pernoctar en tu isla, por no ser en fin ni un buen piloto navegante ni un buen carpintero para arreglar el casco roto de mi embarcación. Ahora me voy, dejo un poco de devastación en tus selvas estragos de hachas en tus troncos, me llevo en mi estructura un poco de tu madera he calafateado mi buque con la saliva y la sangre de tus plantas y después de agotar tus racimos me voy dejando los pecíolos desnudos.
He venido a que me digas que soy un hijo de puta. Ya lo sé.
PASAN VIENTOS DE CANTOS, DE MANOS CALIENTES Y VENTANAS
Tus pies tienen flores en el camino.
Lámparas en la noche, manos y lámpara a la hora del ciego.
Tus pies tienen raíces en el camino, tienen testimonio y tu historia.
Pasan ríos de guerra y hombres y cementerios, pasan vientos de cantos, de manos calientes y ventanas, pasan púlpitos a oírte y señalarte.
Pasan lámparas de sombras y estrellas vacías.
Pasa.
Y yo apenas en un día sin nombre y sin número, sin la sorpresa de ser, sin el asombro de somos.
En un día sin historia (como los de las cosas que buscan encontrarse desde alguna parte, o esa eternidad desde mañana), paso con mi ventana ante la tuya sin frenar todo lo que nos está humanos, y apenas sabemos que nosotros, que aceptamos, que nos debatimos en el naufragio cotidiano más allá o acá o más a tiempo y mundo de un día que no existe.
Entonces aceptamos otros rostros, la distancia, como siendo más dulce esperar para otra historia.
Porque mis pies tienen espalda y frente y semillas y sangre y testimonio y mi historia.
Pero donde no nos encontramos, donde sabemos que nuestra diariedad no nos hallará jamás como buscando con ojos de lenguaje diferente y carne de una dimensión distinta, tal vez con la única verdad que es el silencio la profunda mano tendida en una mirada sin carne que a veces emerge de sitios donde no estamos o de la nuca, sabemos que nosotros, en una espera que nos hallará más allá de todo.
YO NO QUISIERA PERO QUIERO IRME
Yo sé que estas cartas sólo te las habré escrito. Que tal vez nunca las ataré a la sinceridad, al viento, a una estampilla. Sé también que es muy posible que nunca te deje este cuaderno para que lo abras. No sé cuál es el miedo. Tal vez el de que te pierdas dentro de él como en un templo interminable por misteriosas lámparas y catacumbas de desconocidos lenguajes. Y sin embargo yo soy este cuaderno. Este cuaderno soy yo.
Como amigos que fuimos tantas veces sin palabras, quisiera contarte lo que me asalta y me ilumina, lo que me vive y me prolonga, lo que me explota y lejanía. Pero no puedo. Debo no poder, porque éste es el inventario de una partida. ¿Cómo pedirte que enciendas tu sonrisa, que compartas alegre la ebriedad de mi alegría? Yo me voy aquí, tú permaneces en esas cosas que fueron una vez un poco mías. Como un ratón escondido saltará de algún ropero alguna zapatilla, en algún momento encontrarás mi gastado cepillo de dientes, algún enronquecido poema, un billete de avión o de tranvía. Tú deberás lavar las copas de la fiesta, vaciar los ceniceros y ahuyentar por la ventana el día. Tú no podrás respirar, hasta yo me siento solo en esta despedida, en la casa blanca de mirada marítima, en la casa nuestra sonora y vacía.
Naro, a veces los gusanos se vuelven mariposas, hay ciertas hormigas que vuelan en la primavera, y hay mil cosas hormigas, mil cosas voladoras. Tal vez somos retrasadas golondrinas,
rosas de pasada u hojas migratorias.
Yo no lo sé, me estoy cayendo de este árbol,
me voy por las encías de la tierra
con rumbo de otoño, la fecundidad es mi paso.
Me arrastran lejanas primaveras
con riendas de besos
pero yo no me arrastro,
mi partida es dolorosa pero tiene algo de vuelo.
Nuestras ramas ya no me sostienen,
me ha tocado el otoño,
a ti te toca el invierno.
Yo caigo a pudrirme con la lluvia
y tú te quedas a secarte con el viento.
Es triste, ya lo sé, todo era triste,
antes que inventáramos la espuma,
la palabra, el verso que lo dice.
Es triste, yo no quisiera irme,
pero en mi corazón me estoy volviendo puma
y hay algo muy urgente que me embiste,
me existe, me levanta, me caminos.
Yo no tengo razones, tengo polen,
algo que en los ojos se desviste,
un poco de melancolía, algo de hastío,
un instinto natal por otros donde.
Yo no quisiera pero quiero irme,
ella se llama con un claro nombre,
como el agua que trota por las piedras
y tiene mirada de galope.
Quisiera contarte cada verso,
cada guitarra temblorosa, en celo,
quisiera contarte cómo es ella,
pero no puedo, de verdad no puedo.
Se me cae la voz hecha ceniza
y el alma me huye como un tajo.
Yo la quiero, yo también te quería
con un poco de paz y de trabajo.
Yo también estoy solo en esta carta,
se me acercan las manos de mi hijo,
se me posan, me besan y me matan,
yo estoy solo en esto que te escribo,
yo estoy náufrago en el altamar de mis recuerdos,
yo estoy solo en la casa solitaria.
De noche, algunas veces, entre besos,
entre húmedas palabras como savia
y ahora en esta pieza en el cuaderno
recuento cada poro del silencio,
cada grumo del sonido en nuestra cama,
cada célula de amor y cementerio.
Voy como un lento gusano por los muros
midiendo la totalidad de mi partida.
A veces me detengo en algún cuadro,
en las lentas herramientas de tu vida,
en los rincones hundidos, más oscuros,
en una simple cuchara en tu cocina.
Me detengo en cada cosa y hasta a veces
me faltan alas definitivas,
pero debo partir, me está llamando
un instinto de vivir o de nacerme.
Como un tren me espera aquel pasillo,
me fusila la puerta y los zapatos
saben que no tiene regreso ese camino
y tiemblan en silencio, por debajo.
Tal vez no es ahora la partida,
tal vez a cada cosa ya me he ido
sin saber que me ganaba la ceniza.
Tal vez ni estas páginas que he escrito
forman parte de nuestra despedida.
UN AHORA OBSESIVAMENTE SIEMPRE
¡Tantas veces! Y siempre importa una, aunque hayan sido tantas veces.
La única certeza cada día es un ahora obsesivamente siempre, porque ya perdí la cuenta sobre los calendarios.
Pisándome el tiempo, buscar la paz o huir de la ciudad sin encontrar nada.
El mundo inexorable es siempre un sitio implacable. El mundo siempre es dónde. Hasta allí, en ese último banco del lago donde puedo parecerme a los niños que me pasan por alto, o puedo ser monstruosamente extraño, remoto, diferente.
Hasta allí el acecho inevitable.
PÁJARO DE SAVIA DESARTERIADO
1
Voy tildándome la historia con rostros
como un camino donde clavo cruces
pero qué lado del espejo soy verdad
qué historia he muerto o vivo en los dos
infinitos que separa una tumba.
¿de qué lado del tiempo soy verdad?
Y tu olor en francés, y tus telas francesas
y tu mentira en francés, y tu pobreza sin patria.
En un púlpito de tu sangre me existe un espejo vacío
¿qué palabras vive un silencio como una sombra que no se ha cerrado nunca? Allí respira mi fuego
gato derretido de agua roja. buscándote la veta en el cerrojo savial que te vive. Todas las cosas son clausura de un nunca que se cierra la primera vez. De tu garganta me asume la eternidad de un caracol. Sonar en tus catacumbas como la última palabra hace la sombra eterna del silencio. Hasta que te hinches como un templo de oro
en canto con mi grito de sol.
Voy viviéndote el pie, pájaro de pan y caña
como la hiedra en la raíz hasta el hornero.
2
Y qué decir, cómo emprender este primer silencio que desmantelaré, que colonizaré, que invadiré y poblaré poco a poco como algún día tu sangre, una larga ciudad, sonando al doble rostro de nosotros.
Entonces ya me lavo todas las sombras arrojo el inútil peso de lo adjetivo para clavarte el embrión savial, la verdad sin actitud, sin manera sin vez y sin historia.
Esta verdad que no cambia, este inmutable absoluto en el intiempo de lo eterno. este infinito. Por eso echo al agua la sobrecarga de todos mis símbolos, mis fetiches mis dogmas mis ramas sin después mis rumbos oblicuos mi número lateral mi costado numeral, mi orden mi todo y este que, este lo esta única realidad incomparable sobrelleva mi costumbre de haberme inventado ciego.
3
caigo las palabras como barcos
con los fetiches de mis templos que viajo
pero el punto de partida no nos da
y yo apenas sé que nos
como presintiendo qué decir y digo
sólo es alguien en alguna parte.
pero tal vez. todo tal vez
barcos transparentes a mis manos
y tantos rezos como éste y tantos solos
y en ese caso sólo el mar
que no podernos testigos
porque cada uno sólo nos la locura porque ¿qué otra cosa?
4
Impotencia de ser poeta con palabras
enseñarle a imaginar a un ciego
ciegos todos, mutuamente todos
acomodando signos sin.
5
Yo dije que mi cara no tenía importancia, que es sólo un rótulo para que me reconozcan, también por los ojos.
6
no hay nada mejor que otra cosa,
sólo preferimos o es más útil.
7
como una hiedra,
pongo mi raíz en una vez
y parto con mis brazos hacia el
infinito del nunca.
Algún nunca sé que desde nunca
QUERIDA GRACIELA
Mi querida Graciela, ya han empezado las cláusulas (estoy escribiendo en el colectivo, "explicativo de los borrones").
Desde ahora la consigna es nunca, porque así es el imperativo de tus cosas.
Yo estoy más acá de mi propia tristeza con tu imagen al hombro del recuerdo errante, callada vocación de destierro acatada a la distancia y la luna de los otros. Mi mar late de propio corazón, como los sapos, pero no tiene plenilunio que desbloque rebeldías porque el corazón es un galeote nómada, y es mejor si inventa solo el rito de nadar tanteando tumbas, pero tascando la fatiga y el y el vigor de ser su propio barco.
Un día eras de ritos silvestres. Los ojos de gorriones extendidos hacia el infinito de los túneles.
Y toda tu catedral de oro con el sol del mediodía multiplicado de ecos en tus ámbitos sin misa.
Después el mundo, la mano, la trinchera, la esquina ciega y el paso perseguido de navajas.
El plenilunio regalado, una manera más de hacerte profecías.
Pero el miedo estaba en los zaguanes y la luna era de pan y cal y tu corazón buche de savia en un punto de mediodía batallado, depuso la canción de hornero, el simple barro y el himno de presagio y mediodía que se comen los dulces asesinos (porque los niños nunca son desnudos).
Y allí no más esa tarde, derrotada, depuestas tus trincheras sin guerra y tus muertos sin sangre adherida a fervores sin canciones porque el miedo te impidió los héroes.
Yo soy un rasgo de silencio cobardía vertical sin asesino, pero me digo, me nombro y canto y sé el propio tallo de mis sombras, devoción crecida de las piedras como el submarino tesón que alza las hiedras con la obscena infalibilidad del cáncer.
Tu tú largo árbol azul, pasión de abejas sin la prostitución de las plazas a propósito, el mundo es un lento veneno que logrará tus mecanismos asestándote la ferocidad de balcones y engranajes.
Mueres, mueres, mueres, como las cosas que inauguran una nueva vida y pasan por el día sin alzar los hitos ni inaugurar las cruces.
QUERIDA GRACIELA
Dos cosas no serán en esta carta. Una, escribirte al final lo que vos misma dejaste en aquel papel, una noche que todavía importa aunque diga cualquiera; la otra cosa que no será es hablar de alguna carta que no te ha llegado y tal vez no te llegue.
Todos tenemos un tiempo. Ésta es la primera vez que te hablo del tuyo. Tal vez un día vos me hables del mío. En realidad no importa. Ahora me hago a la espera como un labriego que a la orilla de la tierra echa a andar un tiempo frutal.
Un día te tragué los ojos; ahora te los vivo como la tierra convocada en la semilla.
Por eso te hablo de tu tiempo, de los ojos; porque yo tengo un pedazo de tu tiempo y de tus ojos. En realidad todos tenemos los ojos y el tiempo de todos. Encontrarse es poner un costado en un costado. Por eso aunque tengamos el tiempo y los ojos de todos, no todos han sido por nosotros.
Aquí te alargo una hora para ser en los dos, nosotros que sí hemos pasado por nosotros.
En el escritorio de mi padre tengo un montón de cuadernos y papeles entre los que está tu letra.
Esta carta ya ha terminado.
No puedo cumplir (por ahora) ni con el formulismo de intercambiar lo escrito una noche, ni con el de pedir perdón. Por eso me limito a desearte suerte en los exámenes y tratar de volver a las cosas que no nos sobren.Un gran beso.
Hasta mañana.
Tal vez te mande esta carta.
ESTOY TAN CONTENTO DE ESTA TRISTEZA
Naro aire,
Tal vez en una feria de cosas alegres hay racimos de globos, manadas de colores que capitanean la sonrisa de los niños. Tal vez en alguna parte hay payasos graciosos. Yo no puedo aceptarlo. Cuando veo una langosta de irisadas alas como una esmeralda voladora mi alma se ilumina con las costas de un mañana de promesas. Estoy empezando a comprender a algunos borrachos.
Estoy tan contento de esta tristeza que sería capaz de bailar por fuera del espejo y estar vestido de luto en la imagen dentro de él.
Pero no puedo decírtelo. Debo empezar la verdad por su sombra: por la mentira. A fuerza de tratar de parecer, de buscar actitudes estoy extraviándome en mis bronquios y ya no sé cuál es la salida. Quisiera poder compartir esta alegría con vos, ya te lo he dicho, creo; pero voy y vuelvo en un vaivén interminable como un péndulo sin decidir cuál es el dolor menos doloroso.
Imagino que cuando se desocupa una casa todo el mundo se pone triste por los días que ya no serán allí, en vez de sentirse feliz por los que fueron. Estoy casi seguro de que esto será más o menos lo que nos pasará. Yo te deberé años eternos en vez de pagarnos mutuamente un saldo de los siete que habremos compartido.
NO PUEDO ACOMODAR TU AUSENCIA
He puesto sobre la mesa sus fotografías
no pude acomodar su ausencia
porque hace ya muchos poemas
se disipó con ciertas cosas
Mi ropa está aún en la maleta
He escondido tu retrato en un cajón oscuro
porque no quiero mirarme la memoria
con esta mirada nueva
He dejado el tiempo sobre la mesa
pero se fue a la calle
con la noche a cuestas.
Yo estoy con la tristeza puesta
desnudo sobre la cama
un poco sábana el cuaderno
y esta fría sábana extranjera
A veces me asalta tu nombre
como una actitud de supervivencia
pero me muerdo los labios
y escondo en el cajón la lengua
Todo lo demás lo escondo aquí
quiero que sepas.
Ella mira desde mi alma desierta
yo no la miro
yo no la miro a ella
Le he pedido perdón en una carta
Le dije los caminos y también la tristeza
Le dije que las cosas se me escapan
que huyen a veces al poema
y que algunas otras se refugian
mucho más allá de mi cabeza
Le dije que no te he conocido
Le dije que nadie y me mordí las venas
Le dije que me crecen los zapatos
que a veces me entristecen cosas viejas.
Ella no dijo nada estaba inmóvil
en el aire ausente de la pieza
la carta aún no la he cerrado
para que mi corazón la lea.
La he escrito para mí, para mis culpas
para que me indulte aún la primavera
para que vuelva hasta mi insomnio
en los feroces días de la condena.
Mi sentencia es la vida
no hay nada que quede más afuera
Miro otra vez su retrato es siempre el mismo
ella me mira yo no la miro a ella
La tristeza es a veces infinita
del olvido ya perdí la cuenta
el alma vuela se evapora
y se asienta en cada cosa y queda
Ahora ya termino esta paloma
es la hora de ti, es cuando llegas
y atracas tu perfume inmenso
entrando como el alba por la puerta
el recuerdo es una flor nocturna, se abre
mi alma se evapora y vuela
tu imagen la tripula amiga
tu nombre la ilumina compañera
Toda mi historia duerme dolorida
Toda mi historia canta y se despierta
por la ventana entra tu canto amigo
y el silencio huye por la puerta.
He venido con los besos a la página
con los dedos untados de tu ausencia
tu cara pleniluna mi recuerdo
tu vida me está haciendo poeta.
Tengo que hablarla por teléfono
(Tengo que hablarla por teléfono)
Tengo que contarte algunas otras cosas:
tengo una foto mucho más pequeña
que me mira y me hunde ya lo sabes
que me asesta su pálida inocencia
Voy a buscar tu foto ahora, ya la tengo
es esa donde tú me besas
o te beso yo o nos besamos
y el aire hace el amor con la tristeza
(el aire hace el amor con la tristeza)
Ya las tengo todas casi juntas
pero aún no las puedo poner cerca
Él me anuda a su mirada inmóvil
mi alma consiente a su mirada inmensa
Ella me mira yo no la he mirado
Tú que me besas
Yo que creo que comprendes ahora esta tristeza
Ella me mira yo no la he mirado
Tú que me besas
Comprendes ahora esta tristeza?
Ahora debo decirte francamente
que miro su retrato para hacer que vuelva
como una resaca todo lo pasado
Sabrás entonces, si después de ésta
no recibes otras cartas encendidas
que he dado aquellas cosas por perdidas
en el fondo de las fotos y que ella
me sigue mirando y yo también la miro
y que tus fotos quedarán sobre la mesa
cuando esté partiendo cuando me haya ido
por un olvido que tal vez recuerda.
717.
I
Es la hora de ti, es cuando llegas
y atracas tu perfume inmenso
entrando como el alba por la puerta.
II
Intento medir la poesía con tu nombre
pero no me alcanzan las palabras
para contenerte.
III
De tanto llorar alimenticias muertes
hay cal en mis ojos para esta catedral de llanto.
IV
Hay rincones que arrecian sobre mi corazón
tú arreciabas mi corazón.
V
He llegado hasta la soledad
al puente del tiempo
al lugar donde creciendo
se quiebran las palabras y me canción
Me. Canto.
VI
as never
as possible
VII
Vivir somos esto.
desollados como la harina
VIII
Quiero morder tus ojos
caberte en un firmamento de párpados
y no mostrarte nunca la salida.
IX
HUELLAPor aquí pasé y dejé esta huella como testimonio
de mi búsqueda. ¿Dónde estabas
durante toda la lejanía?
X
Estas horas me acantilan detrás de mis ojos.
Soy un rey de traje chamuscado, sentado en su desvencijado
trono, en el medio de una ciudad derrumbada y
arrasada.
XI
honda flor de
ausencia
hondamente flor
de soledad, las
sirenas de la noche
llaman pero
el silencio no
tiene partida
XII
Esculpo inmensidades de
sed en mi boca, anticipando
el polen de la tuya.
XIII
Como un hechizo, surge entre vahos de silencio y delirio
el milagro peninsular de tu cabeza, como un faro
para las naves de la espera
XIV
CON TU VOZ AL ROJO VIVOharapiento de lámparas
tu voz salta como un arco
como un gato cereal en el teléfono.
XV
ven, bébete mis manos en celo.
bébete de un sorbo mi deseo
como un monstruo acechante y oculto.
XVI
Aquí mi boca te buscaba en el aire
y recogía una promesa
XVII
Besos, besos
como pasos de eterno
caminante por tu
cuerpo.
XVIII
en el fondo
reseco de los
lagos viven mis
caricias como
alas arqueológicas.
XIX
Como sigue tu cara después de las fotografías
como se desinmovilizaba que decías
XX
Siempre
empieza
constantemente
como un río
este amor
que no termina
nunca
XXI
me regalaste una tormenta de claveles.
XXII
amarte
con mañanaa tu estatura
XXIII
exiliado a un sueño, como un sobreviviente
exiliado al vino
XXIV
Como un pabilo ardiendo constante (como una vela)
tu imagen arde.
XXV
tu boca es la desembocadura del
alba
manantial del universo
cerrojo de palomas emigradas
y además la canoa de mis besos
(y la quilla de tu lengua)
XXVI
efigie
Tu pelo de gaseoso trigo
terrestre anatomía
XXVII
con dedos melodiosos
deletreabas la menta
XXVIIII
para cantarte
mi amor
a quemarropa
XXIX
If I could lock your memory
with my dreams
If I could
XXX
No me dejes en esta tiniebla de tu vida
con mi soledad. Dile que se vaya, que me deje
solo.
XXXI
Hoy te extraño como nunca
¿cuános siempres caben en el nunca?
XXXII
Dios es tantas cosas que no puede decir yo.
cuando dice yo dice nosotros
XXXIIII
BIER KELLERcuando fui a este sitio
tenía tu carta en mi mano
y mi corazón se remontaba
como la primera paloma del día
XXXIV
Mañana estaré más cerca tuyo
tendré mi pasaje en la mano.
XXXV
atracando canciones
en tu oído
me volví ancla de besos
horizonte de sonido
XXXVI
Cuando a veces
me miras como el pan
me dueles ese
hambre de tiempo demorado
que nos esperamos mañana.
XXXVII
amortajado de sombras voy esta sonoridad de silencio por el borde
más ingenital de la noche. Tu imagen me arroja una lámpara
tu boca una antorcha de sonido para incendiar al silencio.
XXXVIII
ésta es una
isla de besos
que te buscaban.
XXXIX
Recién ahora que somos
sé que nunca he querido ser
otra persona.
XL
Pasando por aquí, tuve ganas de absorberte
los ojos
XLI
Como en una selva de
trébol, viven insectarios besos
entre las papilas de mi
lengua
XLII
Hay jirones de perfume todavía
XLIII
Ahora siento que mi cuerpo
es un compacto nudo un pan un ladrillo de tajos.
XLIV
Las vidas ruedan como el agua hacia los valles.
XLV
Ya no tengo dudas de que la vida
es una fábrica de sueños. ¿Por qué diablos
entonces, no me dejan dormir?
XLVI
tu cuerpo de
misteriosas catacumbas
XLVII
Quiero un idioma que no tenga silencios
para callar a fuerza de mirarte
XLVIII
archipiélago
de besosfusil de besos
XLIX
De tanto bajar por petrificadas venas
buzo mineral
de tanto recorrer el pasadizo
que conduce a mi memoria
tengo este olor a catacumba
esta mirada de bodega
donde maceran venenos.
L
Cuando no estamos juntos
me sobro.
LI
Quisiera ir a vivir en una flauta
para que cuando tú fueras a soplar
entrar sigilosamente en tu boca y
trasladarme dentro tuyo para
siempre como un parásito enamorado.
LII
Ven a vivirme, la soledad me amortaja
con manos deshabitadas.
LIII
El viento de la noche hurga
con frenéticos dedos multiplicados
el jadeante follaje
la luna es un sonido quieto
congelado
LIV
parásito de luz
con manos desterradas.
LV
Secundo mi propia profecía de ser
quiero secundar mi
propia primavera
LVI
Sacar de mí todos los cobardes
No quiero construirme un seudónimo de palomas.
LVII
Si puedo permanecer impasible
LVIII
cuando te digo que te quiero
el alma se me acumula en
la garganta
LIX
camuflado
mi corazón chisporrotea
trueno, esculpido, virola
y entrabas arrollando como la primavera
LX
Tú me abundaste las manos de vertiente
LXI
EL NOMBRE NUEVO DEL AMORMis pies son el pedestal del delito.
cambiar los zapatos de mi historia
subordinado dedo
SE ME HA|ROTO|EL|ANILLO!!!
LXII
EL MONUMENTO DEL SONIDONo sé con
qué palabra ofrecértelo
para que no
se me derrumbe
LXIII
mis sombras se agremian en sectas de silencio
silencio adentro
como cotidianas razas de palomas quemadas
LXIV
Ya estoy cansado de no ser Dios
estoy harto de no haberme muerto nunca
Sáquenme de aquí
ábranme los ojos
déjenme volver a mi memoria.
LXV
llevo la luz de tu piel en mis manos que saben a sombra
LXVI
Sólo alguna vez el sueño no pierde el rostro.
Sólo alguna vez el silencio sabe qué palabras.
LXVII
Tu orgasmo como un escalofrío del mundo.
LXVIII
Tantos tiempos hay en un mismo tiempo,
tiempo de tantas cosas.
LIBRO II
LA CAMA DE LAS FRUSTRACIONES
Un par de putas licenciadas en algo
I
Lavarnos un poco la pija
peinarnos
ponernos ropa limpia
el alter shave
por aquí hay mucha soledad
arreglar vaginas y fingir virgos
mearle la puerta al italiano de mierda.
II
Dos tetas para toda la vida.
III
Mi madre llegó antes que las mujeres decentes.
Se metió a puta porque era lo que le gustaba hacer.
IV
El italiano de mierda tiraba sangre por la boca y dormía con una muñeca inflable
las muñecas inflables no tienen pulgas ni se emborrachan
el que sí estaba lleno de piojos pulgas ladillas y sarna era el italiano de mierda
siempre estaba caliente y se pajeaba en todas partes
se pajeaba en el hospital en los velorios en la iglesia
ese italiano de mierda
ese inmigrante de mierda.
V
Todo empezó con una partida de dados
si antes de la tercera salen los cinco seises te mato
te juro que te mato
los cinco seises salieron a la primera
y al sirviente Perpetuo lo mataron a machetazos
sobraron machetazos
las mujeres y los maricones dan siempre machetazos de más
no es una regla fija pero sí bastante aproximada.
VI
Allegretto pizzicato para corno.
traducción: soy cornudo porque
mi mujer se alegra cuando le
pellizcan el orto.
VII
Lo llamaban Tres Piernas porque tenía una pija descomunal
una pija valiente y siempre dispuesta a la pelea
mi esposa Clarita me robó los papeles del auto y se fue a vivir con el negro Tres Piernas
nada más que porque tenía una pija enorme descomunal y orgullosa
una pija tremenda
ella se sentía muy enamorada de la pija de su negro
la gente se ríe pero la situación es dolorosa
en estos casos el único que no se ríe es el hombre al que se le escapa la mujer porque tiene la pija débil
un caduco pellejo
en lugar de noble y recia
se desabrochó la blusa y le enseñó las tetas
besame aquí en las tetas
besame las tetas
yo sé que llevás muchos años queriéndome besar las tetas
te juro que no las vio nadie desde la muerte de mi marido
tenés que ser menos vanidoso y soberbio
menos asqueroso
criticás y murmurás porque sos un irresponsable
de muchas cosas no se puede culpar a nadie
de nada se puede culpar a nadie y tampoco al destino
me humilla que mi esposa me haya abandonado por tener la pija chiquita
una pija chiquita y arrugada
las únicas arrugas hermosas
las de las bolas
las mujeres están bien con un hombre encima
con un hombre clavado
las mujeres con marcas en las ingles
de abrirse y abrirse
tienen el corazón templado y la conciencia serena.
VIII
Un día empezó a salirme pus de los bordes de la flor del culo
mi madre me dijo tenés mala la flor puede que sea un grano
tu padre tenía siempre granos en el culo
cuando le reventaban dejaba todo podrido de sangre y pus
entonces yo le contesté también puede que sea un castigo de Dios
un cáncer que Dios me manda como castigo por haber estado acostándome con mi madre sabiéndolo
Gerardo Espinosa fue poco a poco dejando de acostarse con mi madre
me da asco vergüenza bueno me da como aprensión
pues a mí no a mí me da gusto mi madre me da mucho gusto
es una cerda que sabe dar gusto a los hombres
a mí ahora lo que me asusta es este cáncer que me ha salido en el culo
mi madre me dice que la flor está llena de pus
si la flor se me acaba borrando a lo mejor me muero
me gustaría saber qué les pasó a mis hermanos
mi madre volvía siempre a lo mismo
tu padre me mandaba hacer las porquerías con el caimán
nos revolcábamos sobre el suelo en el que siempre se amasó la tierra con mucha sangre de bestia o de hombre
eso no importa
lo importante es lo de menos
y el animalito me agarraba una pierna con la boca
enorme pero muy suave
el campo sabe muchas historias verdaderas
digamos el corral
lo que nos salva es que no habla
después me recorría todo el cuerpo
me mordía la nuca sin apretar
si aprieta me mata con esos dientes
me lamía las partes
las dos partes
me daba vuelta y me mandaba el pedazo por donde entrara
lo mismo le daba un agujero que el otro
yo lo guiaba con la mano para que no me hiciera un agujero más
las gallinas huían asustadas
el caballo rebufaba nervioso y la cabra se quedaba mirando como si tal
como si no quisiera que la vieran mirando
tu padre se reía mucho
después encerraba al caimán en una caja en la que lo tenía medio asfixiado
me tumbaba en la cama
me decía puta hija de puta
el enamorado insulta siempre porque cree que su amante es distinta y mejor
tu padre estaba muy enamorado de mí
puta hija de puta
me daba lo menos cien latigazos con el cinto
después me preguntaba que quién me había hecho las marcas y me pegaba más
si no me hubiera querido tanto no me hubiera pegado tanto
y me agarraba a lo bestia y me rompía toda
así no más
parecía un bisonte
con nadie gocé tanto como con tu padre
no se puede gozar más
debajo de él yo no podía ni moverme
quedaba toda rendida
tampoco podía respirar
a tu padre se le calentaba el cuerpo y la pija se le ponía como una brasa
afilada y ardiendo
necesito chupar esa pija bien gorda
cuando entraba me daban latidos en la cabeza
casi perdía el sentido
tu padre fue uno de los últimos hombres como Dios manda
uno de los últimos machos verdaderos que pisaron esta Tierra.
IX
Las mujeres no se dejan coger por desconocidos
mentiras como ésa pueden derribar a un hombre
no hace falta jurarlo
pero de todas formas lo normal es que no se dejen preñar por desconocidos
como Valeria no quería ser la excepción no quería dar la nota
cuando terminaba de coger con el gallego Carlitos se metía una aspirina en la concha y se la lavaba bien
enchufándose un sifón y apretando con fuerza
Valeria tiene una cicatriz en el nacimiento de las tetas
fue un mordisco que le dio su marido un casinero Augusto
le arrancó un cacho de teta y la herida le tardó en cerrar cerca de dos meses
¿qué es esa marca?
y a vos qué mierda te importa.
X
Gerardo Espinosa tenía mucha fuerza
era capaz de doblar la reja del balcón con una sola mano
pero en la cama servía para poco
variaba poco
eso me lo confesó mi madre
en la cama era muy delicado pero no a lo vicioso ni ruin
y se conformaba con lo que le hicieran
jamás pedía nada e incluso era obediente y sumiso
¿querés que te la mame?
bueno
¿querés que te meta la lengua en el culo?
bueno
¿querés que te monte?
bueno
comeme la concha
bueno
meame en la boca con la pija adentro de la boca
bueno
pegame con el cinturón
bueno
decime que me querés más que a nadie
bueno te quiero más que a nadie.
XI
Mi madre era puta fría
o sea puta mansa y no puta caliente
o sea puta brava
las putas frías no son viciosas pero tampoco distinguen
son putas distraídas
y no suelen cobrar mucho
las putas bravas son viciosas y distinguen
ésas sí que distinguen
son putas que ponen mucha aplicación
mucha atención
también son más caras
mi madre ganaba para comer sin salir de pobre pero no se quejaba
cada cual se gana la vida como puede hasta donde lo dejan
y bien mirado este de puta no es de los peores oficios
no hacen mal a nadie y se mueren sin demasiado trastorno para nadie
tampoco se puede hablar de putas frías
son más bien templadas
tibias
es más verdadero hablar de putas templadas
tibias
que de putas frías
va más de acuerdo con su mansedumbre.
XII
A Gerardo Espinosa cuando estaba en Misiones lo picó un bicho en los huevos y se los dejó medio secos
los dos huevos juntos parecían una pasa parecían un higo medio seco
desde entonces le fue perdiendo afición a las mujeres y también a los hombres y a los animales
eso nunca viene de golpe sino de a poco
y sólo buscaba compañía cuando necesitaba que lo escupieran
eso tampoco es raro
Gerardo Espinosa me decía yo no le quiero pegar a ese negro de mierda a ese mestizo de mierda
es él quien me lo pide
se pone bizco y en su mirada se lee un cartelito suplicante
Gerardo Espinosa me decía si tu padre no lo hubiera matado lo hubiera matado yo
a ese negro de mierda tenía que matarlo alguien
podés estar seguro
a estos negros de mierda a estos mestizos de mierda terminan siempre matándolos a palos
alguien se calienta se pone nervioso se le para un poco la pija y los mata a palos
en el momento de matar a palos a un negro de mierda
en el momento de matar a palos a un mestizo de mierda
el asesino tiene la pija dura
no falla
es algo que se repite
y acaba
vamos que si acaba
eyacula como una bestia
se le viene la leche justo cuando la víctima escupe el último aliento
da mucho placer acertar.
XIII
Cuando la gente se conoce no se desperdicia nada y se dan gusto unos a otros
se hacen gozar los unos a los otros
se dan mutuamente mucho placer
entonces la gente se hace feliz
cada vez que la caficia de Susana la tía le pega a Cecilia la tía se lo cuenta a Esteban y Esteban se pajea disimuladamente metiéndose la mano en el bolsillo del pantalón
se le nota porque saca un poco la lengua
a Bufano siempre le gustó pervertir a las chiquitas
volverlas putas hacerlas putas putearlas emputecerlas
cuando pase algún tiempo ya se volverán putas solas y sin ayuda de nadie
es como un instinto
es infalible
cuando pase algún tiempo ya se volverán putas solas y sin ayuda de nadie
a mi mamá le pagó la fiestita de la Primera Comunión y la hizo tomar y cuando mi mamá ya estaba medio borrachita la metió en la cama
abrí las llantas separá las piernas
mi mamá tenía diez años y era muy obediente
vos respirá hondo abrí un poco las llantas separá las piernas
a mi mamá le gustaba obedecer y sentir las fuertes manos de Bufano separándole un poco las piernitas.
XIV
Mira Patria mi erección.
XV
Es todo confuso pero quizá sea cierto
calumnia que algo queda
ayuda al que necesita que algo queda
descúbrete ante el pordiosero que algo queda
alaba que algo queda
roba al poderoso que algo queda
recuerda los momentos amargos y felices que algo queda
olvida que algo queda.
XVI
Yo no sabía quién era yo, de dónde venía, quiénes habían sido mis padres.
Un día mi madre me confesó que me había reconocido la primera noche que nos acostamos juntos
no me dijo nada para no avergonzarme
ella tenía que vivir y yo tenía que comprender
tenía once años más que yo y se ganaba bien la vida
nunca le faltaron clientes porque no se negaba a nada
no me dijo nada por si me daba vergüenza de volver a acostarme con ella
tenía miedo de perder un cliente
comprendé que tengo que vivir
ahora ya veo que no te da vergüenza
me dijo que en el amor lo peor es el calor
hace hervir el cerebro y el corazón
por eso se dan tantas deslealtades y crímenes
para ser puta hay que tener instinto y dignidad
si no tenés instinto te morís de hambre
y si no tenés dignidad igual te matan a puñaladas
mi madre llegó antes que las mujeres decentes
se metió a puta porque era lo que le gustaba hacer
después de coger cuando me iba mi madre me pedía que la besara en la frente
por respeto.
XVII
(Lo que está entre paréntesis no tiene nada que ver.)
XVIII
Mutis por el forro.
PLACER
A Ernesto Hollmann
Amémonos pequeños míos, disfrutando de nuestras bocas que derraman arropía
lamiendo, en sedienta agonía, los brillosos filamentos
y nos interesen un as las murmuraciones de los hipócritas de turno
que pretenden reprimir nuestros deseos con el fantasma de una dudosa muerte.Apasionémonos amados míos y conjuguemos todos, estos jugos seminales
en uno y único maravilloso líquido que abarque los enardecidos cuerpos.Cojamos pequeños míos, besando nuestros culos y colmando esa concha de otros cien besos,
que se abre, roja camelia de fosforescentes estrías, a la sequedad de las gargantas
y nos importe un carajo la imbecilidad que nos rodea.Garchemos amados míos y que nuestras tiesas y bamboleantes pijas sean los mástiles de briosas naves
prontas a hender en un ponto de convulsa batalla
mientras escupimos sobre los idiotas que procuran acallar los jadeos.Dejemos pequeños míos que los torsos se doblen de placer y los gemidos se conviertan
en gritos de anhelantes orgasmos
acallando las proclamas que incitan a futuras generaciones a consumir el deseo en la fidelidad.Vivamos amados míos el frenesí del goce y del dolor
puncemos el espíritu y libremos aquel que está adentro
reventando al boludo mofletudo del arco y la flecha.Revolquémonos pequeños míos en un mar de secreciones, mierda y semen
riéndonos de las maldiciones que están dispuestas contra nosotros.Condenémonos a una lujuriosa noche, si es necesario, amados míos
levantando como bandera cuerpos sangrantes
culos, tetas, pijas, brazos, piernas, troncos
y enarbolemos para siempre el reino del PLACER
ese que nos fue negado con engaños, mentiras y perfidias.Acostemos el cuerpo, amados, sobre la hierba húmeda y que los poros respiren
el privilegio de sentir
lúbrica potencia en celo
para que cabalguen muslos de hembras y machos.Olvidemos compañeros la inútil conciencia
las repulsivas representaciones del amor
e impulsemos las vértebras a explorar calientes y excitantes lúmenes.Busquemos amados míos, cálidos sitios donde armonizar la avidez que provoca la orgía
mientras observamos la rítmica danza de los cuerpos en constante movimiento.Traguemos pequeños míos, toda la dorada lluvia de orín y excrementos que los vientres puedan contener
sintiendo el embriagante aroma que nos electriza
logrando el más sublime de los éxtasis.Perdámonos amados míos, entre las tersas pieles de las doncellas prontas a ser reventadas
cuando sus frágiles hímenes cedan a la presión de las poderosas vergas
bebiendo sus virginales pérdidas exaltemos el más recóndito de los apetitos.
LA NOVIA DE CRISTO
A Rafael Chávez
Mujer, deja a tu marido y sígueme.
CRISTO
Los firmes pechos de María resplandecían espléndidos
al dar de mamar al hijo de Dios.
El bastardo mordisqueaba con delicadeza
los pezones de su madre,
al tiempo que frotaba con su pequeña manita
el clítoris puro de su inmaculada concha,
arrancando gemidos de placer
de las entrañas de su virginal progenitora.
María chorreaba de lujuria y orgullo,
encandilada por las divinas palabras
que le susurraba al oído:
"Bendita eres entre todas las mujeres,
perra espléndida,
y bendito es el fruto de tu vientre
y de tu húmedo y rojo sexo".
José, el carpintero, decidió serrar
su flácido miembro de cornudo;
humillado, desaparecerá en las calles
de Amsterdam, látigo, corsé y botas de cuero rojo.
¡Oh, Jesús! El placer de consumar
el glorioso incesto, renegar del padre
y abrazar al hijo de puta, besando
su sucio y maloliente trasero rojo.
Bajo la dorada cúpula se celebrará,
entre humo blanco y putrefacción de siglos,
la sagrada orgía, espectáculo del Apocalipsis,
donde el Gran Cabrón te montará
y tú orinarás, culminación de tu reinado,
sobre el álbum de fotos de tu sagrada Familia.
Por los siglos de los siglos, así sea.
LIBRO III
Poema 718
ya nada llegará
el viento ha muerto
y las manos como hélices
de molinos acalambrados
están tendidas
árboles mutilados
con rictus dolorosos y de asombro
en las ramas detenidasel mar ha bajado
aquí sobre mi arena
de playa con recuerdos que parecen fantasía
los barcos secos
que nunca echaron anclas de renuncia y paz
pero que no auscultarán ya el
pulso de las olas
los barcos muertos
las manos
de tanto olvido
que casi ignoran los senderos
de la piel
las manos untadas de silencio y delirio
que ya no podrán acariciar
que tienen para la caricia
la carraspera hostil
del pan viejo y la madera
y que sin embargo
revolotearán otras frentes
austeras como las vasijas
y aprendidas como la ternura
que mienten
los que ya no pero que deben amar todavía
JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
Libro 127 (2)
2011
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quién Soy
Premios Jämför y Hämtar
de la Orden de Onsladen de la Administración Pública de Suecia, 1996/97, Poesía.
Primer Premio Nacional de la Sociedad Argentina de Escritores,
Seccional Atlántica, 1997, Poesía.
Premio de la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Buenos Aires,
1990, Narrativa
Primer Premio de Honor Leonístico Hispanoamericano
del Club de Leones de Buenos Aires, 1996, Poesía Más...