JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
Sitio oficial del escritor argentino
JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
Obra completa, VII
(POEMAS 250- 465)
250.
Lejos esgrime
el silencio
un suicidio
de grito
y se lo clava
porque le
está ordenado
morir por
la palabra
Dios.Pasa señor
para que la
casa de mi
alma tenga
un himnoenciende
las velas a tu
nombre
yo segregaré las palabras y la leña como un
brebage para tus títulos.
251.
Estabas como un guante, para mi frío de hombres y de guerras y tu tierra bebió mi fusil mientras ataba mi fuego a tu frío hueco por adentro. Enterré mis odios donde tu comarca hacía soledad. Éramos. ¿Qué más se le puede pedir a la muerte. El miedo fue después y la tristeza fuimos cuando el ojo hizo ventanas a los lados y acamparon en el dolor del olvido los soldados.
La culpa que fuimos cada día. Ya no tenemos los días pero el rencor nos lava la sangre del perdón.
252.
amaina
El tiempo no tiene lluvia*
Irene; me gusta tu nombre de vidrio de madera.
*
Pan de fruta
Tu boca de gaviota*
mi existencia sin testigos
¿qué necesito para ser existido
sino yo mismo y ni
siquiera saberme?*
¿cómo perderte si no has sido todavía?
*
encontrar es ser en una cosa
en una cosa que es nueva porque recién
la existo o me.
253.
Quiero ser pastor de tu silencio
remontarte la tristeza del insomnio
acercarte un rostro para el sueño
y destaparte la espera sin cerrojo
Tanto se acorta el tal vez de los costados
alargando el rastro por la gente
que aquí he buscado sin haber buscado
como hallándome la espera donde eresAquí tu siempre existe en un instante
como abarcándonos las historias
que se cruzan
por eso quiero gritarme levantarme
como un árbol en tu tierra ya sin nunca.
Por eso quiero ser pastor de tu silencio
y clavarte mis raíces sin oficio
para sernos mutuamente un templo
y buscarnos las horas en los ritosPara serte la espera sin espera
como yo que te esperaba sin saberlo
quiero andarte el silencio ojos afuera
y encontrarte mi voz ojos adentro.
254.
ASUELAEn sí una cosa que está mal es otra distinta que no puede ser comparada con la primera sin tener en cuenta sus respectos una cosa que esté mal es otra porque varía la relación de sus componentes
Si una cosa es indivisible no puede ser diferente por lo tanto no puede estar mal que es la razón de que no sea posible la variación relacional de sus elementos que son uno.
toda cosa que sin agregársele elementos pueda ser diferente, es compuesta por lo tanto es divisible.
una flor es un tornillo que está mal pero es una flor
si las variaciones que las cosas sufren no le infligen un cambio de esencia y funcionalidad siguen siendo en sí mismas y no se puede decir que estén mal
una cosa que está mal no sigue siendo en sí misma por eso es otra.
Dos cosas esencial y funcionalmente idénticas, son una misma.
las cosas simples son reversibles en tiempo y lugar y esto no las modifica
las cosas compuestas son irreversibles en tiempo y espacio.
255.
amigo,
¿cómo decirte el silencio esta noche?
el silencio de pan, el silencio de trigo
Pan de luna
¿dónde crece el pan como una flor
entera?
como un cisne ciego sin laguna.
Conmigo
el silencio es un sonido caliente
donde somos dos a dos testigos
cómo decirlo
si el trigo no pasa por mis manos
y yo no puedo abrirlo?
Para que tú lo escuches
corazón y pan, silencio, amigo
te dejo mi luna de trigo sin estuches
como una gruta desnudada
extraída de la tierra
que es más una actitud de nada
que tú mismo encierras.
256.
Tejiendo la tierra con los dedos
tallando el silencio a campana de
garganta
hallé la voz amiga que te canta
como una flor de hierro que ahora puedo
encontrado en un espejo ya me accedo
257.
Como un río sin peces
la voz se raspó contra las piedras
anduvo los números y los hombres
de aceite
hasta que el agua rota y muerta
se halló el corazón en algún nido
entonces cantó el canto vacío
como un templo entero y bueno
y el río azul pleno de oficio
sobre los peces se hizo verdadero
todo canto sin verdad es grito
y todo grito una manera de silencio.
258.
De las razas que te suben por la espalda
y la historia que te asume por los días
yo soy en un punto tu verdad
humana
y tú la mía
Que siempre iba a ser eso que ha sido
es la única verdad inimposible
aquí somos mutuamente recogidos
259.
Dicen que el hombre es la medida de todas las cosas. Creo que porque medir es comparar y el hombre sólo puede comparar las cosas consigo mismo. No obstante, pienso que la verdad es la medida absoluta de todas las cosas que en rigor sólo pueden ser comparadas con ellas mismas. Esto me lleva a concluir que si todo es en desde y hacia sí mismo, su propia verdad, nada es aprehendible en su verdad. Por eso creo que no es descabellado sentirse solo, y darse por vencido sin siquiera intentar decirlo, ya que el lenguaje, como medida de las ideas, no es las ideas mismas así como la sombra no es el cuerpo que la proyecta. Y en realidad es más perfecta la relación de la sombra y el cuerpo, que la del lenguaje y la idea.
¿Qué le queda al ser, para buscar un testimonio en la existencia exterior?
¿la sola desesperación de saberse incomprensible, incomparable inmensurable?
¿Quién puede ser, a ciencia cierta en la justa medida de sus manifestaciones?
Y en el caso de lograrlo, ¿quién sin caer en el error recoge y sabe las manifestaciones ajenas en el exacto grado de su verdad?
Y en caso de así serlo. Quién neutraliza la duda de haberse equivocado, si al fin de cuentas no puede comparar con nada concreto y definitivamente dado, la idea que lo manifestativo le suscita.
260.
Yo he asistido a ti
tu tiempo es largo,
como todos los tiempos.
Y todo ha sido el instante,
como todos los instantes.
Ahora no importa que me
midas con la tierra regular de la
garganta.
Un día mi voz se parecerá a tus
manos, y mi silencio se parecerá
a tus manos.
Porque seremos cada uno en
cualquier cosa como una sola
manera de ser nosotros en todas
las cosas.
Puedo decirte que todo lo recuerdo
pero en verdad nada recuerdo
o no quiero,
porque recordar es haber
perdido el tiempo
haber quedado atrás.
Hoy somos ciertos.
ahora decimos siempre
ahora que empezamos a aprendernos.
y nos rompemos dos nada mutua-
mente
como midiéndonos la ausencia
sin partida
y el silencio que ahora tiene un
vientre.
Los cisnes giraban en tus ojos
de trigo y barco
Ya lo ves te pareces a mis sueños
y aunque en realidad no tienes
nada de
eso,
nadie más se parece como tú a mis
sueños.
Las palabras serán siempre las
mismas. Pero son como vasos
y puedo cambiarles el agua
para aprender contigo
a bebernos el alma
que no siempre ha sido
aunque hayan sido las palabras.
Ah! paloma de cruz y lanza
nave de azul mano de pájaro
ojo de pájaro de trigo
corazón de casa
cómo no amarte
aunque no te quiera
si todo puedo decirlo
aunque no seas.
261.
Para lavarte la tristeza con mis
lágrimas
para que hagamos en uno dos silencios
para beberte la sonrisa de gaviota
y poner un rostro a los costados
Para hacernos más corta la esperanza
y madurarnos las manos
que no tienen travesías
para atarnos el tiempo como un río
y despeñarnos hacia el tiempo, ciegos,
para saber mejor el rumbo de la
ausencia
para tener una voz con que nombrar
silencios
y buscarnos el labriego para
sernos
262.
Todos tienen una soledad que darnos
La gente nos puebla los costados
Pero siempre estamos solos de alguien
Mi soledad se acorta donde pase
A alargarme el rastro o la tristeza
a poblarme la historia que me queda
por mañana, de la frente en adelante.
263.
En verdad amiga, amiga mía
yo no soy tu testigo
tantas veces te he olvidado
tantas veces no he sido contigo
que no pude guardarme
como los amigos
a veces pienso que mi libertad
es más extensa que el
camino por donde te has ido
entonces creo que puedo recorrer
tu lejanía penetrar los candados
que te obligan y beberme en la
nuca de tus ojos.
y en verdad amiga tú no me has
guardado, por eso la lejanía no
tiene distancia, por eso mi libertad
no pasa por tus sitios
porque el mundo se acaba antes de
llegar al alma
264.
construir - destituye - condensa
concentra - congrega - acomete
inminente - inexorable. rigor
- líder - ídolos.*
te motivo
te cometo.
más también es menos*
espantado
el mar en estampida
265.
Hoy no te quiero, por eso no empiezo con querida Vivi. En realidad hoy es ahora, y ahora es el resultado del sueño y del embole que tengo.
Igual, por cortesía de bien educado, no voy a tener más remedio que decirte querida viviana, para evitar mandarte a la mierda. No es que una cosa excluya la otra o que sea privativo, así, de esa manera, pero es ilustrativo, hasta el punto de hacerte sentir todos los lugares que soy capaz de regalarte. Desde la absurda mierda, hasta el más absurdo cielo.
Estoy esperando un remolque del automóvil club. No es ésa, ni ninguna otra la causa de que me importe tres carajos que no me hayas escrito. No. Los tres carajos me importan gratis, porque en realidad siempre es así. o querida o carajo. Hoy toca carajo, mi querida, así que no hay más Remedio que carajo.
El remolque no viene, carajo, por eso te sigo escribiendo. Tal vez porque después el tiempo no esté de mi lado o me lleguen carnívoras visitas.
Tengo algunas cosas más prudentes, urgentes y oportunas que hacer, ésa es la razón de que te salves de ser cagada a trompadas o a besos, da lo mismo, por el amigo piadoso.
Yo me cago en tu veraneo y de verdad quisiera que lo pasaras bien.
Un día de éstos te voy a armar tal alboroto en la puerta de entrada, que además de enterarte que he llegado te enterarás que me he ido, echado o sugerido a la mierda por vos misma. No es necesario, aunque no sea evidente, que me explaye en "groserías" como lo hago, pero a título de qué podría mermarle a una carta a la amiga, toda la sinceridad que me fluye a borbotones carajo.
Tampoco quiero hacerte inmune a los piropos suburbanos de que te estoy rociando.
Es sólo una manera de variar en consonancia conmigo mismo.
La verdad no es otra que, en caso de poder, bien a gusto cambiaría la exuberancia de esta carta por un silencio prolífico en besos o lo que sea, pero tu representativo existencial ya sea silencio o papel y birome para cartas, no me permiten ir más allá de lo puramente escrito.
(Remolque de mierda), ya me estoy cansando.
Un día de Éstos, mi prima está en casa, voy a devolverla a la suya, ocasión que aprovecharé para asomarme a tu cubil.
En mi tigrismo, un poco no sería absurdo ni ilógico cagarte a mordiscones o violarte o regalarte flores, por eso me gusta ser un impredecible y poblarte la esencia de la sorpresa y el tal vez que nunca.
Ésa es la verdad.
Además estoy podrido de Isabel que es una puta de mierda y de Alicia que es mejor por el novio que por ella (aunque es buena) y de cualquiera. Tengo ganas de chapar con vos, o de comer un helado con algún tío abuelo de bigotes o no.
En realidad sos una buena hembra cosa que no me impide pensar que sos "mi" amiga. El "mi", quiere decir aparte de "mi amiga", MÍA. Eso no es exclusivo de mi propiedad no es un derecho tampoco, es un sencillo, dulce y violento ultraje. Y me gustas por gorda cuando no bajás tus habituales kilos o por estúpida cuando se me da la gana decírtelo. Y la verdad es que más te parecés a vos que a lo que yo quiero digo y pienso y también la verdad es que me importa un comino.
Tal vez Me voy a las ruinas de Machu Pichu (Perú). Para el viaje sería necesario obtener 3.000 $ y una carta para dos.
El número de viajeros lo completa una pareja de amigo y amiga con sus respectivos 3.000 y carpa.
No te invito porque tu madre puede llegar a oponerse, y además no tengo confianza como para decir cosas como esa que te pueden asustar.
Es decir, no puedo ofrecerte la mitad de mi bolsa de dormir y el mismo sitio para el olor a pata.
Por eso, sólo voy a cagarte a besos o chapar o tomar ese helado con mi tío abuelo, que si sigo demorando se va a derretir.En verdad, y ya alguna vez te lo debo haber dicho, nunca se me ocurrió irrumpir en tus cosas de manera manual. Tampoco he resuelto, por no pensarlo mucho, (o nada) cómo sería un fox o un rock - lento tête a tête y mano a mano. Lo mismo que con mi hermana. ¿O no? ¡qué sé yo! No tiene importancia. O sí ya lo veré.
La guacha de Isabel, que está de novia me llama por teléfono (me llamaba) y eso me embola. El tipo no le debe dar mucha bola pese a lo que ella dice.
Ahora que pienso un poco te parecés a esa Teresita, de "campana" que en el caso de la música lenta podría resolver la incógnita que no tanto, pero me preocupa un poco.
¿Por qué mierda no se me ha ocurrido invitarte nunca a alguna parte, o llenarles el veneno Casuarinense, con la verdad, o los que nos hicieron tanta fábula.
No puedo imaginarme cómo hubiera sido.
Siempre es igual, eso es cierto.
Un día, ahora me acuerdo, iba a darte un beso, pero me molestó algo, creo que pensar en los dientes de Marcelo buteler o que habías comido fideos con manteca. Por eso, todavía sigo con la duda sobre cómo serán las cosas tuyas que yo no conozco.
(Ya no me molesta la tardanza del auxilio.) Después de todo, basta un hábito o una necesidad para reemplazar otra. Ahora me embalé escribiéndote y si no llega, tengo una mierda preparada para mandarlo a él también.
Creo que alguna vez, en chiste o no sé en qué alguno de los dos habló de cuando nos casáramos. Estúpida de mierda (pero lindísima y gorda y marcelo Buteler) cuándo vas a destaparte, a decir algo original, aunque sea por lo de ser verdad?
Me gustaría que fueras capaz de decirme, aun por carta: "andate a la mierda", o (llegó el auxilio) te quiero más de lo que se me ocurre o sos un feto o tengo ganas de darte un beso.
Hay que conquistar las palabras o aunque más no sea la mentira inaugurar los gritos, aunque sea sólo para estrenar la garganta.
Cabría la posibilidad de que ni andate a la mierda Rolfi, ni querido Rolfi, o qué ganas de darte un beso Rolfi, pero en ese caso ya no seríamos ni un mísero carajo, y no encuentro la razón entonces de tanta amistad.
Amiga mía, (la más, o la única) [no entiendo nada de autos y es chino lo que me dicen sobre este auto de mierda y como no tengo plata y lo quieren arreglar acá, yo rezo para que no les salga bien. así lo llevan al taller, donde no tengo que pagar].
Cuando recibas esta carta ya habré salido del embrollo.
Te estaba diciendo vivi que,... no sé qué, la cosa es que aunque sea por hacer la prueba o descubrir la verdad del pastel te voy a dar unos cuantos besos te caigan como te caigan. Luego te pediré perdón te diré que nos vamos a casar o que no me gustó a fideos con manteca, o que marcelo Buteler o que carlos o que ¿y ahora?
Pero sea como sea, será y a la mierda
Mi querida Vivi, (eso espero) sin que me desboque de ganas de verte o de estar con vos, te voy anticipando una docena de besos, asquerosos o como las uvas de los árboles, que se roban sin que nadie te vea
266.
Que te acerca mi silencio vacío
como un caracol
para que aprenda el eco de tu marea.Y nos andamos todo el rastro
hasta el asombro de haber sido
tanto tiempo sin sabernos.Aquí, ya somos,
y no importa que desde siempre
porque mañana
es todavía por delante.Voy a poblarte la savia
como la tierra que sigue
la ruta de la fruta
para ser más que yo nosotros
267.
Te abrirás
los estambres en los ojos pulsando el hambre.
emergerán estrellas de las flores
y tus manos como pájaros de pan
asumirán el silencio de las catedrales
Aunque yo nunca
aunque yo polen
Te volcarás
como las cuevas se vacían de silencio en una
lámpara
la lluvia te enviará un viajero a sombra
Te volcarás por las abejas que te beberán
aunque mi sed larga
aunque mi soledad sola
en tu costado harán campanas las palomas
harán templo las golondrinas llegadas
de otra raza
las lámparas de los ciegos abrevarán en tus
sombras
y tu soledad que ya no sola
irá buscando raíces en la sangre
larga
no te dolor mis alas
no te miedo mi cobardía de raíces
estar es siempre alguna parte
golondrinas son siempre de otra estirpe
mi espejo tal vez te es menos tú
búscate en los ojos que te existen verdad
268.
los ojos se te fueron de boca contra el espejismo
y yo no pude parecerme a tu sueño.
¿qué importa entonces haberte perdido
por haber sido cierto?
269.
hay siempres
del otro lado de la nocheacatarte
sumergir
pulula el viento
270.
¿Qué días te alcanzan
como un río de náufragos?
¿Qué olvidos te acortan
como la lluvia el rastro?
¿Qué ídolos rompiste
como altares vaciadoscuántos barcos partieron
infinitos de tus manos?
de cuántas manos has partido
como un barco?cuánto has sido hasta aquí
cuánto has pasado
Aunque todo se olvide nada
ha sido en vano
Tantos oficios de fervor pagano
para qué mentirlos o por qué olvidarlos
por qué negar los errores sagrados
por qué equivocar el recuerdo cegado
más acá
271.
Es la sangre de la tierra
la savia echada a andar madera adentro de tus
venas
como un telar abierto en la colmena
barro de sangre que me encierra
salvado para siempre de las guerras
inmune de ser olvido
en el nido comenzado que se aferra
a ti como a una nave llena
Agreste sobrevida sobre la tierra ajena
que me lleva en tu trofeo que no ha sido guerra.Y tú inundada con mi historia
compartiendo un rostro que nos nombra por igual
urdes como la araña mi sangre duplicada.Ahora quedo aunque no exista la memoria
y puedo por la espalda morir duro de salque tú me existes en la siembra conservada.
272.
Y yo cierro la puerta infinita
para siempre
y un hijo me dice adiós desde tu vientre
273.
Ahora que nos dice adiós un niño
echado a morir por no vivirnos
Aunque no queramos deberemos irnos
Ya por la gente que te habita me destiño
y el olvido nos doblega
porque no supimos ni en tu vientre asirnos.
El mundo nos asuela. yo me ciño
a una barca de olvido. Mientras tiño
el agua con la sangre por partirnos.
Partir es morir un poco. es cierto
te vuelcas por mañana y también me vierte
por la ruta de las ciénagas nos vamos
como las tardes de la sangre lenta
Ya ni la sombra por testigo nos intenta
Que todo el camino caminamos.
Yo cierro la puerta
274.
El viento lavará tu cara
las esquinas te llevarán los ojos
y otro mar latirá en mis despojos
por la ciénaga que en ti me amparaNosotros es un sitio impar a
la gente
275.
tus venas
son árboles contra la tarde
que relámpagos azules
bajo el panpan y caña
el pájaro de tu mano
276.
En los candelabros de los árboles arden las velas de los pájaros
277.
mi corazón suspensivo
peregrino de mis venas
cuando es el corazón ya un carro
viejo que traquetea
en el silencio
cuando las cuevas cantan
la bocanada del amor
278.
es el rictus de tu canto sin palabras
la sangre en tu sien marea alta
un íntimo te són de golondrina
la ola tasca la luna la ola apaciguada
279.
que todo lo que he sido es ya no ser
280.
El que no entienda mi voz me pasará de largo
como la lluvia pasa donde no hay raíces
o como las raíces siguen esperando
cuando no es agua lo que llueve o dice.
281.
Tu distancia te existe como cabiéndote
como la medida hueca de tu presencia
como el silencio es el lugar de tus palabras
Tu lejanía te queda.
Amigo cuando callas como un pozo
cuando mueres y muero la hora que nos deja
Existes mucho más como nosotros
aunque mueras y muera
Y no me duele tu mirada vacía
ni tu mano errante ni tu ausencia
ni tu vaso de dolor en la garganta
ni tu cerrojo sin lámpara ni puerta
En cambio me duele amigo, amigo
tu presencia despoblada y desierta
me duele mi testimonio sin testigo
mi presencia vacía como seca
tu distancia te existe en una puerta
como ser todo el mundo aquí conmigo.
282.
El sol y la sal me están desparramando avispas
hasta hacerme sentir chispas en la cara.El viento deambula como un tranvía fantasma y sonámbulo.
Yo debería hacer una carta de barro como tejiendo un nido dulce o cortando cañas para hacer una choza silvestre
Pero en medio de la gente hervidiza y resbalosa me siento un poco todos y un poco extraño, y segrego como un caracol, esta carta caliente y un poco rota, viscosa y empañada como un canto que emerge de una garganta afónica
Y esta carta ronca, de arena, de nuez, de rodilla y de voz a las tres de la mañana, apenas se me parece casi nada me puede como una sombra quebrada sobre las piedras.
Yo no intento parecerme, ser es siempre de alguna manera y por eso yo, es ser a mi manera.
Pero que una carta no se me parezca,
que mi sombra se parta sobre las piedras
un poco me aleja
y mucho más me vuelve tu asombro y tu sorpresa.
No he vuelto a extrañarte.
Ahora recordarte es fácil y suave
como cantar sin darme cuenta
una canción que descubro que me gusta.
Entonces, ahora, qué importa llamarte
buscarte o guardarte
si te puedo encontrar simplemente
como aprendiéndome las manos en las primeras cosas o los ojos del ciego rescatados.
Ahora puedo decir, sin el asombro de que la gente sea cuando me pasa,
tú eras, y eso basta para siempre,
y para que todos lo sueños vacíos hayan
tenido un rostro que recién ahora sé que existe.
Ya puedo decir que te existo todo tu tiempo que no he sido y no me ha sido ya puedo decir que en encuentro se vuelca toda la historia como los ríos que se dan la mano con todo su rumor y olor de lejanía volcado en la espuma indescifrable
283.
Desde ti nada pregunto
Ni un rostro sucedido ni la frente anticipada
Las doce de la noche es un recodo.
Mañana será entre dos recodos.
No pregunto mañana
Los árboles son hermosos sobre nosotros
¿Qué importan los ignotos muertos que tienen
cruz en ellos?
Los pájaros no cantan para otros.
Este día no tiene amarras
Doblará el crepúsculo inminente
Mañana serán otros los árboles
aunque hayas dormido al pie de alguno
No recojas nada de este día
Déjalo todo
El olvido ha de ser sin testigo
¿No ves acaso
que tus pies, hoy,
no dejan estelas?
También el eco será cenizas en silencio
Y no me nombres.
no importa mi mano
Toma la mano
Y al amanecer
un rostro cualquiera te será cotidiano
No preguntes por mí
Tu costado será todos los días
y yo a una mano sin rostro
en algún día después de estas estrellas
sin nombrarla
le seguiré diciendo tú.
284.
El viento sangra y yo no sé que sangra
yo creo que llueve pero el viento sangra
y el viento grita y yo no sé que grita
y yo creo que truena pero el viento grita
y el viento sangra y grita y el viento muere
y alguien es el viento y yo creo que es el
viento.
285.
Hoy se parte la tierra
mis volcanes me asoman hacia el mundo
ciegos siglos de canto subterráneo
se asombran del sol naciendo a la mañana.
cuánto espera las alas un gusano?
cuánta lejanía, cuánta vela...
cuánta espalda olvida una nueva mariposa.
Hoy levanto un hito. la mañana es mía
Me paro en el mañana de los sueños.
y vuelvo la cabeza hacia la espalda
cuánta noche en que soñaba
cuánto abismo y ojos levantados al cielo
cuánto nunca ya dejado atrás
y esta voz extraña, pero mía,
que enarbolo y erijo como torre
Aquí mi historia pierde el rastro
El jardín empieza en un pantano
Aquí el sol aquí las flores
aquí los ojos buenos la mirada limpia
fija en el cielo. El cielo. El mismo cielo
desde los abismos,
Pero aquí ya Dios empezado.
286.
Hoy la calle es un tajo brutal
es una herida seca, desierta, de la muerte hace
mucho
Este abandono,
aún más frío que la soledad sin principio...
¡Cuánto rastro!
Las campanas han quedado atrás
como palomas que nunca fueron mías
Ahuyentar la sombra.
Sólo una veleta del sol que no me intenta.
Y los niños de sol, de paloma y de naranja
se alejan de los cactos de mis manos.
Agreste sobrevida!... pero cuánto viajero
derrotado.
Pero aún, una hueca sepultura
con ventanas
una impávida palmera que subsiste
Y la calle atroz que muere
paso a paso
niño a niño
siempre de palomas.
pero sólo yo siempre
porque flor a flor ala por ala
noche a noche,...
sólo yo testigo!
287.
el sol se deslonja entre los árboles
*
porque siempre la verdad es la última y el pasado
ha sido transitorio*
esa música
estaba
muerta*
El trueno despeña su estropajo de
piedra de gatos de lata tiembla*
como un espejo vacío.
*
donde revienta
fulmíneo el relámpago.*
Donde mi tallo de voz florece,
si alguien sueña un jardín
se vuelve poesía mi poesía
y la arena de mi alma logra un vientre*
Para que llegue mi paloma a tu sagrario
abre más tu ventana sin mañana
yo puedo ser el sol más acá de tu campana*
Sin haber destapado los espejos.
*
Si supieras la tristeza que te esconde a veces
*
El viento tirita sobre los árboles.
*
y me pareceré a tu soledad porque creceré en tu silencio
*
un día un rostro nos repetirá dos veces
ya nunca más no te sabré*
corazón nómada
*
quiero lavarte el rastro con olvido
*
tus manos lacias
brebaje para mis manos
como una copa de guitarra o de palomas.*
Lo que quiero decir es lo que digo
*
Hoy mi ventana es la manera de la calle.
*
el relámpago de hueso se despeña
el cielo se resquebraja*
quiero lavar mi tristeza en tu tristeza
y limpiarte la distancia de las manos*
mi propio asombro
las otras noches*
traías el domingo entre las piernas
*
Sin saber cómo es te pienso pájaro
*
Siempre todo es distinto
*
Perseguida de clausuras y trincheras.
*
Quiero que sepas
que siempre queda mañana todavía*
Que el tiempo al fin es de segundos.
*
Que nos falta todavía la primera vez
*
La luna nos seguía como un barrilete y a veces
entre las hojas se volvía de diario*
La luna me seguía como un perro redondo
*
La vigencia inmutable de mí sobre mí mismo
que no suplanto a nadie*
Como un ciego que se abre por la noche, no lo
sabe*
Para quedarte
Quiero que aprenda tu garganta mi
silencio
que tu mano haya*
Toda herida deja cicatrices
*
Y comerte la música en las manos.
*
Tú que has vivido de espaldas hacia el nunca.
*
A veces me sorprenden las cosas que te
digo*
Recogiendo nosotros en todas partes
he sido solo todas las tardes*
Haberme recogido la voz por las palabras.
tanto encontré sobre la tierra
tanto acorté el silencio*
destapar la lejanía que no hay distancias sino
silencios.*
nadé por las raíces
*
pájaros en actitudes de silencio
murmurando ruidos infinitos como la nada.
campanas de colores*
Paso por los días a recoger mi historia
Hoy el canto me viene de tu rostro*
Es preferible vivir por alguien
que morir por alguien.*
La bondad no es sólo una actitud hacia nadie.
*
para que canten tus ojos ven a untarlos
de mi garganta*
Donde hayamos sido porque ser
es siempre alguna parte y cuando.*
tu pelo de manos de manos de raíz
de manos en silencio, tu pelo de silencio
288.
Para soñarte, amiga,
pierdo los ojos en cualquier palabra
porque eres toda sueño,
porque estás hecha de mi alma
y todas tus cosas de distancia
(porque eres toda lejanía)
desde tu rostro sin vez, tal vez como mi sueño
me son melancolía.
289.
Para llegarte al sueño
para clavarte mi raíz entre las manos
y hacerte un canto de silencio
con mis manos que no sirven para el
canto
para arrancarte la mañana de los
ojos
y regalarte la mañana de mis pájaros
levanto mi grito sin cerrojos
y callo.
290.
Cuando el tortuoso pasadizo de la sangre
empecina el peregrino silbido del silencio
y como un remero sin fatiga
tu pájaro soltado a travesía
vuelve por la soledad de tantos días
como un barco ahorcado mar adentro
te parecerás un poco en eso a mí
que antes, tal vez de tu abandono
te escribo mi dolor y te lo dejo.
291.
Yo fui la gente a tu costado
te pasé por la vereda de los hombres
sobre tu historia te ha quedado un nombre
para sumarte el rastro caminadoUn día alzado en ristre el hambre
de nosotros mismos nos arrasamos.
echamos las abejas con que amamos
a beber el veneno en los estambresPara poblar tu soledad
me vuelco sobre tus horas
sin quebrarte las ramas a mi paso
sin pisarte las flores que te moranTu tierra no tiene lluvias
de esas que hacen olvido del viajero
y se tragan las huellas del camino
y recorro la historia de tu suelo
el largo itinerario de tu sangre
para parecerme a la soledad que pueblo
para parecerme a los hombres que te han sido
y al revés de tus huecos y el silencio
Y nada me detiene
ni siquiera encontrar un peregrino
andándote las rutas de las manos
donde yo con los dientes voy ganando un nidoY nada me detiene
tampoco el habitante que te llena
ni sus fuegos ni sus huertos ni su canto
ni el dolor de sus huellas en tu tierraNada me detiene
yo soy de verdad el peregrino
el que rompe tu tierra con un canto
el que te alza de las flores como un himnoYo soy el que cierra tu naufragio
yo soy o seré siempre contigo
tu tierra me tendió los brazos
para parecernos por igual a un hijo.
292.
Amiga, mi querida amiga,
esta distancia que no tiene raíces
y que en verdad tiene raíces en nosotros;
nos está buscando mucho mejor en el sueño.
No somos buenos, pero tú eres buena y yo soy bueno,
por eso mi mano cava ahora en el silencio
como el último pájaro, o el primero
Ya estamos idos. Pero yo vuelvo
la cabeza a cada vuelta del sendero.
Es un poco el miedo, y otro poco la soledad.
Tengo miedo de que seas el último puerto,
y descubrirlo del otro lado del tiempo
En realidad la tristeza se parece a todas
aunque nadie sea como tú.
Esta tristeza, tu tristeza
el último vestigio que te queda.
Yo te escribo para contarte
el primer sabor de lejanía
Nada me duele por mañana
Todo me duele en ti
como perder una ventana que me busca
en un camino de historia que no voy a vivir.
Yo que nunca he pedido paso
que he golpeado con la frente en el miedo de los otros
Yo que soy tu mentira en otra gente
yo que soy tu secreto sin guarida
me rompo
creciendo ya por otras manos.
Tendrás olvido y cantaré
por haberte sufrido y olvidado
y luego diré que nunca
porque diré amiga, amiga mía,
en otra carta como ésta que ya no te busqué,
y en verdad amiga, amiga querida
(y ahora lloro)
me da pena tener que olvidarte
para buscar mi costado mejor en otra parte
porque tanto pude perdonarte
y tanto te perdono
y tanto pudimos ser mejor que en cualquier parte
y mejor y más que en cualquier otro
y ya no somos
amiga y me voy por olvidarte.
Ésta es la carta del olvido,
una nave
que un día tú me regalaste
es la última sangre
que te escribo
hasta olvidarte.
293.
LA CAMA DE LAS FRUSTRACIONESUn par de putas licenciadas en algo
I
Lavarnos un poco la pija
peinarnos
ponernos ropa limpia
el alter shave
por aquí hay mucha soledad
arreglar vaginas y fingir virgos
mearle la puerta al italiano de mierda.
II
Dos tetas para toda la vida.
III
Mi madre llegó antes que las mujeres decentes.
Se metió a puta porque era lo que le gustaba hacer.
IV
El italiano de mierda tiraba sangre por la boca y dormía con una muñeca inflable
las muñecas inflables no tienen pulgas ni se emborrachan
el que sí estaba lleno de piojos pulgas ladillas y sarna era el italiano de mierda
siempre estaba caliente y se pajeaba en todas partes
se pajeaba en el hospital en los velorios en la iglesia
ese italiano de mierda
ese inmigrante de mierda.
V
Todo empezó con una partida de dados
si antes de la tercera salen los cinco seises te mato
te juro que te mato
los cinco seises salieron a la primera
y al sirviente Perpetuo lo mataron a machetazos
sobraron machetazos
las mujeres y los maricones dan siempre machetazos de más
no es una regla fija pero sí bastante aproximada.
VI
Allegretto pizzicato para corno.
traducción: soy cornudo porque
mi mujer se alegra cuando le
pellizcan el orto.
VII
Lo llamaban Tres Piernas porque tenía una pija descomunal
una pija valiente y siempre dispuesta a la pelea
mi esposa Clarita me robó los papeles del auto y se fue a vivir con el negro Tres Piernas
nada más que porque tenía una pija enorme descomunal y orgullosa
una pija tremenda
ella se sentía muy enamorada de la pija de su negro
la gente se ríe pero la situación es dolorosa
en estos casos el único que no se ríe es el hombre al que se le escapa la mujer porque tiene la pija débil
un caduco pellejo
en lugar de noble y recia
se desabrochó la blusa y le enseñó las tetas
besame aquí en las tetas
besame las tetas
yo sé que llevás muchos años queriéndome besar las tetas
te juro que no las vio nadie desde la muerte de mi marido
tenés que ser menos vanidoso y soberbio
menos asqueroso
criticás y murmurás porque sos un irresponsable
de muchas cosas no se puede culpar a nadie
de nada se puede culpar a nadie y tampoco al destino
me humilla que mi esposa me haya abandonado por tener la pija chiquita
una pija chiquita y arrugada
las únicas arrugas hermosas
las de las bolas
las mujeres están bien con un hombre encima
con un hombre clavado
las mujeres con marcas en las ingles
de abrirse y abrirse
tienen el corazón templado y la conciencia serena.
VIII
Un día empezó a salirme pus de los bordes de la flor del culo
mi madre me dijo tenés mala la flor puede que sea un grano
tu padre tenía siempre granos en el culo
cuando le reventaban dejaba todo podrido de sangre y pus
entonces yo le contesté también puede que sea un castigo de Dios
un cáncer que Dios me manda como castigo por haber estado acostándome con mi madre sabiéndolo
Gerardo Espinosa fue poco a poco dejando de acostarse con mi madre
me da asco vergüenza bueno me da como aprensión
pues a mí no a mí me da gusto mi madre me da mucho gusto
es una cerda que sabe dar gusto a los hombres
a mí ahora lo que me asusta es este cáncer que me ha salido en el culo
mi madre me dice que la flor está llena de pus
si la flor se me acaba borrando a lo mejor me muero
me gustaría saber qué les pasó a mis hermanos
mi madre volvía siempre a lo mismo
tu padre me mandaba hacer las porquerías con el caimán
nos revolcábamos sobre el suelo en el que siempre se amasó la tierra con mucha sangre de bestia o de hombre
eso no importa
lo importante es lo de menos
y el animalito me agarraba una pierna con la boca
enorme pero muy suave
el campo sabe muchas historias verdaderas
digamos el corral
lo que nos salva es que no habla
después me recorría todo el cuerpo
me mordía la nuca sin apretar
si aprieta me mata con esos dientes
me lamía las partes
las dos partes
me daba vuelta y me mandaba el pedazo por donde entrara
lo mismo le daba un agujero que el otro
yo lo guiaba con la mano para que no me hiciera un agujero más
las gallinas huían asustadas
el caballo rebufaba nervioso y la cabra se quedaba mirando como si tal
como si no quisiera que la vieran mirando
tu padre se reía mucho
después encerraba al caimán en una caja en la que lo tenía medio asfixiado
me tumbaba en la cama
me decía puta hija de puta
el enamorado insulta siempre porque cree que su amante es distinta y mejor
tu padre estaba muy enamorado de mí
puta hija de puta
me daba lo menos cien latigazos con el cinto
después me preguntaba que quién me había hecho las marcas y me pegaba más
si no me hubiera querido tanto no me hubiera pegado tanto
y me agarraba a lo bestia y me rompía toda
así no más
parecía un bisonte
con nadie gocé tanto como con tu padre
no se puede gozar más
debajo de él yo no podía ni moverme
quedaba toda rendida
tampoco podía respirar
a tu padre se le calentaba el cuerpo y la pija se le ponía como una brasa
afilada y ardiendo
necesito chupar esa pija bien gorda
cuando entraba me daban latidos en la cabeza
casi perdía el sentido
tu padre fue uno de los últimos hombres como Dios manda
uno de los últimos machos verdaderos que pisaron esta Tierra.
IX
Las mujeres no se dejan coger por desconocidos
mentiras como ésa pueden derribar a un hombre
no hace falta jurarlo
pero de todas formas lo normal es que no se dejen preñar por desconocidos
como Valeria no quería ser la excepción no quería dar la nota
cuando terminaba de coger con el gallego Carlitos se metía una aspirina en la concha y se la lavaba bien
enchufándose un sifón y apretando con fuerza
Valeria tiene una cicatriz en el nacimiento de las tetas
fue un mordisco que le dio su marido un casinero Augusto
le arrancó un cacho de teta y la herida le tardó en cerrar cerca de dos meses
¿qué es esa marca?
y a vos qué mierda te importa.
X
Gerardo Espinosa tenía mucha fuerza
era capaz de doblar la reja del balcón con una sola mano
pero en la cama servía para poco
variaba poco
eso me lo confesó mi madre
en la cama era muy delicado pero no a lo vicioso ni ruin
y se conformaba con lo que le hicieran
jamás pedía nada e incluso era obediente y sumiso
¿querés que te la mame?
bueno
¿querés que te meta la lengua en el culo?
bueno
¿querés que te monte?
bueno
comeme la concha
bueno
meame en la boca con la pija adentro de la boca
bueno
pegame con el cinturón
bueno
decime que me querés más que a nadie
bueno te quiero más que a nadie.
XI
Mi madre era puta fría
o sea puta mansa y no puta caliente
o sea puta brava
las putas frías no son viciosas pero tampoco distinguen
son putas distraídas
y no suelen cobrar mucho
las putas bravas son viciosas y distinguen
ésas sí que distinguen
son putas que ponen mucha aplicación
mucha atención
también son más caras
mi madre ganaba para comer sin salir de pobre pero no se quejaba
cada cual se gana la vida como puede hasta donde lo dejan
y bien mirado este de puta no es de los peores oficios
no hacen mal a nadie y se mueren sin demasiado trastorno para nadie
tampoco se puede hablar de putas frías
son más bien templadas
tibias
es más verdadero hablar de putas templadas
tibias
que de putas frías
va más de acuerdo con su mansedumbre.
XII
A Gerardo Espinosa cuando estaba en Misiones lo picó un bicho en los huevos y se los dejó medio secos
los dos huevos juntos parecían una pasa parecían un higo medio seco
desde entonces le fue perdiendo afición a las mujeres y también a los hombres y a los animales
eso nunca viene de golpe sino de a poco
y sólo buscaba compañía cuando necesitaba que lo escupieran
eso tampoco es raro
Gerardo Espinosa me decía yo no le quiero pegar a ese negro de mierda a ese mestizo de mierda
es él quien me lo pide
se pone bizco y en su mirada se lee un cartelito suplicante
Gerardo Espinosa me decía si tu padre no lo hubiera matado lo hubiera matado yo
a ese negro de mierda tenía que matarlo alguien
podés estar seguro
a estos negros de mierda a estos mestizos de mierda terminan siempre matándolos a palos
alguien se calienta se pone nervioso se le para un poco la pija y los mata a palos
en el momento de matar a palos a un negro de mierda
en el momento de matar a palos a un mestizo de mierda
el asesino tiene la pija dura
no falla
es algo que se repite
y acaba
vamos que si acaba
eyacula como una bestia
se le viene la leche justo cuando la víctima escupe el último aliento
da mucho placer acertar.
XIII
Cuando la gente se conoce no se desperdicia nada y se dan gusto unos a otros
se hacen gozar los unos a los otros
se dan mutuamente mucho placer
entonces la gente se hace feliz
cada vez que la caficia de Susana la tía le pega a Cecilia la tía se lo cuenta a Esteban y Esteban se pajea disimuladamente metiéndose la mano en el bolsillo del pantalón
se le nota porque saca un poco la lengua
a Bufano siempre le gustó pervertir a las chiquitas
volverlas putas hacerlas putas putearlas emputecerlas
cuando pase algún tiempo ya se volverán putas solas y sin ayuda de nadie
es como un instinto
es infalible
cuando pase algún tiempo ya se volverán putas solas y sin ayuda de nadie
a mi mamá le pagó la fiestita de la Primera Comunión y la hizo tomar y cuando mi mamá ya estaba medio borrachita la metió en la cama
abrí las llantas separá las piernas
mi mamá tenía diez años y era muy obediente
vos respirá hondo abrí un poco las llantas separá las piernas
a mi mamá le gustaba obedecer y sentir las fuertes manos de Bufano separándole un poco las piernitas.
XIV
Mira Patria mi erección.
XV
Es todo confuso pero quizá sea cierto
calumnia que algo queda
ayuda al que necesita que algo queda
descúbrete ante el pordiosero que algo queda
alaba que algo queda
roba al poderoso que algo queda
recuerda los momentos amargos y felices que algo queda
olvida que algo queda.
XVI
Yo no sabía quién era yo, de dónde venía, quiénes habían sido mis padres.
Un día mi madre me confesó que me había reconocido la primera noche que nos acostamos juntos
no me dijo nada para no avergonzarme
ella tenía que vivir y yo tenía que comprender
tenía once años más que yo y se ganaba bien la vida
nunca le faltaron clientes porque no se negaba a nada
no me dijo nada por si me daba vergüenza de volver a acostarme con ella
tenía miedo de perder un cliente
comprendé que tengo que vivir
ahora ya veo que no te da vergüenza
me dijo que en el amor lo peor es el calor
hace hervir el cerebro y el corazón
por eso se dan tantas deslealtades y crímenes
para ser puta hay que tener instinto y dignidad
si no tenés instinto te morís de hambre
y si no tenés dignidad igual te matan a puñaladas
mi madre llegó antes que las mujeres decentes
se metió a puta porque era lo que le gustaba hacer
después de coger cuando me iba mi madre me pedía que la besara en la frente
por respeto.
XVII
(Lo que está entre paréntesis no tiene nada que ver.)
XVIII
Mutis por el forro.
294.
LAS HABITACIONES DEL INSOMNIO
CUENTOS
¿Quién resistirá cuando el arte ataque?
¿CUÁNTO FALTABA?
Entonces me preguntó que cuánto faltaba y yo le dije que dos años y me dijo que bueno, que gracias porque era feo quedarse con esa ansiedad indefinida de no saber cuándo. Entonces no volvimos a hablar, y yo no vine a escribir esto para verlo después.
Hoy es después y atravesé un largo olvido y ahora estoy ante mi precaución de hace... ¿cuánto tiempo hace? ¿Cuánto faltaba? ¿Para esto? ¿Para esto faltaba?
¿Cuánto faltaba para qué?
EL MEJOR VERSO DEL MUNDO
Libro: "Cuentos absurdos o de por qué todos ustedes son idiotas".
Cuento del mejor verso del mundo o de por qué la felicidad es estar convencido de uno mismo y no tener la más mínima idea.
Yo no tenía la menor sospecha que me habría de enterar después, al desatarse la lluvia, que había estado nublado. Que había estado todo el día por llover. Como que me enterara de que podría haberme muerto, por ejemplo, porque un hecho de mi costumbre ya no contase con las mismas circunstancias, y al llegar yo la casualidad lo volviera a las características que eran mi normalidad. Supongamos una canilla de agua que tiene electricidad por un cable de la azotea roto en una tormenta producida después que yo me fui y que al llegar yo a lavarme, para sorpresa de los que podrían estar viendo esta película, no me electrocuto por un fortuito corte de luz.
Enterarme de eso sería medir la ineficacia de la vida, como, y al fin y al cabo esto es lo que importa, enterarme con la lluvia que estuvo nublado el cielo.
Es decir, y me asalta la duda de siempre y esa insaciable condición de preguntar cosas y la maniática irrespondibilidad que les obliga el tiempo. La única certeza de las cosas es que han sido.
Enterarme de que no me he muerto no tiene sentido. Es lógico que no me haya muerto.
Pero esto es trágico, y no por lo de la muerte, sino porque tal vez nadie sabe que se ha muerto y, peor aún, la duda de eso que tengo ahora deberá esperar hasta morirme, y si no sé que he muerto, menos sabré que no resolví mi duda. Y qué atroz morirse con la duda. ¡Pero qué duda si no estoy enterrado! El embrollo de siempre. Meterme en un pasillo redondo, que vuelve sobre sí mismo, y de repente perder de vista la puerta. Tengo la manía de empezar a escribir cosas que no sé hacia dónde van.
Es como ponerme un par de skis. Siempre, cada vez, por primera vez. Y echarme pendiente abajo.
Lo catastrófico es que, por lo menos en el caso de los skiadores neófitos, la solución está en un árbol al que, a pesar de los huesos rotos, se le puede agradecer en nombre del "si no, no sé qué hubiera pasado".
Pero ponerme una lapicera y un escribir, y una nieve que no sé con qué nombrar, es otra cosa.
No sé... la locura no nos avisa ni tiende la mano con árboles.
Es decir, el que va al sicoanalista tres veces por semana, es seguro que no está loco.
El caso es que, en este mismo momento, skiando pendiente abajo de la tinta y la vigilia, hablo de skiar.
Es como me pasó una vez, pero exactamente lo contrario, que escribí entre paréntesis que lo escrito entre paréntesis no tenía sentido. Lamentablemente yo lo había puesto para indicar que no había agravio en cierta anterior frase puesta entre paréntesis.
No perdí un amigo. No había entendido mi sutileza.
Aquí digo es decir, como la gente que se siente inteligente. (Es decir como yo.) Es decir, era como el niño al que obligan a pedir disculpas y que en cuanto lo sueltan se retracta y reitera el insulto: "¡No te pido perdón una mierda, gordo chancho!" O cualquier ejemplo de su infancia, señor, vamos, no se haga el bueno, y menos el maduro. Que no hay snobismo más barato que aparentar ser no-snob.
Bueno, el asunto, para que se entienda (brutos de mierda, ya llevo una página explicándoles), es que yo decía: "(Lo que está entre paréntesis no es cierto.)" Por lo tanto, y no me vengan con que se habían dado cuenta de la jugada, les dije en las narices "Brutos de mierda". Bueno, así le hice a mi amigo.
Jódanse por comprar este libro.
¿Quién les mandó creer al camelero del Jaron cuando les decía que era "Buenísimo!"?
Qué gracioso. El Jaron lo decía porque yo, que no lo había previsto (otra vez el túnel circular), lo nombraba antes de que él hiciera el comentario.
Jaron... sos un boludo por no existir.
Mejor les explico esto otro, B. de M., que es más fácil: dije "jódanse por comprar el libro". Pero lo escribí. (Antes de que fuera un libro.) Como si yo esperara que ustedes fueran tan pelotudos por comprar un libro en el que les decía, aún antes de que el libro existiera, que eran unos pelotudos por comprarlo.
Yo los preví. Ustedes a mí no. Porque eso es lo que hago: cagarme de risa de ustedes.Ah!,
¡el verso!... El mejor del mundo... Era...La lluvia tirita sobre el techo su
cabellera de cristal.Me di cuenta cuando empezó a llover.
Ya nadie podía convencerme
de que llover no fuera eso: tirita sobre el techo su cabellera de cristal. Como el tri-tri de Lugones. Los que no sepan qué es el tri-tri de Lugones, no habrán tenido el tupé de ofenderse por lo de brutos de mierda, ¿no?
Ah!: Lo de que la felicidad es estar conforme con uno mismo pero no tener la más mínima idea. Es una linda frase. Cómoda para ustedes que no la entienden pero que se ponen siempre palabras en la boca que les quedan como un clavel en el ojo del culo.
¿Qué? ¿No entienden mi conformidad? Después de haberlos cagado, la única conformidad posible es la mía.
Ahora, díganme, ¿quién carajo me puede cagar de ustedes?CÉSAR BRUTO
(En el medio de la firma y el final, un dibujito tipo Mafalda skiando con soltura.)
Otras veces puede pasar que en la primera prueba nos enteremos de que éramos grandes skiadores.
Contratapa del cuento:
(Dibujito de un skiador que se cagó de un porrazo.)Fin del libro:
Éste es un libro de cuentos que se traman cuentos y se subtitulan cuentos y cuentan cuentitos donde se cuentan cuentitos... Etc.
=
(Igual:) = 100 dividido 3 = 33,333333... etc.Es como ir al cine donde dan una película en que se va al cine y dan una película en que se va al cine (acá la tinta va empalideciendo gradualmente).
Ah! O si no, como eso del tarrito de Royal (*), en que hay una vieja con una escoba y un gato. La vieja y la escoba me importan tres carajos, pero la vieja tiene un tarrititito de Royal donde habrá otra vieja que seguirá sin importarme tres carajos, y así hasta que el boludo que pinta los tarritos de Royal se dé cuenta de que en su puta vida va a terminar de pintar uno, porque pintar uno adentro del otro es como avanzar siempre la mitad, y es no llegar nunca. (La proporción entre un tarro y el pintado dentro, tal vez no es de 1 a ½.)
—Dibujito:
Un tipo grita los tengo, tengo todos los tarritititititititi...: (aquí la letra va achicándose gradualmente).[Esto es un dibujito de un tarrito de Royal que tiene un dibujito de un tarrito con tarrititito con 100 dividido 3 = ..., etc. Va justo aquí.]—
(*) Esto es para vos Graciela, Chela, Gache, Chelita, que te ponés claveles en el culo y te quedan como el ojete, y yo ya no me los pongo ni siquiera hombres (no me decoro las palabras con nada, ¡O SEA!), como ese amigo tuyo tan puto.
Además que ahora soy famoso.
Por lo menos te rompí las pelotas hasta el final del libro y ahora estoy en tu biblioteca.(Dibujo de un tacho de basura. Va justo aquí): ¡Boluda! ¡Tirándome a la basura!
No podés evitarlo.
_________________
Ahora que me conocen:¡Compren mi libro de versos cuando aparezca!
Los desafío a que me entiendan.
No importa,
la posteridad me dará la razón.De más está decir que no hago la salvedad de que los nombres, sitios y hechos que aquí aparecen no tienen que ver con la realidad y que cualquier semejanza es pura casualidad, porque sé que no me van a creer.
EL MEJOR CUENTO
Había escrito mi mejor
|
cuento
|
en el cuento una situación similar
aviso, sugerencia intuitiva
|
terminé de leer y al rato me di
cuenta de que el propio cuento podría
pasarme
etc.Estuve grabando todo el tiempo, recité
y cuando terminé, estaba desenchufado.
EL RELOJ
Estoy delante de este cuento que todavía es duda. Silvia también está tratando de escribir. Debajo del afán de descubrir la posibilidad de un nombre, un hombre, un lugar y un hecho, nos azuza un afán de encontrar primero que el otro de los dos, el cuento que buscamos. Yo no tengo idea de cómo será o es. Por eso tengo miedo de pasar de largo, sin reconocerlo, cuando lo tenga ante los ojos. Silvia ha tachado algo. Mis hermanas se cagan de risa de no sé qué cosa y yo no encuentro el hilo de no sé qué cuestión. ¡Carajo! Voy a sacar la leche del fuego para tomar el remedio. Estoy ronco; claro, en la caligrafía no se nota.
El reloj late con la parsimonia de los | tacho | no sé con la parsimonia de los qué, tacho parsimonia | El reloj late con la | no sé con la qué late ese reloj de mierda | Con la qué de los no sé qué.
Esto no sirve como cuento. El reloj no late un carajo. Son las 8 y 10 y hace 10 que estoy con ese reloj de las 8 y 10.
Silvia ya lleva media página. Tomo el remedio. La mierda, la leche estaba muy caliente y dije mierda. Además, la pastilla es tan amarga.
Estaba predestinado mi fracaso como cuentista. Aunque, pensándolo bien, mi personaje tal vez está llamando desde la nada para ser, y yo bruto que no sé escribirlo.
¿Quién será?
Éste es un cuento sobre un cuento que no es. Por eso éste es un cuento que no es. Y no les cuento nada. ¡Qué carajo!
_________________
Lo que Silvia "a" tachado es la A sin H.
DE LA BALA DE MI FUSILAMIENTO
Mi silencio hace un ruido infernal.
Sobre todo cuando intento abrirme para descubrir ese incierto grito que tal vez me falta un testigo para existir.
Entonces lo vislumbro entre el muraje portentoso de mis huesos desperezando los goznes de su obesa flotación. Como el vacío. Es el silencio mismo. Vibrando como la nada tiene un verbo distinto de existir. Y no la numeral intransigencia del concepto. Viene de huecos remotos que hago en la carne del silencio primero. Es decir.
Es como estar en sombras completamente (nadie se salva del terror que infunde la idea de no abrirse nunca más, descubrir que era la primera imbatible imagen inimaginable, de estar ciego).
Entonces como en latidos, como grillos sin cambiar de color, o de incolor, es decir sin número, pero vivo, vibran como luciérnagas. Desaparecen. Lucharé todo el intiempo, hasta que retengo una, es decir me detengo. Me acorto hasta la inexistencia del instante y la luz fugaz tiene un tiempo infinito. Es como un hueco en el silencio primero. Allí me instalo. Es el silencio segundo. Como el número 2 (cualquier número del infinito). Es un lugar en un pasillo donde moverme no tiene realidad de cambio. Es decir, es un túnel en el instante. La eternidad.
Es decir, allí puedo decir aquí. Pero si me traslado más allá sigue siendo aquí, es decir allí y no he cambiado de lugar y sí. Es decir, ya rompí mi primera sujeción, el tiempo.
De la bala de mi fusilamiento. Tal vez en esta eternidad que se parece a tantas seguía escuchando el ruido que aún no había cambiado de instante.
Tanta es la urgencia o la obediencia de entenderlo todo que la humanidad, mi rígido montón de cosas que soy hombre comprende. En ese silencio inconmensurable que puedo abrir entre cualquiera de dos sitios del ruido de la explosión de los fusiles, tal vez eso es el alma, encuentro el insignificado absoluto, tal vez la nada y huyo a un verbo distinto por una puerta que me parece reconocer.
YO NO LOS HABÍA VISTO NUNCA
Yo no los había visto nunca, se me acercaron afables, ahora comprendo y digo afables, con un gesto que significaba eso, luego supe que era un gesto. (Ahora ya hace tiempo que he aprendido a saber qué significan.) Nunca me pregunté mi propio significado.
Entonces me tocaron, se atarearon con sus manos sobre mi piel repitiendo mecánicamente gestos iguales. Yo no sabía sentir, pero después del primero empecé a reconocer que había sido el primero y me hice amigo de los signos; fue mi primera idea del orden y supe que cuando las cosas son empiezan por ser primeras.
Y estuvimos siglos asumiéndonos empujados por tanta soledad. Entonces solíamos durante larguísimos inviernos dedicarnos a ser con la manera de uno solo de tantos gestos que después aprendimos o inventamos. Generalmente coincidíamos en la sensación interna y hacíamos muecas parecidas para remedar alguna cosa. Entonces ya fue la memoria y mecánicamente anudamos un signo a otro y nos empezamos a volver torpes y a esconder entre dos algún signo que no queríamos dejar ver. Ahora lo comprendo: ellos habrían dicho somos los amigos. Y también aprendieron el tiempo porque yo o cualquier cosa les pusimos antes el antes y después el después, y aprendimos cuándo.
Aunque yo digo un siglo de espera y en verdad dejé pasar creo muchos años o muchos días en que no sabía pensar después y no sabía contar. Entonces ya teníamos un signo cada uno como identificados, asimilados a nuestro propio significado.
Ahora comprendo, por eso dije eso de las cosas, y pienso que es necesario lo primero de algo opuesto para saber que algo termina y a veces como las otras veces (las que siguen) dan idea de la primera es menester que algo deje de ser o pasar para que uno sepa que pasaba. (Entonces todavía pensaba que ser era pasar, aunque no sabía que lo que era podría llegar a pasar.)
Comprendí que tantas aprensiones habían sido el temor de lo otro y cuando aprendí a durar y contar, aunque un siglo podía ser más o menos que un día, empecé a tener el miedo de cuanto temía todavía y la ansiedad de cuanto faltaba.
Ahora comprendo, ellos habían dicho somos los amigos, y antes de ellos yo no sabía que yo solo, y ahora después de ellos ya sabía que yo solo, por eso de las veces de las cosas, y ahora sí me sentía solo, y no le puse signo a eso porque no tenía a quién hacerle la mueca.Si ellos miraban desde afuera, tal vez yo no sabría nunca cuándo porque cada vez que quería sorprenderlos tal vez se escondían. Porque a lo mejor ellos no son ni visibles ni audibles y son otras cosas, y tal vez me están induciendo sus lenguajes en sentidos que ellos ignoran que yo no tengo, porque creen que simplemente no les entiendo.
Entonces me di cuenta que había sido antes y después de la segunda tuve la idea del primero, alguien que sabía afuera mío me estaba tocando, enseñándome la piel que había sido mi duda, ese temor de tantas cosas, como un lejano, remoto pero inicial hábito de que yo me acomodara de alguna manera a cada toque distinto. Ahora pienso y tengo miedo de que no hubiera sido así, como si pudiera estar equivocado o debiera empezar de nuevo y ya no fuera tanta la suerte de reconocer una cosa en la otra. Porque en verdad yo no tenía más que los signos que me hacía en la piel (ahora sé y digo la piel), pero no sabía a qué se parecía, no sabía (ahora sé qué es eso de comparar) con qué debía compararlo, porque soy... y todavía no lo entiendo del todo a eso de que soy ciego. Siempre les pregunto cómo son ellos que no son ciegos, pero no entiendo lo que me dicen porque me vuelve a faltar el punto de comparación. En realidad no sé si alguna vez podré entender eso de que soy ciego.
LAS HABITACIONES DEL INSOMNIO
Por fin sonó el teléfono. Un escalofrío me llenó de arena. Cuánto puede asombrarme lo que termina con una espera.
Qué ajena sentí la inquietud o no del que llamaba.
¿Qué era el otro lado de un teléfono?
Y tres veces la chicharra. Un ritmo interior separó mucho la cuarta. Sentí la eternidad, la última campanada. Y ya no sonó la chicharra. ¿Era ésa la consigna que estaba esperando? ¿Uno que se dio cuenta que equivocó el número al tercer timbrazo, o Graciela que se volvía al rincón de su café para ordenar el mientras de mi colectivo? Pensé en que dudaría ella también de haberse equivocado. Hay timbres parecidos. ¿Y si no había sido mi número, y yo aquí, otra vez con el corazón estirado equivocando rumbos en qué sé yo qué venas, con el saco en la mano como un idiota?
Había sido ella. ¿Quién si no a esa hora, y por qué equivocarse justo con mi casa y por qué tres timbrazos? Salí, con el saco en la mano todavía.
Tuve miedo de contar más ritmos en el ascensor, como si se me pasara el momento de evitar el infinito en un cuadrado tan verde con una fecha rayada a moneda y un lugar sin espejo, que necesité en ese momento. Siete pisos. Fácilmente un segundo pudo ser más largo que un día. Tantos segundos en ese día corto que también pudieron ser más largos que un día.
¿Y si Graciela estaba llamando, sin saber de poder ser dudada con un equivocado a las 12 y tres timbres iguales?
Creo que los locos empiezan perdiendo el ritmo. Las habitaciones del insomnio tienen paredes móviles que están acercándose constantemente y nunca llegan.
La calle se me aplastó contra la piel distraída. Me recortó los contornos con esa exactitud con que el frío limita los miembros que pudieron parecer infinitos.
La noche caminaba a mi costado. Ahora el ritmo era mío. Aunque había otros. Aunque hubiera otros.
Estaba parada afuera soportando el edificio que se le apoyaba en la espalda. La quería con esa sensación a gusto rojo y salada.
Adentro de la confitería, qué me importaban las gentes que no existían, no esperaban teléfonos ni la querían con sensaciones ni la veían soportando edificios.Yo no manejaba las luces de las ventanas prendidas. Las recogía así, mías en un primer u octavo piso, la noche era así, y ninguna tuvo las luces en el mismo orden, o yo no lo vi.
Graciela compartía la noche a mi costado. Era dulce verla sufrir. Sí, sufría. Pobrecita, me comía su imagen como acurrucando un cachorro con frío.
Era múltiple, tenía raíces clavadas por adentro, y no entendía nunca que me gustaba besarla entre las piernas o chuparle los pies o morderle el pelo.El saloncito era cuadrado, color crema, con guardas, cuadros, sillones, revistas y una mesa debajo de las revistas. La imagen era más Graciela. Yo miré cosa por cosa y la imagen siguió siendo más Graciela. Luego desaparecieron las guardas, las revistas, el color crema, la llave de la luz o el lugar del enchufe. Nunca me voy a acordar, era un lugar, una sala de espera, amontonadas un montón de cosas para ser sala de espera. La imagen era Graciela. Espera. Graciela. Me miré los zapatos. Todavía a veces me miro los zapatos, sin buscar nada.
No conté cuántas baldosas miraba ni miré el dibujo. Ya no llevé la cuenta de ritmos. Todo era un mazacote espeso de cuadros y enchufes y silencio entre Graciela y Graciela.
Otra vez el doctor. Corregí la primera imagen. Era más pelado que cuando entré y otras cosas más. Era ése y mi imagen que pierde facciones en seguida era igual pero toda distinta.
Salimos en el ascensor viejo, repetía por dentro tres días el antibiótico, no se esfuerce y ya sabe...
Otra vez los sótanos y las cosas.
Eso debería ser el mundo interior, digo yo.
No había pensado que ya no me preocupaba de los tres timbrazos del teléfono.
El tapado de ella era rojo, siempre me sorprendían las cosas, eran un poquito diferente a lo que yo las había aprendido. Esos botones también y siempre me doy cuenta.
Ahí terminaba el papel, no me disgustó del todo.
EL ESCUDO
Y le puse los anteojos (pensé que una sola de mis cosas puede ser más yo que cualquiera que no se me parezca en nada). Tenían un poco de esa esperada sorpresa de las cosas que son por primera vez. Ya al ratito, cuando tuve tiempo para hacer la imagen y poder recordarlo o retenerlo a ojos cerrados, sentí la costumbre de verlo con mis anteojos.
Entonces le di mi camisa (ellos me habían visto de lejos) y mi corbata, no iban a sospechar, después de todo de cerca y más claramente, era igual la misma que ellos no habrían detallado desde lejos. Y después el saco y se peinó como yo (se despeinó con cierto orden similar al de mi desorden).
Y marchó con su pantalón parecido que al fin de cuenta qué más daba.
Cuando no se está seguro de nada una sola cosa diferente comparte el anonimato de la lejanía; eran colores casi parecidos.
Otra vez pensé: "Una similitud total pero al fin diferente es más equívoca que un evidente cambio donde algo se conserva".
Y allí iba y ellos podían dudar que él era yo porque aunque no me conocían podían pensar que esa ropa era simplemente parecida a la del "tipo".
Pero es que era la misma, pero ellos delante de sus propias narices podían dudarlo porque nunca tuvieron la certeza, no tenían punto de vista de comparación.
Entonces pensé que si él se daba cuenta llegaría a tener miedo porque él no era yo pero nadie sabía que yo era y quién podía sospechar que alguien no es alguien si no sabe quién es ninguno de los dos.
Pero igual, él podía tener miedo, porque en verdad no era yo, y si tenía miedo iba a fallar, todo se iba a ir a la mierda. Y era la primera vez que íbamos a fracasar.
Después de todo, no había razón para que fuera él yo en vez de ser yo mismo yo, entonces corrí, y lo alcancé a tiempo y se quedó mirándome cómo yo era él como yo era yo, con mis anteojos y mi pelo que siempre había sido mío y mi saco y mi corbata, y ellos me vieron llegar y me miraron con los ojos que ponen los que uno no sabe qué están pensando, y sentí que comparaban con sus imágenes y que ponían a prueba mi saco y mi pelo y que acercaban al muchacho de ayer, de la escena que habían recordado, y le miraban los botones y los pelos de la barba y la trama del género, pero había un solo elemento y ellos lo sabían, porque en realidad lo único cierto era mi presencia con todos sus comos a la vista, pero la imagen de sus memorias no tenía certeza y yo lo sabía y uno me miraba y me creí descubierto, y recordé que de lejos, cuando yo había sido otro, no había tenido tanto miedo, y pensé que la segunda vez ya era necesario parecerme a mí y no al que debí parecerme la primera vez, entonces me di cuenta que tenía la mano derecha atareada con el botón de abajo del saco, y que me atoraba para pensar, y pensé que si me mataban yo nunca podría solucionar mi descuido, y que estaba a la deriva de cualquier cosa que yo no contase, entonces corrí, giré y corrí y me subí al auto y no me importó la cara de él, que no entendía, y abrí la guantera y saqué el 32 y tiré cinco veces y entonces los vi, sobre la otra esquina, cuatro o cinco, porque los montones nunca tienen número, y comprendí que cuatro o cinco camisas y cuatro o cinco pantalones pueden ser azules o no ser y ser, porque yo no los analizo, pero que el escudo de la chomba sí es en cualquier parte ese mismo escudo, y vi que se reían, sentí que me había confundido, como tuve miedo que ellos se hubieran confundido, ellos que no habían sido ellos, que todavía estaban quietos, demorados sobre la sorpresa de ser una tarde cualquiera un poco de su asesinato, y entonces vi que eran cuatro porque había uno al medio que era distinto y ellos se reían y me lo mostraban, y yo me sentí él, sentí que nos parecíamos más que nunca, como un espejo al revés, porque estaban muertos ellos, pero también él, ya, se estaba cayendo con el tiro en la espalda, y me quedé solo, el auto tenía todavía la radio prendida y la puerta que aquel cagón había dejado abierta y yo corrí durante un largo cansancio y cuando llegué a casa me miré en un espejo, me toqué la cara, los anteojos, el pelo que era siempre distinto y siempre igual, como el mar, como esas cosas que uno no tiene la certeza fija de cómo han sido, porque siempre es un difuso más o menos, y cuando uno las ve se conforma con pensar: como siempre, igual que como ellos podían confundirme, igual que como ellos no me habían visto bien y después me veían bien y no sabían hacia antes si era o no era así, igual como yo no los había visto bien y no había sabido que también ellos podían no ser ellos, y no sabía cómo habían sido y pensé que como eran, y por eso estaban tirados allí, con su para siempre todavía con su sorpresa infinita, ellos que al fin de cuentas no habían sabido nada. Entonces sentí que se amontonaban, que mil caras podían no importar, porque todas a la vez, y que alguien gritaba es éste y vi al del escudo que sabía calcular mejor el miedo que yo o que no pensaba que alguien podía darse cuenta que era él, que él era él, y lo vi al cagón que sí tenía miedo, que todavía tenía el miedo de haber sido, y se amontonaron y quedaron atrás del rastro que dejaba la sirena como habían quedado ellos fijos, quedados, atrás.
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Nos cambiamos la ropa y él sería yo, pero igual tuvo la vergüenza de tener que ser yo y avergonzarse porque la gente no pregunta el nombre aunque sean ridículos.Ella, la gente, cuando se llama con un pronombre asume la importancia épica de los que han muerto o de los que no están cuando se los espera.
MUERTO PARA SIEMPRE
La luna nos seguía como un barrilete y a veces
entre las hojas se volvía de diario.El día que murió el abuelo.
La luna me seguía como un perro redondo.
Si esto fuera una novela, supongo, no pasaría nada especial. Pero yo no soy una novela, y eso de pasar por cosas simples me vuelve maduro, me duele y me vuelve trascendente para mi rectilíneo argumento.
Tener y ya no, dos maneras distintas de una misma cosa, y eso es tal vez mi importancia, estar y no, o mejor dicho haber empezado la tristeza, inaugurar ritos lúgubres y extraños sabores.
El día que murió el abuelo muchas cosas no se movieron más. Era el primer día de un siempre que nadie advirtió ni quiso romper ni nada.
Nadie lograba penetrar la infinitud del nunca más allá de los augurios. Algo ya estaba decidido.
Es cierto que si lo que desaparece no hubo asumido el absoluto sentido del todo en sus días (como pasa con todo), no resulta tan extraño que la gente se acomode en las nuevas costumbres, que vaya aboliendo tristezas, lacrando círculos de historia resuelta y recogida ya y que después de delimitar la extensión final de las vidas de los muertos no perduren adoptando una actitud de nunca que ya no nombra nada.
El día que se murió el abuelo terminaron cosas, siguieron cosas y empezaron cosas. Pero el abuelo se había muerto para siempre, un día solo siempre, prolongado o arrastrado.
Solía presentarse cierto sabor de presagio, desafiando la lógica. A veces podía.
ALGÚN IDIOTA QUE SEA COMO YO
Me miraba a mí mismo como comprobando esa coraza de hombría que me había crecido, tal vez encallecida la mirada y el falso andar indiferente.
Gesticulaba sabiendo que yo estaba fuera mirándome, y buscaba el gesto de la rotunda espontaneidad que tiene la personalidad del héroe que me hace pensar cualquier novela.
(Siempre he pensado que las novelas no son ni malas ni buenas, sino en tanto descubran un afán de ser que la auténtica personalidad nuestra no logra.
¿Quién no se entusiasma con un Corín, o con una de Pistoleros o Guerra o una de A. Christie?
Todos se identifican con un módulo de exagerado virtuosismo que el autor, como un primer lector, como uno de nosotros mismos, piensa en voz alta; luego, los que no tienen suficiente imaginación como para soñar sin barandas, apoyan su inseguridad o su ceguera en una novela que les ayuda a crearse en el ideal. Los que no tienen imaginación, ésos ni siquiera ven normales a los héroes y no leen, y dicen que son imposibles y se ríen. ¿Acaso los grandes no lo son por hacer cosas grandes, y los protagonistas de historias no son grandes, y nuestros muñecos de sueño no son héroes?)
Yo seguía tratando de verme héroe, grande, fuerte, hombre.
Tal vez para perder el miedo y sentirme seguro.
No, nadie me persigue ni me puede encontrar; tal vez pudiera sentirme tranquilo en caso de saber que nunca hasta el último día hallaría un agresor, pero ¿y la seguridad?, ¿y esta cara de estúpido, que a lo mejor es hermosa, pero yo me la siento de imbécil y creo que los justos y hombres que me miran se van a reír primero y a enojar después?
¿Acaso yo no soy un hombre para algún idiota que sea como yo? Si dos ladrones llegan con aire de dueños a robar un coche, ¿no es cierto que uno, por una fracción de tiempo, se verá desarmado sin saber al otro un ladrón y huirá creyéndolo el dueño; o tal vez huyen los dos?
Por más cara de fuerte que ponga, me sé un alfeñique y eso basta para ser vulnerable.
Acaso es lógico pensar que el posible billete falsificado que ronda las cajas es el que me dieron de vuelto, y es razonable por eso no ir a comer por miedo de que sea cierto; y si lo pienso así, ¿por qué no protesto o reviso el vuelto cuando me lo dan?
Si he de pensar ridiculeces y casualidades, ¿por qué no me sale un sueño de lotería o de Raquel Welch a los 20 o de presidencia de la Nación?Los ojos son imparciales, el cerebro es imparcial. Tengo un físico privilegiado pero me da miedo la pileta y el juicio de los que me miran. Empezando, ¿alguien me mira; si me miran, alguien de los que me miran me juzga?
Tal vez no sea miedo, pero es ese equivocado afán de suficiencia que no es más que un complejo de inferioridad.
Hay gordos que lo más panchos (tal vez sea una ficticia tranquilidad) se sientan sin evitar los rollos, no se ocupan de atragantar los músculos con mis poses ridículas que ya por habituales me parecen normales.
LA PASIÓN DE LA CALLE GÜEMES
Creo que tenía razón.
Perdóneme.
Ya no la molesto más.
Me voy...
¿Sabe qué voy a hacer al entrar en la pieza?
Voy a inaugurar otra soledad.
Porque ahora voy a empezar a estar solo de nuevo.
Aunque lo estuve siempre, porque iba a seguirlo estando a pesar de todo...
"¿Por qué te quedás callada?" (Marcos.)
¿Por qué lloras?
Todo el mundo sufre.
Fijate...
Mi mujer va a tener otro chico.
¿Y la guita?
Yo me pelo el lomo.
"Sí, claro... todo el mundo sufre. Pero a mí..." (Marcela.)
Me clavaron una mentira.
Y yo ayudé... pero a nadie... claro.
Y ahora...
¿Quién le lleva el apunte a mi soledad de verdad?
Ese hijo de puta tenía razón.
Cuando uno está un poco menos solo se siente más desamparado.
Y un chico de un año. Vos no sabés qué sola te pone cuando podés helarte en mil piezas.
Recorriendo horas viejas. Que no le vas a encontrar un padre y no le vas a adivinar el verdadero.
Después de todo, es cierto.
Dudar entre dos es lo mismo que no saber nada.¿Ya estás?
Sí... Bueno...
¿Ya te vas?
Y... sí, ¿sabés? La casa, los chicos...
Tomá.
No. Dejá, dejá.
Después de todo, no soy de piedra y me entretuviste un rato el silencio.Tomá.
No...
Bueno, está bien... Gracias.Esperá. Decime.
¿Es linda tu mujer?
¿Podría haber sido como yo?...Escuchá, Ernesto.
"Marcela Ramos, cohabitante de una exigua pieza de la pensión 'Güemes', de la calle homónima 748, se arrojó a la calle desde un sexto piso, en la mañana de hoy. Su muerte fue instantánea.
"La Sociedad Maternal de Huérfanos Murguía tramita encargarse de su hijo de un año, que no tiene otro familiar conocido. [...] ...era... es... ma..."¿Ves? Estas putas...
Son todas lo mismo.
Empiezan con el noviecito...
Esperá...
Voy a atender.
¿Quién es?
¿Quién era?
Otra vez esos pedigüeños.
Menos mal que una tiene carácter, que si no...
ALGO SOBRE DERRUMBES
No estoy desilusionado. Ya lo estuve.
Además ilusión es una palabra muy inocente como para ser mezclada con esto.
Aquí el material humano es muy bueno, como en cualquier lugar donde hay gente.
Esto siempre pasa con la gente.Por la mañana el portero con tono preocupado consulta a la administración del edificio sobre la importancia de una rajadura leve en una de las columnas que tienen un tramo visible en el sótano. "Poca cosa." "Cuestión de la humedad."
La Nación o La Prensa o el Clarín. Día, hoy (cualquiera). "Imprevisto y fatal derrumbe de la finca..."
Hombre prevenido vale por dos.
Pero también se derrumban las naciones. Y cuando una columna se raja, descompensa el sistema y se rompe la quietud del equilibrio. Se agregan otras columnas a la crisis.
El arte es una columna en el edificio nacional, que como cualquiera de alguna de las otras, regula la altura de las demás.
Los ladrillos de las fases del arte son complicados sistemas de columnas que sustentan un edificio que es una columna de otro. Y así infinitamente.
Ocurre que al sacar una lata de la pila de esas de duraznos al natural o tomates, el niño no pensó o no alcanza y tomó la de en medio.
Luego ayudaron a juntar algunos dientes. Un ladrillo o una lata.
La columna del arte se desmorona y con ella se resienten las otras: sociedad, economía, política, cultura.
Estamos acostumbrados al silencio (el niño sigue temiendo salir cuando el perro ya hace mucho que se fue). Digámoslo entonces. Un ladrillo llamado Literatura.
Toda protesta es al fin en nombre de sufrimientos personales.
Los productos no publicitados no existen. Me ocurrió en la seccional 34 de la comisaría de la policía de Mendoza, que por falta de documentos fui declarado irreal.
Usted no existe. Me resigné a ser mi propia ilusión, espejismo de mí mismo, aunque no pude explicarme la realidad de los otros, imaginarme desde la nada y serme, lo creí (soy religioso), pero contradecir la realidad no pude.
Existimos en la medida de los intercambios. La representatividad de nuestro arte en el campo de la literatura, goza del anonimato obligado a que nos sentencian las autoridades de la Secretaría de Cultura (S. C.) ¿No tiene nada que ver con una sociedad colectiva?
¿Dónde compra el ladrón los guantes blancos?
Aunque por lo de colectiva se ajusta a la Secretaría de Cultura. Dada la cantidad de escritores-siempre los mismos... (¿?)
¿La gente no va a la Secretaría de Cultura? Menos razón para dilapidar incalculables y oscurísimos presupuestos.
En la Argentina también hay hambre. ¿Pero no es cierto que los escritores no publican, y si publican, en la medida en que lo hacen (como suicidas), sucede porque no tienen ninguna alternativa? No hay hincha de Boca que vaya a ver un partido entre Chacarita y Vélez, teniendo posibilidades de asistir a su club.
Borges ya está muerto... ¿Y ahora qué?
Hollmann no es Borges. Pero somos argentinos, ¿no? Y también tenemos bandera en el campo de la literatura internacional.
Me pregunto: ¿no será que los secretarios sacaron número bajo en el llamado a conscripción y no juraron la bandera?
No es fácil convencernos de que somos después de tanto dudarnos o tener la certeza de que no.
...Y cuánto se asombraban los aborígenes ante los espejos de los españoles. Descubrirnos, RECONOCERNOS. En ese entonces era fácil, en cuestión de percepción, inteligencia, sujeto-objeto-sujeto. Pero no había niebla, dólares, miopía —comodísima— de los que NO NOS VALEN. Pero valemos, ¿qué culpa tenemos si los testigos y jueces son interesados?
Maradona y Milstein son pruebas de que el clima y las manzanas argentinas son capaces como los de cualquier país. ¿Qué hace falta para ser un buen escritor?
Pregúntenselo a Hollmann. (!)
¿Y para ser un buen secretario de la S. C.?
(Sigue no teniendo que ver con "trenzas".) Como sobre gustos: de literatura no hay nada escrito.
Pero sigamos con lo de Borges. Necesitamos ídolos. Somos súbditos. Porque decir somos es decir la mayoría, y a falta de líderes nos desorientamos o nos afiliamos a los vecinos, si no tenemos la desgracia de volvernos filósofos.
La literatura es una familia, y como en toda familia las caras son siempre las mismas.
¿Que la gente no lee, que no compra libros? ¡Y claro!: los libros son caros, las editoriales no publican a desconocidos... Lógico... Pero que el presupuesto de la entidad... Sí, pero si te cambian, como decir agua va, una edición millonaria por otra cuando el arte no es la ocasión sino todas las ocasiones, porque, che, yo no voy a ver el lujo de una tapa sino a leer a Henry Miller y a Huxley y Cela y a Mongo.
Sí, está bien, pero los escritores que traen son caros, ¿cómo querés que los paguen? Cuestan diez mil dólares algunos.
¿Diez mil? Si a mí me dijeron que en Europa cobran tres...
(10 - 3 = 7)...
Sí, pero hay algunos que dan lástima. Además que me pregunto: ¿los escritores que traen acá, también son extranjeros en su país? Porque si no no me explico que allá sean tan sonsos.
El sonso sos vos, porque si pensás que los nuestros podrían tener carácter de extranjeros en el exterior, te equivocás. ¿Y sabés por qué? Porque los que ya son, se vienen a descansar aquí,...
(¿Qué tal Ernesto?) [¡Como Sábato!]
...y acá les dicen algo así como que el documento Nacional de identidad no escribe, o qué sé yo.
¿Y los otros?
¿Qué otros? ¿No ves, tarado, que no hay otros, porque los otros no tienen oportunidades de empezar?
¿Cómo que no?
Bueno, sí, pero cuando empiezan a levantar los sobornan con premios y sobres, reconocimiento, becas, los engrupen con becas para despejar el panorama.
¿Becas?
Sí, primero prueban con modelos importados para salvar irremediables calamidades.
¡Eso tiene mucho de filantropía!
¡No, bestia! ¿No ves que se trata de preferencias personales, o sos ciego? ¿Acaso a tu novia no le harías el favor de pagarle un profesor que dicen que es bueno...? Si la plata que gasto no es mi sí.
¿Vas entendiendo? Pero si me sale mal y en vez de venir a dar las clases, el profesor me sigue cobrando y se me hace el enfermo... Entonces vienen las becas, ¿entendés?, y así el año que viene todos tienen vela en este entierro.
¡Exagerado!
Vamos, ¿no sabés que a veces son dos a falta de uno?... ¿Eh?
Hacé memoria. Vino Rushdie y le dolió el hígado. Llamaron a otro que se llamaba... ¿Cómo se llamaba? Algo así como la doncella, la Galana... Más o menos. Pero era un nombre puro, religioso. De niña... Ah, ya sé, ¡virgen! No sé, me parece. ¿Y?... ¡Les pagaron a los dos!
¿Y por qué no lo llamaron a Ernesto?
¡Estúpido! ¡Las cédulas no escriben!
Pero, y a todo esto, ¿vos creés que lo que decís lo leería alguien, si fuera un panfleto o algo así?
No sé, pero si alguien lo hubiera leído hasta aquí, ya me daría por satisfecho.Hablando de derrumbes se me cayó la casa encima.
No entiendo.
Me van a llevar preso.
Como a los héroes.
¡No! Como a los secretarios.
¿Cuáles?
...No sé... No se me ocurre ninguno.¿Reconocernos? Pero si ni tenemos acceso al salón de espejos.
Como en todo ruido, se vislumbran rumores. Por allí se dice que de en queso en queso, Quesada.
Hablando de otra cosa...
¿Es cierto que hacen un congreso argentino en homenaje a Lorca? Porque si conmemoran una época, ¿cómo no un escritor, máxime si es argentino y si...? ¿Máxime? Mínime.
ALPEDISMO
De repente me caigo a mí, a un pozo de mi tamaño y mi forma, a un silencio como mis gritos, mis palabras y mi silencio.
Estoy bloqueado. Está bien. (Esto va para el sico.)
Pero metete tus términos en el culo, que bloqueado me siento las ganas de gritar; de una mano sofocada en el candado de un guante absurdo. Eso: enguantado. Envainado en mí. Como la tierra que se sienta ciega en un hormiguero.
Una realidad tan infinita que no alcancen los sentidos: qué ceguera de testimonialidad.
Todo debe ser finito. Numerable.
DEFINIBLE.
Yo nunca "hoy cobré". No laburo. Vivo del Viejo. Y no me jode.
Guardate los consejos en el bolsillo, y también el consultorio.
Bolsillo. Qué claustrofobia la moneda que queda en el pantalón de un muerto que nadie va a revisar (el mar clavado en un caracol), sonando. Pero el testigo sólo silencio hasta saber que el silencio no existe, que siempre hay algo que suena, donde sea, y que falta el testimonio, o la razón de alucinar y el espejismo. En fin, todo es respuesta, hasta esto, tal vez porque me siento contenido.
Un cuchillo que se seca como una raíz en la tierra envenenada del pecho de un muerto. ¿Cómo el asesino no va a tener reuma a los cuarenta? Si es que lo mató joven.Peiname las manos con tu pelo.
Gracias buena. El arroyo y el musgo. Pensá.
Todo pasa. Nada es infinitamente quieto como la eternidad.
IPAL
Un puto no tiene otra salida que fanatizarse con su desviación hasta el suicidio, o el suicidio mismo.
A todos los de Ipal les pasa lo mismo. María se les ha subido a la cabeza.
(Ipal es María, por eso es un camelo.)
Como a los putos obviando,
que a bastantes ya les pasó
lo de putos porque lo son.
SALAME YOGUI
Recuerdo que oí decir una vez sobre el primo de un vecino muy amigo que nunca supe después quién era de todos esos que habían ido al cumpleaños aquel día que me gané en la rifa el juego de Ludo por el que me peleé con mi hermano, que lo habían llevado preso porque andaba en una banda de robacoches, y que no había vuelta que darle con ese chico, que iba por mal camino y que siempre había sido así.
Oí decir de él, pero a nadie se le ocurrió decir, por supuesto, que en su primera riña en el colegio le dejó...De mí se podría decir cualquier cosa. Alguien agregaría que siempre fui así. Ya se veía que iba a ser gordito. Desde chico era peleador como él solo.
No me extraña nada. Era tan callado. Claro que meterse de cura...
¡Pero qué tanto! Dos o tres semanas antes de aquella noche de mi éxodo molecular, de mi atómico destierro del nadie, de la sombra, de la carrera por la vida como la legendaria carrera de las carretas y los jinetes en busca de su parcela, yo no era nada, ni en los indescifrables laberintos de la innumerable química orgánica.
Aunque en realidad sí, estaría en los fideos de algún almuerzo, un poco en todos los almuerzos y por qué no también en el almuerzo de Pericles y hasta en el de Adán y en las ladillas del Todopoderoso que ya un poquito me contagió el barro original. Claro, por eso de que todo se transforma y nada se pierde. Por lo tanto nada se agrega. Porque si no estaríamos sacando cosas de la nada.
Bueno, el asunto es que se diría de mí que siempre he sido así, y si yo fuese presidente o cantor de tangos o monaguillo o colchonerorreydebastoscaradura o polizón pon pon, alguien, seguro esa tía opaca y embolantemente bigotuda que siempre creía verme un poco más genio (tía boluda, me echó la mala leche y me vine loco), habría encontrado una razón para serme explicable y entonces yo no tendría más remedio que acceder al rumor de haber sido así, porque además ¿qué puedo ser yo si los demás dicen que soy otra cosa? Filtrándome la certeza de los otros, la mía no hace pie, porque díganme, a ver, si yo solo digo y creo una cosa y no habiendo otros con quienes puestos de acuerdo en los símbolos pueda entender que piensan lo mismo... ¡La pucha!, empiezo a pensar que todo es relativo y me siento más solo porque pese a que la naturaleza se tuvo que buscar las cosas más fáciles posibles, podría ser que hubiésemos puesto de acuerdo nuestros símbolos e imágenes de tal forma que ninguno piense lo mismo y que igual los engranajes del idioma funcionen. Aunque sería un sistema infinito donde siempre aparecería un elemento nuevo, porque si no el último en relación con el primero traería relaciones que desmentirían las anteriores. (La culpa la tienen los principios lógicos.)
Bueno, el asunto es que yo no siempre fui lo mismo, no señor, porque en mi álbum de fotos vi a los viejos cuando estaban de novios y parecía mentira que no seamos nada y yo un día no existía o estaba en el cielo cogiendo con María Antonieta.
(Supongo que mi pija espiritual habrá sido menos abúlica que este salame yogui que no sale de la nirvanesca relajación.)
TE ACORRALARÉ HASTA MATARTE
Te acorralaré hasta matarte había dicho y yo había corrido y ahora estaba echado en un hoyo después de que hubiera errado varias balas. Cuando recién me había echado hizo un silencio de minutos que él tampoco resistió y luego gritó que me mataría cuando me viera asomar. Entonces pensé que el infinito estaba en mis manos.
Así pasé muchos años, me acostumbré (al principio se me laceraban los dedos) a cavar la tierra con las manos. El hoyo era pequeño y de sólo mi propia altura de profundidad.
No tenía certezas por después y aprendí que sólo cuando las cosas ocurren, se sabe si serán o no.
Pensé que había sido un sueño.
Tan real que no podía ahora en la vigilia delimitar la realidad de la fantasía.
Pensé que en el mismo sueño habría soñado que luego me quedaba dormido.
Ahora no sabía si había despertado del sueño del sueño y me faltaba despertar otra vez.
Si había soñado, todas las imágenes habían sido tal cual la realidad. No tenían ni siquiera un cuadro diferente (esas cosas que en los sitios de los sueños uno nunca observa).
Yo lo habría escuchado gritar que allí se quedaría esperando hasta que yo saliera, para matarme.
Era la misma voz de él.
El sueño tal vez habría sido demasiado perfecto.
Ahora yo tenía tantas dudas para siempre, porque hasta que no me despertara por segunda vez, si estaba soñando un sueño todavía, no comprobaría si habría o no de despertarme de algo. Claro está, a lo mejor me restregaba algo y en algún lenguaje extraño comentaba que había soñado que existí en forma de una cosa que vivía en un lugar como éste y que había soñado con una duda desesperante. Pero no tenía ninguna certeza.
Y no sabía si él estaba en realidad afuera o si acababa de estrenar el delirio que nunca pudieron explicar los locos.
MÚSICA INSÓNICA
Las campanas latidas como palomas huecas o corazones de vidrio y sol; el corazón de barro se me derritió laxamente, con el ín-timo sonido de un sabor a miedo o vergüenza.
La noche se abrió, la luna bostezaba, y se desperezaron los muebles de la sala —un estático cansancio se amontona—; cabeceó de nuevo la campana. Pasó el tiempo, hasta el último latido, y supe que había sido el último.Quedó un hueco himno sonoro que se diluyó como un pájaro diezmado.
PARVAS, PÁRPADOS, LABIOS, ALAS
¿La vieja era concubina?
Así dicen.
¿Estás seguro?
¿Y qué? Después de todo, casada o soltera, polvos son polvos.
Sí, pero unos encarrilados dentro de lo lícito, y los demás son pecado sólo.
Ahora decime, ¿no puede algún casado hacer mayor el ajugero que el soltero?
Qué sé yo.
CONDICIÓN DE LAS COSAS
Recuerdo mis caprichosas reticencias para con la sopa de la infancia. Lo que lamento es no haber tenido en la época de los berretines algún directorio, para hacer las mil y una. (También pienso en las noches.)
PEPE EN ASGARD
Un salón clásico de principios de siglo 18 con una fogata en el centro y un caballo atado a la estatua del presidente XI3= de la República AMöLI + raíz cuadrada de I en el año de infinito menos (raíz cuadrada de infinito) al cuadrado del intiempo.
Por una puerta lateral entra Pepe.
Se come la vela que alumbra la foto del papa Bonaparte y una flor de las que están en un jarrón de época.
Un gorila muy flaco cruza el ambiente leyendo una biblia.
El aparato de sonidos hará simbólicamente un sonido de campo que significará un silencio magno.
Pepe se arrodilla y reza en voz alta.
Luego vomitará sobre el fuego que se volverá una fuente de agua.
La luz de la escena desaparecerá.
Y se ambientará mientras Pepe monologa un paisaje silvestre.
DEMASIADO MUERTO
La siesta latía en un viejo reloj despertador. Era la hora densa y opaca de la tarde amarilla y caliente. Un calor opaco y fétido se espesaba sobre el campo.
El aire estaba desmayado, inerte como un mar impalpable, que se hubiera depositado sin poder olear.
Apenas había unos flecos de viento que arrastraban unos harapos calientes.
Imperceptiblemente pestañeaban las hojas del paraíso, y un aleteo más hirviente aplaudía en la cima de los plátanos.
La efervescencia del mosquerío se freía sobre las bostas y los huesos frescos del asado.
Una mariposa desteñida parpadeaba epiléptica sobre el pasto.
Alguna que otra abeja hacía su misa sobre el alfiletero de un cardo y otras siseaban la efe de su vuelo afelpudado y monótono.
(Un grito se me agarrotó en la garganta.)
El reloj se quedó dormido en las tres y veinte.
Serían ya las siete.
La tarde retumbaba de un ocaso turbio que se diluía como los pergaminos.
Las nubes, alargadas, eran humos de despedidas que empezaban soledades; perecían amortajadas sobre estelas que las dejaban atrás.
Los árboles mutilados parecían acalambrados en gestos epilépticos.
Había un pavor tácito en la hora.
El viento se enhebraba en los campanarios de la iglesia, y empujaba los molinos del oleaje de los árboles.Ese día, pensé, podría empezar una novela. (No supe contestarme cómo terminaría.)
Las novelas siempre empiezan con cosas importantes.Un grito endurecido y agrio rajó la quietud. Pensé en un relámpago. Luego de un instante el grito había sido de mi madre.
El espanto de la tarde se ahuecó en mi estómago y una lluvia me gateó por la columna vertebral.
Nunca me gustó el esqueleto de los árboles retorcidos como las manos de un muerto.
Eran candelabros del horror.
El grito de mi madre me había dado la espalda y dejó suspendido el silencio más intenso y cóncavo que antes, como la vigilia de los que presienten su propio asesinato un instante antes de morir.
Las imágenes y las preguntas se adelantaron al segundo. Esperé otro grito, deletreé la arenilla de mi escalofrío que me dejaba un rastro. Ni me había movido y otro grito más desteñido y roto como una sábana rasgada o un hachazo. Y tuve la noción del segundo y luego cuando lo estábamos velando me pareció como haberlo presentido en ese momento, y el miedo o el deseo de no querer saberlo para retrasar una certeza.
Sí, creo que lo había visto como una piedad y rezo tardío que quise adelantar al momento.
Papá estaba allí inmenso y de madera con la transparencia de los bordes en las velas, que le volvían mármol los dedos.
Los ojos cicatrizados como la boca.
Estaba muy muerto. Demasiado muerto.
Era la primera vez que se moría papá. Y yo ya estaba acostumbrado a verlo como a esos árboles que no me han gustado nunca, así, parado en el último instante como el reloj a las tres y veinte, acalambrado todo y frío como los vidrios de la ventana en el invierno.
Mamá había llorado mucho desde ese grito por la tarde.
Todos habíamos llorado, menos papá.
Pensé que siempre que alguien se moría los demás se quedan con ese vacío que es más que todo recuerdo como única manera de presencia.
Pensé que siempre los muertos que acaban de nacer a la muerte dejan esa duda de mañana en los que quieren suponer el futuro, y sólo logran llorar como a carcajadas.
Es muy lógico que papá no vaya a estar más con nosotros. ¡Si está muerto! Y es lógico que se muriera. ¿Por qué ahora? Porque siempre sería ¿por qué ahora?, en cualquier momento.
La noche tiritaba de grillos y descascaraba el chisporroteo de las ranas. La luna era un túnel de sombras blancas y las estrellas pestañeaban con pulso de reloj.
Había grillos en todas partes. El cielo mismo estaba lleno de grillos, mi espalda como el camino de mi escalofrío, que era un puñado de grillos, que era la lluvia de las noches desveladas en las chapas del techo, que era el chorro de arena de los relojes antiguos.
Mamá tenía grillos en los ojos. Y las velas que le sacaban la lengua a las sombras que arredraban.
Papá no tenía grillos. Estaba clausurado y más papá que nunca.
Yo me comía las uñas, y veía tiritar la sombra del cajón sobre el suelo que emitía la llama temblona de las velas.
Un día ya no sabré que hoy miré las velas, no sabré estas velas y supondré algunas, y habré olvidado el gusto acartonado y trapiento de la boca seca, y sólo recordaré que papá murió un día.
Y sabré que olvidé mucho.
UN HOMBRE SINIESTRO PASA
¡Tantas veces! Y siempre importa una, aunque hayan sido tantas veces.
La única certeza cada día es un ahora obsesivamente siempre, porque ya perdí la cuenta sobre los calendarios.
Pisándome el tiempo, buscar la paz o huir de la ciudad sin encontrar nada.
El mundo inexorable es siempre un sitio implacable. El mundo siempre es dónde. Hasta allí, en ese último banco del lago donde puedo parecerme a los niños que me pasan por alto, o puedo ser monstruosamente extraño, remoto, diferente.
Hasta allí el acecho inevitable.
AZULMENTE ROJO
Allí estaba, con el adjetivo en los ojos, sus piecitos tan manos, sus piecitos los de ella, porque también podrían ser los de él y él el asesino de tu padre o algo así, pero los de ella, ¿te das cuenta?, los pies en que era Buenos Aires cuando todas las cosas, porque solía apagar los cigarrillos, ¿te acordás?, con la punta y a vos te gustaba porque era como lo hacía el tano del taller pero como ella, ¿te acordás?, cómo no te vas a acordar, como ella, sí, cómo no te vas a acordar si se lo estabas mirando cuando descubriste que tenía sangre como cuando en el colegio se te cayó la gota de tinta en el piso porque te estaba gritando la maestra, sangre como la gota de tinta azulmente roja como cualquier cosa es cualquier otra y ese remanso como aquel pedo que te alzaste en la Navidad en lo de los tíos y todo se enrollaba, la sangre, la tinta, la gota de maestra y el pus apagando el vino y ya después del primer error nada es corregible, cómo no te vas a acordar, sí que te acordás, ¿pero matarla?, eso sí que no, yo no me acuerdo de cuándo la maté, no señor.
EN UNA ESCALERA DEL SUBTE
La voz era turbia, empañada, como si fuera con hache. Los ojos indescifrables. Y las manos roncas.
Entonces supe que la vida puede variar en un segundo.
Y seguí adelante con cualquiera de las otras vidas, comprando el derecho de olvidar preguntas que perdurarán vacías o mentidas, con dos monedas que me absolvían de ser indiferente.Pensé que la vida nunca es incoherente, que la esperanza no hace caminos, sino que es sólo la posibilidad de que la realidad sea diferente. Pensé que nada era dos veces o igual dos veces.
Todos los días arranca un subte y mil posibilidades quedan atrás, se postergan o cualquier otra cosa, pero ya no, aun cuando siempre todavía y el mañana sea más largo que ayer que siempre tiene número.
Pero igual me afligía la idea. La vida puede ser otra cosa en un segundo. Pero cada segundo es la vida, que no fue tantas otras cosas. Y cada uno ignora que yo no lo maté porque no estuve loco, o que no cualquier cosa, porque no o por cualquier otra razón, o tal vez no lo ignora pero soy parte de una duda que no resolverá jamás. Porque quién cuenta las posibilidades que no fueron probables. Entonces supe que puedo ser un asesino, o que el día 23 tal vez esté en una sala internado de apendicitis, o que la intrascendencia de mis almuerzos sea un rastro monótono, o que podría casarme con la rubia del asiento de atrás o haber nacido caballo o decir dentro de diez años quién se iba a imaginar que fuera a ser Presidente; yo que un día que andaba asombrado de todo, creo que escribí una cosa parecida; yo, yo diaria sorpresa.
Ineludible ahora y aquí.
Yo soy el siempre y a veces no me sorprendo, y otras caigo en la cuenta de la casualidad.
LOS CLAVOS CRUCIFICAN LAS FAMILIAS
Por dos razones. En realidad no sé cuántas, pero dos es un buen número, porque nunca tengo tantas ideas como para que sean más que dos.
La concha de tu hembra va entre las dos piernas haciendo sombra sobre el suelo de Tucumán. Yo no puedo decirte que a más o menos un metro del suelo hace intangibles conchobaras el movimiento de Madelca. No sé nada. Tal vez esperara de tu obstinada nobleza, boludo de mí por no saber que boludo de vos, que te enconcharas con la rubiecita amiga de tu hermana.
Jueves de matar a Jesucristo. Los clavos crucifican las familias. Yo me voy a ir a la mierda.
Madelca vuelve de la mierda, apacible y deshabitado paraje, porque todos se quedan a vivir en el camino o los matan los indios. Salvo que los encuentre Cheyenne, salvedad de la salvedad, que por su complejo de excesos dimensionales facilite el almuerzo de los infieles.
Llega el veinticinco desde Tucumán. También su silencio vendrá con tonada.
El domingo es un día triste. Se va se va la barca
y en alta mar gustaba de tocar
la poronga a los marineros
en alta mar en alta mar. Mi novia es suave, suena a olor a pasto como la mañana pero yo me levanto tarde, cuando ya tiene olor a chivo y en vez de sonar a pasto sueno yo con el olor a chivo. Mi novia es linda
Mi novia es alta, mi novia aaaltaAAAaalta. Dura como
el agua y redonda como la vida
mi novia es linda es buena, es alta es
inteligente y es nunca.
se va la barca a la mierda
y mi novia se fue a la guerra
porque el vago de Mambrú se quedó
apolillando.
ETCÉTERA
en un programa de televisión que
ve un hombre que aparece en una
escena de televisión que aparece
en un video, que se proyecta
en una escena de un programa
que un hombre ve en una
escena de un programa que
un hombre ve, etc. un hombre
mira un programa de televisión
donde un hombre mira un
programa de televisión donde
un hombre mira un programa
de televisión donde un...
EL PÁJARO MAGNÍFICO DEL BESO
I
Jaron, escribirte una carta es fácil. Tu nombre es un caballo (tu imagen es un caballo ensillado con un nombre) para ponerme en la garganta desvencijada y arrastrarla como a un carro viejo haciendo ruido a herrumbre de silencio.
II
EL PÁJARO MAGNÍFICOQuerido Jaron. Pienso a veces por qué cambiando el nombre esta carta a cualquiera podría entenderse como para una mujer, o de una mujer. No es regla, pero cuando entra en juego el mecanismo de todos los "heteros" (el único que conozco es el sexual), se es capaz, somos, mucho más capaces de nosotros mismos. Entonces la sinceridad.
Ése es el lugar. Si ser es ser verdad, o soy sincero y lo muestro pocas veces, o soy mentiroso. (No es lo mismo.)
Con vos siento que de todo me saco los obligatorios zapatos, como animándome a parecer como soy y poder conformarme después con ser como parezco.
Entonces es allí donde yo y nadie más (dando por francos a todos) le veo cierta actitud extraña a la carta.
Se me enderezan los túneles. Se ve del otro lado.
III
PÁJARO FUNDAMENTALCreo que porque se nos da y lo necesitamos, siempre hay alguien que nos sirva de espejo. Cambiar de espejo es no tener la certeza de medirnos siempre con los mismos números, y es peligroso. Al final de cuentas somos de testigos, y no tener uno constante es perder contacto con nosotros mismos.
Pocas veces te dije que te quiero, lisa y llanamente; en realidad es como se quiere. Sin metáforas ni escondrijos para esconder la cara (la que sea), que nos cuesta enfrentar y dar.
IV
MANIFESTADOHoy, yo andaba con mi carro de lujo, y me enteré que hace tiempo habían inventado algo así como el automóvil y el avión y el cohete que, qué ridículos, vuelan y se mueven solos. Los vi. Los vi y ahora los creo. Por eso mi carro está lleno de herrumbre.
Tal vez por eso una carta con tu caballo, una carta con motor como ésta, sea la primera en que te pueda decir que te quiero, con las únicas palabras que corresponden.
...Y pueda desde muy adentro firmar rolfi, con minúscula, como una flor seca a Cristo el veinticuatro con jardines.
V
EN EL ESPEJISMO DE QUE TENGO OÍDOSHoy he vuelto a olvidar algo. Una carta de Graciela está en un libro de Vinicius de Moraes. Me hace acordar a un huevo frío que en algún lado... También me olvidé de eso.
Cuando se ha olvidado tanto que ya no queda tiempo, se grita.
Esto es un grito: ¡¡¡No te vayas!!!
Siempre parte algo que no se alcanza. Se grita para pedir: ¡¡¡Espérenme!!! Tal vez el por favor no suena muy claro (tal vez porque se corre).
No tenés barco, Jaron. Pero puede partir el tiempo. La espera entonces ya no me sería vigilia. Entonces faltaría yo también en la medida de un llamado. Pero el llamado parte también, y el muelle es un sitio de soledad. Entonces sí, ya no se tiene otro grito que el del último silencio.
Jaron amigo. Jaron mano. Jaron silencio. Jaron bueno. Jaron Jaron.
Todo está de una manera. Y el silencio que música vacía. Y la sombra que dolor occipital de rastro. Y la nuca que soledad de los que quedan. Y los otros que se mueren, penetrados del odio que no les pertenece. Y todo que algo.
Y vos que Jaron. Vos que todo lo que vos. Como la única manera de que seas. Como la sola forma de que faltar sea ser irreemplazable.
Jaron, que se nos van los días. ¡Y qué lástima! ¡Y qué importa! Si estamos siempre juntos.
Querido Jaron, cualquier día en cualquier parte (todos los días, donde sea).
VI
ÉSTA ES UNA NAVE AL SILENCIOSi fuera tan macho no tendría
vergüenza de besarte en la boca.Me avergüenza la vergüenza. Chau, hasta no sé cuándo.
BABIECA
Me da mucha lástima.
Siempre anda con la misma corbata y bien afeitado. Es armonioso, pero me aburre. A veces me parece que lo ayudo a todo desde adentro, como si quisiera adjudicarle la manera perfecta.
Creo que sus adjetivos son mi lástima. Él nunca me ha pedido por favor.
El año pasado yo tenía una novia rubia. Siempre me preguntaba como si fuera más grande que yo: ¿qué tal las cosas, babieca? Esa tal vez manera mía, me es ya nombre.
Todas las noches cuando me acuerdo de él me llamo de esa manera.
En verdad, me daba rabia. Ya no me da.
No lo he vuelto a ver, sino en sueños.
La última vez que lo vi me hizo una cara fea, como si me quisiera matar.
Tal vez de alguna manera, me llamó por dentro. Yo no lo oí.
Yo he leído sólo dos veces el diario. Una vez no me acuerdo para qué. La otra, porque estaba el nombre de él y su foto.
También estaba el mío, y en más grande decía "su hermano", y había una foto mía en que, la verdad, tenía cara de eso que me daba rabia ser y él me decía.
Arriba de los dos, en el diario decía: "Fratricidio".
Dicen que lo maté.
Yo sólo le pegué con un palo, hasta que no gritó más.
Me gustaba que gritara, como cuando jugábamos.
SILENCIO NEGRO
Me descalcé el mundo
me cegué los dedos
me desnudé el mundo
cerré cinco ventanas en muro
ciego por ciego
ya sabía silencio
ya sabía negro
por eso silencio negro
por eso todo silencio
y la vigilia en un punto
en silencio de silencio
No estoy habituado al gesto de los colores y me ensordece el estruendo de las formas como un coro fantástico y duro.
Me llaman la atención y el miedo las cosas blancas tan chatas.
Me acechan detrás grillos multicolores, amarillos trozos de silbido han salpicado los contornos.
Algún amigo me describió en una carta todo esto y no consigo dar a cada cosa su nombre.
Cada cosa cambia de lugar y gesticula y describe su música. Se parece al movimiento.
Algo viene hacia mí.
Cierro los ojos asustado.
Y me aterrorizo del negro silencio tras mis ventanas.
Voy a abrir los ojos...
Pero ya no sé.
Voy a abrir los ojos y muevo las manos o digo:
"Ya no sé, ya no sé abrir los ojos".
¡Oh! ¡Ay qué miedo de pensarlo!
¿Habrán muerto los tímpanos de mis ojos? ¿Es que ya los tengo abiertos?
Algo venía hacia mí. Ya estará por llegar.
Y los grillos que me acechaban se han vuelto arena.
¿Qué estará por tocarme?
¡Qué miedo de sorprenderme!
Qué profunda monotonía este silencio negro. ¡Quiero abrir los ojos!
Hace siglos que olvidé los silbidos y los grillos y la música. He perdido las formas y los colores.
Caigo al humo. Me moja una rara presencia.
Ahora comprendo. Recuperaré las cosas:
Estoy despertando. ¡Qué pesadilla!
Pero no puedo abrir los ojos.
La sábana... llena... como migas. Está arrugada. Me arde la espalda...
Algo de eso recuerdo.
¡No puedo, no puedo abrir los ojos!
¡Madre! ¡Mamá! No puedo abrir los ojos.
¡Mamá! ¡Mamá!
¡Mamá!
—¿Pero qué querés? Son las 5. Dormite.
¡Mamá! ¡Prendé la luz que está muy oscuro!
—Si está prendida.
¡Ayudame a abrir los ojos, quiero abrir los ojos!
Pero,
si los tenés abiertos.
CUANDO LOS VEO A LOS DOS JUNTOS
Julio es un flor de tipo.
Practica karate, tiene diecisiete años.
Va muy a menudo a casa.
No es muy buen mozo pero, al parecer, según dicen, tiene su pinta.
Tiene la nariz un poco halcónica y es algo rojo, pero a veces me gusta mirarlo.
Yo no soy invertido, al contrario, me gustaría ser Julio.
Es más chico que yo, pero más alto. Es más flaco, es muchas cosas más que yo.
Además, Julio se me vuelve Julio cuando los veo a los dos juntos.
Los dos están en el colegio. Él en quinto, ella en tercero.
Yo terminé hace mucho. Pero él me va a alcanzar. Me sigue con la velocidad de sus pasos. Yo estoy parado.
A veces cuando viene a casa, si está con ella, se sientan al lado sin mirarse. Ella es de él. Se nota. No sé por qué, pero se nota.
No tienen nada urgente, pero son inexorablemente "ellos".
Ella le es.
Él hace muchas cosas por ella.
Me gustaría ser Julio.
Poder hacer con ella las cosas que yo no sé que hacen y que siempre me pregunto, entre súbdito y celoso.
Yo a ella la quiero. Tal vez por eso me gustaría ser Julio. Quizá lo envidie.
Aunque yo la veo más a menudo. Pero eso sí, de lejos.
Con frialdad, casi familiar.
Él tiene sus mejores cosas.
Yo otras, cotidianas algunas, y otras que son Julio mismo.
Siempre me habla de él.
Siempre me dice: "Aconsejame vos; después de todo, sos mi hermano, ¿no?"
EL JUGUETE DEL DELIRIO
Y volvió a gritar: "¡Han matado el agua, el agua está muerta!"
Y su voz, como una rama seca, desde toda la casa convergió sobre su garganta, cuajó sobre su grito como si hubiese terminado una espera de siglos.
Y levantó entre sus manos el trapo de agua inerte, como un muñeco muerto.
La sangre le hizo un relámpago y los ojos quedaron detenidos como relojes últimos.Eran las seis. En su mano también eran las seis. Pero (nadie lo sabía) ella era ya para siempre las cuatro y doce minutos.
La tarde se desteñía sobre los azulejos, ronca, a través de la ventana esmerilada.
Lloraba, como lloran las niñas cuando lloran.
Seguían golpeando a la puerta. Desde hacía rato reconocía ese atroz empecinamiento sobre su místico silencio.
Golpeaban como siempre que se encerraba.
Y ella lloraba. Y las voces de afuera abrí, abrí te digo, ¡vamos!
Y el trajín afuera y el tiempo atareado sobre los relojes, los relojes apelables. El tiempo inapelable sobre los relojes cortos.
Gritaron mucho tiempo más y luego vino el carajo lleno de vino como siempre y los puños estallados sobre el encierro y más allá sobre el miedo acorralado más atrás de la muñeca, del agua y de las manos, que quedaron afuera del refugio donde acudía siempre despavorida.
El agua, el agua, han matado el agua.
Y abrí, mocosa... ¡Como siempre!
Carajo, el agua, las voces se amontonaban.
Dos transparencias superpuestas.
¿Quiénes son más ingenuos, los locos o los brutos? ¿Los locos irresponsables o los brutos irresponsables?
Y la hallaron, porque abrieron al fin como siempre, allí, bajo el lavatorio, resumida contra el rincón y el agua, que se la adhería, amigable y anónima de las lágrimas, mezclados.
Toda mojada, mirá, como siempre, y esa muñeca de mierda, alzá.
Y la mirada vacía, los ojos dejados solos, y la fuga o el destierro o el juguete del delirio, remoto país atrás de la sonrisa sin gobierno y la carne mecánica.
¡Y...! ¡Como siempre...! ¡A la...!
Esas tardes viscosas, el olor a cebolla.
EL MAL DE TODOS
A Eugenio O'Neill
Cuán perfecto el incomparable refugio del profesor, escrupulosamente clásico. No ha agregado un solo libro durante años.
¿Qué edad tenía yo cuando vine aquí por primera vez? Seis. Con mi padre. Mi padre...
Olor a yodo en los frescos pasillos, aquel verano caluroso. Me acerqué. Su voz se había alejado tanto. No pude comprenderlo. ¿Qué hijo puede comprender? Siempre es demasiado cerca, demasiado lejos o demasiado tarde.
Cuántos recuerdos en esta hermosa tarde. Esta vieja y agradable ciudad después de tanto tiempo.
No volveré a Europa. Allí no podría escribir ni una sola línea. En cambio aquí... Un pretexto para anudar palabras. Mis novelas...
No creo que tengan sentido cósmico, pero hay una piba que las estima, y yo sé escribir. Y eso ya es bastante.
¿Y Nina...? ¿Qué será de Nina? Era tan agresiva. Pobre profesor.
Nina también me dominó a mí.
Yo la hacía bailar sobre mis rodillas. Pero a veces... ¡El perfume de sus cabellos! Como una droga para el sueño.
El sueño... He ahí el mal de todos. Los sueños. Porque eran siempre aquí mis pensamientos.
En verdad, no tiene ninguna importancia.
MUERTE - AGONÍA
Sentí un golpe aturdiente en un costado.
Un calambre puntiagudo esparció la soda de un ardor metálico.
Una música insónica me empañó la mente.
Con temor de descubrir el dolor, bajé la mano al lugar del golpe. Ya hace mucho que es mío.
El miedo de tocarme me hacía recorrer por mitades el camino que faltaba hasta el costado.
Opté por desabrocharme la camisa y sentí nublados los dedos de cierta sordera.
Cuando me saqué la camisa comprobé que no tenía nada. Era simplemente como un lugar vaciado; sentía un hueco; más que todo, no sentía. Sentía nada.
Acerqué la mano, toqué, pero las pupilas de la piel estaban ciegas.
Me miré la mano y se esparció lentamente sobre ella un visillo de afonía.
Comprobé qué poro a la escafandra de acostumbrado ruido se había disipado.
Recuerdo vagamente nombres o cosas.
Hace rato que floto.
He perdido la cuenta de los siglos.
Se han oscurecido cinco ventanas y estoy prisionero de una esfera, vuelto simplemente conciencia.
Todo se ha vuelto simultáneo en mi hermético encierro, y tengo miedo de recuperar brutalmente las cosas.
IMPACTO
Entonces miró hacia atrás.
Tener los ojos en un lugar de la cabeza significaba siempre tener atrás.
Giró espantado de la existencia, superior al sentido.
Siempre faltarían escondrijos por alumbrar.
Y esa ceguera a manchas. A ratos le ceñía el acecho.
Antes de la muerte, se puede apelar a la locura, para vaciar el miedo. Pero ¿qué torpe pavor permitiría la intemperie de un loco o un sueño, un suicidio a medias, para escapar de un acoso?
En seguida comprendió que era la imagen instantánea de lo súbito, de la sorpresa.
En realidad, había querido girar. Pero ni siquiera percibió el segundo impacto.
SUCIO INOCENTE
Me estaban abriendo el ropero.
Él sostenía la linterna y daba las órdenes. Dos soldados y mi camisa de fajina. Él.
Me escondí mejor. Debía quedarme toda la hora de instrucción escondido.
Ellos no me habían visto.
Llegaron los primeros pelotones de vuelta de la corrida. El mío. Me mezclé.
Ya lo empezaba a suponer. Podrían ordenar una revisación de equipo.
Se me cayeron las cosas sobre la cama de Echane. Levanté una camisa de más.
¡Mi capitán! ¡Papá...! En realidad un mazacote de miedo y careta.
¿Por qué probarme así?
Se llevaría el chasco.
Pero no llegó la revisación de equipo. ¿Por qué me daba tiempo?
A las seis formación. Ropa de fajina.
Echane castigado. Sí, es cierto, la tenía.
Salvo que..., no, no la tengo. Teniente, capitán, ¡papá! Vergüenza, culpa, odio.
La orden era dos minutos después. Formación y revista de equipo. Ahora lo sabe, pero también la gente. El hijo del capitán robó una camisa. Pero no había razón de no confiar o no hablar. Yo podría haberle dicho que el robo al depósito no tenía nada que ver conmigo. Ahora la culpa se la ganó por no confiar. Y yo no soy tan inocente, por desconfiar también.
Echane, pobre Echane. También tiene su parte, mostró la hilacha por tener razón.
Qué culpa más inocente. Pero qué inocente sucio. Insinuar que del mismo modo pudo ser en el depósito.
LA TIERRA NO TIENE PERDÓN DE DIOS
Otra vez en el día grande. Los pájaros tiritan como la risa.
Tengo un perro contento que hace olas como un mar. Lo tengo en una mano.
Y el día por afuera.
Encontré esta birome y me he venido al sol para escribírtelo.
Serrat nos inventó en una canción que dice algo así como quelevausteacer señora.
Cuando comprendemos que las cosas siguen siendo después de nosotros, y han sido antes, con esa independencia de que la verdad excede todo testimonio, empezamos humildemente a deponer el egoísmo.
Creo que ya no existe el Brasilero que talló este bracito de la suerte, o no ha existido nunca. Quién podría reconocerlo, colgado de un cuello que va desde una espalda hasta una cabeza torpe como un barco roto (me gustan —ego— los barcos rotos). Pero ¿qué bracito de la suerte va atado por un hilo ambiguamente blanco que alguien (yo) sacó de un paquete de ravioles que no comerá nunca porque están integrados a las cloacas de Buenos Aires, desde no sé cuánto tiempo porque no llevo la cuenta de las cagadas familiares?
¡Sol! ¡Sol! ¡Carajo, más sol!
Bueno, andate a la mierda sol boludo.
Vos no conocés estas baldosas. Yo estoy arriba de estas baldosas porque soy boludo y peso y entonces estoy siempre arriba de algo.
Sí, algo así como un sueño en la piel. (Gracias Serrat.)
¡Cómo me gusta tu piel! Y el mar cuando te bañas porque tiene un hueco igual a tu piel donde vos te movés grotescamente y yo no te he visto nunca pero me parecés una reina.
Ah! mar y vos más, Gache mar para cuando yo nade grotescamente, parecido a mí, hermosamente yo, Rolfimente amor, pero saliéndote la luna luna luna como me gusta, tu sangre revolcándose de música.
Y la tierra puta (no leas puta, grosera de mierda, ¡mirá lo que andás pensando!) se copió de vos y tiene cosas lindas.
Y se le meten las hormigas. Por puta.
¡Fajardo! ¡Padre Fajardo! ¡La tierra no tiene perdón de Dios!
¿No ves? Caminamos arriba de un pecado mortal.
YO VIVO SOLO
Yo vivo solo. Siempre (siempre es el tiempo que importa) he vivido solo.
Había salido esa mañana. Ahora todavía tenía la llave en la mano. El infinito se adivina en un segundo.
Ya el golpe había sido, el dolor, no lo había calculado.
Yo era un asesinato más.
Los lapsos se comprenden al final, nunca sabré cuánto, pero no me importan los números, me desperté y supe que había estado dormido, luego todo lo demás, las llaves, la puerta abierta todavía.
El ruido gutural del ascensor, tuve miedo, otro golpe, la sorpresa me tensaba el acecho y me asustaba la duda.
El golpe no llegaba. Yo gritaba por adentro.
El ascensor había parado hacía un minuto y la puerta había hecho su chapoteo de metal.
Mi corazón era un buche enorme.
Me levanté, el miedo estaba en todas partes, cerré los ojos y tuve más miedo, miedo de dejarme solo.
La impresión, la calma, dudé de si a los ruidos los agregaba mi obsesión o estaban allá, allá en el primer dormitorio. Entonces corrí, me levanté y corrí, y cerré la última puerta y el baño y el pasillo y...
El ruido fue feroz, levantó el palomar de un gong despavorido en mis entrañas.
Había sido la puerta. ¿La puerta y quién? ¿Quién o qué? Volví a cerrar sin mirar atrás y cerré la última que quedaba a mis espaldas y me apoyé fatigado.
Era un cuarto con cinco puertas.
Yo tenía un teléfono allí, y otro en el dormitorio, el interruptor estaba en el dormitorio, yo había cerrado la puerta, la primera.
Rogué que estuviera hacia mi lado, pero no me animé a comprobarlo.
De repente recordé la puerta a mi espalda y me apoyé con una mano para darme vuelta, al girar sentí que se movía el picaporte detrás de mí y me inundé de una música caliente, un brutal orgasmo de presagio y terror. Ya no me pregunté si había sido yo contra el picaporte o el picaporte contra mí, el miedo estaba desatado como un veneno lento e irreversible.
Tranqué todas las puertas, ese sistema americano de llaves, sentí cierto alivio de aquella sugerencia del constructor.
Allí estaba yo entre cinco cerraduras.
TRAÍAS EL DOMINGO ENTRE LAS PIERNAS
Domingo. Azul y frío como todos los domingos. Fútbol como un emblema de domingo, es el día más ancho, más adoquín y más semáforo. Sobre todo cuando voy en el 215 para lo de Graciela y frente al H. Militar hay una rabiosa espera de 10 minutos, mientras se apelotonan los negros del turf en la barriga del micro.
Eso era hace un año. Ya no voy a lo de Gra.
Me embolé.
Pero es domingo hasta mañana.
SURF AND SKI
acuáticos en cualquier playa.
Algún día, creo, dejaré de pensar que soy inteligente y me dedicaré al vulgarismo de ser al fin un río de millones de apenas gotas.
Algún día seré una gota.
Espero no caer sobre un asado o un charco de miada. (Léase con I.)(Sonámbulo.) Ayer u hoy terminé con los timbos. Hace siglos hoy transcurrí demasiado. Como haber ido y vuelto en un instante. A todo. A la historia, al nunca y seguir como si nada.
(Algún pelotudo tira bombas por allí diciendo sandeces como ideal, nacionalismo, etarra. Pelotudo drogado de resentimiento, ya con el ruido a no sé qué. Tal vez a un silencio inhabitable metido en la sangre.)
Con mucha
vergüenza de haberme caído del patín o la tabla y ser rescatado del fondo del mar con mucho ruido a sal y a vértice.
"Último como un vértice." Así empezaría algo que se tratara del mundo interior.
Pocas veces me descalzo la garganta y camino y me raspo y me pincho sin sandalias, sin palabras, sin recodos, sin anteojos que me salven de la franqueza.
Me saqué los zapatos pero me los pongo aquí otra vez antes de emprender la arena caliente.Está bien, me pondré los zapatos de irme, y los ojos de nunca y las manos de ramajes despoblados y el silencio azul de los caminantes y la anticipada resignación de los que no vivieron su propia rebelión.
Me pongo los zapatos de irme, de muchas partidas (y sólo dudo de mí como ante un espejo donde descubro rostros ajenos y no allí ecos ni sombra siquiera), y siento que yo soy el que pasa, el que les pasó a los otros, el que siempre se va, el que no existe.
Porque eso es ser solo sin distancia, ser ausencia sin partida.
Porque parto una vez más y es no haber sido nunca, como caminar sobre el barro sin dejar huellas.
Me pongo los zapatos de irme, de haber quedado tantas veces, como perderme el rastro o dejar un hombre existiéndome yo mismo es cada parte y seguir adelante hacia mí mismo tantas veces, tantos testigos, tantos puertos, y el único ojo único, que no puedo quedarme ni dejar en ninguna parte siéndome la larga soledad de los andenes y los zapatos que nunca me descalzo.Tengo miedo (creo) de ser intrascendente, por eso me muestro espiritualizado.
CON MUCHA
vergüenza de haberme caído del patín o la tabla y ser rescatado del fondo del mar con mucho ruido a sal y a vértice.
(No musical.)
TAN TU MARIDO
A este argumento le queda bien
que te hayas casado.
Hay contradicciones que no entiendo. Empezar a obrar de acuerdo con ciertas pautas porque una de ellas nos previene un tiempo de acción determinado. Y luego toparse con que hubo pautas falsas o equivocadas que nos ocasionan diferentemente. Esto siempre incluye un equívoco en la primera apreciación del tiempo. Y cambiar la tónica del obrar. Por ejemplo acatar una circunstancia tan real, trivial, absoluta como relativa y transitoria como definitiva, como lo fue el casamiento de Conchita. Un mazacote de gente irreproducible. Tu marido, tan tu marido. Tan mi arrepentimiento, mi error, mi estupidez, mi bondad, mi maldad, como tal vez la verdad devenida por esa fuerza genital de lo ordenado (obligatorio inexorablemente al fin). Entonces una situación fallida, insustancial, descolorida, chocante, forzada, preguntas fatuas y respuestas evasivas y estúpidas. Situación estúpida. ¿Pero corresponde (me pregunto) formalizar una flamante imagen acompasada con la farsa, que nos desmienta, nos mienta en verdad? Es necesario, por respeto a cosas que sólo nos llevan de verdaderas la vigencia de tener un tiempo anterior, que nos preanula, aunque lo genuino, lo basal, lo seminal sea hallarnos (porque buscarnos no nos es verdad, sino habernos forzado), hallarnos en un rostro de dos o tres veces en un tiempo sin historia, sin testigos, sin hábitos, sin cotidianeidad, sub o suprahumano. Y después naufragar en lo trazado, lo inevitablemente nosotros, como es ser siempre lo suficientemente cobardes o valientes como para resistir.
ALBERT E = MC AL CUADRADO
Si mi imaginación fuese más extensa que la necesaria para esta idea, en vez de ser algo tan pobre como la vida...
Pero... ¿qué estoy diciendo?
¿Sólo porque las estrellas son siempre las mismas hago un problema de lo que no miro?
La realidad de las cosas, la tiene mi conciencia.
Todo es relativo. Y por lo tanto también es relativo que todo es relativo. Por lo tanto no es absolutamente cierto que todo es relativo.
He ahí una afirmación que se cocina en su propia salsa y sale ilesa:
Todo es relativo.
DIARIO DEL INFIERNO
Recuperé la voz. Ya no tengo olor a ceniceros astronómicos, ya no sueno a coagulación de luz lunar, a detención, a ola demorada, a rota espuela lunar en un mar emancipado. Pero sobre todo, lo más sonar, lo más aliento, lo más torre, lo más andanada de campanas, bayonetas de flores, lo más miel al acecho, es que puedo olvidarme y venir a tu nombre, venir a esta ceremonia del amor a poner en pie mi sangre, a desenvainar relámpagos, a desterrar tinieblas, a derrotar diamantes, a tomarme una copa de delirios y acarrear tus amapolas, los naranjales insondables de tu pelo, hasta los atracaderos finales de mi boca.
Hoy leí en el diario del infierno que la onza de amor no se cotiza, que el gramo de guerra está en alza y que hay bancarrota de jardines en los hemisferios de la noche. Por eso decidí emplearme en una relojería, para clavarle una cifra equivocada al reloj genital del desgaste e infartar el tiempo, romper las manijas de su puto y hediondo corazón.
What the hell! Si todavía lo necesito como a un remero, galeote intransferible, para que me lleve hasta el encuentro, para que me desembarque en tu beso y me naufrague en el mediodía de la eternidad. Luego lo mato como a un buey, por la espalda, desde el pasado, para quedarme eternamente dentro tuyo, separados y juntos, aurícula y ventrículo, como un reloj de arena. Ése será mi único suicidio de hoy en adelante. Me mato mi pasado. Clavo mi zapato en una nube para que llueva despavorido sobre la vagina boquiabierta de los volcanes, que son mis amigos, mis perros custodios. Ellos se lo van a comer y lo escupirán por el otro lado de la tierra fecalmente acero de hacer cerraduras y ametralladoras.
QUE EL FUEGO SE QUEME
¡Incendio! Está la calle atestada de peligro.
Hombres disfrazados de hormiga hormiguean como burbujas incalculablemente.
Arrastran venas raudas, largas flautas donde se apura el agua como un urgente animal.
Nadie mira a nadie. Nadie recuerda nada.
El fuego embiste como un toro derretido.
Olas, lenguas, banderas, túnicas y bramido.
Las hormigas le clavan su aguijón chisporroteante. Las heridas del fuego son húmedas y vaporosas.
Yo estoy en esta esquina y no me pregunto por los señores asustados, por los amantes que se derriten en los calcinados colchones, por los cuadernos como éste que se van por la ceniza, por el carbón de los miedos y los besos con rumbo de humareda.
Ni siquiera pienso que podríamos haber estado allí, jugando a siempre, tú y yo, en un mañana cualquiera.
No.
No hay incendios para nosotros. No habrá mangueras escupiendo; gritos de socorro, reventadas ventanas. Habremos tal vez una inundación de mariposas, un caos de flautas incandescentes, un diluvio de palomas luminosas.
No me importa que se quemen estas casas. No hay tiempo más allá de nuestros ojos. No hay muerte ni dolor ni urgencia.
Toda la tierra nos asiste como un planeta que concentra su circulación, su pulsación de palomas subterráneas en la primera raíz de su naturaleza. Están dejando que el fuego se queme.
Ya le han sacado los ojos. Le han clavado una inminencia de agua. Ese mar vertical ya se desploma.
Cerca mío hay dos señores en pijama que no se parecen en nada a nosotros.
No saben que han sido condenados a cuaderno perpetuo.
Me voy antes que me salpiquen con rincones.
PANTUFLESCO, APACIBLE DOMINGO
Era domingo. El tiempo sin veces.
Un camino abierto, donde no se puede.
Pasaba las manos de los ojos al silencio como revisando viejos miedos, dulces trofeos de todos los niños que fui feroz.
Cuánto me habré esperado ese domingo, o cualquier otro, o un martes, si se hubiese empezado a contar dos días después.
Cuánto me habré esperado tantas veces, yo, todos los espantos que fui, toda la gente que me fui poniendo, la vida, fabricándome los días como una araña (y una tela, tal vez siempre hacia, pero sin bordes).
Mi cara de domingo. Mi silencio de domingo.
Todas las cosas que me ponía, revisándome la presencia.
Mi soledad, al fin, de todos los días.
EL DEFORMADO
Estuve llamándome desde adentro, sin gritar, aún no sabía el silencio, no tenía voz, dije desde adentro, ¿dije?, ¿desde adentro? Llamé. Recuerdo que con las manos no, aún no tenía las manos. Tampoco recuerdo. No tenía las cosas de las imágenes que ahora son sólo sensación. Llamé mucho tiempo, tal vez sigo llamando o soy una mentira y entonces empecé en mí mismo como un anillo, porque soy infinito.
Un día, no sé cuándo, empecé a pensar que no llevaba la cuenta del tiempo que hacía que pensaba. Creo que es lógico, o creo que creo. Porque si no pensaba, no podía esperar el día de empezar a hacerlo. Pensé y me supe, o me inventé para entonces sí empezar a pensar. ¿Cómo pensar antes de ser?
Todavía no puedo acomodarme en orden. Es que fue de golpe y yo soy eterno y eso excede del tiempo o cabe en un instante. La eternidad no transcurre porque necesitaría tiempo, por eso yo que soy infinito no tengo antes ni después y soy un quilombo sin orden ni concierto pues el orden es número y el tiempo es sucesión.
Empecé a pensarme, como me digo. (Ésta es una manera de ser mi propio testigo.) Morir dormido sin haber nacido y que nadie sea al fin testimonio de que yo no he sido, ni siquiera de que estoy escribiendo esto.
Y un día tratando de inventar lo que me faltaba para ser ante los otros, empecé a hacer fuerza para parecerme a algo que no se pareciera a nada: yo. En realidad era fuerza para diferenciarme. Y pensé que se podía llamar "El deformado".
SOLO COMO EL PRIMER MUERTO
...¿O acaso cree ser la única que tiene derecho a su voz, a sus manos?
Estoy solo. ¿No lo entiende?
¡Solo! ¡Solo!... Solo.
Y estoy más solo que lo que puede entenderme.
Más solo que solo.
Porque alguna vez no estuve solo.
Porque no puedo estar solo del todo. Porque tengo voz, y manos. Y no crea que eso es asqueroso... Es... ¡Qué sé yo!... Es triste.
Vea, m..., me da ganas de llorar. ¡Y he llorado!
Yo sé que hay muchos solos.
Y que nos damos las manos de los ojos en las estrellas.
Pero después... ¿Qué estrellas?...
Uno se hace un levante y pierde confianza con el cielo.
Y sale mucho más triste al frío, con el aire hurgándole el alma, y con más ganas de llorar.
Porque no tiene con qué.
Ya a esta altura del partido debo tener el alma herrumbrada.
Tengo callos en los ojos.
Y el corazón abollado de tanto aletear sin razón.
¿Sabe?... Vivir sin fe es sólo aptitud para morir.
Siento que el alma se me evapora, que sube como si fuera de humo hasta el corazón del cielo.
Y después me llovizna por la espalda decepcionada.
¿No cree que el alma está en el vientre? ¿Después de todo?...
Una mano le pide a la otra... Mire, ya las tengo secas.
Y tengo ganas de gritar.
De meter las muelas de arriba en las de abajo. Y al revés al mismo tiempo.
Y tengo miedo de morirme...
O de despertarme y ver que soñé algo tristísimo y que estoy más solo que el primer muerto.
Estoy atrozmente solo. Dejado. Quedado... Como el último vivo.
Un ciego de nacimiento, si es que llora, no sabe por qué.
Yo sí. Yo sé que no veré más.
Yo iré olvidando poco a poco, que es el peor de los recuerdos: saber que se ha olvidado.
Es la manera más vengativa de las cicatrices.
TODA LA NOCHE BESADOS
La primera vez la había visto sin pensar en la casualidad de que las cosas fueran como eran y no de manera diferente, que tal vez también me haría pensar en la casualidad.
Pero ella no era ella, porque por qué no una que leía con los dedos olvidados en una obsesión entre el pelo, o la que se había bajado por adelante o la que a veces en un bache me rozaba sin dar tiempo a la noción que apenas ensayaba una sensación sin luego.
Porque uno es uno entre muchos, y me sorprende la posibilidad de hoy, ida y vuelta hasta aquel día, como un temor de que no hubiera sido.
Nunca se separa cada uno de todos.
Advertido es uno y los otros, por eso ella, que no tenía por qué serlo, era ella. Por qué hoy, porque hoy tal vez es ella desde antes, pero recién hoy, porque ya puede haber recuerdo, ya tenemos antes hoy, ese extraño futuro recogido donde aprendo que las segundas veces son una casualidad mayor, o la primera casualidad, porque por qué no en realidad la primera vez.
Porque los colectivos llevan gente y la gente debe ser gente, y todos los que son, en alguna parte, pueden tomar ese colectivo, y habrían podido ser y fueron, o no fueron, y todo debe ser dónde y también cuándo, y con quién. Por eso es razonable que sea, que haya sido, y que las veces se recojan también en la segunda, cuando la primera se vuelve primera y algo pierde el anónimo olvido cotidiano, preparado para todo lo que no queda o, tal vez, por tan poco, ni siquiera pasa, y me vuelve testigo, me es un poco la tarde, mi certeza de ella.
De repente algo tiene razones, cobra dudas y preguntas, se cae en la cuenta de los quizá que pierden el infinito en una vez, para haber sido definitivamente inexorable.
Por eso todo lo que es tiene los "como" en el ahora estrenado.
Y el colectivo incesante reuniendo el nunca con el siempre. El cada día con el primer día (siempre hay un primer día) y ese hastío vertical acosado del diario naufragio de siempre anonimato, cuando no asusta ni sorprende que todas las veces que son primeras también pueden ser últimas. Y no pregunto por los que ni siquiera revisé (amontonadamente todo o siempre), no pregunto quién, no sabré luego que vi o pude haberla visto ese día. O quién morirá mañana o no tendrá otras veces, o no recuerdo hoy si antes.
Y el fragor del lunes nos alcanzaba a todos, pero a los dos, porque ya los dos, ya ella.
Y el pelo se le subía hasta la cabeza como un tigre azul.
Y mi certeza en un segundo y mi anonimato interrumpido y siempre por atrás y por delante. Esa mirada de ser también los otros. De ser el púlpito que somos hacia más allá de nosotros. Esa mirada de colectivo, de lunes, de nunca y de tal vez.
Hoy la conozco. Viajé hasta su imagen por las veces. Hoy no comprendo cómo pudo un día no parecerse a nadie. Hoy que recuerdo que tantas veces se parece a ella. (Que cada mirada primera hasta lograr la segunda que necesita ya un recuerdo o un olvido preparado), que cada mirada vacilada en el reflejo de los vidrios, que su mirada entrecortada entre tráficos de lunes y ciudad, entre cabezas y brazos hacia el pasamanos. Hoy que recuerdo que de las historias se guardó una sola cosa de los días y tengo su cara fácil que no puede ser incierta, su cara que no había sido.
Hoy recuerdo que nos fuimos por las veces sin preguntar mañana y amontonando ayer parados sobre un punto.Había recordado ese ronco 60 sobre Las Heras, todas las cosas que venían empujadas de ayer y que recién tenían hoy. Había recordado que siempre es porque sí o porque algo; un libro en la mano y una carpeta acostumbrada (cuántas cosas que son costumbres pueden ser nuevas y sorprendentes con sólo cambiar una persona).
Había recordado que nos habíamos ido hasta el día sin contarnos, que los días empiezan hace mucho encontrándose el proceso, la algebraica antecesión, la sucesión causal de lo que sólo se dice historia (siempre el quizá hacia adelante).
Y no bastan los mañanas recorridos ni las cosas justas o las premisas que no han sido todo lo que ha sido.
Hoy recuerdo el miedo primitivo (el día que me persiguió hasta el día). Aprender los primeros olvidos.Estuvimos toda la noche besados contra el insomnio inminente. Toda la carne abandonada al rastro del sueño. Después volvimos como los murciélagos.
Recobramos los ojos, la mentira y el miedo y nos tanteamos el silencio hasta encontrar el día de los días.Aquella casa vieja donde íbamos a lavarnos el domingo.
Tu vez herrumbrada después de tanta travesía.
LAS FLORES DE ELLA
He recordado a veces cosas que han perdido el orden y los números. He recordado siempre. Hasta que el recuerdo es más largo que el tiempo de las cosas.
Porque viajados, rutinarios, encontramos el nosotros, dejamos de ser cada uno.
Y yo me expliqué tus libros, y supe qué cosas son a veces, porque tuve, me acerqué a tu siempre.
Tú me sirves de costado. Marchas conmigo y yo te cuento estas cosas eligiendo las palabras como las frutas.
Había siempre un espejo donde aprendernos. Sentados hacia nosotros, estuvimos comiéndonos los gatos que giraban en nuestros arrabales.
La tarde era hermosa, tan hermosa que podían ser hermosos los cementerios.
La gente del domingo que hace lunes sobre los ómnibus, me servía sin costumbre para la costumbre.
Hoy le llevaba flores. Una vez las flores, recuerdo... Ella no había dicho nada.
Cuando di la vuelta, el panteón que siempre me servía de orientación, dejó de seguirme.
...MIENTRAS ES MIENTRAS
Después de todo, no estaba tan mal, siempre para no dar por perdido el tiempo de una espera que se prolonga.
Siempre luego de una espera y una renuncia que no se acata, se transige porque ya no es antes, porque cuando es tarde, antes siempre podrá ser, y siempre ha sido tarde porque siempre hay antes.
Ahora sí que estoy lucido. Ahora ya es tarde. Tantas veces fue temprano y dije ya no es hora. Cuántas veces no pensé que después antes siempre ha sido más temprano.
Estábamos los siete. Siete porque sí. Ningún ajedrez se nos volcaba encima. No teníamos el orden para nuestra solución. Nos antecedía la razón invariable del porque sí.
Ya no, ahora que seguimos estando los siete las razones nos empujan. Los seis nos sincronizan.
EL ROSAL
Comedor, una mesa. Derecha, puerta de entrada; junto a ésta una ventana. Se ve un patio y un rosal. A foro puerta de dormitorio. Entra el hombre, recorre con la mirada la habitación, se seca la transpiración con el pañuelo. Llega la mujer del dormitorio, está en combinación y descalza.
MUJER: ¿Para cuándo es?
H: Dentro de una hora ocupamos la fábrica.(La MUJER toma una revista, trata de leer... y trata de leer, luego se apantalla.)
M: Hace un calor terrible, no podía dormir. Tengo las manos pegajosas.
(El HOMBRE va a la ventana.)
H: Ya amanece.
(La MUJER le da un vaso de agua.)
M: Toma.
H: Han movilizado a la policía.
M (junto a la ventana): Los veo.
¿Quieres comer?
H: ¿Hay algo?
M: No. Pero podría preparar un poco de café.
H: Están armados con ametralladoras.
M: Ha florecido el rosal.
H: No sé qué podremos hacer con las armas que tenemos.
M: Te burlabas cuando lo planté.
H: Salías consiguió una pistola.
M: El hollín le sirvió de abono (se acerca con la rosa).
H: Tengo miedo.(Ella le besa la nuca, se sienta a sus pies, tararea una canción, se levanta, va al dormitorio, vuelve, trae una campera, le ayuda a ponérsela, lo besa.)
M: Hasta luego.
(El HOMBRE sale, la M. se sirve el café, se sienta, comienza a revolver lentamente, oye unos tiros, llorosa sigue revolviendo el café.)
EL CUCHILLO
Cuál habrá sido el grito de los héroes, de esos que me dan miedo de tener miedo de morir y gritar gritaaaar.
Inundarlo todo como la luz total. Pero mi mar es apenas latidos. Y naufrago.
Un ciego se cierra por afuera de las cosas, todo se lo traga como el silencio.
—Nada. Pienso.
¿Qué dijiste?
¿El cuchillo?
En la coc(s)ina, creo. (Sentí que lo decía con ese.)
Hoy siento los colores con falta de ortografía.
¿Anillo, sacabrillo, sencillo?
¡Ay...! ¡Qué grito me apareció como un animal!
Cuchillo. Eso era.
Me estoy por morir. El tiempo ya no tiene medida, lo entiendo. Me quedo para siempre en este instante.
Esto es la eternidad, un punto infinito.
No entiendo por qué me mato.
Morirme sin argumento. Si esto fuese un cuento... Terminaría mal.
Claro: al final todas las muertes, todas las realidades tienen un argumento por fuera y una incomprensión y una sinrazón absurda por adentro.
Nadie entiende su propia muerte.
Ninguna razón tiene tanta verdad como uno mismo.
Un espejo sin fondo, un abismo cualquiera y esta muerte que se me ocurrió. Y podría haber sido cierta, por qué no por qué no. Si esto fuera el cuento sobre esa muerte que hubiese sido verdadera. Sería perfecto y este argumento como una canción de una melodía recta sería irreprochable.
Ah, me olvidaba. El cuchillo...
¿Dolerá?
Este cuento al final no sirve para un carajo. Ni siquiera para imaginarse que a uno lo matan porque sí.
Sin embargo lo escribo, como si importara. (Me refiero a la reflexión de que el cuento no sirve.)
COMO UNA IDEA MÍA
Un banco que no importa me soporta.
Tengo alguien al costado.
Una señora insistentemente al frente me mira como si se supiera en mí.
Y yo me hundo y pienso y cuando vuelvo está ella con la constancia de su vigilia indiferente puesta allí, como una idea mía.
INTROVERTIDOS COMO UNA TORTUGA
Era un pasillo pintado de blanco, con la perspectiva paulatina resolviéndole la monótona lejanía.
Rítmicamente se sucedían puertas grises, heraldos de un misterio que guardaban.
Cada cerrojo resolvía dudas y deducía preguntas sin clausura.
La gente del ahora, en el puntual momento se sabía y se ignoraba.
22 ó 30, ó 25, dos polleras negras, un montón de tal vez no investigados y verdaderos colores en la ropa que no indaga el ojo distraído que mejor supone.
Todo allí, una hora cualquiera. Yo y los otros, y en cada ojo de alguno de los otros, un él que se ensimisma, mirándome como a uno de los otros. Todos somos los otros; y el cada uno un recodo que no averigua la ganzúa del ojo obstinado.
Yo me escondo detrás de la mirada, como soy desnudo bajo el calzoncillo.
MUERTO DE LOCURA
Una mañana de lluvia tenía los ojos con hache, linyera en el zaguán del tiempo; redondo de frío y de hambre extendió los ojos como manos, despidiendo un barco alucinado.
Lo encontraron muerto de locura, pero él ya viaja en el barco.
EL ENCUENTRO
...Cortó una lámina de fuego. Lo dejó sobre la mesa.
Palpitaba como una rana de música de sangre hueca.
Cuando se enfrió un poco, se sirvió un vaso de música, y empezó a comer.
Yo lo miraba. Me ofreció. Sentí miedo. (Se abren y cierran puertas como desenredando espejos más allá de una mirada inconsciente.)
Accedí. Me extendió un trozo del trapo de fuego casi frío. Seguía latiendo como un caracol.
(Cuántas consignas no se comprenden. Cuántos lenguajes nos pasan por la presencia intestimonial.)
Sentí que podían haber pasado siglos. Mis símbolos numerales no tenían ritmo fuera del tiempo.
En la nada, no se lleva la cuenta, como en un desierto vacío sin costados.
Me llevé un pedazo (con miedo) a la boca. Me sorprendió no quemarme. El fuego es un animal, me dijo.
Pensé que había sido un necio en llevarme el trozo a la boca, si luego me causó sorpresa el no haberme quemado.
La razón, dijo, es un cuadrado. Dibujó con los dedos un cuadrado.
"Tiene puntas, y eso es un sitio determinado, y se puede saber dónde se está y medir.
"Pero con el mismo trazo, con la misma longitud, un círculo me da la libertad de no tener principio ni fin ni sitio ni cuenta."
Dibujó con los dedos una circunferencia.
"Esto, yo no lo entiendo, no lo pienso, no lo soy."
Después de un rato de silencio (él no sentía silencios), pensé que había imaginado o asimilado su esencia irracional.
Entonces pensé que lo que él hacía con el fuego no era comer, y que nunca (él no tiene cuandos) me había dicho el fuego es un animal.
Entonces creí hallar algo, anoté una palabra (".............."), vacío, una que fuera todas las de todos los lenguajes y todos los silencios.
Seguí caminando.
TODA TÚ NUNCA
Haber cambiado es que alguien al pasar donde estamos no nos reconozca. No has cambiado.
Como podrían pasar 100.000 años de sueño, de quietud o de fantasía y el hombre siempre reconocería su espíritu.
En cada lejanía somos un ciego hasta el tal vez. Diariamente se abre y se cierra el ciego irrepetible de alguna manera diferente. A veces vuelvo del alma sobre el día y corrijo la imagen de la gente. Sólo alguna vez el sueño no pierde el rostro, sólo alguna vez el silencio sabe qué palabras.
¿Quién puede medir el tiempo si no hay nada diferente entre el primero y último instante?
Tantos tiempos hay en un mismo tiempo, tiempo de tantas cosas.
Y sólo una cosa nos dice hace mucho y tan poco.
¿Cómo haberte olvidado, si conocerte fue aprender que mi alma existía por afuera también (sin necesidad de serme)?
¿Cómo olvidarte si toda tú nunca?; no eres nada nuevo sino yo mismo que me vengo por las cosas. ¿Cómo si eres la única certeza de que todo lo que veo y siento no es mi delirio, cómo si era mi fantasía más real? ¿O tal vez aprendí en un segundo la eternidad de haber sido siempre, tal vez me descubrí el alma por ti, como entendí que no era ciego en la primera luz?
UNA NIEBLA PARA MÍ SOLO
Así era siempre que se iban. Todo quedaba detenido como un fantástico hueco repentino. Todo era yo en adelante casi como siempre, sólo que entonces ya ellos no. Ya no su sitio inexorable, su diario ciclo de fragor, el lívido pedregullo en la garganta que me irritaba. Ya podía yo. Y me extendía en la infinitud de la casa sola, como un mueble más, el único testigo de todo, el único que computaba los tal vez que a veces me ponían loco.
Dejaban una estela como ese rastro de chicharras que hace un poco la tristeza de los borrachos que no pueden ser parte de una fiesta; su ruido pagano se estiraba como sus aquí que iban con ellos.
Luego como siempre el silencio salía de su madriguera, nunca el silencio asume tan velozmente los ámbitos (tal vez siempre necesité tiempo para creerme loco) como los ruidos.
Después de una puerta se acomodan los latidos de los lugares vaciados con el mismo ritmo decreciente del temblor del agua que se aquieta. Todo se diluye luego. A veces se tiene conciencia exacta de cuándo son las veces de las cosas y cuándo son las imágenes, pero otras uno se destiñe en el delirio: si acertar a señalar el límite entre la realidad y la imaginación.Así era siempre que se iban, el silencio se hinchaba de pared a pared, una niebla para mí solo como si yo lo segregase. Yo era un reloj de silencio porque el tiempo sólo existe en los relojes y este silencio me necesitaba para existir más por un testigo. Y los tenía a todos, silencio de cada uno, porque se habían ido como siempre.
El sobresalto viene cuando uno no espera el hecho que lo sobresalta. Cuando yo estoy solo gobierno todo y si quiero ahuyentar el silencio yo mismo grito. Por eso me sobresaltó esa presencia de otros en otros gritos afuera que yo no decidía. Me perforaban el albedrío de ser yo solo todo lo que había quedado. Es cierto, hay cosas que me despistan, por ejemplo el teléfono, porque el teléfono si no hubiera sonado podría haber sonado o no. Si yo no hubiera atendido podría haber seguido sonando o haber dejado de sonar. Ese desorden de arena histérica e irregular, metódico grillo de metal.
Nadie contestaba. Qué vacío es el lugar donde deben ser las voces, que no están. Una pregunta infinita, la lógica la limitaría a las posibilidades de un cuaderno telefónico o amistades no anotadas. Pero bastan sólo dos para lograr una duda infinita, y nadie contestaba. Cerré los ojos, el golpe se demoraba, los abrí, sin miedo porque siempre que juego a las apariciones no aparecen.
Necesitaba el teléfono. Era como irme por las ramas. Descolgué, como asomándome a un abismo rojo, ese zumbido redondo y caliente, ¿quién lo sentiría frío o alargado? Pensé entonces que cualquier voz podría reemplazarlo, ésa fue la primera vez, todo el mundo es en una mano un lugar común para todas las cosas, como un único ahora para todas las veces. Es una historia rectilínea, numérica si se tiene ritmo, y si no simplemente sucesiva.
ENTONCES COMPRENDÍ
Yo estaba lleno de nuncas y ahora lo comprendía.
En verdad hasta que algo ocurre no se tiene certeza de si pasará o no, por eso creo que la única verdad evidente es lo que pasa, porque lo que no ha pasado tal vez pase, y si por tal vez quiero saberlo cierto tal vez espere siglos a que ocurra lo que me muera esperando.
Lo que me asombraba de la casualidad era que fuesen las que eran y no otras. Tal vez eso era la casualidad.
Es decir, es difícil saber cuándo las cosas que nos pasan por al lado son el fin o algo de una historia que empezó antes en alguna parte y un día sin nosotros. También es difícil saber cuándo alguno de esos hechos son el principio de una historia que empieza con nosotros o con alguien allí donde estamos.
Uno nunca pregunta o piensa en cómo son en realidad las cosas que nos parecen, porque nos basta el nosotros que tienen esas cosas.
Pensé que lo que pasa tiene siempre un aquí y un ahora, entonces comprendí que a lo mejor ahora pero en otro aquí, o que en ese mismo lugar y en otro momento, o que en mi sitio y en mi momento pero con otro lenguaje de evidencia. Entonces pensé que era la certeza. Que siempre faltaba para la certeza.
NARIZ SIRIA
Voy a no dormirme. Tal vez quiero, tal vez no puedo... tal vez qué sé yo.
Tengo una birome y pienso que trato de escribir. El cuaderno es blanco desde siempre, desde algún día, y tengo nada más que decir esto, o nada.
El frío, tal vez, me toca y me llama.
Quizá no estoy allá.
Alguien ha dejado abierta una puerta y no sé cuál de las tres de mis hermanas respira tan fuerte.
Los muebles se desperezan en la sala.
Tengo una idea genial: ¿Quién puede recoger las sombras, si sin luz no se ve y al prender la luz, simultáneamente desaparecen?
(Releo.)
Me parece que mi idea es una cagada.
De todos modos tengo la pomada para los granos y no quiero dormirme.
Qué macana, no puedo fumar. Claro, yo no fumo, pero igual.
Tal vez con un poco de suerte mañana no se me noten tanto.
¿Cómo será?
Me dijo que alta y con una nariz "siria". Yo le pregunté que cómo eran las narices sirias. "Como la mía."
Dijo que era alta, yo soy bastante petiso, y si encima no se me curan algunos granos. Tengo miedo de un dolor redondito al costado de la nariz. Ojalá que no sea otro, ésos son de los grandes.
Bueno, después de todo hoy la Kelly me dijo que estaba bastante pintón.
Además, no soy un acomplejado de ésos...
"Leie", ojalá que no sea un feto.
A las nueve me dijo, ¿no?
Mirá que hacerse la rata.
Qué joda. ¿Tendré guita?
Claro, damos una vuelta al lago. Debe ser linda, la voz me gusta.
Hoy me pasé, estuve un doctor.
No sé de dónde me salen las cosas pero le mando cada frase...
Debe pensar que soy repiola y un bocho; la verdad, tengo un poco de miedo.
Estos granos, sobre todo el del pómulo, me siento ridículo, como si estuviera desnudo, con bolas en la cara.
¡Qué cagada! Esta pomada. ¿Será buena?
Después de todo tal vez no valga la pena ir, seguro que es un feto, además es sonsa, por teléfono no dice nada.
Ma sí, a falta de pan buenas son tortas.
La María, por ejemplo. A la María la largué, me tenía podrido.
¿Cómo será? ¿Qué pensará de mí?
¿Y si no me parezco a mí?
Sí, me dijo a las nueve.
Esta pomada de mierda. Quiero rascarme y no puedo.
¿Y si la viera a la tarde?
Como no llegue a sonar el despertador.
¿Y si me quedo dormido? Buena la haría.
Granos putos. No creo que sea tan alta; tal vez con tacos...
Dicen que está bien.
Tendrá muchos machos.
Sobre todo el del pómulo, me siento ridículo.
¿A qué hora pondré el despertador?
Sí, no dije nada, tal vez no me despierten.
Lo más seguro es el reloj.
¿Y si no suena?... No.
Mañana será otro día.
Carajo, cómo pica.
Bah, no voy nada, después de todo debe ser un feto, sí, una flaca fetosa.
No vale la pena.
Además esta pomada no me deja dormir.
CHIQUITA DE BOCA
Hoy es domingo 22 de octubre, y estaba recordando mis Domingos con mayúsculas, los de mi niñez, los anteriores a los siete años, los de mi casilla verde (bien pintadita) con lajas amarillas. Con un sol amarillo y un cielo azul, y los mismos colores en la vieja radio, que mi padre tenía sobre el dintel de la cocina, mientras se afeitaba, pausadamente, escuchando los goles de Boca en la radio; entonces, todo era triunfo, todo era amarillo y azul: Norma, Amalia, Herminia, Abel...
Caín no, Caín tenía el pelo negro y los ojos oscuros, como yo, y jugaba en el fondo del terreno con sus primas más grandes. Las ataba alrededor del tronco y ellas gritaban como si estuvieran prisioneras, sobre todo Sara que ya estaba por casarse y Ercilia que también tenía novio; yo dejaba mi juego de té de porcelana y mi muñeca articulada que me llamaba: "Ma-má, ma-má", y me quedaba mirando bajo la sombra de la higuera sin entender. (¿Los grandes pueden entender? ¿Los grandes también juegan?)
Entonces aparecía Abel, tan alto, tan bueno, tan macho: nunca vi una cara de hombre tan linda. Yo lo adoraba, y él a mí también. Cuando me alzaba a upa, me parecía que estaba volando, volaba en realidad, estiraba mis piernas largas hacia atrás junto con la cabeza y quedaba como un arco, mi pecho sobre su pecho; entonces pasaba una brisa entre la higuera y mi pelo y yo le decía: "Abel, tenés el cielo en los ojos, y en el pelo el sol", y en ese momento se sentían los mismos colores en la boca de mi padre.Chiquita
MAMITA DE AZUL
¿Son más los días de lluvia que los de sol?
Yo diría que no.
Y para un sol con flores y cosas lindas, la lluvia pasa.
Yo lloví una vez sobre tu tierra seca sobre tu silencio árido, sobre todas tus cosas consagradas hacía mucho como un huerto y que la primavera no pasaba a recoger yo lloví y pudiste la primavera. Yo no era indispensable ni bueno, ni mejor ni sueño.
Todo tu ritual diario se detiene hora por hora sobre el sueño de lograr un sueño.
Yo te regalo ahora desde aquí mi soledad sin tristeza, mi silencio sin primavera y sin lluvia; mi huerto sin labriego que vive igual, porque donde la tierra no amamanta flores las hormigas que también tienen un lugar, hacen su iglesia. Yo no necesito lluvia para mis hormigas, pero un día se me mojaron las manos, toda mi tierra rodó crecida por dentro de campanas y me creció una flor azul donde las manos se juntan por adentro.
El mundo, para todos es una tenaz manera de ser con todas nuestras cosas, y por eso para que no tuvieras hormigueros todas mis hormigas tejieron una flor sin palabras que guardaba tu nombre como un viejo fervor.
Yo te acerqué la flor como una última manera de mi lluvia sola y el mundo te recuperó de nuevo con la espalda vuelta a la tristeza y el corazón alto esgrimido para continuar la espera que empezó tu sueño.
Gracias por haberte sido bueno, por temblarme la mano, ronca cuando te escribo, por tener alguna noche, raíces que siempre han sido piedras. Gracias por decirme gracias y por no haber sido más allá de una noche otra cosa que un sueño confuso.
A la hora del mundo todo lo que te alcance la tarde espera su hora.
Ya pasó mi hora, la hora de ser una noche, de tener una flor clavada en una piedra.
Yo también recupero mi mundo, mis calles verticales, mis trincheras mi egoísmo cotidiano mi olvido, mi mentira y mi tristeza renegada que alguna noche cuando no recuerdo que ya te he olvidado te regala su último oficio para nombrarte.
Y por eso gracias también, por regalarme esta tristeza corta esta manera de poder ser lejanía.
Yo nunca tuve raíces, y la lluvia se volvió a las nubes porque yo no uso primaveras.
Hoy por fin mi corazón (¿corazón?) se asoma al sol.
Tu mejor manera, el mundo que yo nunca he sido te recoge y yo guardo sin que nadie sepa una noche separada de tus días para que tengas un recuerdo olvidado que te nombre más allá de tu vida.Ésta fue la primera carta que te escribí. Mamita de azul.
Ahora, casi treinta años o más después, una distancia para siempre después no sé qué decir de que todavía no sé qué decir de haberte no sé qué decir mañana.
A + B
Una pareja de amantes.
Una familia sin hijos.
Una amante.
Otra.
Una fuga.
La mujer se descubre embarazada.
Él vuelve. Ella no está.
La amante lo quiere.
La mujer ha ido al hospital.
Él no lo sabe.
Ella aborta, porque no quiere un hijo sin padre, ya que no tiene mucho dinero.
Al volver, se encuentra con él, comprenden el error mutuo, pero se convencen de que tanto equívoco y dolor ha servido para unirlos.
Deciden casarse.
Pero la ex amante reaparece, embarazada de él.
Y entonces, arguyendo la necesidad de meditar, le aconseja a él lo mismo.
Al volver por la noche, él se encuentra una carta de ella, donde lo abandona.
Aparece la amante embarazada.
(En otra escena, sola, con un chico en brazos.) Lo deja en una cama. Atiende el portero eléctrico. Luego abre la puerta y se besa con un segundo hombre, que es su marido y el padre de la criatura.
Que luego de su aventura, la ha perdonado.Cuando él se va con la segunda amante, ella reanuda sus relaciones con un viejo amante que la esperó.
Aborta para ocultar.La vuelta de él y la aparición de la segunda amante embarazada es el mismo día.
La primera vuelve con el anterior novio y el segundo se queda entonces de araca.
QUÉ ME IMPORTAN LOS GATOS
—Se está muriendo un gato en alguna parte.
—Sí, pero también gente.
—La gente se muere porque la gente se mata.
—¿Los gatos? ¿Qué me importan los gatos?*
Una hormiga lleva la misma cantidad de muerte que un rinoceronte.
¿La cantidad de muerte es la necesidad posterior?
LA DUDA INFINITA ES ESTÁTICA ALREDEDOR DE MÍ HECHO PUNTO
Es decir, es difícil saber cuándo las cosas que nos pasan por al lado son el fin o algo de una historia que empezó antes en alguna parte y un día sin nosotros. También es difícil saber cuándo alguno de esos hechos son el principio de una historia que empieza con nosotros o con alguien allí donde estamos.
Uno nunca pregunta o piensa en cómo son en realidad las cosas que nos parecen, porque nos basta el nosotros que tienen esas cosas.
La duda de dónde infinita es estática alrededor de mí hecho punto.
Entonces ya no me importó decir algo que no fuese nuevo.
Ya no era vital romper sistemas o inventar nada para poder caber un nombre que también yo inaugurara. Abolir costumbres. Y la costumbre de abolirlo todo. Si es cierto que todos los usos pierden verdad cuando el anillo encuentra su principio. Pero desusarlo todo por temor a bajarme del tiempo, como si repetir fuese quedar.
Lo que me asombraba de la casualidad era que fuesen las que eran y no otras. Tal vez eso era la casualidad.
Si es que empiezan, las cosas tienen que empezar por alguna parte.
¿Principio? Cualquier cosa que sea la primera vez.
Un hacia infinito es una esfera (alrededor) [al cuadrado] del centro como un punto contemplativo.
Encontrarme al fin conmigo, yo siempre habría sido aquí y ahora y siempre hubiera sido yo.
Donde hayamos sido porque ser es siempre alguna parte y cuando.
A cada momento las cosas son una de las infinitas posibilidades que ya no son probables.
Recogiendo nosotros en todas partes, he sido solo todas las tardes.
Como un ciego que se abre por la noche, no lo sabe.
Todos los dibujos posibles en los grados del blanco al negro, sobre una hoja determinada, están comprendidos en ella absolutamente pintada de negro, de manera que restándole todas las posibilidades de un borrador sobre ella volvamos al blanco inicial.
NO SÉ QUÉ DECIR DE HABERTE NO SÉ QUÉ DECIR
No sé qué decir de haberte no sé qué decir mañana no significa decir en futuro, sino decir cosa mañana.
*
Hubo confidencias que no debieron ser respuestas.
MI ADORADA AZUL
Desde aquí mi adorada azul, tengo la noche al hombro y una luna de sangre a media asta.
He perdido la voz como la dulzura de las manos en las piedras, y mis telares vacíos se levantan de invierno hacia el horizonte de los labriegos partidos.
Desde aquí, soy. Busco y donde el mundo pierde las palabras y las manos, levanto tu imagen que es mi soledad.
Las trincheras profieren las batallas. Las esquinas deponen su pavor de fuga, y huyen las ciudades, también los silencios y los cementerios, huyen de cal o de terror frontal, hacia el espanto, hacia el silencio vivo donde se pierden las palomas mensajeras.
Los muertos no tienen la culpa de su sangre. Las hormigas se agremian en los vientres dulces, feroces, finales, para siempre.
Bullen relámpagos desiertos en las catacumbas quietas de las sangres y yo no estoy quieto de sangre aún, no acabo, y sigo con el rencor de las solas medianoches atascando el dolor de mis cerrojos como un sabor a la mitad del cuello, de vino, de náuseas y de beso.
Aquí, desde aquí, crucifico mi abismo vertical sobre la tierra, remoto grito sin raíces que viene de la profecía que se duda o se pregunta cada día.
Mejor será dar paso a los ratones. Taller ansioso del olvido, donde el sueño pierde el rastro contra el vino, de la tarde que pierde testimonio.
Hoy peregrino de mi suicidio de silencio recorro mi ermita sin estrellas con la noche al hombro y el hambre de las manos aturdido sobre el pan de los espejos.
Venía desde otra historia, el día es siempre aquí, la hora es siempre ahora. Y porque tengo todavía todavía, todavía vive mi despojo de garganta como un obstinado suicidio en golondrina, porque el mar es más extenso que las alas.
ANTOLOGÍA DE JARON
Amigo, un día nosotros
hacia el silencio que se alarga a cada carta
volveremos como al silencio sin principio
hasta la primera palabra.
Hoy olvido por los dos las flores
la tierra es un barco desnudo
el pan nos viene sin campanas
amor amigo amor
vaso que agua en sed. Nos basta
amigo, amigo amor
ésa es tu locura de la estirpe humana
ése es el pecado si el acero el número
pero qué importa! ¡Canta!
bébete las venas
borracho de mi sangre vana
que yo existo de verdad si tú me pasas
y tú que tú como si fueras
antes y después de los espejos
existes aunque yo no sea.
VUELVO AL HOMBRE
Vuelvo al hombre y golpeo
de inexplicables dogmas he venido el puño
y no pregunto a la espera
por el ruido de los cerrojos hambrientos
he vuelto al hombre y golpeo
...y espero.
SIGNIFICACIÓN DEL UNIVERSO
Toda piel humana o de perro es la carta geográfica del mundo.
_________________
295.
POEMIA1
MANERA DE MUERTA
Soñé que me forraba un abrazo
y me desperté enmangando las fauces
de mi soledad
OTROS SILENCIOS
OPACA AFONÍA. ACÚSTICO SILENCIO
2
Lloré que todo lo veía con hache.
3
A veces los techos húmedos de mi
soledad se descascaran
Y el silencio lleno de polvo se va achatando con
el peso de las palabras que se desvanecen
antes de míYo no sé que las voces se deshila-
chan hacia mí pero no hasta
mí
De las palabras sé que las ignoro
De mí sé que mi contorno
completo me acoraza
Mi insoledad impresentible me
sorprenderá
la burbuja de oscuridad
que me circuscribe reventará
de mañana
Y chorrearán tus dedos
sobre mi piel árida
y se despellejará el anonimato
de mi forma
y tú amputarás las costras
de soledad que me queden
pegadas muertas
como una mano que me
mordiera con su ya eterna
manera de muerta
4
Entonces tú habrás quedado
quieta de sal y espalda
en el borde de la tarde
los últimos rostros se apagarán
a los dos lados de la distancia la lejanía
como obstinar un barco en el horizonte
en el delirio
o el hambre de los últimos ojos.
entonces en cualquier rincón de tu sangre
el silencio te llamará a los ojos
por donde te entraste sal
porque después del silencio
(porque mañana es siempre todavía)
las palabras florecen de los rostros
en los días nuevos.
La tristeza es hoy
todo es hoy
porque mañana nunca me
reconozco.
5
A veces te pienso
dormida
(porque siempre te pienso cosas fáciles)
en una playa cualquiera
—nunca escribía cualquier cosa—
lacia como un pájaro
tu boca de gaviota como un puerto vacío
y yo llego
(en los sueños hago lo que quiero)
pienso que tus ojos cerrados se parecen
a redondas flores de silencio
y te los beso
o busco no sé qué polen
en mi ciega sed de zángano
y no te despiertas
y juego entonces
como enjuagándome las manos del mundo
en tu pelo ronco de arena
y te miro la boca
como una gaviota frutal
tu boca lacia en la mansedumbre del
silencio.
Cuando hayas leído esto
sabrás que ni siquiera en sueños
bajo a beberte la sonrisa.
6
Hay un rincón remoto donde el corazón
tiene pasos más que en la sangre.
Un lugar que está detrás de las gargantas
donde se grita el viento
tras las vertientes que guardan
las ruecas de la música
Un lugar agazapado tras los telares
que descansa como el misterio
remoto de la vida
tras las glándulas que emiten los
silencios
son pequeñas pupilas, como guitarras
de ternura,
Son los vientres donde se hilan
las sombras fantásticas de la felicidad
donde van rostros y voces ojos
manos
a convertirse en llaves que descifren
los candados de las almas,
Donde humean las mentes de los
que sueñan en recorrer el itinerario
de los sueños a descubrir la
melodía de las verdaderas ilusiones.
Hay un lugar que es como el
canto infinito del gesto de los
ojos
Donde los embriones de amor tienen
una copa de poesía
para beberla simplemente como la tibieza
de una mano.
7
Tus manos suenan a flor
como los caracoles
y un día echaré a beber el rumbo redondo de mis manos
(la fatiga del pájaro errante)
en tus manos de caracol
Doblaré recodos en tu garganta
Hasta encontrar mi cruz o primavera
entre el mundo que te has tragado
como una ciudad submarina.
Entonces te remontaré las horas
como un náufrago en delirio
buscándonos el canto o el embrión del canto
en el íntimo rincón del caracol
Allí nos viviremos
como emprendiéndonos
como suicidándonos un poco
pero dulcemente,
en el olvido que extendemos a la espalda.
¿Cómo podríamos no tener antes?
Y sin embargo diremos por fin,
diremos ahora
sin mentir sin renegar, sin callar
Y sin nombrar ayer.
Sonamos a flor como la tierra.
sonamos a Dios y a tiempo
como los cementerios o los vientres
(sólo un ciego de por medio).
Sonamos a flor como la tierra
e invadiremos
a lluvia y sangre
la soledad que nunca
se cierra del todo
hasta irnos por la flor como la tierra
que ha sido flor alguna vez en todas partes.
Echa tus manos aunque te duela el día
detrás de toda senda se cierra la tierra
hasta que el olvido ya no duele porque no es recuerdo.
8
Desde el cielo del suelo
nos desmoronamos
hasta el fondo del
cielo en una ascensión
como de burbujasLos colores de las cosas tienen hoy
el gesto lustroso de los muebles viejos
y desde ellos el olor a antes transpira
como el alma se evapora de los cuerpos
como la mirada se alumbra desde los ojos
y la melodía de las formas curvas
y la monotonía recta
de lo que se conoce en un instante
está rancia de herrumbre
como un canto agrio de
arena y espinas.
Tú eras en tu existencia de espacio
posible de abarcar
y se te agregaba el tal vez de ti,
ocupada
y se arrastraron en tu suelo seco
los harapos de los ríos nunca
cantados desde las bocas de las fuentes
que existen en el alma que por ellas
existe.
Estoy comprobando la raíz del hacha
que nos sesgó
La nube desde donde llovió el
acento que disolvió el diptongo
en que nos tejíamos.
Hicimos un nudo sobre otro,
ciegamente
y los cabos de la cuerda desandaron
aquello en que yació nuestra
lejanía
nuestro beso reversible
se rompió, y supimos entonces
su fragilidad de ceniza
así como el pellejo de brillo
en la madera ayer muda y opaca
se ató en nuestros
costados consecutivos una libertad
inevitable
de nosotros y estamos encarcelados
en esa libertad indesterrable
inabandonable y solitaria
que vimos amanecer poco a poco
en el horizonte de nuestras horas
ya muertas como el buzo que
vuelve desde el fondo del mar.
Y yo aquí estoy apilando la reliquia
de los momentos en que
negábamos este hoy
comprobando el talón de nuestro
abrazo, cerrando los ojos y
viéndote, porque me alzo
desde mis ramas caídas
como un olor vegetal
para besar tu lugar vacío
y velar el tuyo y mi cadáver
de hoy
Y vemos pasar ayer hasta que nos
disolvamos en mis lágrimas
Y nuestro juramento
naufrague en mi llamado
gritado y en el vacío que aturde
mis manos avaras extendidas con la sed eterna
hecha labio en la boca del que murió
de sed.
9
Mi necesidad de ti es
tan grande como tu
existencia por eso
serías suficiente sólo
si pudieras esconderte
en mi conciencia
y dejar la ropa de tu
cuerpo en mis sentidos
10
Y cuando se pronuncia la primera letra
de silencio, yo ignoro si es la pausa
de una coma o si es la semirrecta
decisiva de un punto final;
NAUFRAGARIO
11
De un racimo de lágrimas
haré un rosarioDe un racimo de besos hice un rosario
y fui a rezar mi amor ante tu imagen
y fui deletreando mi oración cuenta por cuenta
y me quedó la cruz
y la perdí también
y te crucifiqué
con las tres veces del clavo
y se incendió de estruendos el silencio
Y cayó sobre nosotros un remanso de sueño
hasta que el bosque de voces
enronqueció de callos
y el silencio nos volvió sus vísceras
y se empuñó en el mango de nosotros
y vimos huir una cola de sombra
y quisimos rescatar el humo del sueño
hasta que la espuma de mis
olas se endureció
y dejaron de cantar mis
alas contra
tus muros
y en mi silencio inútil de cruz
de clavos de lanzas y de espinasYació involuntario
compendiado en tu carne de vasija
mientras se escurrían
las últimas gotas abrigadas del silencio
el último silencio de los ojos
el último silencio de nuestra lejanía
el último silencio del silencio.La hora se coaguló en las horas
en este quizás primer momento
del eterno nunca
ignorado
no sé si nuestro sendero
será la semirrecta del humo
y con mi madera se hizo el fuegoY digo distraídamente
hablaremos mañana de este
segmento triste
mientras
con un racimo de lágrimas
hago un rosario y rezo.
12
Iré a buscarte los días
a poblarte las horas
a urdirte la sangre
como una ciudad nocturna
13
En el barro original
en el barro de sangre original
haremos la colmena
que nos sobreviva
Hay un mar
un mar que un poco somos
y otro poco nos naufraga.
en el punto solitario
donde el mar es un candado azul
de acecho giratorio
construiremos naves que se nos parezcan
que hablen de nosotros.
para echarlas a flotar
sobre el mundo que también
nuestras cenizas.
14
Ya nos estamos remontando el silencio
el acecho nos acorta los ojos por atrás
tenemos la voz cerrada
entre las palabras y el alma
y nos estamos secando
como peces desterrados.
(Ya nos vamos buscando el adelante
cada vez más inmediato)
15
Asómate a mi voz
como a una rama donde están preparados
ya todos los veranos.
Todas las palabras hacen el silencio
como una tierra marina
donde mi insomnio echa redes
de campana.
Asómate a mi voz
como la íntima lluvia
total sobre la tierra
mi garganta de semilla se
desquicia
grito de flor en el cuello de la tierra
Todo será dicho sobre ti
asómate a la tierra
a beberte mis veranos de voz baja.
Mi silencio de caña se destapa
(como un espejo)
esperando los dedos que eres viento
para que abras mis palabras
como un testigo.
16
En el silencio hay cenizas de palabras
como hojas antiguas
Yo tengo que ser pastor de ellas
hacer un rebaño
y retroceder el fuego, el otoño
luego limpiarlas
como a semillas anteriores
cerrar sus ojos atónitos del ahora
y luego untarlas en la tierra
y tejer un árbol
un fruto será el mundo
y yo despertaré en la fruta
para intentar hacer un verso de la vida
ignorando que una vez fui Dios.
17
Creo en ti porque en la noche
aferrado a tu rostro, que amedalla de luna ésa y
todas las noches,
doy la espalda al recodo de mi recelo
y no me importa morir
18
Esta aureola de vacío que me ahorca
a pesar de la tarde rubia
este silencio infinito que me trepa
como una hiedra por los muros del alma,
esta distancia infranqueable
aunque le aseste un grito ya vencido a la lejanía,
todo esto amada mía te propaga,
porque todas tus cosas son mi melancolía,
y esta tarde lenta y pensativa
te deja crecer (como al silencio
el miedo de los ciegos se agiganta)
Y esa manera de ser todas las cosas
como si todo te lo contase con el pensamiento
todo esto, y la hondura de hablarte con silencio,
te vuelven amada, amada mía.
19
Tengo un grito para escrutar los pájaros del eco
dormidos en tus acantilados.
quedarán latiendo con el pulso de las mariposas
que titilan en tus manos.
20
Me descalcé el mundo me cegué los dedos
me desnudé el mundo
cerré cinco ventanas en muro
ciego por ciego
ya sabía silencio
ya sabía negro
por eso silencio negro
por eso todo silencio
y la vigilia en un punto
en silencio de silencio
21
así estuve tanto tiempo
y después así
y siempre de alguna manera
Y nunca la verdad no era otra cosa que como
22
Ahorcó un reloj y las manos
empezaron a girar con los
latidos del reloj muerto
como molinos
23
Manchas de luna llevas en tu pan
24
Tengo la sangre llena de tus pájaros.
y la boca espumosa de piedra y nube
25
Estuve mirando largo rato
el infinito blanco del silencio
con la voz azul de guitarra sin dedos
como una calma sangre para el surco blanco
la voz hacía un remanso por dentro
agazapado el potro del grito de barro
y canté tanto y callé y callé tanto
que el alma se comía las estrellas como un hueco
Era la tristeza estaba la noche de los otros
los gatos del viento peregrinaban su estopa
y yo seguía un poco loco y un poco...
(tal vez nunca sepa cuándo dónde y qué
a esa hora
turbia)
¿Quién recuenta el delirio o la cordura del que solo
no deja ni el testimonio del verso en la locura?
26
Y un pánico anterior de callejones
en la persecución alucinada en el delirio
arrollado por detrás de reflectores
como una ola que rompe al infinito
Suburbial acecho de zaguanes
el paso empujado por navajas
y la duda de morir en los umbrales
o chocar en una esquina con la sombra que me alcanza.
27
FUTUROS RECORRIDOSTanto silencio he recorrido
Tanta soledad he sido
que hoy me bastan estas pequeñas cosas.
_________________
296.
NUNCAEste rotundo espacio
es mi actitud de infinito
en un punto
adivinado un presagio de siempre más allá
como una inmensurable longitud circular
de historia vacía hacia mañana siempre.
297.
Digo que te recuerdo ¿y sabes por qué?
porque todo lo recojo en tu nombre
esta tarde,
porque tengo la tristeza partida hacia tu alguna parte,
Por eso digo que te recuerdo,
porque eres aún en veces que ya no tienen ahora
y estás en el fervor de todos mis todavía
un poco de mis ámbitos consagrados
que en estas tardes grises
raspadas de trajín mundo y esquina
en un tango caliente se llaman melancolía.
298.
Inconcebible encaje
coagulada música sin testigo
tan sólo para una tarde gris.
299.
Ahora tú eres un largo tal vez
donde yo nada pregunto,
sólo te imagino sin pretender adivinarte
porque me basta para el sueño con soñarte
300.
Anoche me asomé al cielo
y las estrellas llegaban desde la nada.
inaugurando sus algos.
Eran como embriones de luz
como una ciudad en el último instante de naufragio
antes de desaparecer.
Ahora me asomo y veo olas quietas de jabón.
Como coágulos de música helada, detenida
como himnos catalépticos
clausurados
de otros mundos.
como perdidas oportunidades de música
de otras vidas.
301.
El tiempo pasa instante por instante
No pasa el tiempo para el tiempo.
El tiempo pasa.
se sangra gota a gota
punto por punto como la distancia al infinito disminuye
O mejor,
un puente de ahora
hace sombra en el primer después.
Hay un instante extraviado de las horas
como una gota desterrada demorada
Ésa es la eternidad
El tiempo es la lejanía de lo que estuvo cerca.No conozco tu alma
ando a ciegas por manos
302.
No conozco tu alma
tanteo como un barco con ventanas sin importancia.
a ciegas
por tus manos y tu boca
e imagino que se evaporan sendas de tus ojos.
y que el perfume es una palabra resucitada
pero no conozco tu alma.
yo creo en tu alma
como en un pueblo
o un puerto
donde crecen los embriones de los barcos
y luego mirarás
palparás.
dirás.
y llegarán
entre la niebla
a mi
puertoMiro tu vientre y me llega una fe de altares
bebida desde las cúpulas.
Tú eres un barco y viajas
con el viento arrinconado en los vientres
de las velas.
tienes un barco de tres velas.
tres vientres.
Dos iglesias y un sótano.
Y un templo nuevo ebrio de primavera
te crece desde los vértices.
desde las gargantas y los túneles
inculcado desde los cráteres,
como si una sangre peregrina
encontrara el altar de un corazón al fin.
303.
Creo tus ojos tus manos.
para no morir seco de sol.
ávido de pájaros.
Creo en tus manos.
Mis manos creen en tus manos
en las palomas de tus manos
como templos abandonados
como árboles secos.
olvidados
304.
Las valvas del paréntesis empaginan
el rincón donde se compagina
mi gravedad de piedra por tu abismo.El halo del perfume como una aureola de hache
la afonía del aire perfumado.
El silencio pronuncia su hache, su color
de espacio vacío.
como un techo sin columna.
o una palabra inacentuada.
el viento enronquecido de árboles
espumoso de árboles afónico de polvo
acústico y cóncavo de viento
305.
Esta noche, no necesito amarte para decirte
amor, amor.
Busco las sombras del silencio
para ordenar las nuevas palabras
sobre los rostros nuevos.
El silencio es un fugaz o un eterno
territorio
donde se puede derivar sin rumbo
y cualquier puerto está en cualquier lugar
al otro lado.
Es una hora, como la mañana,
en que las abejas del verso
tejen con el polen de tus imágenes
el tibio y frío recuerdo.
Tienes algo de miel y algo de flor,
y eres abeja
y eres la mañana y el polen
y el rito de la miel de vidrio derretido
silvestre y dorada como las abejas contra el alba.
306.
Para pensar en ti buscaré entre las uvas de la espuma
alguna de sonoros silencios
—para que puedas mirarme desde el
pensamiento—
te haré los ojos huecos, con burbujas
porque los tienes infinitos
con acceso a la mañana
307.
Me afanaba en tejerte la poesía como alfombra
para que tú caminaras sin hollarte las plantas
308.
La lacia melodía de los ojos se expande
más que como un agua
como un cántaro a volver lleno
de agua
más que como un naufragio
como un anzuelo o una red
Pero hoy no hay peces.
y no pueden darme las manos
las ramas tocadas no importa cuánto hace
y no pueden ofrecerme otros ojos
los pájaros vistos
algún día
Se esparce mi soledad
Mucho más
voy recogiendo mi soledad
previa de mí
de todos los lugares
donde sigo estando solo.
Ya no importa recoger la soledad
o llevarla dentro
como a un silencio
—o una indiferencia por las palabras
que no son las esperadas—
sólo importa llorar
309.
BUZO A LA NADA
310.
He estado sobre tus cementerios y un poco recé sobre tus tumbas
sin saber qué pasillo de historia huía desfondado hacia la
sombra
Yo ni siquiera apago tus cenizas
tampoco calenté las manos de mi invierno
sobre el gato seco de tus fogatas.
Pero los ojos perdieron el lenguaje
y suplanté las cosas con mis propios rostros.
Abajo de un poco tu ceguera cada día
recogí mi anónimo redondo averiguado
Ahora
porque el sabor de tus mares de música
que yo no he sabido descifrar
pone más acá mi lenguaje de otras razas
Sobre tu lápida inventada en tu memoria
dejo mi canto sucio
tejido como un pájaro extraído de la tierra
con palabras extrañas, que no entiendas.
311.
Una niebla para mí solo o esa eternidad desde mañana
312.
El mundo se cierne como un sitio implacable
se alzará la gente para nombrarnos con veneno
y mientras subas como una dulce hiedra por mi carne
mientras yo llueva sobre ti mi grito de silencio
tratarán de lograrte las espinas
para matarnos por la culpa de ser buenos.Pero nosotros no tengamos trincheras
los fusiles no se alargan más allá de los muertos
y la gente se romperá sobre nuestra frente
porque nuestras manos emigran desde algún invierno
a anudarse como las golondrinas mientras dormimos
con el mundo a un costado vencido y ajeno.Si podemos responder por mañana en un instante
si todo el rito que te empeña logra un rostro nuevo
sobre el fragor de las ciudades se alzará un himno remoto
bajado hasta nosotros como a un templo
para encender la soledad que nos precede
como un sol inaugurado que nos cae por el cuello.Álzate conmigo, mi fervor se te acerca
morarás en mis ojos de barro y hornero
y labraré tu tierra con mis manos de palo
para hacerte un vientre bajo el suelo seco.
Toda la historia nos persigue por la espalda
levantemos la hora que ha llegado el tiempo.Mi raíz empujará en los pasillos de tu sangre
como por andenes hacia nunca partirán los rostros viejos
y el olvido será un largo camino por delante
mientras que el mundo nos señala con el dedo
y mientras en una calle inventada por nosotros
tragándonos las manos nos vamos por un sueño.Ya ves mañana es fácil si nace de nosotros
podemos emprender otra historia con los huesos.
Siempre un muerto se afana mordiendo tus talones
aunque no importa si adelante no hallaremos muertos
Puedo agregar mi insomnio a tu savia sin rumbo
y sobre tus cenizas o tus piedras arrancar un huerto
313.
Quiero hacerte un nido largo
que te baje por los ojos a la tierra
Que se enrolle y cante por la savia
de la fruta doble que te bifurca el pecho.
Quiero remar en tu sangre como un náufrago
Como un centauro
sobre tu corazón ya desbocado,
para llegarte hasta la luna grande
que te subleva la marea de las venas
y quiero que mis manos vivan en tus vértices
amigas de la sombra y tu silencio tanto
Y quiero hundirme como un torrente
por tu garganta a media asta
que es un pasillo largo hacia mañana
y descubrir la herida anterior de la espada
y la batalla
con la feroz ternura de los barcos
que parten a tu vientre
Y quiero bajarte como un buzo
hasta el telar del medio
donde guardas un espejo para
alguna primavera
y subirte por el camino de la fruta
hasta caerte por el pelo que no he mordido nunca.
Y quiero trepar como las enredaderas
por tus pies de pan y de raíz sin beso
buscándote las tumbas y el verano
para nadar hasta la orilla de tu
muerte conquistada
Y quiero olvidarme cualquier cosa
y que nos baste con morder el beso
o empeñar el insomnio en tu agonía
para despertarnos más allá de todo
con el olor vegetal que nos crece por los dedos
y las manos juntas subsistidas
en la húmeda dulzura a la batalla.
314.
Quiero en ti las catedrales
las raíces afanadas en la tierra
la lluvia innumerable sobre el techo
o la devoción telar de las abejas
Todo lo quiero en ti
cisne y buena y lejanía
pero no quiero la distancia. En cambio,
Quiero por ejemplo
ahuecarte un caracol en las entrañas
donde el mar se quedó guardado y canta.
Y quiero beberte los ojos extendidos desde el pelo
(como un largo pájaro de sombras)hasta las manos de ojos cerrados dulcemente.
Quiero guardarte también y que me guardesMás acá de la distancia el sol no tiene invierno
por eso quiero quedarme
y quiero hacerte en la cintura
el camino del beso
Nómada azul el beso peregrino
que baja desde el pecho de pan o de vino
hasta el musgo en los rincones de la herida
o la trinchera.
Todo lo quiero amor,
todo contigo
Desde el día en que ya nunca no serásDesde el día en que siempre ha encontrado
ya el principio
Todo lo quiero ahora
ahora amor que te he aprendido
que he enjuagado mis manos en tus dedosY se ha limpiado la tristeza de los ojos
con la tristeza nunca más
que yo lavé en tus ojos buenos.
315.
Desde tu altura busco la sombra
visceral de tus
aljibes
316.
Un día, amor, será cierto,
y el mundo se inundará de música
porque el sol amanecido será un
pájaro giganteequivocado sobre el canto que hallaremos
juntos.
317.
La noche tiene náufragos peregrinos que silban
regresos
sabor a derrotas y locura por la boca
Alas derretidas de bajados besos
318.
Cuando el tortuoso pasadizo de la sangre
empecina el peregrino silbido del silencio
y como un remero sin fatiga
tu pájaro soltado a travesía
vuelve por la soledad de tantos días
como un barco ahorcado mar adentro
te parecerás un poco en eso a mí
que antes, tal vez de tu abandono
te escribo mi dolor y te lo dejo.
319.
Tu voz esbelta
tallo de gaviota y luna
manantial
mana de la entraña del
silencio
como una flor crecida de la
arena o un pino de fuego
proferido por el agua
320.
como la flor (luna de sangre)
y el pasto
como la rama de espinas
y el pájaro
como tu voz y la mía,...
pienso que puedo ahuecarte las
manos.
321.
se cierran las puertas de los días
mañana es un infinito que se acorta
el mundo va capturando la historia
los días fijados ¡ya los días!
El nunca pierde circunstancias
acorralado desde lo existido
hacia el tal vez sin certeza que no ha sido
sobre la verdad puntualmente verdadera.
322.
El ojo boquiabierto
se detiene lentamente
como un pez
echado a andar en el intiempo.
¿qué creías acaso
que el silencio no tiene molinos?
el silencio pasa por mis manos
y me mueve el trigo
El ojo boquiabierto
en una actitud de infinito
se espacia de vacío.
¿Creías que el silencio no tiene
testigos?
Alguien será el último muerto
(o vivo)
el silencio empezó con las palabras.
323.
He desfondado el abismo para lograr el infinito
y me despeño hacia el sol vertical en cualquier parte.
Algún día pisaré mi sombra
La historia será dos veces sobre allí
324.
Las horas me trasponen
andar es ponerme la historia
en los costados
Desde ti encuentro el rostro
del costado
la mano de las manos
325.
Sobre ti descubro que el amor
lo llevo adentro
es tan fácil amar...
basta aprender la gente
somos amor
y largos ratos silencio
olvidos partidas
rostros nuevos
y un amor largo
como un río
que pasó por un hombre
en cada aldea.
326.
Para llegarte, todos los días de la
imaginación de Dios lo romperé todo
Clavaré tus manos en el barro morderé tus
sombras como la carne
desquiciaré los candados de tu
cuello hasta emergerme tu grito
hasta obligarte la raíz que me existas
y luego pisarte los ojos para
desexistirme porque ya nada
importará sino la nada después
de un testimonio que siempre buscará
un testigo.
327.
Las campanas latidas como palomas huecas o corazones de vidrio y sol
el corazón de barro se me derritió laxamente
con el íntimo sonido de un sabor
a miedo o vergüenzala noche se abrió la luna bostezaba
y se desperezaron los muebles de la sala
un estático cansancio se amontona,
cabeceó de nuevo la campana. pasó el tiempo
hasta el último latido y supe
que había sido el
últimoquedó un hueco himno sonoro que se
diluyó como un pájaro diezmado
328.
Te clavaré las manos
el pájaro inicial que no se encuentra el ojoun diluvio
el viento numerado por el ala.
de algún viajero volveré sin saber que vengo
volveré
a descubrir lenjuajes que me testimonian
pero no me regresaré
por donde las manos tapo
en tu tierra
en tu tierra última
donde estás la sombra o la luz
completada
y el silencioo la palabra total definitiva.
No me regresaré
porque ya no me
como al que ojo
como al que sitio y vez
porque ya me tú
para siempre
para nosotroscomo venir es un regreso de no saber de
dónde
en el último andén del tiempo
innumerado.
329.
Te viviré una araña sin raza ni asesino
330.
nievan cenizas de música sobre el alma
incidencia.Si hay algo que decir de mí que sea esto
Y además que te busqué por las palabras
tanteando como a Dios entre los símbolos vacíos
como esperando algo entre mis restos
hasta que la palabra o la imagen que se abra
en el vano espejismo de haber lo que no es mío:Ahora que nosotros
Ahora que nosotros nos estamos
Ahora que nosotros nos estamos emprendiendo
como el verano por las manos de los árboles
Ahora que nosotros por las manos
nos nosotros hasta el íntimo relámpago.
ahora amiga, estrella, que nos vamos
que nos vamos mucho más
que nos vamos mucho más, de
quedar como quedamos de testigos
Ahora amiga que lo digo
que lo digo por quedar
Ahora que quedamos mucho más
como queda mejor lo
que ha partido
Ahora amor abeja
ahora que Asumimos.ahora que asumimos el polen de estrellas en
la sangre
Ahora,
Ahora que tú,
Ahora que tú, colmena y casa
Ahora que tu colmena destapa los rostros
de mis astros
Ahora que retomo algún primer camino
Ahora y siempre que me existas en el hijo
que se diga de mí lo que yo digo
que se diga amor colmena labrador y amigo
Ahora que tú que tus cerrojos
Ahora que la tierra
Porque siempre es el tiempo que nos venimos
desde ahora que nosotros.(Ahora que en un rostro doble somos
dos lo mismo.
Mucho más atrás de nosotros.
331.
ya no creo en el ahora ordinal que
sucedemos
ya no creo en el ritmo inimposible
ni en el infranqueable sitio de la vez
y el dónde
332.
Desandando el día hacia el primer crepúsculo
la boca de raíz hará un pájaro mustio
y la mano un barco renunciado el rumbo.
allí me hallarás; Quieto. el sueño
tuyo
mordiéndome los ojos por la nuca
los ojos poniendo más allá la luna.
y la carne retrasada que la tierra empuja
cuando empieza a diluirseen el camino de la fruta
333.
Quiéreme así: con un cariño de agua
Rotos los diques de la rienda indiferencia.
Quiéreme así: con un calor de fragua.
con un amor que quiera aun en el sueño y la inconsciencia.Quiéreme leve y también profundamente
profundo por que seas tan sólo para amarme;
y quiéreme también muy levemente
para que no te hastíes y llegues a olvidarme.Quiéreme así que te querré igualmente;
y nuestros dos cariños de agua tendrán beso en un lago
y con calor de fragua fundirán eternamente
dos almas que se dan y que se exigen como pago.Quiéreme así con el ser desprendido
no conserves ni tu vida, como quien la perdió;
yo mi ser de amor ya lo he perdido
ámame, entonces, como te quiero yo.
334.
si entierras la garganta cuando sean caracoles
las montañas cantarán con tu silencio.hoy zarpan tus manos, por eso te digo adiós desde
mis propias manos.
335.
El pasado aroma mis recuerdos
mis recuerdos aroman mi memoria
336.
cierro los ojos para pensar tu imagen
entre pasillos de niebla
creces
como se puebla de cantos el silencio
entonces el que crecí por dentro
cierro los ojos para existirte
como ciego, la tierra en el ojo completo
de la sombra infinita.
337.
a
pedro le queda bien haberlo negado
3 veces
338.
DUDAMOSporque el mundo es cada uno de nosotros
como millones de tal vez fantasías.
sincronizadas y puestas de acuerdo
como un lenguaje que más allá de los símbolos
es irrepetible
entonces, no somos egocéntricos.
o el punto de vista o el centinela, el testimonio
en realidad la única
realidad(tantas veces) de las cosas
339.
tal vez alguien nos mire
con un poco de rabia de tener historia
con la impotencia de no poder ser 2 veces
340.
nada nombra un rostro ni proclama una historia claudicada
sobre mi honda sepultura y mi silencio de sombras
el árido semblante reniega el estupor de un sueño
y una paloma de palabra sin palabra,
se desnuca contra el vidrio desde adentro
y pierde la flecha en la garganta.
341.
SEMINALPero estaba desmentida la palabra umbilical.
con un mismo viento se nos gesticulaban los árboles
y eso era todo.
qué importaba entonces saciar mi vez en dos
me sentí transparente como una hache¿qué es una línea a partir de nada?
342.
la rima capicúa
la musiquita del sonetoLA NACIÓN
343.
Yo nunca te tuve pero te perdí
344.
Cuando en un abrazo
a ti me fundo
Cuando me enguanto
en los brazos tuyos,
cuando los dos temblando,
temblamos juntos,
cuando siendo ambos,
pupilas, si estamos
tú y yo separados
y luego tú y yo somos
nosotros,
somos uno,
cuando siento el amor
y el amor lo siento nudo,
cuando lo siento beso en que se juntan
en un cauce mismo
y en una misma agua
el río tuyo y el mío,
y un solo caudal
son nuestras almas;
cuando nos siento
lo infusible porque nunca
seríamos aislados
345.
Lo más difícil de la literatura es la poesía.
Y lo más difícil de la poesía es el verso libre.J. L. BORGES
346.
Gracias por ser
y no yo
a través de ti
sino tu verdad testificable
Gracias por descansarme los ojos
con un silencio
entre tanto estruendo de fealdad
347.
A JORGE LUIS BORGESEsta noche la música se arrastra pesada y resbalosa como un
tul que arrolla. Ésta es música recién descubierta, no se copia de su
propio nombre. Nadie podrá recogerla.
348.
En los suburbios laterales de esta noche, corren ríos subterráneos del
silencio. El silencio está constelado de grillos, o de chispas sonoras
o de lluvia deletreada. Las cigarras chisporrotean, tal vez titilan.
La música impregna el aire, como un aroma melancólico.
De esta noche a mí no hay música. Lo sé. De mí
a la noche
Yo escucho la música de esta noche. Pero no puedo estar seguro.
La música es mía. Pero tal vez no la ponga yo.
349.
Cuando regrese de mi alma, pequeña y niña, recogeré de sus ríos
calientes algún caracol que guarde perpetuas, las olas de la música.
engarzadas en un rincón, como el mar.
350.
NAVE AL SILENCIOSer gusano en la savia de tu boca
miel
351.
NADO EN MÚSICA ROJATomar tu voz por la cintura
y llevarla a caminar
por escolleras de verano
352.
Grito contra la noche,
como blandiendo un grito
enarbolando una antorcha para
amedrentar las sombras del silencio
y asesto un beso en un fantasma repudiado
y una feroz estocada
es un solo mástil contra la tarde
bato las alas, como olas,
remo,
como un murciélago sordo
que busca una salida
Y las hélices de los brazos,
como un molino borracho,
ya tienen maduro el estertor
con que temblar y gemir
cuando la locura duerma.
353.
El hambre ahueca
Las vísceras hacen buches de música
caliente, de vergüenza o miedo.
354.
me gusta besarte y ensordecer mis ojos
ir disolviendo en silencio el rumor de tu cara
Y luego verte resucitar entre los peces en mis párpados
y no entender tu cercanía y mi alegría insospechaday miro tu pequeñez y te veo enorme y me extraviara en tu boca
como si me acercara tanto que viviera en tus poros
y me sumerjo en las olas de tus ojos blandos
y nado en ellos y me queda el gusto a sal de sus gotas.y las cosas tienen un ocaso y se guardan en ti
y amordazas el mundo como la persiana de un cuarto solitario
y zozobro en mi silencio construido con mi voz
y en el techo de la noche eres la estrella que estoy mirando.
355.
AGREGADO A TI
Nunca tanto sentí como este día
Mi soledad y mísero abandono
Y lamentable desamor... ¿Podría
En edad borrascosa
Sin amor ser feliz? ¡Oh! ¡si una hermosa
Mi cariño fijase,
Y de este abismo al borde turbulento
Mi vago pensamiento
Y ardiente admiración acompañase!
¡Cómo gozara, viéndola cubrirse
De leve palidez, y ser más bella
En su dulce terror, y sonreírse
Al sostenerla mis amantes brazos...
Delirios de virtud... ¡Ay! ¡Desterrado
Sin patria, sin amores,
Sólo miro ante mí llanto y dolores!
JOSÉ MARÍA HEREDIA
356.
estaba encerrado en las paredes de mí mismo
ya en la lengua hecho saliva el sabor de la ceguera
sin saber desde dónde se fue la última luz ya olvidada
y soñé que alguien entraba y me despertaste con la puertase aturdieron mis manos al tocarte
y tu voz me encandiló y me asusté de creer en tu existencia
y tuve miedo de ser muda baldosa en el oído de tus pasos
o que estuviera en mí la impotencia de una campana sin mano en su cadena.Por eso me gusta desnudarte poco a poco de las sombras
y comprobar mi despertar no soñado
y el cadáver de tu ausencia.
357.
Tal vez porque al morderte los ojos sangras savia
y aletea la imagen en el agua enolecida
porque las alas de tus manos intentan mariposas
y el caracol de tu oreja se traga las tormentas
porque hay pianos en tu boca de incal-
culable música
porque en tu ojo intermitente
giran molinos de sombra
porque tus puertas murecidas ya no serán abiertas
y tus ventanas ciegas
son desconocidas tumbas
porque el rictus del relámpago
te enseñó a morir espantos
y el tic de las estrellas es un latido
de párpado
porque no resuelves sombras sin las velas
y tu boca es ola o pájaro
que tirita hacia una orilla y nada o
rema
porque supones Dios y clausuras ídolos
y porque al final de todo
mueres como el pez, de una pregunta
tal vez porque no sepa qué decir de ti
y tú seas sólo tú porque te pareces a una imagen
pero más que todo amiga mía,
porque un silencio basta para dos silencios
y con una sola soledad somos dos solos
me paro frente al ídolo que nombras
y te nombro tú porque tú ocupas mi costado.y porque tuviste principio y compartimos
el idioma que
inventamos
358.
ÉSTA ES UNA NAVE AL SILENCIOTú estabas con tu madera perfumada de música.
como un violín ebrio de embriones.
(como una veleta de música.)
Tú estabas así, con tu cara de fruta,
sangrando el alma por los ojos,
como una hemorragia de silencio.
Y tus ojos gritaban,
tu grito como un mástil en un puerto solo,
que apretaba el cuello de mi alma
estrangulándola.
Y te fuiste, sin dejar de proferir silencio por los ojos.
(tus ojos se parecen a los de una estatua, con
una última mirada perpetuada, porque
sólo pueden mirar de una manera, como un diapasón).
Tú estabas allí, como una talla
que se ablanda con la idea,
como una talla en fruta,
tierna y frágil,
toda mano,
toda muelle
toda sótano oscuro y desolado.
Yo no podía dejarte ir:
y te retuve,
y sigues aquí con tu cara de fruta,
con esa misma cara de miga de fruta,
continúas, en ese mismo instante,
en el instante que es ahora,
estática y tallada,
diapasón y silencio,
con la intersección de tu vida con el tiempo.
con ese solo gesto sin imagen.
Y te retuve,
y tengo en mis manos tu cara de fruta,
en las manos de mi alma,
y en los ojos de mi alma.
Y te retuve, hondamente,
pero marchaste,
porque sólo quedé con esa imagen.(Toma mi recuerdo como una vela,
quedará guardando el altar de tu imagen,
como un rito diario.) no te olvidé.
Mar del Plata, 1971
A Marta y Ana
359.
Tú emites mi silencio.
Tú profieres este alarido de silencio
Tú callas.
(Ya no sé dónde quedan las
ventanas,... hace tanto tiempo
que es de noche... hace tanto
que no llaman a la puerta...)
¿es que ya no hay pájaros ni sol?
hace tanto que no
vienes a avisarme dónde
está la piel del silencio,
que me siento mezclado
con él, y no sé dónde termino
ni dónde empieza mi soledad,
como si yo, vuelto silencio
también
fuese una isla de agua,
un náufrago de agua,
brutalmente de agua,
que nadie puede salvar.
Tú profieres esta oscuridad
Tú callas, tú faltas,
tú no llegas,
tú te diluyes, como el humo,
como una palabra sólo sospechada,
te quedas, como un atroz frío
de ceniza contra los recuerdos,
contra mi alma que ya
no se parece a nada,
porque ya hasta te equivoco
con una imagen llena de cosas
viejas
Elena de mí,
que he quedado detenido,
allá,
desde donde tú profieres
mi silencio
como una luna negra o
quemada
tú profieres esa luz
donde no puedo ver las caras
de las palabras
y tu nombre, sido muchas más veces
que tú, que ya te ha dejado atrás
sirve como una luz ronca,
para acrecentar las
sombras de mi silencio.
360.
...Y seremos aún vaciados tantos ciegos. ...
qué puedo dolerte
el andén sin vigilia de tu vena
una lejanía que me alcance
un silencio que viva mis palabras.
tantas soledades te esperas en la gente
tu costado es alguien siempre
alguna vez alguna parte
qué puede morirte mi ciego
acortado por la gente.
Ni siquiera mi pobreza de pensar
que acorto un ciego.
qué puede vivirte mi ciego iluminado
qué pueden vivirte mis manos sin raíces
361.
¿Recuerdas un poco todas mis cosas?
el quehacer de los dedos en tu sangre de miga
como la lluvia minuciosa en algún techo?
El atareado rumor de nuestras sienes
y la roja y redonda labor en que se afanaba el pecho.
Recuerdas cómo nos andábamos
de pie en el quicio de la historia
como un pasillo hundido hacia el
alguna vez o el nunca?
Recuerdas nuestras veces
abriéndose paso entre el fragor de la gente
y la ciudad hostil y el acecho circular
de las esquinas?
Y aquellas tardes en que nos atábamos
a los extremos de la lejanía
y rompíamos a correr sobre nuestras
espaldas hasta asestarnos el hambre
duplicado de los ojos que callaban y que no.
Recuerdas cómo nos echábamos las
manos para enjuagar algún olvido
en el pelo infinito.
Yo todo lo recuerdo
y la cadena de tu espalda como tu garganta
y el rumor que levantaba el musgo
arrinconado en tu ciénaga nunca.
Y los pájaros celestes de tu olor frutal
suelto o volado como un himno
de barriletes y de trigo sudado en la cosecha.
Todo lo recuerdo
hasta cuando no te quería
y me afanaba por treparte la sangre
hasta la luna en mediodía de la frente
para empujarte el insomnio
que tal vez logré y no supe
Y recuerdo que te quería en verdad
que te quería
ah! azul garza de trigo y fruta
donde perdí los dedos
que te quería y te recuerdo
y que te habré querido mañana.
362.
Con tu sola vez hice un recuerdo
han bastado tus primeras cosas,
ahora amor mío,
de aquella última vez, primera.
363.
En las aristas de un grito
los pájaros feroces de la noche han
hecho un nido.
364.
Anoche mis manos, garabatearon
pájaros inválidos,
—como tanta lluvia caída sin testigo—
no sabrás que lloré.
365.
la luna, un púlpito de pan.
366.
Un día me creció de la garganta
un potro azulcon ala de corazón
rompió mi canto sin luna contra tu roca sin pájaro
Del vientre sin raíz,
inaugurado Dios,
una vertiente de canto
esgrimió tu nombre: tú,
y aprendí la sola manera de mi mano.Ahora, ya no para cantarte,
desde aquí,
porque éste
es un costado de tu lejanía
Me arranco el pasillo de mi cuello
que ya no es altar.
Perdona...Pero ya no.
367.
A ALICIA ROSELLAcudido de historia rostros. Asisto a mi sonrisa que toca campanas
como el mar late la roca. Me visto el estar por la mañana
me pongo las palabras en la boca. Y dibujo en algún muro una
ventana.
me cargo de silencios
para tener esperas en los muelles
(como buscar un nunca entre los dedos
por —existir despertar— a cada mano que me viene)
intento una llave con un verso. un cerrojo me muere
a cada barco lejos
que mis puertos ciegos reconocen
un cerrojo no me asiste y muero
en cada mano en cada donde
asiste la razón de un puerto
y el nunca hace un hito su semirrecta doble
tiene sentido una vigilia
se cierra una espera
la nada desiste su historia vacía
desisto un
reconozco y digo siempreéste y todo decir
pequeño pájaro de madera
violín
paloma violín de nieve que rema
368.
Madurez poética es una frase estúpida.
JOSÉ LEZAMA LIMA
Cuando no sé qué decir
LA HIEDRA NÓMADA DE TU SANGRE
Leva anclas la tarde sin mañana
un barco de sol que se desnuca
Y en la turbia profecía de esta noche
echa amarras un silencio casi amigoYo lo busco. cuando llega el canto
me sube como un tallo a la gargantay poder en el oasis una ciénaga
369.
Donde mis monstruos son dulces
Donde mis asesinos arrullan niños de naranja
Donde mis zaguanes tienen pordioseros
redondos en el frío de los perros
donde mis túneles son venas
con sangre de sol
Donde juegan tus gorriones de pan con mis arañas
cuando no tienes estupor de la ingenuidad de
tus manos
Donde el verso se diluye como las alas
sin buscarse palabras para existir testimonios
donde subo mi beso de hiedra por tu espiga
Donde enjuago mis guerras en tu pelo caliente
Donde lavo mi espalda con tu frente
Donde pierdo el nunca lateral que me persigue
Donde abres una puerta que no tiene después
Donde un grito de sol nos entra por los dientes
como el pájaro asistido de infinito en un instante
donde nos acudimos al miedo de no haber sido
con barcos en la boca y tu beso de gaviota
donde no invade el silencio por las manos
volcando palabras que no buscan campanarios
donde tu savia marea un campanario
en las alas que te ocupan la garganta
donde seas
si mi distancia rompe la soledad
como los marineros que tienen un ancho
ciego azul cuando piensan en los muelles
Donde se te vuelque el tiempo que no fuimos
o la eternidad sorprenda un nido
Donde siempre o donde nunca
Donde te alargues mi olvido
y mis golondrinas te mueran
este racimo de palabras con olor a tus mariposas
este candado que me entras
este recodo que me doblas te hará silencio
como una golondrina que pasó el invierno
donde tus campanas tiemblan
palabras sin adentro.
370.
TU CIUDAD DE PIEDRAEs la hora en que el día ya no deja lugar a la
esperanza.
¡Qué lento y sonoro vacío ahueca el silencio
desde la garganta al alma!
Los ojos son largos pájaros sucios, barcos sin
vigilia a la distancia.
La mano hace raíz en la ausencia desolada
y un lejano rito de tristeza hace flor vencida
en la garganta.
Sí, cuando el canto viene, con fragor de vino
doblega una mordaza
y desclava una misa guardada tras la cara
y arrasa cementerios de silencio sin plegaria
por volver fuente una ciénaga y muro una ventana.Pero amiga, tú ya sabes erigir altares,
te sacudes la sombra que te moja cuando cae
la media asta del corazón. Por eso no cantes.
Tu telar de silencio no despida naves
tu ciudad de piedra no recobre calles
y la escollera lateral que hay en tu sangre
aunque arrecie el olvido, nunca tacha imágenes.
Yo quiero que en las noches sin remo y sin velamen
cuando un grito acalambrado encalle
su tallo inútil en tu campana sin lenguaje
baje tu soledad a la mano guardada desde el día
a recoger amiga la canción tendida
y el vaso azul sin pan ni profecía
te acerque mi sed tal vez de sólo esquina
para acompañar en silencio tu melancolía
Por eso esta noche derrotada la vigilia
mi páramo de sombras, mi cotidiana sequía
te tiende mi mano de cacto, agreste sobrevida,
para ayudar tu naufragio con mi isla
371.
¿Así que escritora? Qué lástima, pensé que era una buena persona.AUGUSTO ROA BASTOS
Apoya el sueño en un almanaque
y mira por la ventana todo el
día.
372.
TU SANGRE MÚLTIPLE COMO EL HELECHOlíquida madera. los hombres que te flotan
en los ojos como vestigios de lejanos náufragos
373.
Nos tanteábamos como ciegos recelosos
Los tibios países de trapo y de durazno
y las manos avisaban nuestros
territorios
como tildando el lugar donde éramos
374.
Quise hacer para ti la poesía
como una casa de oro
para que vieran tus manos
como yo las pusiera
y tus ojos fueran cerrojos
para escrutar
el otro lado de las ventanas infranquea-
bles.
Pero tus manos fueron de palo
y tus ojos embalsamados
miraban rígidamente el interno
infinito que guardaban
Y vencido, me quedé dormido
con tu imagen ya casi equivocada.
Y soñé que descalzos
corríamos silvestres de la mano
sin hollarnos las espinas y las piedras
Y tenías el olor de mariposas
y tu pelo el ruido de las flores
sin jardín
y yo untaba la ternura de
las manos en tu pelo blando
Y tú corrías lacia como una gaviota o una garza
con tus manos de torcaza y de durazno
tan sólo parecidas a tus manos
y tus ojos como sólo pueden ser tus ojos,
como,... como tus ojos
tal vez con un poco de cielo y de reloj pequeño
con algo de cebolla con el filo al medio
o de charco latiendo por la piedra sorpresiva.
Entonces desperté y quise
hacerte una mañana verde y dorada
de poesía,
y te dije revoloteando como las mariposas
que tiemblan como las hojas lerdas.
Pero volabas epiléptica de mariposa
y la mañana falsa de farol y de
espejismo no tenía tu mañana
Entonces ya no volví a querer juntarte
la poesía.
Y solemos andar sin recogerla
muy cerca de la poesía aún no
acomodada, de las cosas simples
y callamos los dos a un silencio
como una manera
de poder aún el verso.
375.
Con el vientre valiente
donde el rincón más íntimo
es un techo lateral o una trinchera desollada
lacerado de algebraico ladrillaje
media res mural
y lepra improrrogable del acero
yace su resurrección sin derrota
ni embrión
tan sólo un pagano presagio de altura
un viscerado baldío
ronco de sólida sangre reseca
y rituales devastados
de espacios que ya no tienen medida.
376.
Amada mía
la tarde está amarilla y desteñida
pálida y raída
como los ojos previos a la muerte — casi abandona-
dos.
Anoche, la noche me estrangulaba,
y tú no estabas
porque otras veces duermo con una víspera en la mañana
pero anoche lloré.
Todo se prolonga lento,
sólo es diferente la hora de los otros
y el silencio verdadero más el mío, por las
noches.
He dejado el alma en un cepo indescifrable,
y suelo caminar solo algunas noches,
con la sombra acorralada por las luces
más agobiada y más harapo
con los pasos roncos de baldosas, pesados
y rastreros,
Todo te recuerda,
o acaso sea esta manera de las cosas
mientras yo escarbo tu recuerdo urgente
como el alcohol ritual.
A veces tu recuerdo y el silencio crecen
como un eco sucesivo
esta tarde el sol y las palomas buenas
ya me llegan al cuello.
Tienes algo de tarde postergada
en esta hora vacía de la tarde falsa.
Sí te amaba amada mía
y sólo queda
el fervor del sueño apretado como el ojo credo
y la piedad del niño o de las manos juntas
inocente o idiota como el quizás del rezo
de las tardes tristes y solas de recuerdo.
El sabor cotidiano y solo de los trenes
se adelgaza como un estrecho pasillo
perspectivo
Yo arrastro tu recuerdo
de palabra acobardada alguna tarde última
que quedó en el puño de la boca clausurada
como el miedo de descubrir la vanidad de un ruego
Los gorriones son iguales aquí en la soledad
y en tus mañanas
El rito de las tardes es un hábito del sol y no
una espera
Yo sé que la tristeza es un país transitorio
entre dos rostros y dos nombres
Pero ¡qué importa un nombre posterior a esta
tristeza de no tener tu rostro
sino para las tardes de gorriones iguales
y de recuerdo cada vez más olvido!
¡Qué importa un nombre que no sé decir
y que es sólo un hueco con tu voz hecha
silencio a mi costado!
Qué importa la libertad del olvido
conseguido si esta tarde tus veces
más intensas que otras veces de la
tristeza solitaria
me aprietan desde el último atrás
como la soledad de un
único atroz sobreviviente.
377.
la luna llena de tu corazón ya zarpa
viaje adentro de la sangre nómada
y el suburbio rincón adentro
de tu andén sin partida
Yo tengo la sangre ronca
y el canto acodado de mi garganta canta
donde tu tarde sea sola
donde le falte un rostro para tu tristeza
Yo no te quiero pero mi tarde te despideTodo se te parece esta tarde
gaviota azul
¿quién puede profanarte una tumba sin descanso
sin memoria
sin rostro
sin lápida
quién puede romperte una sombra de siglos
un túnel de canto sin garganta?
Yo quiero encenderte las manos, arrancarte
el agua de las piedras
y erigir una raíz en el pecho de tu tierra
para nombrar con una cruz tu cementerio.
Yo no voy a partirte tu verano
yo no quiero, dulce mía,
romper el adobe de tu rito
yo no quiero enarbolar en tu recodo
la lámpara que tú no logras sin palabras,
Pero eso sí, para clavarte un rumbo a tu extravío,
aunque te duelas porque yo te duela
voy a demoler sin profanar tus aras
y enseñarte mi rodilla sin plegaria
porque
378.
LA LUNA, UN PÚLPITO DE PAN
Con la harina de tu voz yo hice el pan de
un cuerpo
379.
Tú fuiste un barco en el mar de mi mente
porque quedarás en mí como la estela de un barco
ya serás sólo la estrella de un día
Porque fuiste tanto como lo que he soñado
Aunque quiera borrarte olvidar no podría
Por eso no te olvido, ya que te he olvidado
te supe tan poco que fuiste sólo una idea
Y como la ilusión que has sido te seguiré guardando
como guarda aun borradas el mar las estelasPor eso no pude recordarte y te olvidé
porque para tenerte cerca el olvido bastaba
porque el recuerdo tendría
y olvidando queda lo que yo soñabaYo no conocía despierto aquel sueño
todo fue ilusión hasta que conocí
por eso yo vuelvo a soñar y me duermo
y olvido tan sólo que un día te vi.Ése será siempre mi olvido
380.
Están muertos los cementerios.
Como una ciudad al revés
donde pasan a buscarse los recuerdos
381.
tus ojos de estanques
y el musgo de los estanques de tus ojos
382.
Te pintaré los ojos cuando tú mueras,
te besaré la boca fría y seca
apretaré tus manos duras, de madera
y enjuagaré los dedos en tu pelo de cera
tenderé un silencio sobre tu piel de cala
morderé con mis manos, las tuyas pálidas
y apagaré la noche con alguna lámpara
para ver tus ojos como los pintabas.
Te pintaré los ojos, no lloraré, lo sabes,
pero si acaso alguna gota sobre tu muerte cae
¿Qué más dará llorar tristezas que no sabes,
si habrás muerto sola
sin mi verdad que ignoras?
383.
A veces me hablan de ti, pequeña mía
y yo no sé qué decir...
Por eso ahora quiero decirte algo.
¡Olvídame! es necesario
desde el nosotros bifurcado.
Pero olvídame sin quitar mi nombre
de las cosas
Olvídame sin olvido
porque morirías en parte
si llegaras a ignorarme
Olvídame que te encontrarás sin buscarte,
esperándote en la hora en que tu soledad
te dejó sola.
Y podrás estar sola casi igual que antes,
pero será más solitario
porque recordarás.
Yo no haré lo mismo,
Ya no puedo encontrarme,
sólo recogeré tu nombre tu rostro y las
mejores veces
Y me iré a jugar contigo al sueño
Y tal vez te guarde tal vez en el rencor.
Pero, escúchame bien:
no es necesario trocarme por mentiras
Seguirás siendo paloma y necesaria,
y azul y mañana y dorada y descalza,
pero ya no serás ritual y diaria y nueva
como el alba,
y el hábito aprendido de tu mano y de tu nombre
será sólo manera de otro
nombre y otra mano para mi costado.
Ésta es mi manera de olvidarte.
Pero esto, no debes olvidarlo:
En mi olvido serás reemplazada,
serán mejores que tú y más nuevas
y costumbres, pero si hubieras querido
Podrías haber sido
todos los nombres y las manos de
mi costado, y mejor que tú misma,
tú sin olvido y sin pasado, pasado.
384.
Amada mía
la tarde está amarilla y desteñida
pálida y raída
como los ojos previos a la muerte — casi abandona-
dos.
Anoche, la noche me estrangulaba,
y tú no estabas
porque otras veces duermo con una víspera
en la mañana
pero anoche lloré.
Todo se prolonga lento,
sólo es diferente la hora de los otros
y el silencio verdadero más el mío, por las
noches.
He dejado el alma en un cepo indescifrable,
y suelo caminar solo algunas noches,
con la sombra acorralada por las luces
más agobiada y más harapo
con los pasos roncos de baldosas, pesados
y rastreros,
Todo te recuerda,
o acaso sea esta manera de las cosas
mientras yo escarbo tu recuerdo urgente
como el alcohol ritual.
A veces tu recuerdo y el silencio crecen
como un eco sucesivo
esta tarde el sol y las palomas buenas
ya me llega al cuello.
Tienes algo de tarde postergada
en esta hora vacía de la tarde falsa.
Sí te amaba amada mía
y sólo queda
el fervor del sueño apretado como el ojo
credo
y la piedad del niño de las manos juntas
inocente o idiota como el quizá del rezo
de las tardes tristes y solas de recuerdo.
El sabor cotidiano y solo de los trenes
se adelgaza como un estrecho pasillo
perspectivo
Yo arrastro tu recuerdo
de palabra acobardada alguna tarde última
que quedó en el puño de la boca clausurada
como el miedo de descubrir la vanidad de
un ruego
Los gorriones son iguales aquí en la soledad
y en tus mañanas
El rito de las tardes es un hábito del sol y no
una espera
Yo sé que la tristeza es un país transitorio
entre dos rostros y dos nombres
Pero ¡qué importa un nombre posterior a esta
tristeza de no tener tu rostro
sino para las tardes de gorriones iguales
y de recuerdo cada vez más olvido!
¡Qué importa un nombre que no sé decir
y que es sólo un hueco con tu voz hecha
silencio a mi costado!
Qué importa la libertad del olvido
conseguido si esta tarde tus veces
más intensas que otras veces de la
tristeza solitaria
me aprieta desde el último atrás
como la soledad de un
único atroz sobreviviente.
385.
Pienso en ti y te acerco a tus
instantes.
Te ignoro y sé sólo cómo fuiste
ignoro cómo eres pero sé cómo te sé
y sé cómo quisiera que fueras
y cómo voy queriendo que seas como eres.Creo en ti, porque guardo un rastro que
sangraste
sobre mí
porque tuve la noche
y ya no es mía
porque te has acumulado en mis abrazos
antes despoblados
porque he vaciado el vacío de tu abrazo
más hondo que tus brazos
porque ya no te espero
porque ya no vendrás
y no estoy triste
y no estoy solo
y no solamente no estoy solo
sino que me escuchas
y tienes lo que quiero que tú quieres
y quiero lo que sé que tengo
386.
Escribía palabras sencillas de tus cosas fáciles
hoy, tal vez porque ya no tengo cosas
escribo palabras oscuras.
387.
Somos palabras y así nos acepto
pero ahora mezclémonos las manos
subterráneas del silencio
388.
Con el canto de mis manos te iba haciendo estelas
en el silencio de tu piel como la tarde
389.
Porque es mucho más lo que te vas
que lo que yo te quedo
(¿cómo podría serte nunca mejor con el
pensamiento?)
y sin embargo te quedo mucho más
porque es mucho más lo que me quedo
que lo que tú me puedes llevar
porque hay algo que nos vivimos
más allá del espacio
pero el tiempo nos acorrala en la realidad
la distancia nos destierra de las ocasiones
pero nos queda
mucho más aún de lo que estamos
como en el silencio laten las palabras
y crecen el infinito
que no nos cabe en la garganta.
390.
Para irme todos los barriletes de tu piel vivida de silencio
Para callarme todos los regresos que vengo por tus manos
tus manos de raíz
como la lluvia a las raíces
Para caerme por tus ojos como el verano se agrega a la
tierra en la fruta derrotada
Para habitar tus acechos
enderezando los pasillos de tu sombra
con la mañana a los dos lados o una lámpara
clavada en el silencio
Para arrancarte el buzo de los ojos
y echar al viento todos los pájaros que hasta ahora
Soledad.
391.
Hoy que las venas se te caen por la boca
que serás una garza con la sangre de la
luna
mi corazón se vuelve de campana
y aunque mi tristeza se te
acerca donde
el sol te toca
levanto ya lograda, mi por fin mañana
y deshojo mis flores en tu risa una por una
392.
Y qué estamos dispuestos a decir
sino nuestros propios parapetos.
hacer un caracol de grito
y escondernos
topos en nuestra propia garganta indescifrable.
Y las cosas siguen en pie. fantasmas impalpables.
como asir las ideas con palabras.
Y las cosas siguen en pie —mientras haya
alguien que las piense—
(el pensamiento es una manera de existir que
no se repite)
Pero decimos diariamente como haciendo camino
hacia nosotros que nunca termina.
393.
Algún día conoceré tus pies.
ya no me extraviaré en tus abismos. conoceré tus
vertientes tus túneles tu soledad, tus pájaros muertos
las viejas ciudades los cementerios sin historias con
algún nombre tal vez de extraña lengua.
Algún día seré yo el pastor de tus ríos
de tu silencio.
remaré todos
tus vientos
me habré lavado
tantos rostros de las manos
tanto habrán masticado mis dedos el musgo de tu
pelo.
tantas veces te habré viajado y guardado el barco errante
en tus guaridas
y el ancla y la savia y el Este en tu luna invadida
y despertada en la marea.
Sí algún día conoceré tus pies sabré dormir mis cosas a la
sombra de todas las cosas.
y el silencio convocado en mi actitud de absoluto.
Sí es cierto, me faltará tu historia
pero ningún cerrojo tuyo me guardará un
nunca, habré vivido todos tus testimonios
y habré vuelto a tus pies como a la raíz
para arrancarme el viento de la boca
que me madura en la garganta frutal.
394.
Cuando el tortuoso pasadizo de la sangre
empecina el peregrino silbido del silencio
y como un remero sin fatiga
tu pájaro soltado a travesía
vuelve por la soledad de tantos días
como un barco ahorcado mar adentro
te parecerás un poco en eso a mí
que antes, tal vez de tu abandono
te escribo mi dolor y te lo dejo.
395.
enjuagabas tus ojos en silencio
enjuagabas tus manos
con hebras hilachas harapos
del viento
396.
Y será ésa, otra manera de mentirnos,
como al decir adiós.
No puedes parecerte a las palabras que me dicen.
¿acaso alguna vez, fui como una palabra que escuchaste?
Escucha pequeña, aunque ya no me oigas
, deja romper las olas del silencio que te
ahorca por las noches. Llora.
Luego llámame, no te oiré.
Luego toma esta pregunta como una antorcha,
y baja al sótano de tu alma a descifrarte.
¿qué día es el olvido?
yo no lo sé, ese día y por haberte ya olvidado,
no recordaré llamarte para contárteloSi enfrentas el olvido, con sólo recuerdo
¿para qué olvidarse?
Si sólo hemos pedido ayuda de los otros
y nunca nos gritamos a nosotros mismos
397.
Pude tal vez echar un ancla en tu tormenta,
resistir al mundo y la mentira ajena,
pero cerré los ojos y confié en los tuyos
y me dejaste ciego, frente a la mentira y frente
al mundo.
Ya no importa llorar ni perdonarnos
ni hacer preguntas y responder silencios
Ya todo está. ¿Para qué secar la leña
inútilmente si las piedras mismas de hacer chispas
dimitieron.
Puedes restaurar, quizá, mi memoria,
seré un recuerdo más yo o menos yo, eso no importa
Pero el nosotros que yace donde el camino se bifurca
no volverá ya a nombrar nuestras manos juntas
Hemos perdido para los nombres por venir,
ese fervor de apretar los ojos, como rezando.
Por eso seremos los dos, siempre mejores,
aunque digamos dejarnos para buscar lo verdaderoEs por eso el rencor, no tendremos olvido.
todas nuestras palabras de olvido serán para nosotros.
398.
Nos tanteábamos como ciegos recelosos
Los tibios países de trapo y de durazno
y las manos avisaban nuestros
territorios
como tildando el lugar donde éramos
399.
A veces, porque todo a veces
en tu soledad de túnel
irrumpe un sol que equivocó su altura en una
lámpara.
400.
...Y tus ojos como dos gorriones huecos.
tu pelo
largo pájaro de sombras y silencio
Todo lo recuerdo
y tu pecho roto
donde quise quedar o queda todo
La noche era nosotros
por eso
todo lo recuerdo
y desde ti estoy solo
401.
De la tarde sola,
del cielo lívido sobre las últimas casas
de la mansedumbre
con que es hermosa para otros esta tarde
me viene esta tristeza
de ver temblar al viento entre las hojas
Tanto se depone
acortando mañana
aunque siempre queda todavía
Vendrá la noche entonces
y se agremiará en los últimos rincones
y vendrá el espejismo
a vivir desde las manos
Nada demora lo innumerable
y la tristeza sólo cambia de calles
por eso el cielo lívido y los otros y las casas
y la tarde de los otros mansa
y mi tarde
402.
Mi silencio hace un ruido infernal
403.
Quiero tener tanto que
no tenga lugar para
tener el no
tener
de lo que no
tuve
404.
y el beso viceversa que es nosotros o tú desde los dos
405.
¿Qué dejarte amiga mía ahora que parto
para ser más extenso que el olvido?
cruzarte la cintura tal vez por un camino
donde el beso ha errado tanto
¿cómo quedarme desde más allá contigo
cómo buscarte ahora que ya has sido y que me
alejo
si yo mismo soy en todo lo que dejo
Ahora que emprendo la orfandad del hijo?
...Tanto anduvimos por los días cortos...
Aunque en cada rostro del camino te descubra
Más allá de nosotros el mundo tiene todavía
por allí andaré alargando la tristeza
acortando por delante la tristeza que nos
queda
Hasta que vuelva a gritar que te he olvidado
y sea mentira.
406.
Te recojo de todas las cosas que me son esta tarde
has crecido de pronto donde el olvido no pudo nombrarte
Y aunque queda mañana por delante
Yo te guardo y no puedo guardarte
Esta tarde es tuya ¿cuántas tardes serán tuyas
Nos vamos por tu sombra donde mañana es
nunca
por eso quiero ahora que me escuchas
dejarte mi raíz que ya
no tendrá lluvia
Desde otro mañana que ya no será y no tendrá
espera
Un niño dice adiós para cambiar el
rostro a medias
Y porque siempre será en ti la primavera
yo te bendigo desde la tristeza.
407.
a la deriva del silencio
como la lluvia destapa las gargantas
de la tierra
me recorro las palabrashoy
sobre tu tierra viva
se me cae una palabra muertapero el perdón es una flor
más alta que los ojos
408.
si tu pecho es una proa
cuando el mundo arrecia
venceremos juntos
no te detengas entonces
cuando griten
que siempre vendrá un dedo a señalarnos
y te dirán aquél es como el ave
que no tiene rumbo
y te dirán que no tengo raíces
y te acosarán
como el mar
obstina a lo que empuja sobre
las rocas el naufragiotodo lo dirán de nosotros
pero yo que creo en ti te guardaré
de verdad
409.
Me desperté y equivocado u olvidado
supe tocar el piano.
Temo despertar cada vez en una realidad
espantosa.
410.
háblame doblado el día
que toda mi tierra te reclamavendrás a cantarme
con tu estrella hueca
con la íntima guitarra de la entraña
y a untarme en las manos un
sabor de lejanía
411.
Tengo en la ternura la ferocidad de la lluvia
voy a navegarte
soy tu capitán
y me tengo en las manos
para untarte mi sombra caliente
mar mío
capitán en tu estrella de sangre
apenas te he visto mirarme
y ya te digo mujer porque hasta conmigo.
412.
EL PESCADORA la orilla del silencio
con la mirada innumerable
la red tendida como el musgo crecido
de las manos
te piensan así poeta
413.
El corazón hizo una gárgara de sangre
como un molino roto que encalló
el viento,
Y el velamen del pájaro de barco
perdió la cuenta del empuje
y calló a la orilla de la sangre
detenido o quedado como un
andén.
414.
Te desteñías poco a poco como si te desafinaras
pálida
La noche me estranguló
415.
Levanto mi mano como un palomar de sombras
el silencio me vive;
¿qué me quitará la muerte?
416.
Quisiera que supieras que algún día
cuando la mañana se parece a tu mañana
retozas dorada y descalza
en el patio de mi alma
que se llena de mañana.
Hace mucho que llueve,
las olas borran los castillos de las playas
y acomodan la arena de los pasos
y se llevan el testimonio de las plantas
caminadas.
La sombra se esconde del sol detrás del
árbol
obediente y acorralada,
todavía al mirarte te parecerías a las
garzas,
y más que todo paloma mía blanca
te parecerías a mi alma.
Todo lo tuyo era fácil
menos recordarte sin tristeza y sin palabras.
Podrías llegar aún una mañana
Y yo no te preguntaría nada,
y tomaría tu mano nuevamente diaria
e iríamos a bebernos los dos juntos,
la dorada mañana de las plazas
417.
Todo te dice adiós en esta tarde de trenes partidos
y resignación de andén
las manos como casas inútiles con los
, vidrios rotos, de tanta historia ignota,
están cerradas como el frío obligatorio y
más intenso de los acurrucados pordioseros
en las puertas. Y la noche es fría para
algunos, desde afuera,
y la noche es fría desde adentro para
mí
en esta tarde roja de trenes contra la
lejanía e inmensos territorios de
silencio y miedo
en los muelles a la espalda de los
que partieron.
Todo te dice adiós y te ama esta
tarde
esta última tarde del dogma
de las golondrinas
en que agrego la tristeza y las partidas
a las cosas — como las ventanas del inválido
suman al ocaso
las gotas quedadas de la lluvia ya callada —
418.
Las olas del viento rompen en mí
como una vez tus manos,
como pájaros moribundos
desesperados.
Las olas de tus manos ya no
rompen en mí
como pájaros
y yo
simplemente abandonado.Iba a decir de ti que revoloteas
como un remanso sobre mis horas
Y dije: a veces tus manos caen a mis
olas como palomas heridas.
y su sangre se enreda con mis peces.
Iba a decir de tus manos, que tienen las
mejores páginas y dije:
en el fondo de tus ojos las alas de los
primeros se derriten.
Iba a decir de tus ojos: que son líquidos
como un susurro de tus manos,
y callé para no enturbiar la voz
del perfume que sale de los sótanos.
Y dije de tus ojos: hay en ellos un pez
adivinado como el árbol bajo el suelo
que se parece a nosotros.
419.
Una melancolía de vereda
trepa al alma como los gatos de una hiedra
al muro
No sé cómo es de verdad la tarde,
pero debo decirte en esta carta
que la tarde es de mensaje y última esperanza
Debo decirte que esta tarde tiene un sol ficticio
y está llena de palomas mensajeras
derretidas en la lejanía al cruzar el
acceso de mis ojos a la nada de las
tácitas cosas más allá de mis imágenes.
Quiero escribirte que la tristeza es desteñida
y amarilla como esta tarde pálida
y que tengo olor a puerto y eco de últimos
pitazos de partidas a la tarde
y el sólo humo de los barcos que se enreda con las
nubes del horizonte,
metido en el hueco donde hallaba
el agreste jardín de los pájaros en el
verano
ahora que todas son desoladas regiones
de silencio espeso.
Voy raspando los ojos contra las baldosas,
y tal vez alguna mano sobre una
pared cualquiera de una mano,
donde la dejé olvidada en algún paso viejo,
mientras seguro revisando la buhardilla
de mi alma
te recordaba.
Tengo las manos a lo mejor más roncas
como las agrias o tal vez amargas nueces
por afuera
tengo los ojos más lavados y más pálidos
y la voz más sucia de tanto suburbio
de silencio
Tal vez en estas tardes el alma es mucho
más de sótano
con un acceso al sol medio vencido, en
una banderola,
tal vez para decir tu nombre, la voz llena
de pelusas,
ya no tenga la diaria costumbre de tu rostro
Por eso no sé cómo es de verdad la tarde
y te escribo en esta carta que la tarde
es triste.
Te quiero aún, aunque no sé de verdad si te
recuerdo sin equivocarme.
Es decir, algunas tardes opacas y afónicas como
ésta,
busco el último rostro en mis recuerdos
y le digo la última palabra rota
que ya olvido cuándo la dejé en la boca.
Tal vez atrás de todo tenga un beso viejo
eso tiene el hábito nocturno de la almohada.
Ya te he dicho, entonces, que te quiero todavía
¿acaso podría alguna vez decir: ya eres olvido?
Es verdad mi última palabra fue de amor
contra tu cara.
Sólo tendrás mi olvido, cuando en esas melancólicas es-
peras de la tarde
no mengüe tu silencio alguna carta.
420.
Las palabras nos van endureciendo
el tiempo que fuimos.
Y todo palabras
pero es tan fácil
antes del estático testigo
el infinito tal vez.
Así quedaremos
fijos en el tiempo que crecerá de nosotros
pero la eternidad nos guardaremos entre los
instantes
esperándonos los cerrojos descarnados.
421.
¿Por qué, si tenemos para olvidarnos, dos
tristezas?
Dime, ¿por qué dejamos crecer alrededor
el mundo y proponemos olvidarnos?
¿Cuántas palabras, dime, intentan
a veces acallar tu silencio ¿lo consiguen?
¿Cuántas veces tiemblas ante una carta
esperada largo tiempo?
Dime, entonces, ¿qué buscamos separándonos?
¿Qué razón me vuelve necesariamente
recordado?
Aunque tú no puedas interponer el
olvido entre el adiós y tú
¿Por qué decimos que la felicidad vale
más que todo?
y nos obligamos a llorar por algo secundario
que intenta aislarnos?
Decimos que el mundo inarreglablemente
tornó el nosotros y amputó al lejano.
¿Por qué volvemos a todo un enemigo?
Cuando podemos tomarnos de la mano
y caminar entre los otros amigos del
mundo y de todo.
Porque en verdad no sabemos de imposibles.
422.
Un día el mar
como un animal indómito de olor a pasto y
de canto de hormigas
dormirá como el zumbido de las flores
a tu piel
será mi piel de barro
Hembra mía
para la tuya luminosa
de trigo y de pan
Entonces serás abierta como los caracoles
sonarás como un árbol de mi tierra
el canto del relámpago de savia
Colmena mía
a ti todos los labriegos de la sangre
para la invasión del grito que se repartirá
en tu carne
como el olor de las frutas en el viento.
423.
Ésta es una carta.
De mis selvas arranco los mejores dolores
vegetales para tejer este barco.
voy a buscarte
Voy a tocar el amor con la savia del
silencio.
En algunas palabras duele aún el golpe
del hacha
424.
Es cierto que despertar un beso es encontrarnos.
crecemos del nunca en el asombro
de exceder el pensamiento.
425.
A veces sabemos por dónde seguirnos
pero nos dejamos dormir
por temor a no caber en la realidad
con nuestras verdades.
Por eso, garza mía
estoy dormido en tu cuerpo
gigante y salvaje como toda la tierra
pero yo mismo me dejo dormir
por temor a despertarte donde
duermes mi sangre.
426.
UNA EXTRAÑA HA VENIDO
A COMPARTIR MI CUARTO EN ESTA CASA QUE ANDA MAL DE
LA CABEZA,
UNA MUCHACHA LOCA COMO LOS PÁJAROS
TRABA LA PUERTA DE LA NOCHE CON SUS BRAZOS, SUS PLUMAS
CEÑIDA EN LA REVUELTA CAMA
ALUCINA CON NUBES PENETRANTES ESTA CASA A PRUEBA
DE CIELOS
HASTA ALUCINA CON SUS PASOS ESTE CUARTO
DE PESADILLA
LIBRE COMO LOS MUERTOS
O CABALGA LOS OCÉANOS IMAGINARIOS DEL PABELLÓN
DE HOMBRES
HA LLEGADO POSESA
LA QUE ADMITE LA ALUCINANTE LUZ A TRAVÉS DEL
MURO SALTARÍN
POSESA POR LOS CIELOS
ELLA DUERME EN EL CANAL ESTRECHO,
HASTA CAMINA EL POLVO
HASTA DESVARÍA A GUSTO
SOBRE LAS MESAS DEL MANICOMIO
ADELGAZADAS POR MIS LÁGRIMAS
Y TOMADO POR LA LUZ DE SUS BRAZOS, AL FIN MI DIOS,
AL FIN
PUEDO YO DE VERDAD
SOPORTAR LA PRIMERA VISIÓN
QUE INCENDIA LAS ESTRELLAS
Dylan Thomas
_________________
Traducción de Elizabeth Azcona Cranwell.
427.
Yo giraba, como el agua
giraba los días.
a todo le respondía con la vida
como un espejo
pero en mí, cada cosa tenía la dimensión del
nunca
Y lamía el pecho del silencio
como un niño muerto de hambre
sobre la madre seca
Pero vivir como estar muerto
no me absolvía de vivir
mi tiempo mineral
428.
Quise hacer para ti la poesía
Como una casa de oro
para que vivieran tus manos
como yo las pusiera
y tus ojos fueran cerrojos
para escrutar
el otro lado de las ventanas infranqueables.
Pero tus manos fueron de palo
y tus ojos embalsamados
miraban rígidamente el interno
infinito que guardaban
Y vencido, me quedé dormido
con tu imagen ya casi equivocada.
Y soñé que descalzos
corríamos silvestres de la mano
sin hollarnos las espinas y las piedras
Y tenías el olor de mariposas
y tu pelo el ruido de las flores
sin jardín
y yo untaba la ternura de
las manos en tu pelo blando
Y tú corrías lacia como una gaviota o una garza
con tus manos de torcaza y de durazno
tan solo parecidas a tus manos
y tus ojos como sólo pueden ser tus ojos.
como,... como tus ojos
tal vez con un poco de cielo y de reloj pequeño
con algo de cebolla con el filo al medio
o de charco latiendo por la piedra
sorpresiva.
Entonces desperté y quise
hacerte una mañana verde y dorada
de poesía,
y te dije revoloteando como las mariposas
que tiemblan como las hojas lerdas.
Pero volabas epiléptica de mariposa
y la mañana falsa de farol y de
espejismo no tenía tu mañana
Entonces ya no volví a querer juntarte
la poesía.
Y solemos andar sin recogerla
muy cerca de la poesía aún no
acomodada, de las cosas simples
y callamos los dos a un silencio
como una manera
de poder aún el verso
429.
llevo la luz de tu piel en mis manos que saben a sombra
430.
Olvidé la consigna de ser soñado como yo
y desperté al sueño, de mi doble sueño,
con otra realidad.
431.
Ah la boca de gaviota de sangre
los dientes de luna
432.
Ojos atrás de los hombres,
el mundo existe.
ojos afuera existe
sin medida.
Allí tú eres verdad a veces
como Dios cuando me alcanza el miedo
Por eso somos enormes
en la garganta súbita del sueño
Y ahora te regalo el tiempo,
alguna hora vacía
O como una colmena de piedra
donde las trincheras hacen miel
de sangre
433.
Perdón
antes que nada perdón y antes que todo
aquí antes que nadie contigo
434.
la música se
disipa
la sangre no puede
agregarse en un renglón de abajo
435.
Se afondan, enfundados en ti mis baldes.
Aljibe de mar te llenas de mis redes como manos,
guante sagrado
436.
Es simple y lacia
Eres azul y amarilla como las mañanas.
Ya es tuyo el tú. ¿lo ves?
Y fueron luego tuyos, el silencio
y algunas noches tristes
el verso rústico y frustrado
y la imagen sin rostro del sueño.
Ya eres lo que me falta para ser
nosotros.
creces y mueres, a cada instante como
las olas, como las mariposas,
como tus ojos.
Creces y tienes el sonoro resplandor
de una gruta iluminada con un grito
El hueco de tu mano es un rincón
vacío,
es un zaguán sin nocturno pordiosero
acurrucado.
Yo quisiera acurrucar un beso
como un pájaro, sobre los países
de tu piel, como la del durazno,
para que aprendiera a volar.
Me gustaría remar en tu boca,
con las olas del pájaro resumido
como un reloj o corazón.
mordido a cada lado por nosotros,
que éramos náufragos.
con una mano
mía, ronca como las nueces,
porque es áspera como la madera
seca,
Quisiera morder tu mano.La hebra irrecogible del itinerario
de la gaviota, es un charco de sombra
en la arena de las playas.
a veces hace un nudo, lacia
terrible y voraz
(obsesión de tomar el agua de la
lluvia en la ventana,
desde mi encierro de la tarde)
muerdo un vidrio
como un solo sobreviviente que
araña el portal cerrado de la muerte.
último muerto, y muerdo un brillo
437.
Pude, tal vez, echar un ancla en tu tormenta,
resistir al mundo y la mentira ajena,
pero "ya todo pasó". Zozobraste entre tus propias olas
y ahora todo es muelles de abandonos a mi costaHaché durante siglos la leña que quemamos.
te esperaba desde siempre, como un mandato presentido.
Ya has sido ahora lo sé, ibas a ser eso: lo perdido
que se guarda eternamente como amado.no puede odiarte mi odio, Nunca has sido tan querida
pero eso sí, el silencio podrá ser de tus cosas,
y la noche más oscura, tendrá tu lejanía,
y sólo tu recuerdo será melancolía.Nadie es culpable de nada. Esto es parte de nosotros
Ahora el olvido infinito es la manera de guardarnos
aunque a veces el olor de tu verano y de los pájaros
te acarrea como a leños de un viejo barco roto
que llevan las olas a la playa solitaria
de una isla de un naufragio muy lejanoTu nombre es mi pedazo de historia inaugurada
tu rostro es sin manera de olvido paulatino
tus manos dos tal vez palomas mensajeras no llegadas
que no llegaron, nunca a responder silencios
que aún cobijo
438.
Porque cuando miro el mundo como si fuese
un párpado
nada veo si no te he visto
quiero verte pues estoy ciego de ti,
quiero mis cerrados ojos abrirlos.
439.
No amarraré mis naves
habré llegado
y esa primera tarde
haré un fuego a la orilla del miedo
con el esqueleto de tus árboles desiertos.
Hasta despertarme con el sol mordiéndome
la frente
después de haber perdido la vigilia entre
tus sombras.
Apenas la arena caliente
y la ceniza de los leños que recogí.
Tal vez el mar se habrá llevado el bote.
Entonces, mucho tiempo después
seré amigo de los tigres que quise
ahuyentar con el fuego.
Aprenderé el idioma de tus pájaros
mediré el sol con mi sudor.
Y a cada aldea donde me haga
amigos
visitaré tus cementerios pero
no sabré rezar y no aprenderé
nunca. Y no quemaré tus tótems.
y no cazaré con las hachas de tus
hombres.
440.
Perseguiré tu alma
y cuando mía sea
buscaré tu beso
y cuando él venga
llamaré tu cuerpo
y cuando todo tenga
no tendrán mis pasos
en ti nueva meta.
Y si persiste acaso,
este vacío en mí
que te está llamando,
cuando el misterio oscuro
se haya iluminado
¿Qué tendrás tú
que me mantenga atado?
441.
Este silencio turbio
empañado de esta noche
este silencio sucio
sofocado con mil voces,
este silencio incompleto
este silencio sin frío
donde es un grito este
tu no estar conmigo
este silencio opaco
con el rictus de otras manos
este silencio mío
(porque viene de tus pasos)
con el gesto de tu ausencia
con el perfume vacío
de tu vacío lugar
que han llenado otras conmigo,
qué puedo decirte amor mío,
me da ganas de llorar
442.
Podría estar llorando
en una ventana cerca
del humo del visillo que resucita
de un vaso o un florero
o en mi cama lejos de ahora
pero no ahora lejos de luego
cerca de tu aprendida maternidad.
con las lágrimas
calientes desacostumbradas
como esta rara manera de un himno
de silencio que frota contra mis lugares
como la tristeza que no quiere que la olvide
443.
se apagó el mundo en
noche y en el cielo
otro mundo se ha encendido.disperso
444.
Una gaviota que planea. un instante
una gaviota que planea muere. Una
gaviota muerta que parece que
planea pero que está muerta.
Así es la sonrisa ahora que te has
ido. Con las puntas de las alas vencidas
445.
ah! tu pozo volcado
cerrojo de infinitos
donde guardas
la locura tan oportunamente
cuerda
pozo hacia fuera
hacia el cielo
446.
toma mi grito como un barco
tú tienes un arco
en la garganta
para levar anclas en la flecha
y liberar la paloma de tu alma
447.
Después de haber remado toda la luna.
entre los animales muertos y los gritos
rotos
en tu bocado despeñado de luz
íntimo precipicio del pez sobre
la arena
en el musgo caliente que rodea
tu garganta más hambre
latiremos en silencio
como los barcos dormidos en los puertos.
448.
El flujo de mi silencio rompe contra
los muelles de mi corazón
449.
Vendrá la estrella como el pájaro
vendrá la luna como el pez de barro
vendrá el día cuando lo lleguemos
a beber sobre los muertos
el sol.
450.
La melancolía hace buches
de capullos de música caliente
y el alma se llena de los turbios reflejos
de las ventanas con visillos o empañadas
en la tarde.
el ritual de las aves en los árboles
con la justa precisión de las seis de la
tarde
Y las estrellas que amanecen opacas
como los barcos de otras esperanzas
en el fondo de la mirada
contra la roja tarde
y las gaviotas que hacen nudos azules que
no atan.
451.
Allá en la noche en que mi mano
escrute los silencios de los suburbios
entre el musgo y la piel como las calas
en la confluencia de tus dos páginas redondas
con el olor de los pájaros con frío y el ruido de las flores
a la noche
Allá en la noche en que la palabra inexacta
dimitida
calle contra un silencio que es igual al alma
tal vez te encuentre solitaria,
tras de tantas horas de palabras
tras de tantos siglos de preguntas contestadas
más allá de tanto mandato presentido
hallado por fin en un rincón llenado,
en un zaguán para el mendigo acurrucado
y a lo mejor sepa decirnos
con la convicción de que eras lo que me faltaba
para ser nosotros.
452.
Voy a tachar la blancura de tus médanos de miga
y dejar los talones de mi boca como un título de un camino de sed
y voy a tildar cada poro con una bandera de saliva caliente
Hasta morder la cruz de las cúpulas
como un puño desesperado de abismo
un vaso para tu alma
y yo desesperado desde afuera
inventando gritos de socorro a mis ojos ya roncos
y a mi voz derruida de haber gritado tanto
yo desde afuera helado
golpeando a templos sin ventanas
la lluvia de la noche cayendo sobre mi espalda
me adosaré a los muros como un caracol desesperado
Y descubriré tus ojos y escucharé por ellos
más cerca el himno de la leche despertada
Y el incienso en los altares y en las aras
cáliz de sangre
cáliz de pasto
descubriré las entradas
y habrá una voz más en el coro de tu sangre
y un trueno de las almas nos hará temblar
y serás el agua acumulada de la lluvia
y zozobrarán mis quillas y mis mástiles
en el flameo de las aguas
y te preguntaré tras el líquido silbido
si has sentido un resplandor en tus ámbitos
como un susurro de la fogata del hijo nuevo
que aturdirá tu vientre de un médano de miga.
453.
Gracias por ser
y no yo
a través de ti
sino tu verdad testificable
Gracias por descansarme los ojos
con un silencio
entre tanto estruendo de fealdad
454.
Yo nunca te tuve pero te perdí.
455.
Si yo pudiese cantar como los pájaros
pastor de palabras
hacerte una puerta de versos
cerraría mis puertas a tu espalda
y el canto que te gusta sería de mis labios
¡si yo pudiese robar alas al viento
tejerte un canto con los tallos de mi alma
y hacerte un pájaro de sol para tu noche
y echarlo como lluvia en tu ventana!
pero tengo que resignarme a dar la mano
a dar los ojos a cantarte con los pájaros
a darte un puñado de viento ya cantado
a hacer mío la mano de los otros
y mientras bebes los gritos ya gritados
la lágrima del alma ya podida
dejarla en el alma agonizando
y darte mi silencio con los cantos.
456.
Tu cuerpo
esdrújula
casi a la mitad de un acento
una flecha
en un puñado de corazón y pasto
en el rincón de dos ramas
en el horizonte
del cielo y del mar
el sol herido
una paloma arrinconada
Dos páginas
y flores viejas y horas
acurrucadas en los vértices
un nido una garganta
una rama buscando la madera
un grito de madera
mandíbulas de palo
la savia
va deletreando el moho.
Tu cuerpo esdrújula
bandera
un acento vencido
la madera busca la madera
Nadie puede distinguir el humo de las nubes
Un árbol.
viento.
un acento
en un puñado de corazón y pasto
secreto.
457.
Mi necesidad de ti es
tan grande como tu
existencia por eso
serías suficiente sólo
si pudieras esconderte
en mi conciencia
y dejar la ropa de tu
cuerpo en mis sentidos
458.
Mis manos copian tu relieve
como el agua amontonada de la
lluvia
y deletrean cada una de tus olas
redondas,
y resbalan sobre tus médanos y
los modifican
como si mis dedos fuesen viento
y empañaran tus cúpulas
y luego el agua cae al agua y
tus manos y las mías.
que te peinan los dedos
459.
Me afanaba en tejerte la poesía como alfombra
para que tú caminaras sin hollarte las plantas
460.
tu recuerdo me duele
por el tú que faltas
pero no reniego de saberte
no reniego de necesitarte
odio la burbuja de vacío
que me contiene
Recién pensé: amor mío
hubiera sido triste ver caer
las letras sin que las recogieras
lo pensé y aun así fue triste
fue triste fue triste
varias veces triste amor mío
varias veces amor mío
estás repartida en este silencio
empapando su presencia de ausencia
llenando esto lleno de vacío
como las cosas
conocidas y creídas de la pieza
ahora que apagué la luz
como ellas,
que podrían irse y volver con la voz de la lámpara
y yo lo ignoraría
y es así como está tu no estar,
sólo que no lo pienso
para que la noche no se doble líquida
como lo que está detrás del fuego
tú me entiendes, bueno, sé que lo harías
para no llorar
entre las lágrimas que ya estoy llorando.
461.
Quiero saber qué es cercanía.
¿el beso? ¿la chispa?
para nosotros piedras.
para nosotros bocas.
Quiero saberlo para tener una palabra.
una palabra ante la gente.
¡Ya sé! alegría...
(porque cuando estás conmigo
estoy alegre)
Pero no es sólo mía
y quiero algo mío, de los dos.
Escucha. (y déjame llamarte Querida)
Querida: tristezas ajenas,
cercanías, es el hijo
Porque en un momento
besarte es besarme, a mí mismo.
462.
Las pelusas del humo suben como las burbujas, en el mar
del aire,
y se mestizan, con las nubes como las burbujas con la
espuma de
las olas. ¿Quién podrá distinguirnos cuando nos
desasfixiamos del
mundo en el cielo de nuestro instante de amor.
463.
La lacia melodía de los ojos se expande
más que como un agua
como un cántaro a volver lleno
de agua
más que como un naufragio
como un anzuelo o una red
Pero hoy no hay peces.
y no pueden darme las manos
las ramas tocadas no importa cuánto hace
y no pueden ofrecerme otros ojos
los pájaros vistos
algún día
Se esparce mi soledad
Mucho más
voy recogiendo mi soledad
previa de mí
de todos los lugares
donde sigo estando solo.
Ya no importa recoger la soledad
o llevarla dentro
como a un silencio
—o una indiferencia por las palabras
que no son las esperadas—
sólo importa llorar
464.
La lanza del viento se mocha contra los muros más duros
que filo su filo y se endica
El agua remeda el pulmón del lago con su aire azul,
pero guarda en secreto las olas las cascadas la lluvia
y los rayos de líquido brillo en que podría derramarse.
pero si el dique cae o el muro quiebra, el viento es viento
y el lago es río.
Si mi abrazo se desata para buscarte flores, esperas mis
costas
con tu forma estática de lago.
465.
Mis manos pronuncian tu nombre como la voz recorre la caricia de
la piel de las palabras
mientras el ambiente del alma se infla como de un olor a flores
recién cortadas, desnudadas del silencio que aprieta el perfume contra
las páginas.
JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
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Premio de la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Buenos Aires,
1990, Narrativa
Primer Premio de Honor Leonístico Hispanoamericano
del Club de Leones de Buenos Aires, 1996, Poesía Más...