JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
Sitio oficial del escritor argentino
JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
Donde tiene la sangre del viento corazón
Donde tiene la sangre del viento corazón
A Dolors Alberola
POEMAS
1.
ANTOLOGÍA DE JARONAmigo, un día nosotros
hacia el silencio que se alarga a cada carta
volveremos como al silencio sin principio
hasta la primera palabra.
Hoy olvido por los dos las flores
la tierra es un barco desnudo
el pan nos viene sin campanas
amor amigo amor
vaso que agua en sed. Nos basta
amigo, amigo amor
ésa es tu locura de la estirpe humana
ése es el pecado si el acero el número
pero qué importa! ¡Canta!
bébete las venas
borracho de mi sangre vana
que yo existo de verdad si tú me pasas
y tú que tú como si fueras
antes y después de los espejos
existes aunque yo no sea.
2.
DEVOCIÓN A MÓNICAEn alguna parte estás, pero tu vez no es
mía
por eso, o porque otras manos atarean la
marea de tu sangre.
3.
PEQUEÑA MÍAPequeña mía, camoatí de melodías no inventadas, cueva de flautas pastoras del oro
Quiero hablarte a veces
sin decirte nada. Pasear
de tu nombre por la atmósfera, volar de tu mano por la música, acampar en una mariposa y clavarme una manzana para tener un corazón.
Tal vez en las alas del tiempo, tal vez con las prestadas sandalias del destino, tal vez porque sí, porque dios, porque caminos; yo no sé por qué pero nos encontramos.
Ahora me parece que saliste de una profecía, que a través de muertes y mañana vine buscándote y que ya mi brújula puede echarse a dormir como un fiel perro de caza. Tu voz es la medida exacta de mi oído, tu cuerpo es el barco de todas mis tormentas, tus ojos tienen enterrados talismanes, tu pelo es el país natal de mis caricias.
Tú me indultas lo más arduo de ser hombre = ya no me pregunto por los irrespondibles dioses. De repente comprendo que vivir era una búsqueda y puedo dormir calentado por el fuego donde se queman mis gastadas herramientas de caminante.
Me he preguntado muchas veces por qué tejo estas redes, qué quiero pescar con mi poesía. Era tu alma, un pez originario. Pero las redes cayeron de tus ojos y estaban tejidas con hebras de vuelo de golondrina. Y no eran redes de atrapar, eran como manos de secar el sudor de las bestias atrapadas, toallas de sueño para los que nacen enterrados.
Me contaste que te amamantaste de lámparas, que pacía en los espejos de tu cuello sus raíces de luz la madrugada.
Me contaste que a veces te vertías por las ramas amargas de la noche y volvías hecha de rotura y extravío.
Me dijiste que tenías cementerios en la boca y algunas cruces en la piel y en las palabras.
Me contaste de dioses de diamante que bajaban con los ojos por el aire y me enseñaste a jugar a ser un dios de ésos.
Y cuando te tocaba yo tañía el universo.
Me contaste tantas cosas, por ejemplo que la boca no era herida ni dolía, que ése era el sagrario de las profecías, que todo lo que hacía era de besos.
Me enseñaste a jugar a los naufragios. Yo tenía alguna sal en mi madera. Pero tú eras mares diferentes y me devorabas y me devolvías.
4.
Mujer fundamental, veta de gacelas
mina donde surge la mañana
guitarra genital del alba
telar profundo de la primavera
Mujer, hondo cuerpo de flauta
donde vivía la música primera
tus ojos son frutas de lejanas tierras
tu alma tiene soledades de otra raza
En ti vinieron a abrevarse las estrellas
A ti bajaron en manada las galaxias
y en tu vientre pusieron una lámpara
y pintaron tu sonrisa con espera.
Se te hincharon de pétalos las venas
tu corazón se transformó en campana
y todo tu cuerpo era una casa
tu mágico cuerpo de alfarera.
De ti salió como la luna llena
era un pan de arco iris una espiga
era el número total de las vendimias
era el cuerpo de todas las cosechas
Tú le diste a beber cada paloma
tú sembraste la música en sus dedos
Y ahora tiene el corazón de vuelo
y mirada de mansas mariposas
Sostenida de latidos atmosféricos
pasó por mi lado como una flor de atmósferaUrgente salto de mi memoria
en ella descansaba un viaje eterno
Por eso mujer, madre del agua
quiero dejarte mi flor hecha de frío
un poco de equipaje de caminos
como el alba lamiendo tu ventana
para que a la hora total horas afuera
tengas aún mi corazón de página
como un humilde altar que te consagra
desde lejos mi madre verdaderaporque pasé a buscar la vida por tu casa.
5.
SOLO COMO EL PRIMER MUERTO...¿O acaso cree ser la única que tiene derecho a su voz, a sus manos?
Estoy solo. ¿No lo entiende?
¡Solo! ¡Solo!... Solo.
Y estoy más solo que lo que puede entenderme.
Más solo que solo.
Porque alguna vez no estuve solo.
Porque no puedo estar solo del todo. Porque tengo voz, y manos. Y no crea que eso es asqueroso... Es... ¡Qué sé yo!... Es triste.
Vea, m... me da ganas de llorar. ¡Y he llorado!
Yo sé que hay muchos solos.
Y que nos damos las manos de los ojos en las estrellas.
Pero después... ¿Qué estrellas?...
Uno se hace un levante y pierde confianza con el cielo.
Y sale mucho más triste al frío, con el aire hurgándole el alma, y con más ganas de llorar.
Porque no tiene con qué.
Ya a esta altura del partido debo tener el alma herrumbrada.
Tengo callos en los ojos.
Y el corazón abollado de tanto aletear sin razón.
¿Sabe?... Vivir sin fe es sólo aptitud para morir.
Siento que el alma se me evapora, que sube como si fuera de humo hasta el corazón del cielo.
Y después me llovizna por la espalda decepcionada.
¿No cree que el alma está en el vientre? ¿Después de todo?...
Una mano le pide a la otra... Mire, ya las tengo secas.
Y tengo ganas de gritar.
De meter las muelas de arriba en las de abajo. Y al revés al mismo tiempo.
Y tengo miedo de morirme...
O de despertarme y ver que soñé algo tristísimo y que estoy más solo que el primer muerto.
Estoy atrozmente solo. Dejado. Quedado... Como el último vivo.
Un ciego de nacimiento, si es que llora, no sabe por qué.
Yo sí. Yo sé que no veré más.
Yo iré olvidando poco a poco, que es el peor de los recuerdos: saber que se ha olvidado.
Es la manera más vengativa de las cicatrices.
6.
TODA LA NOCHE BESADOSLa primera vez la había visto sin pensar en la casualidad de que las cosas fueran como eran y no de manera diferente, que tal vez también me haría pensar en la casualidad.
Pero ella no era ella, porque por qué no una que leía con los dedos olvidados en una obsesión entre el pelo, o la que se había bajado por adelante o la que a veces en un bache me rozaba sin dar tiempo a la noción que apenas ensayaba una sensación sin luego.
Porque uno es uno entre muchos, y me sorprende la posibilidad de hoy, ida y vuelta hasta aquel día, como un temor de que no hubiera sido.
Nunca se separa cada uno de todos.
Advertido es uno y los otros, por eso ella, que no tenía por qué serlo, era ella. Por qué hoy, porque hoy tal vez es ella desde antes, pero recién hoy, porque ya puede haber recuerdo, ya tenemos antes hoy, ese extraño futuro recogido donde aprendo que las segundas veces son una casualidad mayor, o la primera casualidad, porque por qué no en realidad la primera vez.
Porque los colectivos llevan gente y la gente debe ser gente, y todos los que son, en alguna parte, pueden tomar ese colectivo, y habrían podido ser y fueron, o no fueron, y todo debe ser dónde y también cuándo, y con quién. Por eso es razonable que sea, que haya sido, y que las veces se recojan también en la segunda, cuando la primera se vuelve primera y algo pierde el anónimo olvido cotidiano, preparado para todo lo que no queda o, tal vez, por tan poco, ni siquiera pasa, y me vuelve testigo, me es un poco la tarde, mi certeza de ella.
De repente algo tiene razones, cobra dudas y preguntas, se cae en la cuenta de los quizá que pierden el infinito en una vez, para haber sido, definitivamente, inexorable.
Por eso todo lo que es tiene los como en el ahora estrenado.
Y el colectivo incesante reuniendo el nunca con el siempre. El cada día con el primer día (siempre hay un primer día) y ese hastío vertical acosado del diario naufragio de siempre anonimato, cuando no asusta ni sorprende que todas las veces que son primeras también pueden ser últimas. Y no pregunto por los que ni siquiera revisé (amontonadamente todo o siempre), no pregunto quién, no sabré luego que vi o pude haberla visto ese día. O quién morirá mañana o no tendrá otras veces, o no recuerdo hoy si antes.
Y el fragor del lunes nos alcanzaba a todos, pero a los dos, porque ya los dos, ya ella.
Y el pelo se le subía hasta la cabeza como un tigre azul.
Y mi certeza en un segundo y mi anonimato interrumpido y siempre por atrás y por delante. Esa mirada de ser también los otros. De ser el púlpito que somos hacia más allá de nosotros. Esa mirada de colectivo, de lunes, de nunca y de tal vez.
Hoy la conozco. Viajé hasta su imagen por las veces. Hoy no comprendo cómo pudo un día no parecerse a nadie. Hoy que recuerdo que tantas veces se parece a ella. (Que cada mirada primera hasta lograr la segunda que necesita ya un recuerdo o un olvido preparado), que cada mirada vacilada en el reflejo de los vidrios, que su mirada entrecortada entre tráficos de lunes y ciudad, entre cabezas y brazos hacia el pasamanos. Hoy que recuerdo que de las historias se guardó una sola cosa de los días y tengo su cara fácil que no puede ser incierta, su cara que no había sido.
Hoy recuerdo que nos fuimos por las veces sin preguntar mañana y amontonando ayer parados sobre un punto.
Había recordado ese ronco 60 sobre Las Heras, todas las cosas que venían empujadas de ayer y que recién tenían hoy. Había recordado que siempre es porque sí o porque algo; un libro en la mano y una carpeta acostumbrada (cuántas cosas que son costumbres pueden ser nuevas y sorprendentes con sólo cambiar una persona).
Había recordado que nos habíamos ido hasta el día sin contarnos, que los días empiezan hace mucho encontrándose el proceso, la algebraica antecesión, la sucesión causal de lo que sólo se dice historia (siempre el quizá hacia adelante).
Y no bastan los mañanas recorridos ni las cosas justas o las premisas que no han sido todo lo que ha sido.
Hoy recuerdo el miedo primitivo (el día que me persiguió hasta el día). Aprender los primeros olvidos.
Estuvimos toda la noche besados contra el insomnio inminente. Toda la carne abandonada al rastro del sueño. Después volvimos como los murciélagos.
Recobramos los ojos, la mentira y el miedo y nos tanteamos el silencio hasta encontrar el día de los días.
Aquella casa vieja donde íbamos a lavarnos el domingo.
Tu vez herrumbrada después de tanta travesía.
7.
LAS FLORES DE ELLAHe recordado a veces cosas que han perdido el orden y los números. He recordado siempre. Hasta que el recuerdo es más largo que el tiempo de las cosas.
Porque viajados, rutinarios, encontramos el nosotros, dejamos de ser cada uno.
Y yo me expliqué tus libros, y supe qué cosas son a veces, porque tuve, me acerqué a tu siempre.
Tú me sirves de costado. Marchas conmigo y yo te cuento estas cosas eligiendo las palabras como las frutas.
Había siempre un espejo donde aprendernos. Sentados hacia nosotros, estuvimos comiéndonos los gatos que giraban en nuestros arrabales.
La tarde era hermosa, tan hermosa que podían ser hermosos los cementerios.
La gente del domingo que hace lunes sobre los ómnibus, me servía sin costumbre para la costumbre.
Hoy le llevaba flores. Una vez las flores, recuerdo... Ella no había dicho nada.
Cuando di la vuelta, el panteón que siempre me servía de orientación, dejó de seguirme.
8.
No hay
una sola quebradura en mis ojos
una sola ruptura del aire
no hay un solo momento en mi día
que interrumpa la catedral pujante
de mi memoria levantada
No hay un tajo en el silencio
por donde no se escapen ráfagas de canto
buscándote tu cabeza lejana, continente de mujer y de niña
No hay una palabra donde no capulle tu
nombre
una habitación donde yo entro
que no se ilumine de tiniebla viva
de silencio palpitante
de distancia encinta.
El amor viene (vienes) conmigo
como un arco iris para mi cabeza
como un halo de luciérnagas para mi
sonrisa.
Ya te he dicho todo (ya toda mi boca)
pero mi voz no quiere reposo
quiere trompetas calladas
y silencios que gritan
el sonido de las islas solas
el sonido del incendio en una isla
todo para construirle casas a tus ojos
chozas de saliva
trincheras a tu boca nocturna
donde encontrarse en sueños con la mía.
El amor va conmigo
es mi bastón, mi linterna incansable
y mi guarida.
9.
Una mañana de lluvia tenía los ojos con
hache linyera en el zaguán del tiempo
redondo de frío y de hambre
extendió los ojos como manos
despidiendo un barco alucinado
lo encontraron muerto de locura
pero él ya viaja en el barco.
10.
DEL CIRUJAAsí es mi amigo
hay que andar muchas veces una calle
para ser amigo de la vereda
Recién lo digo
después de haber dejado sombra tiempo
taco y seda
sobre el mosaico que no siempre
tuvo umbral para mi abrigo
11.
En la gran ciudad cada persona que se puede
encontrar y no se encuentra es una despedida
Cuántas despedidas pasan por mi lado.
12.
A BORDO DE LA LUNAel albedrío de mis noches
no te alcanza.
13.
el silencio llega como un lúgubre emisario
todos lo dicen a la hora
del albedrío sin cadenas
Todas las ventanas dan a rostros vacíos
con los ojos verdaderos
contra rostros remotos.
14.
LENTAMENTE HERIDOMientras la cabellera mojada de la canción
resbala por la piel de mis bronquios
como un látigo enamorado
Miro los barcos debajo de esta altura
como cisnes o adormecidos camalotes
El cuerpo turbulento de américa
golpea mi ventana, ruge su desnudez
de hileras y casas
la ancha vagina de su puerto.
Allí fue, allí pasó mi escondida historia
mi desenvainado destino mi rastro que me buscaba
los pies por esas calles que eran las que a veces
mi memoria vacía no conseguía inventar.
El llanto es un sonido nupcial que hay en mis ojos como una casa hinchada de silencio. No puedo llorar, muerdo mis sueños como viejas uñas. No nos tocarán campanas. No nos correspondía otro milagro que el dolor luminoso de sentirse vivo a cada muerte que nacimos con las raíces ensangrentadas Voy esparciendo cadáveres, cementerios de sonrisas mi rastro es el inventario denodado de un profético veneno. He llegado hasta ti con pies de muerte con paso de fogata con mirada de turbio martillazo he llegado como un capitán de suicidios postergados a tasar la exacta medida de mis dientes a saber el número total de mis delitos. Ése es mi homenaje para ti. He llegado de sangre con corazón sangriento ileso de mí pero lentamente herido, llegué con pie de llamarada. Pero de repente habías sido, y estabas ante mi tiempo como una isla hospitalaria como el profetizado altar. Y en ti era una cara toda mi mochila de rostros, toda mi sedienta exhausta cantimplora de nadies. Todos mis olvidos te recordaban. Te parecías a las cosas más simples, al pan y al agua a las sábanas y a los amaneceres con llamadas y a las calandrias indescifrables entre misteriosas ramas a algunas cosas sucias como uñas entregadas y a todas las cosas limpias. En ti no había otro delito que la vida otro pecado que no haber sido todavía eterna. Te vi y es verdad que me encontraba. Una manada de ventanas me golpeó la espalda, de mis ojos volaban como hojas secas todas las fotografías y todas las cartas. Yo ya venía de ninguna parte. Cómo poder recomenzar este camino hay demasiadas flores no puedo detenerme ni mirar atrás, todos los pasos a mi espalda siguen conmigo
15.
Estoy vivo a patadas a mordiscos a párpado
a gritos a espina desaforada
y raíz al galope.
Catarata de pétalos
desbocada marea
alas y tajos en un solo vuelo
Y de repente como el torrente brioso
me anudo al lago de tu imagen
y soy paz.
Es el amor,
Estoy enamorado.
16.
(Perdóname,
yo sé que tengo derecho de gritarte
sé que soy superior a ti porque soy hombre
y si te retobás te cago a palos
pero ponete mis besos como una bufanda
y pisame la lengua
y si querés meteme las tetas
en los ojos que yo te voy a seguir diciendo que
te quiero.)
17.
¿Qué pasa Clementina?
¿Quién tocaba el timbre?
¿El padre Azcárate?
¿Tendrá miedo que publique
mi libro?
¡Los tengo!
¡tengo al clero en un puño!
¡Compañero Alfonsín!
¿me oye?
¡...que tengo el clero en un puño
Presidente!
(si supiera que dentro de poco...
yo...
yo mismito...)...
¿Cómo?
¿Que ya había sacado otro decreto?
¡Cagamos!
18.
El lápiz es el testimonio de mis ideas.
A diario recojo el mundo, y escribo lo que
se me ocurre. Pero, ¿qué se me ocurre?
El lápiz es el testimonio de mis ideas?
19.
Las sombras son testigos
de las cosas
20.
La gente que no es cariñosa es lo menos intelectual que hay. La gente que no se prodiga cariño lo hace por poco intelectual, por corta de alma y de inteligencia.
21.
Quiero decir el cielo y tu nombre se derrama como un manto que no puedo riendar.
Quiero decir el río desenrolla su charla de agua y digo,
tu imagen pasa
como el viento de un río,
Quiero gritar mis ojos para que traigas las anclas y no se ahoguen
Quiero susurrar la mirada de mis manos y tus contornos no me
escuchan,
Quiero decir y te llamo,
la ola del ocaso segrega un altar.
Ésa es tu imagen y yo vivo de tarde
Mis manos se derriten esta noche como un agua
sin vasija
Mis manos no tienen la mordaza de las tuyas
y gritan.
Quiero gritar mis manos y no puedo detener
mi bote tan pequeño que se va tras ellas.
22.
Voy a tratar de ser amigo mío
voy a tratar de preguntarme cosas
me voy a regalar un montón de termómetros
un kilo de balanzas
un litro de espejos
todos los barómetros que sean necesarios
un alambique si hace falta
y voy a romper ese reloj insobornable.
Y me quedaré conmigo a pasar la noche
el día la semana
el año el siglo,
la eternidad completa
sumergiendo instrumentos
analizando piedras
tomándole la fiebre a mi sonrisa
leyendo abecedarios de silencio
hasta responderme
hasta saber quién soy.
23.
Voy estas fosforescencias
por la orilla de la vida
a veces un poco horario
tantas veces nunca
tanto siempre nada.
Me parezco a las luciérnagas
pero cuando no me enciendo
es que no existo
no tengo otra estadía que la luz
otra palabra que el beso
Sáquenme de encima estos nombres
como muebles antiguos
esos baúles incógnitos
y los pequeños cajoncitos
de hacer cosas útiles
como entrar en las peluquerías.
Yo no me corto nada
tengo demasiado poco
me dejo crecer la sombra
admito cada habitante
Sonrío al que me sonríe
después me apago
soy noche
existo tiniebla
pozo desparramado.
Y en invierno no hay
luciérnagas.
24.
Entonces me preguntó que cuánto faltaba y yo le dije que dos años y me dijo que bueno, que gracias porque era feo quedarse con esa ansiedad indefinida de no saber cuándo. Entonces no volvimos a hablar, y yo no vine a escribir esto para verlo después.
Hoy es después y atravesé un largo olvido y ahora estoy ante mi precaución de hace... ¿cuánto tiempo hace? ¿Cuánto faltaba? ¿Para esto? ¿Para esto faltaba?
¿Cuánto faltaba para qué?
25.
Ahora son las guitarras lloviendo
escalofríos
cuerdas tiritando
aire aterido de canciones-silencio
párpados temblando
un poco de grillos derramándose
espumosa madera
y tú surges de todo
como un vapor de fotografías ausente
y poemas no escritos. Y tú
y yo escribo
Tú y estas guitarras.
Follaje de aire
hojas que chocan y titilan
estrellas de tiniebla,
la soledad es terrible
voy a escribir esa frase
la soledad es terrible
Y estas guitarras apuñalándome
con pétalos.
26.
tu boca es la desembocadura del
alba
manantial del universo
cerrojo de palomas emigradas
y además la canoa de mis besos
y la quilla de tu lengua
27.
as never
as possible
28.
Entre la nieve ordenada de estas páginas
guardaba como el secreto hondo de las flores
nuestras fotografías (polen)
Y mientras soltaba barcos de papel cargados
con mensajes anhelantes hacia mi memoria
tu imagen se caía
llovía escondidamente sobre las frías baldosas.
Alguien las recogió y me las entregó reconocién-
dome
Estaban frías
Pero somos los mismos sobre el papel que nunca
pierde la memoria. Qué miedo tengo de la tuya
y de la mía.
Porque si caemos los sueños sobre las baldosas del tiempo
nadie recogerá nuestras almas. sin imágenes
vacías.
29.
Como un hechizo, surge entre vahos de silencio y delirio
el milagro peninsular de tu cabeza, como un faro
para las naves de la espera
30.
Quisiera ir a vivir en una flauta
para que cuando tú fueras a soplar
entrar sigilosamente en tu boca y
trasladarme dentro tuyo para
siempre como un parásito enamorado.
31.
IPALUn puto no tiene otra salida que fanatizarse con su desviación hasta el suicidio, o el suicidio mismo.
A todos los de Ipal les pasa lo mismo. María se les ha subido a la cabeza.
(Ipal es María, por eso es un camelo.)
Como a los putos obviando,
que a bastantes ya les pasó
lo de putos porque lo son.
32.
Creo en nosotros
en nuestras risas
Creo en mí
—si no creyera en mí no podría creer en nadie
creo en mí porque mucha
gente no me conoce
porque hay soldados en el Vietnam
(porque las madres dan hijas
para que yo me las coja)
porque al silencio lo beso en la boca
cuando me siento solo
porque hay gente
porque hay gente que nos venimos
por el tiempo buscándonos los ojos
porque hay alguien en alguna parte
que se va a casar
conmigo
¡Ah!
porque soy capaz de matar
se los juro
¿pueden creerme?
Y si pueden creerme, yo también
creo en mí por eso
y por lo de más allá
¡¡¡(rajá a la mierda pelotudo
no ves lo que me hacés poner?
y ahora ya está publicado.
Creo en mí porque hay gente que no
conozco y que voy a conocer algún
día
creo en mí menos cuando leo lo
que escribo
Creo en mí porque el padre Azcárate
me dijo:
¡No! esta vez no se equivocó el padre.
Creo en mí porque creo en mi mamá
pero mi mamá es los otros
Y dije que para creer en los otros debía
creer en mí
y si creo en los otros ya está
Y creo en Dios padre todopoderoso
porque hicimos las paces.
y me juró que no me va a
hacer picar por las hormigas
cuando
me quede dormido tomando sol.
Y creo
y creo que me estoy yendo
a la mierda.
33.
A veces yo bajo hasta donde el mar que es cielo techa un pequeño
mar de agua doble, donde las estrellas de los peces se reflejan
sobre una patena oscura y dorada dura y blanda, algodón y espada, pero
siempre tierra, donde tú guardas el secreto que te murmuré una noche,
una noche en que imprimí mi sombra como un árbol en la tierra
mi palabra se desplomó en ti como un pájaro en el agua hasta entonces
imblanda de un aljibe
allí goteó mi voz como el agua que se desenreda de las fisuras
y cayó espesa y única la palabra, la letra, el punto
que tú encofraste amor punto letra palabra grito.
a veces miro por tus rendijas dentro del templo y veo en el altar de
tu alma, sobre el ara de mi imagen un pájaro que abriga la
sombra de mi reflejo en ti que la vela paciente de tu amor
derrama.
Yo no tengo imagen de tu imagen tú la guardas por mí
junto a la mía; por eso encierras las más simples mariposas
de los ecos de mi voz que sigue conjugando: eras, eres fuiste y
eres y serás eternamente
34.
Con la patena de mi viento
voy a recoger de tus copas
tus gárgaras de pájaros
Un sorbo de misterios que bebe en un instante
la lengua de la llama.
Voy a buscar la fruta de tus ojos
a morder tu silencio
a amordazar de beso el beso
Vuelvo chorreando la sangre de las horas
los pájaros no llevan las migas
Un sorbo de la noche atraganta mis manos
el corazón gutural hace viento en la sangre
tus imágenes gotean sobre la arena
y sobresaltan el desierto de mi ceguera
pasas o paso y vuelves o vuelvo
pero nos acabamos intermitentemente
algunos pájaros recogen un minuto de las horas
la puerta no podrá detener nuestra
muerte sucesiva en cada instante de la hora
del instante,
mi cariño te persigue pero no alcanza
a quererte, tu muerte es más veloz que
mi amor.
las alas de la sangre se contraen
la noche aletea
las olas del silencio rompen
las olas del silencio, la espuma
los ojos de la espuma
la arena, mis ganas de morir
mi muerte sin importancia.
Tu imagen leve musica desde el vértice
del silencio, sin parpadeos
las peñas caídas de la sangre
se derriten,
He sobrevivido y desmoronando carne
del agua tomo tu mano y te extraigo
friolenta y trémula
Con la muerte en tus ojos y la vida
tras la muerte ya transparente
en tus ojos
Con la patena de mi viento recojo el silencio
de los pájaros ya dormidos en tus ramas
35.
En el cielo telarañan los relámpagos.
Hay un árbol lejos que es también un relámpago
que hiedra su humedad por el vientre
azul como un brazo de antiquísima
muerte que fibra su ruego oscuro
de várice.
36.
mis palabras se
enredan en el viento
y mi sangre se da la mano
con el río
y el agua anudada con el agua
habla de nosotros
y mis ojos se enlazan al silencio
y mis manos muerden las horas
de mis horas
de solo.
37.
Voy ganando pasos al camino
el tiempo se contrae y mi
existencia se dilata
el sol del tiempo baja
al costado de mi existencia
y la sombra de mi vida
se derrama,
Sobre el mar de mis horas
yacen mil ahoras
la ola del último aplasta
contra un cielo
yo vivo mi ajustado
presente de horizonte
y el cielo va bajando al mar
hasta que me quepa
el agua que se ignorará
total.
38.
Mis ojos se agregan la
perfección que es tuya
y llegas con el énfasis
del mar cuando mis
aguas de río se confunden
arrugadas tiñiéndose del
sabor de tu sal
y llegas,
y se despluma de las rocas
el puñado de arena de las
gaviotas que salpican mi escalofrío.
39.
En la lengua de mis dedos se disuelve el sabor de tus itinerarios.
Dejan los pájaros de tu piel el himno de sus alas como la
melodía de una estela que vierte la cabellera de sus olas
en el viento de mis manos
40.
Mis olas acumulan en tus golfos los peces muertos de mi amor vivo
y las rocas de las playas y la playa están
quebradas de musgo y sal quedada
y los peces de mi amor llegan marcados
en las olas intermitentes y puedes confundirme
con el cielo y puedo verte en la arena de mi
alma donde los peces de mi amor crecen para el
día de amarte,
y en un momento la luna, la luna del amor,
y las playas arrasadas en el momento de la luna
del amor, y los musgos destrozados y la arena
de mi alma transpira por los labios de mis olas
y no recobraré la arena de mi alma y no
recuperarás la arena de tus playas
y la mano rota de un barco desesperada con
las astillas de sus dedos mordiendo la costa
allá lejos en ese momento de la luna del amor
en ese momento apretado del amor que bosteza.
Cuando la luna cae como un grito en el agua
y rompe las olas de mi amor, y mi amor queda quebrado
en la espuma, en la espuma de las esquirlas de
mi amor.
Has llegado tú, tú de mi amor, tras la luna de
mi amor como un ciclón, y eres el país extraño
donde puedo levantarme tras el viento
Y eres la imagen pura de dios que se pierde
en un instante.
Cuando vuelvo a caer en los escombros de las olas
en la playa hecha trizas. Y los peces ya muertos de mi amor
Y el musgo.
41.
Hoy te vi de mí amputada, separada
te miré como se mira lo perdido
por un filo dividido
y supe que el sabor que gustaste en esa herida
era el mismo que dolía al dolor mío
y aunque tu dolor me ha dolido
saber que te dolía calmó el mío
acurrucadas las manos,
cansadas de ser puños
son cofres que abrigan
la perla del último toquealma: empaña la voz
una vaporosa ronquera
42.
SE ME HA|ROTO|EL|ANILLO!!!
43.
Nunca has llegado aunque son ya
ayer, muchos mañana.
Pocas veces edifico mis sueños con los tuyos.
otras intento averiguarme en tus
gestos y palabras.
Siempre mis sueños han sido ellos
44.
Albaba su crepúsculo la mañana que esperaba.
Ya el momento era instante y era el antes nombrado.
Tú ya deberías estar esperando.
JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
Libro 110 (1)
2010
Últimas Entradas
- Libro 119
- Libro 118
- Libro 117
- Libro 116
- Libro 115
- Libro 114
- Libro 113
- Libro 112
- Libro 111
- Libro 109
- Libro 108
- Libro 107
- Libro 106
- Libro 105
- Libro 104
Libro 103
Libro 102 - Libro 101
Libro 100 - Libro 99
Libro 98
Libro 97 - Libro 96
- Cuentos
- Cuentos erótico
quién Soy
Premios Jämför y Hämtar
de la Orden de Onsladen de la Administración Pública de Suecia, 1996/97, Poesía.
Primer Premio Nacional de la Sociedad Argentina de Escritores,
Seccional Atlántica, 1997, Poesía.
Premio de la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Buenos Aires,
1990, Narrativa
Primer Premio de Honor Leonístico Hispanoamericano
del Club de Leones de Buenos Aires, 1996, Poesía Más...